Querido Paseante, siempre eres bienvenido. Intenta escribir algún comentario a lo que leas, que eso me ayuda a conocerte mejor. He creado para ti un Libro de Visitas (La Opinión del Paseante) para que puedas firmar y añadir tus comentarios generales a este blog. Lo que te gusta, y lo que no. Lo que te gustaría ver comentado, y todo lo que tú quieras.


Pincha en el botón de la izquierda "Click Here - Sign my Guestbook" y el sistema te enlazará a otra ventana, donde introducir tus comentarios. Para volver al blog, utiliza la flecha "Atrás" (o equivalente) de tu navegador.


Recibo muchas visitas de países latinoamericanos (Chile, Argentina, México, Perú,...) pero no sé quiénes sois, ni lo que buscáis, ni si lo habéis encontrado. Un comentario (o una entrada en el Libro de Visitas) me ayudará a conoceros mejor.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Tras 50 años de dolor, ahora que no haya prisas.

Ya he dicho que el comunicado de ETA de la semana pasada me parece un paso importante, pero que no significa (todavía) el fin de ETA.
Iñigo Urkullu, el presidente el PNV, en su reunión de
este lunes con el lehendakari Patxi López.
(Fuente: lavozlibre)

Conviene recordar que el comunicado fue leído ante las cámaras por tres personajes encapuchados, lo que da pocos indicios sobre su deseo de reintegrarse en la sociedad y de pedir perdón por todas las atrocidades que han cometido en los últimos 50 años.

Queda todavía que ETA de el paso definitivo de su rendición incondicional y su disolución. No puede quedar ni el resquicio de una duda de que siga existiendo una banda con delincuentes engrasando sus pistolas, no fuera el caso que resultara necesario volver a matar, en caso de que las cosas no vayan como a ellos les gustaría.

Es necesario que se rindan y se disuelvan. Sólo entonces se podría tener alguna negociación de tipo policial, penal o penitenciario, como el acercamiento de los presos a Euskadi, o cosas así.

Porque la libertad sólo la conseguiremos con la ley y el estado de derecho. Los delincuentes deben cumplir sus penas (en las condiciones que se definen en la Ley). Los que todavía están en el monte deberán ser juzgados y cumplir las penas que se les impongan.

Sólo de este modo podremos avanzar desde una situación de no violencia a otra de libertad en el País Vasco. Que es lo que todos los demócratas queremos.

La publicación de ese comunicado en pleno período electoral (todavía no campaña propiamente dicha, pero lo parece desde hace meses) parece haber inoculado en algunos de nuestros políticos unas urgencias absolutamente impropias.

Creo que debería quedar absolutamente claro que el tema del terrorismo y de ETA está absolutamente al margen de la pelea electoral. Porque, gane quien gane, deberá ir adoptando las medidas legales y penales que corresponda, de acuerdo a nuestro estado de derecho.

Algunos ya se apresuran a pedir amnistías (no posibles, por otra parte, con nuestro actual ordenamiento jurídico), reagrupamiento de presos y otras lindezas. Después de 50 años de dolor, más de ochocientos muertos, miles de personas afectadas muy directamente por las actividades de la banda, debemos desterrar las prisas. Si todos hemos tenido que esperar tanto tiempo, ahora no viene de unos meses más. Y la reflexión nos evitará cometer errores estúpidos.

Algunos piden que no haya vencedores ni vencidos en este final de ETA. Pero eso es imposible. El único desenlace es que el estado de derecho y todos los demócratas habremos vencido, y una banda de delincuentes, asesinos y terroristas habrá perdido la batalla. Cualquier otra cosa es intentar retorcer la realidad. Y la realidad puede que sea flexible, pero es tozuda.
Imagen (extraída del vídeo) de los tres encapuchados
durante el anuncio de su último comunicado.
(Fuente: oviedodiario)

Creo que no podemos, ni debemos, pedirles a las víctimas indirectas (porque las directas ya ni sienten ni padecen, en su reposo eterno) que olviden ni perdonen. Pero mientras la banda no pida perdón por todas sus atrocidades, ni siquiera tienen la opción de planteárselo.

Y si algunos quieren escenificar el final de un (presunto) conflicto vasco, la solución no es otra que la rendición incondicional. No hay otra opción para una banda mafiosa que ha sofocado la libertad del pueblo vasco (y también del resto de España y hasta un poco de Francia) durante tantos años, y que ha asesinado tantas veces a sangre fría.

No debe quedar ni el más mínimo resquicio a la pretensión de que ETA haya ayudado a nada en Euskadi. Porque si llegáramos a aceptar eso, la tentación estaría servida para volver a las andadas.

El tema es muy trascendente. La hoja de ruta del estado de derecho deberá fijarse con calma por parte del próximo gobierno que salga de las urnas el 20-N, y por los componentes del nuevo Congreso de los Diputados.

Pero que todo el mundo se olvide de las prisas. Que la precipitación provoca cometer errores, y estos son muy difícilmente enmendables luego. Calma y tranquilidad. Que si todos hemos tenido que esperar 50 años, no viene ahora de unos meses más o menos.

Y hay que acabar de una vez por todas con esa dialéctica jesuítica tan clásica de la época de Arzalluz, del unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces. La mera existencia de ETA no beneficia a ningún demócrata, y por el contrario sí nos perjudica a todos.

Que se callen todos los políticos sobre este tema, que se refugien en una tranquila espera del desenlace de las próximas Elecciones Generales. Que uno es dueño de sus silencios, pero esclavo de sus palabras. El Gobierno actual no debería dar un paso más en este tema; el PNV debería refrenar sus afanes liberatorios; la izquierda abertzale debería interiorizar, sin ningún género de dudas, el hecho de que la existencia de ETA no les ayuda en nada; y, desde luego, debe desterrarse de la escena democrática cualquier atisbo de compasión o condescendencia, ese tan manido de esos pobres chicos. Esos pobres chicos son delincuentes y asesinos, integrados en una banda mafiosa. A partir de ese reconocimiento, ya todo el mundo puede opinar.

Y a ETA todavía le quedan pasos que tienen que dar. Debe disolverse, entregar las armas, aceptar las condiciones de la rendición, pedir perdón y aceptar las penas que les correspondan. De no ser así, estaríamos cerrando en falso 50 años de sufrimiento. Y no es factible de ningún modo un escenario en que ETA sea el garante de nada, que sea el vigilante de nada. Porque ETA no es más que una organización criminal, ademocrática y antidemocrática, y su único destino es desaparecer.

Claro que a lo mejor el problema inmediato es que los miembros actuales de la banda no son más que una panda de haraganes, que ven muy negro el futuro de sus pequeñas vidas personales, si desaparece la banda. Que la comodidad de estar engrasando las pistolas en un cuarto oscuro (sin luz ni taquígrafos) igual les confunde.

Y sería una buena señal que el próximo comunicado lo publiquen a cara descubierta. Sería el indicio cierto de que ya han empezado a entender de qué va esto.

JMBA

1 comentario:

  1. Me alegra Bigas que comiences a llamar haraganes a esos "chicos" que se las dan de gudaris y simplemente se han apuntado a la vida fácil de la delincuencia organizada. Me parece positivo que quienes sabéis escribir comencéis a llamar a las cosas por su nombre pues los perodistas orgánicos a sueldo del pesebre no se atreverán a decirlo.
    Bueno es que un blog universalista como el tuyo ayude a muchos a descubrir la verdadera cara de ETA, que de valerosos soldados no tienen nada y de gángsters mucho y están más cerca de El Padrino que del Che Guevara.
    Un abrazo y adelante.
    Santi

    ResponderEliminar