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domingo, 29 de diciembre de 2013

La polémica sobre el aborto

Me cuesta creer que Francisco Marhuenda, actual director de La Razón, sea una persona de carne y hueso, con vida propia. Adicto a los debates televisivos, siempre representa el mismo personaje, el arquetipo de la derecha más extrema. No digo que no sea coherente en sus opiniones, pero me parece un robot, ya perfectamente previsible.
Francisco Marhuenda, director de La Razón
(Fuente: eleconomista)

Este sábado noche, en La Sexta se emitió un debate sobre el espinoso tema de la regulación del aborto, al hilo de la nueva Ley Gallardón. Y digo regulación, porque creo que es la palabra más apropiada. No creo que se trate ni de prohibirlo ni de autorizar el asesinato de los no-natos. Se trataría, creo yo, de que la sociedad civil de este país se pusiera de acuerdo en su contenido, que sin duda no dejaría a nadie plenamente satisfecho. Pero ese tipo de acuerdos de Estado, de pactos reales del Gobierno con toda la ciudadanía, parecen personajes de ficción en este país. En esta democracia con muletas que habitamos, lo que se lleva es el rodillo y el trágala. Lo hizo Bibiana Aído (con Zapatero) y ahora lo quiere hacer Gallardón (con Rajoy).

Me parece obsceno que, para estas cosas, con listas cerradas y total partitocracia, se acuda a decir que estaba en su Programa Electoral, para justificar cualquier trapacería o desmán. Porque no lo citan en absoluto cuando suben los impuestos, por ejemplo. Parece que los Programas pueden ser Guía de Oro o Papel Higiénico, según sus propias conveniencias e intereses.

Antes del debate, se emitió una interesante entrevista con Cristina Cifuentes, la Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Ya recuperada del gravísimo accidente de moto que sufrió hace unos meses por las calles de Madrid, se ratificó en que, a título personal, está en desacuerdo con alguno de los aspectos de la Ley Gallardón. Pero que pertenecer a un partido supone la disciplina de voto y que, en su caso, le tocaría votar incluso contra su propia opinión y/o conciencia.

El tema del aborto es, por supuesto, extremadamente delicado. En primer lugar, porque no creo que ninguna mujer vaya a abortar con alegría, o lo considere como un triunfo personal. El aborto, en suma, no debe ser más que el último recurso para una situación que se nos haya ido de las manos. Respeto a los que piensan (o creen) que no se debería producir ningún aborto, bajo ninguna circunstancia. Pero también respeto a las futuras madres que no quieren alumbrar (y criar toda su vida) a un hijo fruto de una violación y no del amor, ni de un proyecto personal o de pareja. Y también respeto a los futuros padres que no se ven con ánimo, coraje, valor y/o voluntad de alumbrar a un bebé con importantes deficiencias físicas o mentales, probadas por la ciencia médica. 

Es cierto que existen métodos anticonceptivos para que, quien quiera realizar prácticas sexuales sin fines reproductivos, pueda hacerlo sin (casi) consecuencias. Por eso le llamo al aborto el último recurso.

No creo que lleve a ninguna parte tampoco el falso debate sobre si abortar es o no matar a un ser vivo. Porque creo que el aborto es un asesinato, o al menos un homicidio (los detalles se los dejo a los juristas), y eso sin entrar en el tema de plazos. Pero todos estamos hartos de ver (en las películas americanas, especialmente) que el asesinato en defensa propia supone la exención de responsabilidad penal.

Y, por supuesto, estoy convencido de que la mujer es dueña de su propio cuerpo, y está habilitada para tomar ciertas decisiones (informadas) al respecto. Del mismo modo que cualquiera puede decidir fumar o no (siempre que esté informado de todos los efectos y consecuencias de decidir en un sentido u otro). O cualquiera puede decidir sucumbir a su vigorexia, y realizar ejercicio físico en las dosis que estime conveniente. En todos los casos, la información y la formación son básicas e imprescindibles. En esa línea (al margen de algunos sectarismos en su aplicación) iba la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que el PP también se ha cargado con su Ley Wert.

En resumen, creo que el tema del aborto, junto con otros grandes temas de Estado (Educación, Sanidad,...) deberían ser objeto de acuerdos de amplio consenso entre todas las fuerzas políticas, y ser finalmente sometidas a referéndum popular, para que todos los ciudadanos se vean reflejados en la decisión final que se tome. Lo que evitaría, por cierto, los continuos bandazos y promesas electorales de eliminar la ley promulgada por sus rivales (o enemigos). Que genera, además, inseguridad jurídica.
Cabecera del programa La Sexta Noche
(Fuente: lasexta)

Además, el tema del aborto, como otros grandes temas de los que citaré, a título de ejemplo, la regulación de las drogas o los paraísos fiscales, cualquier legislación debe tener en cuenta los hábitos y formas de los países de nuestro entorno, con los que debemos compararnos y, a ser posible, unificarnos. No vaya a ser que una regulación restrictiva del aborto en España genere turismo abortivo a otros países de dentro o fuera de la Unión Europea. Un turismo que sólo podrían practicar, por cierto, los ciudadanos con recursos económicos holgados.

Creo que la Sanidad Pública debe facilitar la práctica del aborto como último recurso, cuando todas las demás posibilidades se hayan agotado. Y como entiendo que haya médicos o personal sanitario que puedan tener reparos de conciencia con esta práctica, quizá la mejor solución es que los abortos se acabaran realizando en el seno de Centros Especializados en Asesoría Reproductiva, con personal voluntario (quiero decir, sin reparos de conciencia). Y sólo tras intentar todas las demás soluciones, y haberlas tenido que descartar por unos u otros motivos.

Y, desde luego, no me gustaría que volvieran esas breves vacaciones en Londres (u otros lugares), para realizar un aborto de pago, con las correctas condiciones sanitarias y médicas. Esas prácticas forman parte de nuestro pasado más negro y olvidable. O a esos abortos clandestinos, sin las mínimas garantías.

Volviendo a Francisco Marhuenda, como es esperable, se manifiesta completamente contrario al aborto. Sin embargo, por lo que dijo, parece aceptarlo en caso de violación. Puestos a desconfiar de un personaje con tantos automatismos, la única explicación que se me ocurre es su íntimo convencimiento de que con sus perfectos genes de señor de derechas y con la excelente educación que (sin duda) les estará dando a sus hij@s (que ignoro si l@s tiene), ese es el único supuesto en que una hija suya (que ignoro si la tiene) podría verse (accidentalmente) involucrada.

En resumen, señores políticos: Que los ciudadanos hemos madurado nuestras capacidades democráticas, y ese contrato/carta blanca por cuatro años al que se aferran no nos parece ya una opción válida. Y que si los Programas de los partidos políticos funcionan a lo toman o lo dejan, tengan por seguro que ningún partido político (ninguno, repito) representa, en esas condiciones, a la gran mayoría de ciudadanos librepensadores de este país. Y eso nos puede acabar llevando a una desafección por la política, y a unos niveles de abstención (y de votos en blanco o nulos) que serán portada de todos los principales periódicos internacionales.

Más acuerdos de Estado (en que todos estemos de acuerdo, pero nadie satisfecho) y más consultas populares. El rodillo, a la cocina. Ah, y la Iglesia Católica (bueno, y todas las demás) a sus templos, y que hablen para sus seguidores fieles. Que (ninguna) Ley del Aborto obliga a nadie a hacerlo.

JMBA

sábado, 21 de diciembre de 2013

Con mis Mejores Deseos para 2014

Con mis Mejores Deseos para 2014.


Amb el meus Millors Desitjos per 2014.


With my Best Wishes for 2014.

JMBA

martes, 17 de diciembre de 2013

"Perdida" (Gone Girl) de Gillian Flynn

La última vez que visité Londres (en Marzo pasado), compré varios libros en inglés por las librerías de Charing Cross Road. Concretamente en Foyles compré uno (por 7.99GBP), de portada prácticamente negra, que me llamó la atención por diversos motivos.

Primero, el título: Gone Girl (algo así como Se fue la chica, que en la versión castellana se ha traducido por un lacónico Perdida). En la portada, un subtítulo: "There are two sides to every story..." (algo así como que cada historia tiene varios lados o varios puntos de vista). Y una cita del Observer: Thriller of the Year.

Bueno, soy aficionado a la novela negra, me gusta practicar idiomas leyendo novelas negras en sus lenguas originales (dentro de un orden), y peco de coleccionismo de libros (de los que tienen páginas de papel), por lo que compré el libro sin dudarlo.

La autora, Gillian Flynn, es una estadounidense que reside en Chicago.

La novela es un fino encaje de bolillos. En un anexo se incluye una breve entrevista a la autora, donde destaca la labor de control que tuvo que tener durante la elaboración del libro, para asegurarse de la total consistencia de tiempos y lugares.

El planteamiento de la historia es relativamente simple. Amy y Nick son un matrimonio asimétrico (como casi todos) que van a cumplir su quinto aniversario de boda. Amy es la hija única (princesita mimada) de una pareja que se han ganado muy bien la vida publicando una colección de literatura infantil titulada Amazing Amy (algo así como La increíble - o asombrosa - Amy). No queda muy clara la perversa relación entre la Amy real y el personaje de esos libros, pero se insinúa la emulación y la competencia entre ambas, en los dos sentidos. Nick es un escritor de medio pelo, que perdió su empleo en Nueva York, donde vivía la pareja. A raíz de ese hecho decidieron (¿los dos? ¿él?) trasladarse a vivir a su tierra natal de Missouri, en una pequeña ciudad (de economía degradada) junto al caudaloso río Mississipi.

Allí, con el dinero de su mujer, Nick monta un bar, conjuntamente con su hermana.

El mismo día en que se cumple su quinto aniversario, Amy desaparece, dejando tras de sí algunas trazas de violencia.

La policía empieza a investigar, y todas las pistas que van encontrando confluyen en señalar al marido como culpable del presunto asesinato de su mujer. Pero toda historia tiene (al menos) dos perspectivas...

Como en todos los aniversarios anteriores, Amy le ha dejado a su marido las instrucciones de una especie de gymkana o Caza del Tesoro, para poder llegar finalmente a su regalo de aniversario. Por lo que parece, Nick no le había comprado todavía ningún regalo a Amy. Tras su desaparición, Nick va siguiendo las diversas etapas de la gymkana, sólo para avanzar de sorpresa en sorpresa.

Los capítulos de la novela se van sucediendo de forma alternada. Uno escrito por Amy, el otro por Nick.

Poco a poco vamos entendiendo la compleja situación, aunque no necesariamente lo que sabemos es la verdad, pero sí una cierta perspectiva de la verdad.

El lector debe desconfiar de las apariencias. Nada de lo que va aprendiendo es mentira, pero es sólo una de las caras de la realidad. Deberá avanzar hasta el final para poder comprender con cierta claridad todo lo que ha ido sucediendo antes de la misteriosa desaparición de Amy.

El lector deberá tener constancia para superar la primera mitad del libro, venciendo la tentación de abandonar una previsible trama de marido mediocre mata a mujer brillante y rica. De repente, la trama da un giro inesperado, y el lector devorará el resto, hasta tener la escena completa.

Llamarle Thriller del Año quizá sea una pequeña exageración. Pero, desde luego, es una novela negra muy estimulante. Los personajes tienen personalidades muy diversas, pero siempre complejas y llenas de recodos. En la primera mitad, el lector va aprendiendo cómo parecen ser las cosas. Y en la segunda, por fin, verá cómo han sido realmente.

El lenguaje que utiliza la autora está llena de términos coloquiales e incluso slang, rozando lo soez en ocasiones, lo que, para el lector (como es mi caso) no nativo en inglés, pone las cosas algo difíciles. Pero nada que no se pueda resolver con paciencia (y con el excelente diccionario inglés-español que aporta Wordref, por supuesto).

Esta es una novela absolutamente recomendable para todos los amantes de la novela negra, policíaca y de misterio. Algo compleja (en cada capítulo cambia el protagonista y el tiempo), requiere prestar más atención de lo que es habitual en muchas novelas negras de consumo. Pero deleitará a los que aman las tramas intrincadas, de las que se van desvelando poco a poco, en cada página. Una trama en que la realidad que vemos va cambiando según donde se centra el foco.

Efectivamente, como se indica en la portada del ejemplar que compré, toda historia tiene dos lados (por lo menos).

Yo he leído la novela en tapa blanda (Paperback) publicada en UK en 2013 por Phoenix Fiction (parte de Orion Books Ltd.). La versión española, también publicada este año, bajo el título de Perdida, es de Mondadori, en la colección Roja&Negra. Se puede comprar por 17,90€ en el formato de papel, y más o menos la mitad como ebook.

JMBA

martes, 3 de diciembre de 2013

Jamón de Crisis (2)

Hace un año, os contaba en otro artículo todas las maravillas del buen jamón ibérico, y las ventajas para el consumidor que ha supuesto esta persistente crisis. Para conseguir que el mercado absorba la oferta disponible, los precios han tendido a la baja. Aunque nominalmente el buen jamón ibérico de bellota sigue vendiéndose al corte en precios que oscilan en el entorno de los 120€/Kg., hay ofertas y promociones muy interesantes para el consumidor medio.
Tienda Delikatia, en el Centro Comercial Arturo Soria
Plaza (Arturo Soria, 126), en la planta baja, junto al
supermercado Sánchez Romero.
(Fuente: delicatessen-madrid)

Una de las propuestas más imaginativas, que resuelve el mayor problema para el consumidor ocasional, la encontré hace unas semanas en una tienda gourmet llamada Delikatia, en el Centro Comercial Arturo Soria Plaza de Madrid.

Visité la tienda para comprar alguna pequeña cosa, y me ofrecieron lonchearme y envasar al vacío un taco (de unos 900 gr.) de un excelente jamón de bellota de origen Jabugo, que me dieron a probar. A cambio de comprar esa cantidad relativamente importante, me ofrecieron un descuento de más del 40% del precio habitual de ese jamón al corte.

Aunque me gusta mucho el buen jamón, soy un pequeño consumidor, que raramente sobrepasa los 100 ó 200 gramos por semana. Tener un jamón en casa no me resuelve el problema, ya que se acaba secando o, lo que es peor, para darle salida hay que invitar a varios amigos, y pagarles también el pan y el vino. Un negocio dudoso, si no directamente ruinoso.

Por el contrario, gracias a esa imaginativa propuesta, me hice con siete u ocho sobres al vacío de un jamón excelente, conocido y que había probado previamente. Cada sobre con una cantidad entre los 100 y los 150 gramos de jamón cortado a máquina (aquí cada cual tiene sus preferencias, pero la mía es el corte regular que se obtiene con la máquina). Y todo ello a un precio casi equivalente al de comprar la pieza entera.

Conseguí, pues, tener en casa un pequeño stock de excelente jamón, para poder ir consumiendo a mi ritmo, ya que los sobres al vacío pueden almacenarse por un tiempo mínimo de hasta cuatro o seis meses. Lógicamente, en casas con muchos miembros (que no es mi caso, por supuesto), podría darse un efecto secundario negativo de sobreconsumo, claro.

La única precaución, a la hora de abrirlo para su consumo, es seguir un proceso simple. El sobre debe estar a temperatura ambiente. Si se conserva en la nevera (lo que, en principio, no es necesario), debe sacarse de ella varias horas antes de su consumo. Antes de abrirlo, conviene sumergir el sobre en un barreño con agua caliente durante cinco o diez minutos. Una inmersión más prolongada no perjudica el resultado.

Al sacarlo del agua, conviene secar el exterior del sobre, y proceder a abrirlo. El jamón está sudoroso y su pringuecillo alcanza la máxima expresión. Todo ello facilita la separación de las lonchas para, en su caso, disponerlo en un plato o fuente, listo para su (delicioso) consumo inmediato.

Por cada sobre, pues, he pagado unos ocho o diez euros, lo que representa un coste atractivo para un producto de esta calidad.

Hay bastantes ofertas en Internet en esta línea. Bien sea una pieza entera loncheada y envasada al vacío, o bien, por ejemplo, 1Kg de jamón en sobres de unos 100gr cada uno. Lo que a veces nos frena para comprar este tipo de propuestas es el miedo a tener sorpresas, que el jamón de encima tenga una apariencia hermosa, y por debajo encontremos una inferior calidad, o que el jamón en su conjunto no tenga la calidad que estábamos esperando.

La ventaja principal de la oferta de Delikatia es que te lonchean y envasan el jamón frente a tus ojos, tras haber visto el taco y haberlo probado y validado.

En resumen, dicen que las crisis realmente son oportunidades. Y, a veces, eso es rigurosamente cierto. Tanto para el vendedor como para el consumidor.

JMBA