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martes, 23 de septiembre de 2014

Por Tierras de Burgos (3): Atapuerca y el MEH

Ya os he contado en capítulos anteriores nuestras paradas en el camino hasta Burgos, y nuestros paseos por la ciudad.

El martes 15 de Julio, nuestro segundo día de viaje, habíamos decidido dedicarlo casi por completo a los yacimientos arqueológicos de Atapuerca. Con visita a los propios yacimientos y al Parque Arqueológico por la mañana, y al Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos por la tarde.
Centro de Recepción de Visitantes de Atapuerca.
(JMBigas, Julio 2014)

En pleno mes de Julio, y previendo posibles aglomeraciones, reservamos por Internet la visita a los yacimientos para las 11 de la mañana (con salida desde el Centro de Visitantes de Atapuerca), y posterior visita al Parque Arqueológico para la una y media de la tarde.

La Sierra de Atapuerca es actualmente un referente obligado tanto para la arqueología como para la paleontología, en toda Europa. Los primeros hallazgos del llamado Homo Antecessor fueron completados en 2007 con el descubrimiento de una mandíbula humana de 1.200.000 años de antigüedad, que habría pertenecido al que se considera el Primer Europeo.

Esta Sierra, situada a unos veinte kilómetros de Burgos capital, ha demostrado ser asentamiento permanente de homínidos desde épocas muy remotas del Paleolítico. Consta que la Cueva Mayor ya era conocida en 1645, aunque los primeros indicios serios de restos prehistóricos empezaron a aparecer con la excavación de una trinchera para un ferrocarril minero, en el siglo XIX.
Parque Arqueológico, a unos cientos de metros del
Centro de Visitantes de Atapuerca.
(JMBigas, Julio 2014)

En 1978 se iniciaron las labores profesionales de excavación arqueológica y paleontológica. Actualmente se realiza una breve campaña anual de excavaciones durante unas semanas en el entorno del mes de Julio, dedicando el resto del año a las labores de datación, catalogación y demás, de los restos localizados. Los restos originales más significativos pueden hoy verse expuestos en el Museo de la Evolución Humana (MEH) construido ad hoc junto al río Arlanzón, en la ciudad de Burgos.

Nos dirigimos, pues, al Centro de Recepción de Visitantes de Atapuerca, junto al pueblecito del mismo nombre. Desde Burgos, el trayecto es de unos veinte kilómetros, y tardamos unos veinticinco minutos. Desde Burgos hay que tomar la antigua N-I en dirección al Norte (no la nueva autovía A-1, desde la que no hay acceso directo a Atapuerca), y desviarse luego a la derecha por la BU-701, en las cercanías de Quintanapalla, y luego de nuevo a la derecha por la BU-V-7012. 

Al llegar al pueblo de Atapuerca, el Centro de Visitantes ya está señalizado. Pasado el pueblecito, hay que desviarse a la izquierda y allí está el enorme edificio, con un generoso aparcamiento para los vehículos. Por si acaso, sus coordenadas son N 42,378820º O 3,497415º.
Equipo de trabajo, en plena campaña de excavaciones.
(JMBigas, Julio 2014)

Nos lo tomamos con tiempo, por si acaso, y llegamos allí apenas pasadas las diez de la mañana. En el mostrador de información compramos las correspondientes entradas correspondientes a nuestra reserva (11€ por persona). Y nos entretuvimos un rato con la exposición que había en esos momentos en el Centro, sobre el Sexo en la Prehistoria, titulada Sexo en Piedra.

Nos fuimos juntando un grupo relativamente numeroso (unas 30 personas), para la visita a los Yacimientos de las 11 de la mañana. Un poco antes de esa hora, llegó un autobús, al que montamos y que nos trasladó hasta la entrada a los propios yacimientos (un trayecto de unos diez minutos desde el Centro).

Para esa visita, y la posterior al Parque Arqueológico, nos acompañó una guía maravillosa, arqueóloga y poetisa, Eva Vallejo Güemez, que consiguió, con su conocimiento, entusiasmo y dedicación, que ambas visitas fueran muchísimo más interesantes y amenas de lo que podrían haber sido con un guía menos involucrado.
Nuestra guía, Eva, mostrando la evolución de la forma del
cráneo humano, con el paso del tiempo.
(JMBigas, Julio 2014)

En los Yacimientos se estaba en ese momento en plena campaña anual de excavaciones, por lo que la visita no podía realizarse por el camino al pie de los yacimientos, sino por el camino alto de los Miradores, desde el que tuvimos una excelente perspectiva de las diversas zonas de los yacimientos y de las propias labores de excavación.

La visita duró algo menos de una hora. Aunque el camino no es muy exigente (hubo algunas rampas de subida que provocaron algunos jadeos), la recomendación básica es llevar calzado cómodo y, en verano desde luego, llevar un gorro para proteger la cabeza del Sol y una pequeña provisión de agua. De hecho, durante la visita, uno de los niños que venía con el grupo sufrió una lipotimia sin consecuencias, resultado del calor y demás.

La visita se articuló en varias estaciones o paradas. En cada una de ellas, Eva nos fue contando las características principales de las diversas zonas, y nos comentó los diversos hallazgos realizados. Todo ello reforzado con alguna recreación gráfica de la posible apariencia de los homínidos de los que se han encontrado huellas en Atapuerca, o reproducciones de cráneos y otros hallazgos, que ilustran la evolución humana.
Aprendiendo a tallar la piedra, en el Parque Arqueológico.
(JMBigas, Julio 2014)

Aunque el recorrido está jalonado de paneles informativos, para un lego en la materia, como es mi caso, la visita podría resultar anodina, tediosa o incluso aburrida, ya que, finalmente, lo que se ve es tierra y piedras viejas. En Julio, también los equipos multidisciplinares, en plena campaña de excavaciones. Es por eso que el entusiasmo de nuestra guía fue definitivo para conseguir que, pese a todo, la visita resultara muy interesante.

Nos devolvieron al Centro de Visitantes pasadas las doce del mediodía, absolutamente acalorados y sudorosos. Tuvimos un tiempo, hasta la una y media, para descansar y rehidratarnos.

El Parque Arqueológico, situado a unos doscientos metros de distancia del Centro de Visitantes de Atapuerca, es un pequeño parque temático de la Prehistoria. La visita estaba prevista para la una y media de la tarde.

A pesar de la proximidad, nos recomendaron llevar el coche al aparcamiento que hay a la entrada de dicho Parque Arqueológico. Al terminar la visita, pasadas las dos y media de la tarde, y sin haber comido todavía, el paseo a pie de vuelta al Centro, a pleno Sol, hubiera resultado una tortura perfectamente evitable.
La obtención del fuego es el colofón a la visita
al Parque Arqueológico de Atapuerca.
(JMBigas, Julio 2014)

El recorrido por el Parque se articula con diversas actividades participativas, muy entretenidas, especialmente para los niños, con las que se ilustran las actividades cotidianas del hombre prehistórico: el trabajo de la piedra para conseguir armas que ayudaran en la caza de animales, las primeras técnicas de pintura con color, la caza en grupo de un bisonte (simulado, por supuesto), los diversos habitáculos, las primeras cabañas, etc. El recorrido culmina con la obtención del fuego, en la cabaña grande junto a la entrada. 

En toda la visita, de nuevo, el entusiasmo y la animación de nuestra guía fue definitiva para conseguir que resultara un trayecto ameno, a pesar de la solanera inclemente que caía como fuego a lo largo de todo el camino.

Pasadas las dos y media de la tarde terminamos las dos visitas. Volvimos al pueblo de Atapuerca y paramos en el Mesón Las Cuevas (recomendación de Eva), para comer alguna cosa. Decidimos renunciar al Menú del Día (con el calor, el sopor posterior hubiera sido invencible) y tomamos algunos bocatines como tentempié suficiente. De todas formas, si no hay prisa ni grandes cosas que hacer por la tarde, este Mesón Asador ofrece excelentes carnes a la brasa para una comida todo lo pantagruélica que se desee.
Catedral de Burgos, desde la explanada frente al
Museo de la Evolución Humana.
(JMBigas, Julio 2014)

Tras el refrigerio, volvimos a Burgos, al Museo de la Evolución Humana. Este Museo, inaugurado en 2010, ocupa un complejo de edificios diseñado por el conocido arquitecto cántabro Juan Navarro Baldeweg, y ocupa el solar del desaparecido convento de San Pablo, junto al río Arlanzón. El complejo es impresionante y enorme, y el MEH está preparado, desde luego, para acoger a un número de visitantes muchísimo mayor de los poquitos que estuvimos allí en esa tarde de martes.

Para evitar dejar el coche a pleno Sol, utilizamos el aparcamiento subterráneo del propio Museo (4,55€ pagué a la salida), al que se accede por la parte posterior, por la calle Burgense. El Museo se ubica a menos de un kilómetro de distancia, en línea recta, de la Catedral de Burgos, sobre la orilla opuesta del río, casi frente al Paseo Espolón.

En el MEH se ilustra la evolución humana desde la Prehistoria, con especial énfasis en los hallazgos producidos en Atapuerca. Los restos originales extraídos en las excavaciones, se exponen en sendos habitáculos oscuros (donde está prohibido tomar fotografías o vídeo), de modo que una cuidada iluminación centrada en las diversas piezas expuestas, permite destacar sus principales características. Una preciosidad para un lego, supongo que maravilloso para un entendido.
Recreación de una excavación arqueológica, en el MEH.
(JMBigas, Julio 2014)

En el resto del Museo se recrea, por ejemplo, el paisaje que debieron compartir los sucesivos habitantes de la Sierra de Atapuerca, en las diversas épocas, o las propias actividades de excavación y de posterior tratamiento de las piezas localizadas.

Globalmente, una visita interesante, que un lego puede realizar en poco más de una o dos horas y que, supongo, puede llevar semanas para cualquier experto arqueólogo o paleontólogo, que quiera empaparse de toda la trascendencia de los diversos hallazgos.

Desde la explanada de acceso al Museo, muy fría para mi gusto, demasiado cemento, se tiene una excelente visión de la Catedral, destacando por encima de los edificios circundantes, al otro lado del río Arlanzón.
Ilustrando la tediosa actividad de lavado e identificación
de hallazgos arqueológicos, en el MEH de Burgos.
(JMBigas, Julio 2014)

Finalizada la visita, tomamos un refresco en la terraza de una de las cafeterías del complejo.

Volvimos luego directamente al Hotel Puerta de Burgos. Tras descansar un rato, tomamos el autobús (línea 1) hasta el centro histórico, y acabamos cenando en la terraza exterior de Casa Ojeda, uno de los restaurantes más tradicionales y clásicos del centro de la ciudad.

Para el miércoles 16 habíamos previsto una ruta por el norte de la provincia de Burgos, por la zona conocida como de las Merindades. Pero eso será ya el objeto del siguiente capítulo.

Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una completa colección de 32 imágenes, pinchando en la siguiente foto.


También podéis ver este vídeo de algo más de doce minutos, que ilustra buena parte de las visitas y actividades de la mañana, tanto en los Yacimientos como en el Parque Arqueológico de Atapuerca.


JMBA

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