Michel Bussi es un escritor francés, de algo más de 50 años, nacido y residente en Normandía.
(Autor: D. Ghosarossian) |
Yo lo he descubierto este verano. Tenía un libro suyo ("Un avion sans elle") en mi colección de libros "por leer", lo recuperé y lo leí prácticamente de un tirón. Me apasionó, por su trama y por la forma que tiene el autor de irla desarrollando delante de los ojos atónitos del lector, que no puede abandonar la lectura hasta que llega a la última página y todas las múltiples esquinas quedan iluminadas.
En un reciente viaje a Burdeos, pude comprar otro par de sus novelas en Chez Mollat (una de las librerías más grandes de Europa): "Ne lâche pas ma main" y "N'oublier jamais". De nuevo ha sucedido, y las he devorado las dos conteniendo la respiración.
Estoy impaciente por hacerme con las demás que ha publicado (hasta casi la docena), así como la siguiente cuya aparición se anuncia para el próximo mes de Octubre.
Si os apasiona la novela negra, de tramas bien engranadas, en las que cada página abre una nueva incógnita, de las que no se pueden dejar hasta finalizarlas, entonces tomad nota de este nombre: Michel Bussi. Algunas de sus novelas han sido publicadas en castellano.
Como anzuelo adicional, os incluyo mi propia sinopsis de las tres que ya he leído (sin spoilers). Os puedo asegurar que no os decepcionarán.
"Un avion sans elle" ("Un avión sin ella").
En vísperas de la Navidad de 1980, un avión que cubre la ruta Estambul-París se estrella en el Mont Terrible, junto a la frontera franco-suiza del Doubs, en el este de Francia. Mueren todos sus ocupantes, pero se produce el milagro. Junto a los restos ardientes del avión se encuentra una canastilla con una niña de unos tres meses de edad, milagrosamente salvada de la catástrofe.
Pero a bordo del avión viajaban dos niñas de esas características. La primera era la hija de una pareja francesa de muy buena familia, residente en Estambul, que volvía a casa para pasar la Navidad. La segunda es la hija de una modesta pareja de Dieppe (en la costa normanda), a la que le había tocado el viaje en un sorteo. Hoy bastaría una prueba de ADN para deshacer el entuerto, pero eso no estaba disponible en 1980.
Se inicia una guerra sin cuartel, literalmente a muerte, entre las dos familias, lideradas por las respectivas abuelas, para demostrar que la niña superviviente es la suya. Una guerra que durará hasta que la niña alcance la mayoría de edad.
"Ne lâche pas ma main" ("No te sueltes de mi mano").
Una pareja francesa con su niña de seis años retoza complacida junto a la piscina de un resort de lujo en St. Gilles, en la Isla de la Reunión, en pleno Océano Índico. La mujer se levanta y dice que va un momento a la habitación. Pero nunca vuelve.
Con la esposa desaparecida y evidencias de lucha en la habitación, el marido es el sospechoso más probable para la Gendarmería de la isla.
Pero el padre, junto a su hija, inicia una huida imposible a través de la isla, perseguido por la más amplia operación policial jamás conocida en la Reunión. No tienen ninguna opción de escapar, pero finalmente consiguen llegar hasta la Anse des Cascades.
"N'oublier jamais" ("No olvidar nunca").
Jamal, un magrebí de La Courneuve, en el banlieu de París, con un pie ortopédico, disfruta de unos días de descanso en Yport, en la costa de Normandía. Una semana de estancia, que le tocó en algún sorteo, que se convertirá en una pesadilla para él.
A pesar de su discapacidad, una de sus ambiciones es la de participar alguna vez en la madre de todas las travesías alpinas en el Montblanc, por lo que cada una de las frías mañanas de Febrero sale a correr por la costa.
En lo alto del acantilado de Yport encuentra una bufanda Burberrys de cachemir rojo, enredada en una alambrada. La recupera y, un poco más adelante, encuentra a una chica bellísima, con el vestido destrozado, de pie al borde mismo del acantilado, que le amenaza con tirarse al vacío si da un paso más. Le lanza un extremo de la bufanda para que se agarre a ella, pero la chica da un tirón, se la arrebata y, a continuación, se precipita al vacío, cayendo en la playa, muchas docenas de metros por debajo.
Cuando Jamal llega junto al cadáver, ya hay dos testigos que paseaban por la playa. Pero también hay algo imposible: la chica lleva la bufanda perfectamente anudada en su cuello.
Jamal pasa a ser el principal sospechoso de haber empujado a la chica, quien sabe si tras agredirla y violarla.
Esta muerte recuerda a otras dos, sin resolver, que sucedieron en la misma zona diez años atrás, y el policía a cargo del caso bucea en los datos disponibles para cargarle a Jamal con los tres asesinatos.
Jamal no tiene más remedio que iniciar una fuga sin posibilidad alguna, en busca de la verdad, contando con la ayuda de Mona, una pelirroja que parecía conocerle, de la que se ha enamorado.
Sólo al final de la huida se hará la luz.
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