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(Introducción habitual: Señora Presidenta,...)
En Septiembre de 2015, los diputados y diputadas de este Parlament fuimos elegidos por los ciudadanos de Catalunya en las correspondientes elecciones autonómicas, con el fin de aportar las mejores soluciones para aumentar el bienestar de nuestro pueblo.
Dos de los grupos parlamentarios, Junts pel Sí y la CUP/CC, que totalizamos 72 diputados en esta Cámara, la mayoría absoluta, coincidíamos en nuestros respectivos programas electorales en el objetivo de convertir a Catalunya en un Estado independiente. Entendimos que este resultado electoral era un mandato democrático del pueblo de Catalunya para que trabajáramos en esta dirección y con este objetivo. Y nos pusimos manos a la obra.
Intentamos iniciar un diálogo político con el Gobierno de España, teniendo como primer objetivo el conseguir realizar un referéndum pactado para refrendar de ese modo el mandato democrático que habíamos recibido. Ese diálogo resultó imposible, ya que el Gobierno de España, de forma reiterada, se negó a hablar de los temas de los que nosotros queríamos hablar. Cuando un diálogo resulta imposible, a veces se debe a que nos bloquean las palabras, a veces a que son las personas las que se bloquean.
Seguimos adelante con la tarea de realizar un referéndum, aunque fuera no pactado, para saber si los ciudadanos de Catalunya eran o no partidarios de que Catalunya se convirtiera en un estado independiente en forma de República. Lo anunciamos en Julio de este año, y el 6 y 7 de Septiembre, en este Parlament, aprobamos las dos leyes necesarias para dar cobertura al referéndum y para definir la legalidad que regiría en Catalunya de forma inmediata y transitoria hasta las correspondientes elecciones constituyentes, si el resultado del referéndum arrojaba más votos a favor del Sí que del No.
A la celebración de este referéndum se opusieron con todas sus fuerzas tanto el Gobierno de España como los diversos tribunales. Desembarcaron en nuestra tierra miles de efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado. A pesar de las muchas dificultades, que todos ustedes conocen, y de que algunas fuerzas policiales desplegaron unos niveles de violencia gratuita e inadmisible contra la población civil que sólo quería votar, el referéndum pudo finalmente celebrarse. De su resultado ya informamos en su día en esta Cámara.
Pero debemos reconocer que las condiciones precarias en que tuvo finalmente que celebrarse, a pesar de los muchos esfuerzos de este Govern y de decenas de miles de ciudadanos voluntarios, no le otorgan las suficientes garantías para ser reconocido como tal por una democracia del siglo XXI ni por la comunidad internacional.
Algo habremos hecho mal cuando movilizamos a nuestro pueblo para votar el 1º de Octubre y no supimos, o no pudimos, garantizarle las suficientes garantías democráticas para que este referéndum pudiera ser aceptado por todo el mundo como tal.
A pesar de todo, entendimos reforzado nuestro mandato democrático por la abrumadora mayoría de votos Sí sobre los votos No recogidos en esa jornada.
Yo mismo, en la sesión plenaria de este Parlament del 10 de Octubre, asumí el mandato de que nuestro pueblo nos pedía mayoritariamente que Catalunya se convierta en un estado independiente en forma de república. Al mismo tiempo pedí la suspensión temporal de esta declaración, abriendo así un período de diálogo con el Gobierno de España. Nuestro objetivo era el de pactar y acordar los mejores términos que permitieran minimizar los muy graves efectos que podría tener una transición unilateral sin acuerdo de la otra parte.
Pero, de nuevo, este diálogo resultó imposible.
Alguna cosa habremos hecho mal cuando, una y otra vez, ha resultado imposible establecer un diálogo constructivo con el Gobierno de España.
Alguna cosa habremos hecho mal cuando cientos de empresas y compañías han trasladado su sede social fuera de Catalunya, huyendo de lo que perciben como inseguridad jurídica. Muchas de estas empresas fueron fundadas en Catalunya y algunas tienen un recorrido más que centenario a sus espaldas.
Alguna cosa habremos hecho mal cuando los líderes de dos asociaciones ciudadanas que nos han apoyado siempre lealmente en nuestra labor están actualmente en prisión preventiva y acusados del gravísimo delito de sedición.
Alguna cosa habremos hecho mal cuando llevamos meses forzando a nuestros ciudadanos a una movilización permanente que ya está provocando tensiones, nerviosismo, dudas, cansancio, desánimo y una más que evidente fractura social. Con el riesgo añadido de que en cualquier momento podría saltar una chispa que rompiera la actitud pacífica que siempre ha caracterizado a esta movilización.
Alguna cosa habremos hecho mal cuando estamos abocados de forma inminente a la suspensión del Govern de Catalunya y de sus instituciones autonómicas, que a nuestro pueblo tanto le ha costado desarrollar. Y todo ello apoyado por 250 diputados de los 350 que componen el Congreso de los diputados de España.
Podemos seguir pensando que el problema es que no nos entienden, pero debemos enfrentarnos con realismo a la situación actual. Tras profundas y largas reflexiones y consultas, hoy he venido a comunicar a este Parlament que ha llegado la hora de los sacrificios personales, para el bien de nuestro pueblo, al que no tenemos derecho a someter a más tensiones y dificultades.
Es por ello que, como President de la Generalitat, he decidido proceder a la disolución de este Parlament y a la convocatoria inmediata de elecciones autonómicas, en el convencimiento de que nuevos interlocutores pueden alumbrar nuevas soluciones. Esta misma tarde tendré el honor de comunicar esta decisión en el Senado de Madrid, que está estudiando la aplicación del artículo 155 de la Constitución, solicitada por el Gobierno de España, que quedará paralizada por esta decisión.
Muchas gracias.
Hola Bigas. Es una lástima que los bien-pagados asesores de Puigdemont no leyeran tu blog para evitar lo que finalmente ha pasado.
ResponderEliminarDe todos modos, discrepo contigo respecto la frase "algo habremos hecho mal ". Para los separatas la autocrítica dejó de existir hace mucho tiempo. Todos los problemas vienen de fuera y, quien no acepte esa Verdad - verbigratia tú y yo- es un facha españolista enemigo de Catalunya.
Espero que ni tú ni tu familia en Barcelona sufráis represalias por tu escaso compromiso con la Verdad.
Un abrazo.
Santi