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miércoles, 16 de noviembre de 2011

La Crisis de la Deuda, ¿o no?

España no está sufriendo una crisis de Deuda, sino una crisis de CONFIANZA, que se manifiesta con la presión de los mercados sobre la Deuda Pública.
Angela Merkel no parece muy satisfecha con lo que
le contaba Papandreu.
(Fuente: wikipedios)

Conviene tener en cuenta que los tradicionales inversores en Renta Fija y, en particular, en Deuda Pública, pertenecen al segmento más conservador: grandes Fondos de Pensiones internacionales (o nacionales), etc. Inversores que valoran una rentabilidad asegurada (aunque habitualmente reducida), sin ningún riesgo. Lo que es nuevo es que se ha transmitido a los mercados que la Deuda Pública soberana de algunos países europeos es una inversión de RIESGO, lo que sin duda habrá atraído a los tradicionales tiburones

Cuando la Deuda Pública se denominaba en la moneda nacional (marcos, francos, pesetas, liras, dracmas,...), no existía el riesgo de suspensión de pagos; si la economía nacional pasaba por problemas, se emitía más dinero, se devaluaba la divisa y todos tan tranquilos. Bueno, los inversores internacionales posiblemente suscribían al mismo tiempo un seguro de cambio, para evitar sorpresas derivadas de este hecho. Y ese seguro les costaba más caro para cubrir el cambio de las monedas más débiles.

Lo que, visto hoy, parece increíble, es que se haya construido la UE, y más especialmente la zona euro, contando con que a partir de unir varios países ya no haría falta recurrir a estos mecanismos (devaluación, fabricación de dinero,...). Especialmente cuando nuestros principales competidores (los Estados Unidos) utilizan el recurso de la inyección de dinero (léase fabricar dólares) a través de la Reserva Federal, cada vez que su economía lo precisa para seguir siendo puntera. Parece que en la Eurozona nadie había previsto que se llegara a una situación así.

Claro que el problema es que, si bien vivimos todos bajo el mismo techo (el del Euro), hay hermanos más ahorradores, y otros más dispendiosos. Unos ahorran todos los meses algo de la paga, mientras otros la tienen liquidada a mitad de mes. Si ahora aplicamos tabla rasa, pagarían justos por pecadores. Los hermanos ahorradores, lógicamente, se rebelan contra eso. 

Hoy todo ese riesgo financiero que los mercados perciben, se transfiere al interés que el Estado debe pagar por su Deuda. Y de ahí nace la inquietud que hasta las personas menos directamente interesadas en las finanzas, están teniendo por la llamada Prima de Riesgo.

España no tiene un problema específico de Deuda, ya que esta está sólo un poco por encima de los límites fijados en los Tratados de la Unión (el 60% del PIB), por debajo (en porcentaje) de otros países, no sólo como Italia o Grecia, sino como Alemania o el Reino Unido.
(Fuente: laproximaguerra)

Al mismo tiempo que se produce este efecto, los activos considerados más seguros (de riesgo nulo)  se convierten en refugio para el inversor y disminuyen su rentabilidad. Y ese está siendo el caso para el bono alemán. Esta reducción de rentabilidad, a su vez, contribuye a aumentar el diferencial, la Prima de Riesgo.

El problema de España es que arrastramos una economía básicamente estancada, sin crecimiento, y unos niveles monstruosos (el doble de la media europea) de desempleo. Se pinchó la burbuja inmobiliaria, y no se ve  un reemplazo en el horizonte. Elementos todos ellos que disminuyen la confianza del inversor en la economía española.

Conviene quizá intentar explicar cómo funciona el mecanismo de la Deuda Pública. En el caso del Tesoro de España, la Deuda Pública que se emite puede ser de corto plazo (Letras a 3, 6, 12 meses; emitidas al descuento), de medio plazo (Bonos a 3, 5,...años; con cupón anual de pago de intereses) u Obligaciones (a un plazo superior, también con cupón anual).

Instalados en el mecanismo de la Deuda, la mayor parte de la Deuda Pública que se emite se utiliza para disponer de dinero con el que amortizar las emisiones anteriores de Deuda, que llegan a su vencimiento.

Por la Deuda Pública (como por cualquier tipo de préstamo) hay que pagar un cierto interés, pactado en el momento de la emisión. Estos intereses a pagar tienen que estar previstos en el correspondiente capítulo de los Presupuestos Generales del Estado, igual que debemos prever la cuota de la hipoteca en nuestras economías domésticas.

Los títulos de Deuda son valores negociables. Esto significa que, aparte del Mercado Primario (la emisión por el Estado de nueva Deuda, y su compra, mediante subasta, por inversores particulares o institucionales, nacionales o internacionales) existe también un Mercado Secundario. En este último, un inversor puede ceder sus Títulos de Deuda a otro, a cambio de un cierto precio. Este Mercado Secundario es el que define la evolución de la Prima de Riesgo, en función de a qué parte de la inversión inicial está dispuesto a renunciar un inversor para deshacerse de los Títulos y hacerse con efectivo.

Se dice estos días en los medios que España necesita diariamente 600 millones de euros de Deuda. Esto, por supuesto, no significa que el volumen total de la Deuda necesariamente aumente en esa proporción; ya que la mayor parte del dinero obtenido por la venta de los nuevos Títulos se utiliza para amortizar los Títulos antiguos que llegan a su vencimiento. También se dice que podrían hacer falta 36.000 millones de euros al año (más que lo que el Estado gasta en subsidio de desempleo) para pagar los intereses de la Deuda. Esto no es todavía así, porque queda mucha Deuda emitida a un interés mucho menor. Pero la situación, si no se remedia, irá agravándose con el tiempo. 
(Fuente: trazacomex)

Porque si vence Deuda por la que se pagaba el 2% anual (por ejemplo) y por la nueva que se emite hay que pagar un 6%, Houston, tenemos un problema. Porque, aunque el volumen de la Deuda no haya aumentado, sí tiene que aumentar la provisión correspondiente para el pago de sus intereses. Este incremento contribuirá directamente a disminuir el superávit de las Cuentas Públicas (si fuera el caso), o a aumentar su déficit (que es el caso). Lo que, potencialmente, puede suponer una necesidad de más emisión de Deuda para poder hacer frente al pago de intereses. Entrando en una espiral de deterioro claramente diabólica.

El organismo responsable de gestionar la Deuda Pública en España es el Banco de España. Diariamente publica un Boletín del Mercado de Deuda Pública, donde se reseñan las operaciones registradas, así como el resultado de las últimas emisiones, el anuncio de las próximas, y el total de los Títulos de Deuda en circulación. En el boletín de este martes (número 5.898), señala que el total de la Deuda del Estado en circulación es de 581.445,79 millones de euros. Para un PIB que, en 2010, fue de algo más de 1 billón de Euros. En el entorno del 60%, razonable. Claro que hay que añadir toda la Deuda del resto de Administraciones del Estado (Comunidades autónomas, Diputaciones, Ayuntamientos, empresas públicas,...), y el importante problema de la elevada deuda privada que tenemos en España. Ay, ay, ay,...

El problema original, pues, en España no es de Deuda Pública, sino de falta de confianza, que se manifiesta en los mercados de Deuda.

Evidentemente, una posible solución a esta inagotable (y ya insoportable) tensión sobre los mercados de Deuda sería la emisión por parte de la Unión Europea de lo que se ha dado en llamar Eurobonos. Esa sería la tabla rasa de que hablaba antes, ya que, en las circunstancias actuales, pagarían justos por pecadores.

De forma muy esperable, Merkel se opone frontalmente a la emisión de Eurobonos. Porque su implantación (dado que la macroeconomía es pura cuestión de sumas y restas) significaría que a Alemania (que ahora mismo se está financiando a poco más del 1%, ya que sus Bonos son considerados por el mercado como un valor refugio), la Deuda pasaría a costarle el 2 ó quizá el 3%. Lo siguiente sería una pelea dentro de la Unión Europea para establecer penalizaciones a los países más díscolos, a los que más contribuyeran a aumentar la desconfianza de los mercados (de los inversores) hacia la Unión Europea en su conjunto. No habríamos avanzado realmente casi nada.

Lógicamente, los Eurobonos podrían institucionalizarse sólo después de establecer un único Ministerio de Economía Europeo, y de refundar un Banco Europeo que asumiera las funciones de los bancos centrales de cada país. Si no se hace así, seguiremos empantanados donde estamos, hundiéndonos cada vez más en el cenagal y las arenas movedizas.

En sí mismo, el mecanismo de la Deuda de los Estados (como el de los préstamos para las familias) es muy positivo, ya que permite poder abordar proyectos ambiciosos de largo plazo, lo que sería imposible sin esa financiación. La luz roja se enciende cuando un préstamo hay que utilizarlo para financiar el circulante, para sufragar los gastos corrientes.
(Fuente: ibtimes)

Por eso, la primera reacción de los políticos es la reducción de los gastos corrientes, los famosos ajustes y recortes. Estos tienen un efecto en el corto plazo, pero deterioran el capital (de todo tipo) del país, y dificultan su salida de la crisis. Lo podemos ver en la economía doméstica. Si empezamos a restringir indiscriminadamente los gastos, acabaremos encontrándonos con que no tenemos un traje decente con el que ir a una entrevista de trabajo, o que no podemos invitar a nadie a cenar en casa, porque habría que haber pintado y ya da pena. Estaremos dificultando la salida de la crisis.


Pero, insisto, el problema más grave que tiene España no es de Deuda. Es mucho peor, es un problema de desconfianza de los mercados en la evolución de la economía del país.

Una economía que está estancada. Este miércoles, el Gobierno ya ha reconocido que abandona su previsión del 1,3% de crecimiento para 2011, y se conforma con un 0,8%. El tercer trimestre (el del auge turístico, por cierto) se ha saldado en negativo. El paro no para de crecer, y ya tiene proporciones monstruosas, y amenaza seguir degradándose.


En esta situación, en tres o cuatro días estaremos frente a las urnas, para votar a quién confiamos las riendas del país los próximos cuatro años, para que intente enderezar tantos entuertos.

De Rajoy sólo se oye que todo se ha hecho mal, que tienen que hacerlo otros a partir de ahora, y el PP somos los únicos otros que tenéis. A mí me queda la sensación de que no nos ayudará a comprarnos un traje, pero montará un negocio de alquiler de trajes, para que dispongamos de uno el día de esa entrevista. En casa seguirán los desconchones y las manchas, pero montará un negocio de alquiler de comedores, para que podamos invitar dignamente a quien nos interese ese día. Quizá a algunos les vaya mejor, pero nosotros seguiremos pobres igual (o peor).
(Fuente: rioja2)

Rubalcaba se desgañita intentando desmarcarse del gobierno saliente, del que ha sido parte integrante. Pero transmite ciertos mensajes que me suenan mejor, como el de revisar la política fiscal, de un impuesto a los más ricos, o a los Bancos. Algo que tiene que ver con que el Estado pueda disponer de más recursos, sin recortar los derechos sociales básicos. Quizá tarde el país algo más en salir del hoyo, pero igual conseguimos salir todos.

Izquierda Unida completa el mensaje con una profunda revisión de la presión fiscal, y con el esfuerzo del Estado en aflorar la economía sumergida (que se sospecha signifique hasta el 23% del PIB). No tener ninguna esperanza de tener que asumir responsabilidades de gobierno les permite defender maximalismos, porque les resulta gratis.

Ver algunos mensajes que no van en la línea de las decisiones de los Organismos Internacionales (el FMI, la UE,...) donde sólo se plantean ajustes y recortes, me abre alguna esperanza de que, quizá, la marea azul no sea la única salida.

Y, mientras tanto, termino de decidir mi voto para el domingo.

JMBA

1 comentario:

  1. Escalofriante lo que explicas Bigas, como fiel seguidor que soy del blog de Santiago Niño Becerra (la carta de la bolsa), ya era consciente de que estábamos mal. Lo que tú nos cuentas me dice que ya hemos llegado a la fase terminal donde, lo único que nos queda, son cuidados paliativos a la espera de un desenlace tan previsible como inevitable.
    Lo suponía pero ahora tú me lo confirmas: Estamos endeudándonos para pagar las deudas.
    Creo que la riqueza, como la energía, no se crea ni se destruye, únicamente se transforma, pero en el proceso de transformación siempre hay pérdidas de energía en forma no recuperable, cosa que produce un aumento de entropía.
    La energía total del Universo es constante pero si tomamos un sistema aislado (España, por ejemplo) no podemos crear un móvil perpetuo de segunda especie donde la energía se conserva pero se va transformando una y otra vez.
    Nos hemos gastado toda la riqueza que debíamos generar en los próximos 30 años y encima nos lo hemos gastado en simples piedras sin ningún valor.
    A veces bromeo con nuestro común seguidor Manel, quien estuvo dedicado en tiempos al comercio de patatas, que volveremos a plantar patatas en el parque Joan Miró para poder comer como hacían los catedráticos soviéticos en los campus de sus universidades cuando se hundió la URSS.
    Un abrazo.
    Santi

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