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martes, 20 de marzo de 2018

Calçotada 2018 - Alcalá de Henares



P R E F A C I O

Dicen que le preguntaron una vez a Gabriel García Márquez, ese genial escritor colombiano que fue capaz de imaginar un mundo tan temprano que las cosas todavía no tenían nombre, "Maestro, usted ¿por qué escribe?". Su respuesta fue simple, pero certera: "Para que me quieran".

Llevo ya unos cuantos años asistiendo con entusiasmo a las Calçotades que se organizan en Alcalá de Henares, como desarrollo gastronómico del hermanamiento Complutum-Tarraco. Isidre Papiol, el alma mater de esta (y muchas otras) iniciativas, sabiendo que yo tenía un blog personal en el que solía publicar lo que me apetecía, me nombró reportero de guardia. Desde entonces vengo publicando una crónica ilustrada tras cada Calçotada que se celebra. Incluso la publiqué un año en el que, por diversos motivos, me resultó imposible asistir.

Sé que muchos de los asistentes habituales leen mi crónica y, por lo que me cuentan algunos, hasta la esperan tras cada celebración. Lo sé, pero no me consta.

Un lector anónimo sólo deja tras de sí una cifra estadística. Para darle un poco de alma a esa realidad tecnológica, al final de cada publicación en mi blog hay un apartado de Comentarios, que os invito a utilizar. No hace falta explayarse si no se desea. Y se recibe con la misma ilusión (quizá no con los mismos efectos), un "Gracias" que un "No tienes ni p... idea".

Porque si algo odia realmente el Artista (permitidme esta licencia) es resultar indiferente.

Es por ello que te invito, lector anónimo, a que publiques un comentario en la sección pensada para ello. Vence tu pudor o tu miedo conspiranoico al Gran Hermano, y publica un comentario, por breve y sintético que pueda ser. O añade algún detalle que a mí se me pueda haber pasado por alto, que ello no me hiere, sino que me complementa.

Resulta imprescindible no ya para saber si estas Crónicas son necesarias, sino tan sólo para verificar si son bienvenidas.




* * *



Este año, la Calçotada, que tradicionalmente se celebra en esa frontera indecisa entre el invierno y la primavera, se planificó para el sábado 17 de Marzo, en el MOMO Sports Club de La Dehesa, en Alcalá de Henares.


El asado de los calçots, protegido por un cobertizo para evitar la lluvia.


Los alrededores estaban prácticamente inundados, por las abundantes
lluvias de los últimos días.


Se adivina mi orondo perfil entre el humo de los calçots.

Sólo hace un par de meses, los noticieros no cesaban de publicar noticias relacionadas con la pertinaz sequía que nos asediaba. Antiguos puentes romanos o viejas ermitas volvían a la superficie, debido al terrible descenso en el nivel de las aguas de nuestros pantanos.

Pero eso cambió, casi de repente, y dio paso a uno de los inviernos más lluviosos de los que tenemos recuerdo.

Las previsiones meteorológicas para el sábado 17 eran de todo menos alentadoras. La probabilidad de que lloviera ese día se movía en una estrecha horquilla entre el 80 y el 95%.

Afortunadamente, el Plan B existía y tuvo que convertirse en el Plan A. La Calçotada se preparó para que los comensales pudiéramos estar en el interior, al abrigo de las inclemencias meteorológicas. Y las brasas para asar los calçots se dispusieron bajo un cobertizo que las protegía de la más que probable lluvia. La profesionalidad del personal del MOMO se demostró una vez más.

El sábado amaneció, como no podía ser de otra manera, lluvioso. Estuvo lloviendo con cierta desgana hasta el mediodía. Luego paró y, ya por la tarde, tuvimos incluso el espectáculo inusual en las últimas semanas de un poquito de cielo azul y unos cálidos (bueno, benéficos) rayos de Sol.





El babero fue mano de santo para evitar llevarse lamparones a casa.


A los asistentes se les pidió que se inscribieran previamente, mediante la correspondiente transferencia del importe del Menú directamente al MOMO. Y también se intentó, con éxito, organizar las mesas por grupos de afinidad, para que los amigos y familiares pudieran comer juntos. La cita estaba definida para la una y media de la tarde, para empezar la degustación de calçots. La mayoría fuimos llegando a partir de la una, para recoger la tarjeta que nos daba derecho a los diferentes platos del menú, así como al sorteo final de obsequios.

Para empezar, hubo barra libre de aperitivos (vermú, cerveza,...). Y, durante toda la comida, autoservicio de agua, cerveza y vino. En todas las mesas había ya porrones con vino tinto Capvespre (D.O. Catalunya) de los Cellers Domenys, para el servicio de los comensales.

Aprovechando que tuve ocasión de visitar la región de Burdeos sólo un par de semanas antes, me permití la frivolité de aportar un BiB (Bag in Box) de vino tinto Le Petit Julia (AOC Haut Médoc). Me pareció relevante porque es la primera vez (a mi conocimiento) que un Château prestigioso de la denominación de origen Pauillac comercializa, por los mismos canales que el resto de sus vinos embotellados y bajo su nombre, un vino en este formato. Pudimos disfrutar de él los comensales de nuestra mesa y quien quiso probarlo. Château Julia comercializa vino tinto AOC Pauillac a 24-25€ (la botella de 75cl), y AOC Haut-Médoc a 12€. Le Petit Julia (28€ el BiB de 5 litros) resulta a 5,60€/l. y es un vino tinto 2015 que resulta suave y afrutado, muy agradable de beber.





Las manos se quedan negras tras trasegar un ratito con los calçots.



Aunque había también un Menú Infantil, el pensado para los adultos incluía, como de costumbre, el plato fuerte de una teja con 20 calçots asados, Denominación de Origen Valls. Para acompañar, una salsa romescu elaborada a partir de almendras y avellanas, con aceite de oliva virgen extra Vergerars, con Denominación de Origen Siurana. Cada comensal dispuso de un cuenco con esta salsa.

Por supuesto, hubo baberos para todos, traídos directamente desde Valls, como los propios calçots. Yo me considero bastante torpe y, además, mi prominente barriga aumenta mi exposición al desastre: me resulta casi imposible terminar una comida sin alguna mancha en la camisa. Gracias al babero, y a pesar de tratarse de una actividad de alto riesgo, pues el calçot impregnado de salsa romescu actúa de hisopo, conseguí terminar la sesión absolutamente impoluto.

La cocción de los calçots fue casi perfecta, y estaban calientes al llegar a la mesa, tras ser recogidos en el mostrador por cada comensal, o propio habilitado. Alguno resultó algo correoso (quizá demasiado crudo), y alguno salió algo anémico, de alma exigua. Pero la mayoría estuvieron absolutamente deliciosos.

Las manos negras, por culpa de la carbonilla que rodeaba al calçot, producto del asado, se corrigieron con las correspondientes visitas al lavabo, para abordar con propiedad la continuación del ágape.

El segundo plato, como es bastante habitual, consistió en un par de trozos de butifarra a la brasa, muy rica y todavía mejor si hubiera llegado a la mesa más caliente, acompañada de un puñado de mongetes (judías blancas), que recordaban demasiado al tradicional emplasto (acepción 2 de la RAE: componenda, arreglo desmañado y poco satisfactorio) del rancho cuartelero. La patata asada, que completaba el plato, estaba deliciosa, especialmente tras aliñarla con la salsa all-i-oli (ajo-y-aceite) disponible en todas las mesas. Salsa, por supuesto, también elaborada con el aceite de oliva virgen extra Vergerans.

Como postre, un trozo de pastel de nata con bizcocho y hojaldre, muy correcto, acompañado de una copa de cava, que permitió realizar los brindis finales, animados por Isidre Papiol y Vicente Fernández.

Isidre Papiol - alma mater - y Cristina del Río, fantástica organizadora.

Los baberos también procedían de Valls, como los propios calçots.

Algunas botellas del fabuloso aceite de oliva Vergerars fueron sorteadas
entre los asistentes al final del evento.



Isidre tomó la palabra para glosar la labor de Ana, quien durante años fue la organizadora y sufridora directa de estas Calçotades, y para animar a Cristina, que ha tomado el relevo este año, en su nueva labor. Cristina habló, con profunda emoción, de la gran amistad que le unía a Ana, y glosó los aspectos más destacados de su personalidad.

Hay que felicitar a Cristina por su excelente labor en la organización de un evento como este, de tanta complejidad.

Para finalizar, la historiadora María Jesús Vázquez Madruga diseñó algunas pinceladas de los destinos paralelos que, hace muchos siglos, corrieron las dos poblaciones de Complutum (Alcalá de Henares) y Tarraco (Tarragona).

A partir de las cuatro o cuatro y media, empezó a desfilar el personal, especialmente presionado por los más jóvenes, desbordados de obligaciones alternativas. Los que quisieron, incluso pudieron tomar un café o una copita en alguna de las mesas del exterior, ya que lució un poquito el Sol esa tarde.

Quedaron muchas ganas de volverse a reunir el próximo año para la siguiente edición de la Calçotada de Alcalá de Henares.

Aparte de las fotografías que he utilizado para ilustrar esta crónica, pòdéis ver también este vídeo, de poco más de tres minutos de duración, que he editado con las escenas más características de la jornada.


JMBA

6 comentarios:

  1. ¡ Gracias Jose María ! Sólo he probado una vez los calçots y me encantaron. Un abrazo

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  2. Hola mosén, hacía algún tiempo que no visitaba tu blog, aunque por lo que veo tú también te has tomado algún "reseso" (palabro que aprendimos en Perry Mason creo recordar). No descarto que te haya influído la saturación del prussés jeje.

    Y me alegra ver que mantienes tu fluido a la vez que conciso verbo.

    Este año no hemos podido ir, y eso que Fidel quería que llevásemos La Gavina... un altre año será. Pues ya vemos que sigue con su excelente pinta todo ese manjar anual.

    Un abrazo / Javier

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  3. Quería decir que Fidel quería que llevásemos las guitarras para cantar La Gavina

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  4. Gracias José Maria por una crónica tan minuciosa de un evento gastronómico tan popular. Como dice Isidre la calçotada es más que una comida, es la oportunidad de mostrar a nuestro país que la comida nos une
    Difundire a mis amigos y familiares tú crónica para que puedan comprobar lo bien que lo pasamos jejeje
    Un abrazo

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  5. Cada año uno de mis placeres favoritos es que llegue esta época para disfrutar de los calçots. Casi siempre las cosas más sencillas te ofrecen los placeres de esta vida. Tu Josep Maria, que siempre has sido brillante, entiendes de esto. Santiago Carranza Ferrús.

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  6. Hola Bigas. Yo soy de los que te lee con frecuencia aunque últimamente has estado bastante inactivo.
    Esperaba que dijeras algo de lamoción de censura que nos ha librado deDon Tancredo.
    Asimismo, me gustaría que también pasaras por mi blog y dejaras constancia de ello.
    Un abrazo.
    Santi
    Un abrazo.
    Santi

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