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viernes, 25 de abril de 2014

Cigales: una pequeña joya poco conocida

Cigales (pop. 5.026) es un pueblo de la provincia de Valladolid, muy cerca de la capital, hacia el noroeste. Su nombre también corresponde a una de las Denominaciones de Origen de vinos de la provincia, que existe desde 1991.
Castillo de Fuensaldaña.
(JMBigas, Agosto 2012)

La D.O. cubre los vinos producidos en una serie de pueblos de la zona, que se distribuyen por el valle, siguiendo la alineación del río Pisuerga y la Autovía de Castilla (Valladolid-Palencia-Burgos). La mayoría están situados sobre la orilla derecha del río (Fuensaldaña, Mucientes, Cigales, Corcos del Valle, Trigueros del Valle, Cubillas de Santa Marta, Quintanilla de Trigueros y Dueñas, ya en la provincia de Palencia) y uno en la orilla izquierda (Valoria la Buena).

La producción tradicional de vino en la zona estaba centrado en el clarete o rosado, a partir de Tinta del País (Tempranillo), garnacha (tinta y gris) y diversas variedades blancas (verdejo, albillo). En la mayoría de pueblos de la comarca se pueden ver las antiguas bodegas, tanto familiares como comunales, excavadas en la arcilla de las colinas. Del monte asoman chimeneas y trampillas, que denotan la presencia de esas bodegas subterráneas. La uva se vertía por esas trampillas, y en su interior se producía el prensado y demás procesos hasta obtener los claretes.

Dentro de la Denominación de Origen existen actualmente tres docenas de bodegas que producen vinos rosados y también tintos, algunos de los cuales son muy remarcables, como comentaré más adelante.
Iglesia de Santiago, Cigales (Valladolid).
(JMBigas, Agosto 2012)

Visitar la zona desde Madrid se puede planificar como una excursión de día entero. Valladolid está a poco más de 200km. de Madrid, unido por una excelente autopista/autovía, parte de la cual, eso sí, es de peaje, incluyendo el Túnel de Guadarrama, que permite evitar el Alto del León. Existe también un muy buen servicio de trenes de Alta Velocidad entre Madrid y Valladolid (algunos con parada en Segovia), que ponen la capital castellana a una hora de Madrid.

Pero si se quiere recorrer un poco los diversos pueblos y bodegas, lo más recomendable es utilizar el coche, que es el medio que permite una mayor capilaridad.

La provincia de Valladolid siempre ha sido un poco la frontera difusa entre los reinos de León y de Castilla, hoy unidas (los leoneses se quejan que por oscuras intrigas a principios de los 80) en una única Comunidad Autónoma llamada Castilla y León. Yo todavía me acuerdo de las lecciones de geografía en el colegio; entonces se hablaba de un León de tres provincias (León, Zamora, Salamanca), y se incluía el estribillo de que algunos le añaden Valladolid y Palencia.
Bodegas subterráneas tradicionales, excavadas en la
arcilla de la colina, en Corcos del Valle.
(JMBigas, Agosto 2012)

De hecho, los pueblos de la zona de Cigales tienen características que los asemejan a los típicos pueblos castellanos, de valle o meseta, mientras que otros trazos te hacen recordar los pueblos del sur de la provincia de León, por Astorga o La Bañeza.

El pueblo más próximo a Valladolid capital es Fuensaldaña (pop. 1.455), a tan sólo 6km. Allí destaca su magnífico Castillo, construido por la familia Vivero (una familia noble de origen gallego) allá en el siglo XV, más como residencia que como fortaleza militar. Es un típico castillo de llanura, con una monumental Torre del Homenaje. Fue completamente restaurado hace pocas décadas, y se utilizó como sede del Parlamento autonómico de Castilla y León hasta que, en 2007, se inauguró su sede definitiva en Valladolid.

Cigales es el pueblo más grande, y allí destaca la Iglesia de Santiago (que se puede ver desde bastante distancia, al estar edificada en el lugar más elevado del pueblo). Se construyó en el siglo XVI, y se completó en el siguiente.
Bodega Cooperativa de Cigales.
(JMBigas, Abril 2014)

Pero, para mí, la joya de la comarca son sus vinos. Por supuesto los rosados (o claretes) que son los más tradicionales y económicos (la mayoría en torno a los 2-4€), al tratarse de vinos frescos sin crianza, para consumo en el año. Algunos son rutinarios, simplemente correctos, pero algunas bodegas se aplican para poner en el mercado vinos rosados que, en repetidas ocasiones han sido calificados como los mejores rosados de España.

Pero para algo tiene que servir la proximidad de la maravillosa zona vinícola de Ribera del Duero. Saliendo de Valladolid hacia el este, por la N-122 hacia Aranda de Duero (Burgos), uno se va tropezando con los grandes nombres de la Denominación. Actualmente, los tintos de crianza de Ribera del Duero tienen precios a partir, prácticamente, de los 15€, y muy habitualmente por encima de los 20€ para los más prestigiosos y conocidos.

Cigales comparte muchas de las características de suelo y clima con la Ribera de Duero. Y ello permite que algunas de las bodegas más imaginativas estén poniendo en el mercado unos maravillosos tintos de Crianza y Reserva, a unos precios muy atractivos. Y no cesan de ganar premios.
Bodega Hiriart, Cigales (Valladolid).
(Fuente: turismocigales)

Una de las explicaciones para conseguir este resultado es que existen bastantes plantaciones de viñas viejas (60-70 años) de Tinta del País (tempranillo), en vaso. Un ingrediente maravilloso para conseguir excelentes tintos de guarda.

Posiblemente una de las bodegas más conocidas de la Denominación sea la Finca Museum, que pertenece al grupo Barón de Ley. Está situada junto a la carretera VA-901, que une Cigales con Corcos del Valle. Desde la carretera se pueden ver las extensiones de viñedos que rodean la casa principal. Creo que es posible concertar cita para visitar la Finca, pero siempre que he pasado por delante he visto la verja cerrada, y eso resulta muy poco acogedor para un viajero como yo, más bien reacio a grandes planificaciones previas. Aparte de su Museum Reserva, comercializan bajo la marca Vinea un rosado correcto y un maravilloso Crianza de Tempranillo, que se puede comprar por menos de 7€. Con una calidad absolutamente equiparable con los mejores crianzas de Ribera del Duero, de 15 ó 20€.
Chimeneas de las bodegas subterráneas, en Fuensaldaña.
(JMBigas, Abril 2014)

En el pueblo de Cigales está la Bodega Cooperativa, que agrupa a muchos viticultores de la comarca. Su rosado Torondos es correcto, pero bastante rutinario (una maldición de la que las Bodegas Cooperativas tienen cierta dificultad para librarse), aunque se puede comprar por debajo de los 3€. También envasan en el formato BiB (Bag in a Box), de 5 ó 15 litros, un clarete (rosado) sin D.O. (se comercializa como Vino de Mesa) muy digno y que seguramente tiene la mejor relación calidad-precio. El BiB de 5 litros (que se puede acomodar en un frigorífico doméstico convencional) se puede conseguir por 7€ (a 1,40€ el litro, un precio prácticamente imbatible). La Bodega Cooperativa tiene una pequeña tienda abierta al público (en los horarios comerciales habituales), donde venden sus productos.

Pero, para mí, una de las joyas de la Denominación de Origen Cigales es la Bodega Hiriart. Se trata de una pequeña bodega familiar (producción anual en el entorno de las 150.000 botellas), ubicada en Cigales, aunque el acceso no es nada evidente, pues hay que internarse unos cientos de metros por un camino sin asfaltar. Su verja siempre la he visto abierta, para recibir al viajero y/o amante del vino ocasional. La bodega en sí es una construcción de arquitectura contemporánea, sobre una antigua bodega subterránea del siglo XVIII, de unos 400 metros cuadrados.
Zona de Bodegas-Restaurante, en Fuensaldaña.
(JMBigas, Abril 2014)

Lo que a mí me acercó a esta bodega fue un grafismo diferente y muy atractivo (en sus etiquetas y embalajes), obra de algunos artistas próximos a la familia que, según me reconocieron, se cobran sus creaciones en vino. Lo que me hizo cliente fiel fue la calidad de sus vinos, y el cariño con que los producen y con el que reciben al visitante.

Tienen tres tipos de rosados. El básico (Rosado de Lágrima) ya es excelente, por solamente 3€. A partir del jugo obtenido sin presión, por el simple peso de la propia uva. Su estrella es el Rosado Élite (por 5€), que ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales, en sus diversas añadas. Y también producen, al mismo precio, un Rosado sobre lías, con más profundidad de cuerpo.

A partir, principalmente, de cepas del clon moderno de Tempranillo, en espaldera, producen un Tinto Roble correcto. Y a partir, mayormente, de las viñas viejas de Tinta del País, producen un Tinto Crianza (por 7€) excelente, que nada tiene que envidiar a, por ejemplo, un Protos Crianza (por citar uno de los grandes nombres de Ribera del Duero) de 20€ o más. Vale la pena aprovechar este diferencial, mientras se pueda mantener.
Bodega "La Nieta", donde almorcé ese martes.
(JMBigas, Abril 2014)

El martes 22 de Abril me embarqué en una excursión a Cigales. Un día a caballo del Lunes de Pascua y el Día de San Jorge (23 de Abril, fiesta autonómica en Castilla y León, donde destacan las celebraciones en la campa de Villalar de los Comuneros).

A media mañana visité la Bodega Cooperativa y, a continuación, aparqué el coche en el pequeño patio interior de la Bodega Hiriart. Compré un par de cajas de sus rosados, y me interesé por los tintos, de los que hasta ese momento sólo tenía referencias indirectas. Quien me estaba atendiendo se empeñó en que probara su Tinto Crianza 2010, que ha ganado recientemente un Bacchus de Oro 2014. Me acompañó hasta el pequeño comedor anejo a la sala de recepción de visitantes. Allí estaba parte de la familia desayunando unos huevos fritos de excelente apariencia, con pan y chorizo, a lo que me invitaron. Como ya había parado hacía poco en Casa Lola de Rueda, donde me había apretado un apetitosísimo bocadillo de jamón ibérico, sólo cedí a un par de lonchas del choricito picante que tenían en la mesa. Me abrieron una botella del Tinto Crianza 2010, que me pareció soberbio. Especialmente por su magnífica relación calidad/precio.

Tuvimos un rato de conversación sobre vinos, lo que es un ejercicio muy placentero y difícilmente equiparable cuando se está degustando un buen tinto. Compré algunas botellas, que pienso proponer como cata ciega en la próxima recena que organice en mi casa. Algunos se van a sorprender.
Interior de la Bodega La Nieta, de Fuensaldaña. Se conserva
parte de la antigua maquinaria de prensado.
(JMBigas, Abril 2014)

Me regalaron al final una botella de su rosado básico Barguillas, obtenido por presión, con Denominación de Origen Cigales, y que se vende por 1,50€.

Tras completar la ruta por los pueblos de la Denominación, me dirigí hacia Fuensaldaña, para el almuerzo. Por toda la comarca (por ejemplo, en Corcos del Valle) se pueden ver las típicas bodegas subterráneas, excavadas en la arcilla de las colinas. Pero en Fuensaldaña, algunas de las antiguas bodegas comunales se han reconvertido en restaurantes de acceso público con las típicas especialidades contundentes de la zona. Destacan el lechazo (cordero lechal asado por cuartos) y las carnes de vacuno en sus diversos formatos (chuletón, solomillo,...). En esa zona de las afueras del pueblo hay media docena de Bodegas, de las que, en día laborable, alguna estaba cerrada, y vi otra que estaba en venta. Había por lo menos tres abiertas, y yo escogí La Nieta.

La disposición interior es parecida en todas. Junto a la entrada hay una zona de bar con su mostrador. Y luego uno desciende y se introduce bajo la colina hacia las profundidades de la bodega original. En La Nieta han conservado algunas de las maquinarias rudimentarias utilizadas en la época para la producción del vino local. La disposición interior permite tener varios comedores de tamaño medio (ocho o diez mesas), lo que limita el ruido ambiente.
Uno de los comedores en la Bodega La Nieta, de
Fuensaldaña (Valladolid).
(JMBigas, Abril 2014)

Llegué relativamente pronto (para lo que se practica habitualmente en España), hacia las dos menos cuarto. Y fui su primer cliente de ese día. Más tarde (dos y media, tres, e incluso más) acudieron más clientes. Su cercanía con Valldolid capital atrae clientes tanto particulares como de negocios. Con la impagable ventaja de que en el interior de la bodega no hay cobertura de móvil.

Como no soy muy de cordero (además el cuarto de lechazo es comida para dos, por lo menos), escogí un solomillo a la plancha, que resultó muy jugoso y de tamaño más que generoso. De entrada me ofrecieron unos boquerones fritos que resultaron deliciosos, de tamaño pequeño, pero no mucho, y que se podían comer enteritos (patito - patito), sin preocuparse de la espinita central.

En La Nieta ofrecen vino de la casa en jarra (tanto tinto como clarete) muy baratito. Pero ya que estaba de excursión vinícola, escogí una botella de Vinea Tempranillo Crianza 2010 (de la Finca Museum) por 13€, que resultó delicioso. El tercio de botella, o algo más, que quedó al terminar de comer se lo ofrecí, para su gran regocijo, a la familia que se había sentado en la mesa al lado de la mía.

Con un heladito de postre y café de puchero, la cuenta no resultó barata (48€), pero sí adecuada a la calidad de lo consumido y a la singularidad del entorno.
Parte del objetivo de una excursión vinícola, en el
maletero de mi coche.
(JMBigas, Abril 2014)

Tras un paseíto por la zona (para bajar la comida... y el vino) fumando el cigarrito imprescindible para después del almuerzo, inicié el camino de vuelta hacia Madrid.

Por supuesto, paré de nuevo en Rueda. Entre las salidas Rueda Sur y Rueda Norte de la autovía A-6, la antigua carretera cruza el pueblo, que está plagado de bares y restaurantes con tienda para la venta de vinos y otros productos deliciosos de la región. Esta vez visité por primera vez Maxi (el primer lugar a la derecha que se encuentra desde el acceso Rueda Norte) que se presenta como Vinoteca Productos Gourmet, y que había visto de paso en otras ocasiones. Allí compré unas botellas de un blanco verdejo fresco Verdeal, que me recomendaron y me dieron a probar.

Y luego paré en Casa Lola, en el otro extremo del pueblo, el primer lugar al que se llega desde el acceso Rueda Sur, que tienen una excelente vinoteca (y también otros productos gourmet). Allí compré algunas botellas, entre las que no me resistí a incluir una como la que bebí en el almuerzo en Fuensaldaña.

Y es que Valladolid, aparte de muchas otras maravillas, es tierra de excelentes vinos de todos los colores.

Desde Rueda seguí camino hacia Madrid (algo más de hora y media). Acabé llegando a mi casa pasadas las siete de la tarde, con tiempo más que suficiente para poder ver en la tele la semifinal de la Champions League, entre el Atlético de Madrid y el Chelsea, que acabó en empate a cero, dejando abierta la eliminatoria al partido de vuelta la próxima semana, en Stamford Bridge.

Aparte de las fotografías que he incluido para ilustrar este artículo, también podéis ver este breve vídeo de la Zona de Bodegas de Fuensaldaña (Valladolid).



JMBA


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