(Este es el último capítulo de la crónica de un viaje por Castilla-La Mancha, con objetivos tanto turísticos como enológicos. Podéis empezar leyendo los capítulos anteriores: 1) Los Molinos de La Mancha; 2) De Madrid a Toledo por un camino torcío; 3) De Toledo a Ciudad Real por Cabañeros; 4) La Mancha Húmeda)
El jueves 23 de Mayo desperté en el Sercotel Guadiana en Ciudad Real. Ese día tenía previsto visitar los dos pagos vinícolas de El Bonillo (provincia de Albacete), las Lagunas de Ruidera (visita que ya os he contado), y terminar el día en Albacete capital.
El jueves 23 de Mayo desperté en el Sercotel Guadiana en Ciudad Real. Ese día tenía previsto visitar los dos pagos vinícolas de El Bonillo (provincia de Albacete), las Lagunas de Ruidera (visita que ya os he contado), y terminar el día en Albacete capital.
El buffet de desayuno del hotel resultó bastante correcto. Y la sorpresa fue una invasión en el comedor de personas de todas las edades con camisetas que rezaban lo siguiente: Proyecto Arce. Leer favorece seriamente la salud. Lo curioso es que había gente de todas características, desde chicos y chicas en edad escolar o preuniversitaria, hasta abuelos y abuelas con muchos años encima.
No pude resistir la curiosidad y acabé preguntando sobre ese proyecto a un grupito de tres chicos que estaban charlando, y ya me contaron que se trata de un Programa animado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, para fomentar actividades culturales para adultos. Que ese grupo en concreto había estado por Madrid y que estaban terminando la semana en Ciudad Real. Los chicos a los que pregunté eran de Las Palmas de Gran Canaria, y se volvían para las Islas al día siguiente.
Buceando luego por Internet, he averiguado que ARCE es un Programa de Agrupamiento de Centros Educativos, con el objetivo de desarrollar actividades e intercambios culturales. Con participantes entre 18 y 81 años (o quizás incluso más).
Enorme campo donde cultivan ajos de la variedad Las Pedroñeras, frente a las Bodegas Sánchez Muliterno, en Pago Guijoso. (JMBigas, Mayo 2013) |
Muy curioso, pero aleccionador y me transmitió la esperanza de que un futuro mejor es posible, con la colaboración y participación de todos.
Desde Ciudad Real me dirigí hacia Ossa de Montiel, ya en la provincia de Albacete. Tenía previamente más o menos localizados los dos Pagos (Finca Élez y Pago Guijoso) en el término municipal de El Bonillo, pero sin mucha precisión. Sabía que debía tomar la carretera de Ossa de Montiel a El Bonillo, y debía tomar un desvío a unos 11 kilómetros de Ossa de Montiel. A través de Google Earth creía tener localizada la Finca Elez, y le había introducido las coordenadas al GPS. Pero este se negaba a aceptar ese lugar como punto de destino, pues en su cartografía no le constaba la existencia de camino alguno para llegar hasta allí.
En la web de Sánchez Muliterno (los dueños de Pago Guijoso), encontré unas instrucciones más o menos precisas para llegar hasta la finca, y decidí seguirlas. Pasados unos 11,5 km. desde Ossa de Montiel, encontré un desvío a la derecha, que era una pista de tierra. A su vez, la pista se bifurcaba en su mismo comienzo. Y había ciertas indicaciones de Pago Guijoso hacia la derecha, y de Manuel Manzaneque (el dueño de Finca Élez) hacia la izquierda.
Seguí la pista de la derecha por unos 6 km. hasta llegar a la entrada de la finca Pago Guijoso. La finca es muy extensa (cerca de 3.000 hectáreas) y está situada a unos 1000 m. de altitud. Allí nace el río Pinilla, que alimenta las Lagunas de Ruidera. En la finca se desarrollan diversas actividades económicas, como la agricultura, la explotación forestal de la madera, la caza, el turismo rural, etc. Dispone de una planta fotovoltaica, un bosque solar de 180.000 metros cuadrados, que incluso alimenta de electricidad a alguno de los municipios vecinos. Y, por supuesto, se cultivan viñas y se producen excelentes vinos, bajo la Denominación de Origen Protegida de Pago Guijoso. Hay cepas de las variedades más habituales: Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Tempranillo, en las tintas, y Chardonnay y Sauvignon Blanc en las blancas.
Ya dentro de la finca, seguí las indicaciones para llegar hasta la Bodega, y acabé frente a una puerta cerrada, donde se publicitaba la venta de vino en horario comercial. Por si acaso, había un timbre y un número de teléfono móvil, por si no hubiera nadie atendiendo cuando llegara el visitante. Curiosamente, frente a la misma Bodega hay un campo enorme, donde no se ven viñas sino que está dedicado al
cultivo de ajos de la variedad conocida como de Las Pedroñeras.
Llamé al teléfono móvil que indicaba el cartel en la puerta y, en unos diez minutos, apareció un chico para atender mis demandas.
Pago Guijoso produce cinco variedades de vino. Dos altos de gama monovarietales (Magnificus, tinto de Syrah; Divinus, blanco de Chardonnay); Viña Consolación, que cimentó la fama de esta bodega, un monovarietal de Cabernet Sauvignon; Vega Guijoso, un coupage de Merlot, Cabernet Sauvignon y Tempranillo; y recientemente han puesto en el mercado un Chardonnay fresco sin madera, el Flor de Divinus. Bajo la denominación genérica Vino de la Tierra de Castilla, también producen el tinto Finca La Sabina, un coupage de Syrah y Tempranillo.
Estuvimos charlando un rato, y el chico me mostró algunas de sus modestas instalaciones bodegueras. A fin de cuentas, sólo producen en total unas 300.000 botellas al año.
Me destacó lo curioso del hecho de que en toda la provincia de Albacete sólo haya dos vinos reconocidos con Denominación de Origen Vino de Pago, y que las dos fincas estén en el mismo municipio, y a la vista una de otra. También me informó de que, en la misma zona, recientemente se ha construido otra bodega absolutamente de nueva planta, pero que, por el momento, todavía no comercializan vinos. Veremos lo que ello da de sí.
Exposición de los vinos Manuel Manzaneque, en la Finca Élez de El Bonillo (Albacete) (JMBigas, Mayo 2013) |
Me dio la sensación de que, con una finca tan enorme, la producción de vinos no es, hoy por hoy, su principal preocupación y fuente de ingresos. Hay una realidad que conviene conocer. En las tres tiendas gourmet de la región que visité (en Toledo, Ciudad Real y Albacete) tenían en exposición y venta diversos vinos de la Finca Elez (Manuel Manzaneque), pero ninguna de las tres proponía ninguna variedad de Pago Guijoso. El dueño de la tienda de Albacete (de la que ya os hablaré más tarde) me dio alguna pista. El gran éxito de la Bodega Sánchez Muliterno fue la aparición del Viña Consolación, que se vendió durante años como churros calientes. Pero, según la versión del dueño de la tienda de Albacete, no midieron correctamente el impacto de sucesivos aumentos de precio y la sustitución de un enólogo de prestigio, lo que les habría dejado bastante al margen de los circuitos habituales de distribución. También insinuó posibles conflictos familiares, de los que nada sé con certeza.
Compré una muestra de los vinos que producen, que pagué, sin problema, con tarjeta de crédito.
Desde Pago Guijoso quería visitar a continuación la otra finca con Vinos de Pago, la Finca Élez de Manuel Manzaneque, que el chico me enseñó incluso visualmente en el horizonte. Pero no hay comunicación directa, por lo que tuve que desandar toda la pista hasta la carretera de Ossa de Montiel a El Bonillo, y tomar allí la desviación izquierda. Tras unos cuatro kilómetros más, llegué a las Bodegas de Manuel Manzaneque.
Tantée primero en la nave de la bodega, pero por allí no había nadie. Luego localicé a un operario que estaba realizando alguna labor en el exterior de la casa, y le pregunté por la posibilidad de comprar algunas botellas de vino. Con pocas palabras, me indicó que debía ir a la construcción principal, y me indicó el camino. Me dijo que él mismo iba para allá, para atenderme.
Efectivamente, cuando llegué frente al edificio principal, el operario ya estaba allí, y se puso a mi disposición para lo que yo quisiera comprar, de nuevo con absoluta parquedad de palabras y comentarios.
Me dio la sensación de que el principal, si no único, leit motiv de la Finca Élez es la producción de vinos. Disponen de 40 hectáreas de viñedos. El auténtico concepto de manual de Vinos de Pago.
Su vino estrella es el tinto Escena, predominantemente de cepas viejas de Tempranillo. Su Syrah es una referencia en España, pues esta fue de las primeras bodegas en apostar por este tipo de uva del Ródano, nada tradicional en el panorama vitícola español. Su Chardonnay con barrica es también una referencia, con una versión Especial para las mejores añadas. Producen otras dos variedades de vino tinto (Finca Élez Crianza - Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo - y Nuestra Selección - de las cepas más viejas de Cabernet, Tempranillo y Merlot). Recientemente han introducido en el mercado un blanco Chardonnay fresco sin madera, que está teniendo mucho éxito.
Escogí una muestra de su producción, que el operario me acondicionó en una caja, y que tuve que pagar en efectivo, porque aquí en el campo... teníamos un aparato, pero se estropeó...
Sin más liturgias, deshice el camino de la pista de tierra hasta la carretera principal, y seguí camino hacia las Lagunas de Ruidera, muy próximas a esa zona. Pero eso ya os lo he contado.
Había reservado para esa noche de jueves una habitación en el Gran Hotel de Albacete. Un poco más caro que otros hoteles de la ciudad, su ventaja es que está situado en un edificio señorial en el centro neurálgico de Albacete, frente al Ayuntamiento: la Plaza del Altozano.
Pero llegando a Albacete y antes de ir al hotel, tenía que visitar la tienda que había escogido previamente por Internet: Tu Rincón del Gourmet, en la calle Virgen de las Maravillas, 6. De nuevo tuve suerte, pues la zona era de aparcamiento restringido (de pago) y pude aparcar a menos de treinta metros de la tienda.
Este establecimiento tiene una buena variedad de vinos de todas las procedencias. Y su dueño, la persona que me atendió, manifestó muy rápidamente su satisfacción y felicidad de tener en la tienda a un cliente que parecía entender un poco de vinos.
Estuvimos charlando un buen rato. Le comenté las diversas visitas que había realizado a varios Pagos de la región, y le confesé mi sensación de que el Pago de Vallegarcía Viognier podría ser, muy probablemente, el mejor blanco de España. Me lo discutió, arguyendo la candidatura de un vino gallego, el As Sortes de Rafael Palacios, un Godello que, el dueño insistía, será sin duda la uva del futuro. Una botella de As Sortes (caro, casi treinta euros) acabó en mi selección de ese día. También me tentó con un poderoso tinto de la plana de Ocaña (Toledo), La Plazuela (caro, más de treinta euros) con el que ya había topado en la tienda de Toledo, pero allí había conseguido resistirme.
Completé la selección siguiendo los consejos del dueño de la tienda y, al final, me tocó de nuevo pagar en efectivo, porque el datáfono que teníamos se estropeó y... en fin.
Había reservado aparcamiento en el parking del propio hotel (bastante caro para una pequeña capital de provincia), al que se accede por una calle semipeatonal a la espalda del edificio del Gran Hotel. Es pequeño, pero manejable, aunque hay que reservarlo obligatoriamente con antelación. Si no, queda la opción de alguno de los Parkings Públicos próximos.
En recepción del hotel, atendida, por cierto, por una chica guapísima, pregunté por alguna recomendación para cenar. Me indicaron dos lugares próximos, y me acabé inclinando por el Asador Concepción, en una calle lateral junto a la Plaza del Altozano. El local, cuya existencia data de 1.994, se reformó por completo y fue reinaugurado en 2012. Actualmente, en un entorno de diseño, dispone de un comedor convencional, y una amplia cervecería con mesas altas para comidas más informales.
Escogí una de las mesas del comedor y cené estupendamente (unas croquetas variadas, una carne de beef Angus americano y un poco de queso curado de la región). Todo ello regado con un excelente tinto crianza Pago La Jaraba, que se produce en la zona del mismo nombre, a caballo entre los municipios de Villarobledo (Albacete) y El Provencio (Cuenca).
Tras la cena, el aire en el exterior estaba fresquito, seguramente no más de quince grados. Pero el paseíto hasta la Plaza del Altozano y el Gran Hotel era muy corto, por lo que no hubo ningún problema, a pesar de ir en manga corta (el día había sido soleado y más bien caluroso).
El viernes tocaba ya vuelta a casa, a Madrid. Pero tenía todavía un par de etapas que completar. Tras el desayuno, un buffet completo y muy correcto, bajé el equipaje por la docena de escalones de acceso al Parking, y puse dirección hacia el pueblo de Huete, en la provincia de Cuenca.
Huete está en la comarca conocida como la Alcarria conquense (la más conocida es la de Guadalajara). Y en esa comarca, la viña no forma parte de los cultivos habituales. Sin embargo, en 1980 se creó la pequeña bodega familiar de los Uribes Madero, naturales de la zona, dominando el valle del río Mayor. Al principio, crearon pequeñas plantaciones de viña con la que fueron experimentando, hasta que en 1992 salió al mercado el primer vino de la finca: Calzadilla. Un tinto de larga guarda, que pronto empezó a ser de culto por parte de los amantes de lo excelente, pero fuera de los senderos más transitados.
Estuches para botellas de vino del Pago Calzadilla. A la izquierda, Gran Calzadilla. A la derecha, estuche mixto (Classic, Allegro y Opta). (JMBigas, Junio 2013) |
El éxito de la iniciativa llevó a la construcción del Pago Calzadilla tal y como es hoy, con una finca de 26 hectáreas, de las que 20 están dedicadas a viñedos. Obtienen anualmente unos 100.000 kilos de uva, con la que producen, hoy por hoy, solamente vinos tintos de larga vida. Aunque en principio las variedades eran las más habituales (Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon), en 1992 se plantó también la variedad Syrah. La mayoría de viñedos se extiende por las lomas del Cerro La Pájara, a unos 1.000 metros de altitud. Su excelencia y meticulosidad en la elaboración les ha valido el reconocimiento de una Denominación de Origen Protegida (Vino de Pago) Pago de Calzadilla.
Sólo sabía que el Pago Calzadilla se encuentra en el término municipal de Huete (pop. 1.924), saliendo del núcleo urbano en dirección a Caracenilla. Seguí las indicaciones y, efectivamente, tras unos tres kilómetros, llegué a un desvío donde está la entrada al Pago Calzadilla.
La verja estaba cerrada, pero llamé al timbre, manifestando mi deseo de comprar algunas botellas de los excelentes vinos que allí producen. Me abrieron la verja, y subí con el coche por el camino hasta el edificio principal de la bodega (que tiene una indicación de fecha: Calzadilla Año 2000).
El entorno en esa zona junto a la Bodega es idílico, con un jardín muy cuidado. Y mirando hacia el exterior, se pueden ver los viñedos.
Me recibió una chica muy amable, que me explicó los vinos que producen y lo que podía comprar. Su vino estrella es el Gran Calzadilla, procedente de las cepas más viejas y seleccionadas de Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Tienen un monovarietal de Syrah, que es casi legendario, al que actualmente subtitulan como Allegro, y un tinto (apellidado Classic) que es un coupage seleccionado de Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah y Garnacha. En los últimos años han puesto en el mercado un tinto más joven, el Opta (Tempranillo, Garnacha y Syrah).
Para facilitarles la venta, no se puede pedir cualquier combinación de productos. Los tres tintos se pueden comprar por cajas de seis botellas, y el Gran Calzadilla en un embalaje unitario. Pero tienen también unos estuches especialmente diseñados y pensados para el visitante de la bodega. El estuche de tres botellas lleva una de cada variedad de tinto (Classic, Allegro, Opta) y el estuche especial contiene una botella de Gran Calzadilla (excelente, pero caro, por encima de los 30€). Os he añadido unas fotos de los estuches, que bien lo merecen.
Me quedaba todavía una última etapa, esta vez en la zona de influencia de la Denominación de Origen Uclés, en la provincia de Cuenca. Se trata de las Bodegas Fontana, una bodega mucho más convencional, pero que ha conseguido cotas de excelencia con algunos de sus productos, como el mítico tinto Quercus o el Gran Fontal. La bodega se encuentra a la entrada del pueblo de Fuente de Pedro Naharro (pop. 1.349), junto a las enormes bodegas cooperativas del pueblo, las de Nuestra Señora de la Soledad. En el lateral de la bodega tienen una tienda para la venta al público.
Producen vinos bajo la Denominación de Origen Uclés, pero también D. O. La Mancha, así como Vinos de la Tierra de Castilla. Todo ello dependiendo de las exigencias de cada denominación de origen.
Su Quercus y Gran Fontal son de Tempranillo 100%, mientras que el Dueto es un coupage bordelés de Cabernet Sauvignon y Merlot. También producen vinos más básicos, como los Fontal (blanco, rosado, roble, crianza) bajo D.O. La Mancha, los Mesta (blanco de Chardonnay y Moscatel de grano menudo, rosado y tinto de Tempranillo) o los más selectos Esencia, bajo D.O. Uclés.
También producen un curioso vino tinto dulce de Tempranillo, por vendimia tardía (en Diciembre) de uva sobremadurada. Se trata del Pago El Púlpito.
Compré una muestra de su producción, con especial énfasis en los vinos singulares.
Iba ya a tomar el camino de casa, donde podía llegar a la hora de comer, cuando me asaltó una última curiosidad. Tanto en Toledo como en Albacete me habían hablado de La Plazuela, un tinto robusto. De hecho, llevaba una botella de muestra en la compra de la tienda de Albacete. Este vino lo producen las Bodegas Ercavio en Cabañas de Yepes (Toledo). Este es un proyecto de tres enólogos y amigos, que iniciaron la idea de Más que Vinos como una asesoría enológica, y acabaron por instalar su propia bodega, primero en Dosbarrios y luego, en el 2007, en la nueva bodega de Cabañas de Yepes.
No tenía muchos datos de su ubicación, pero como escasamente serían las doce y media del mediodía, decidí realizar una última etapa, por ver si tenía suerte. Me dirigí a Cabañas de Yepes (pop. 305), un pueblecito cercano a Ocaña. Pero entré y salí del pueblo en media docena de ocasiones, por todas las rutas posibles, tratando de localizar la bodega, pero fui incapaz. Y los únicos peatones que vi en el pueblo tampoco supieron darme razón.
Como, además, ya era esa hora maldita de la playa del mediodía, decidí abandonar y dejar la tarea pendiente para otra ocasión. Tomé el camino de Madrid y acabé llegando a casa pasadas las tres de la tarde, para comer tranquilamente, tras toda la semana de rondar por tierras de Castilla-La Mancha. De hecho, recorrí en el coche un total de 1.868 kilómetros en los cinco días.
Y hasta aquí la historia de este bonito viaje. Con bastantes botellas de vino en el maletero, para ir degustando durante los próximos meses. Habiendo visto algunos preciosos parajes naturales, y habiendo conocido de primera mano la nueva vitalidad que tienen algunas Bodegas y Pagos de la región.
Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este capítulo, podéis acceder a una colección muy completa de 45 fotografías de todas las bodegas que visité en el curso de este viaje, incluyendo imágenes extraídas de Google Earth, con detalle de las coordenadas de cada una de ellas. Basta con pinchar en la siguiente fotografía.
JMBA
Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este capítulo, podéis acceder a una colección muy completa de 45 fotografías de todas las bodegas que visité en el curso de este viaje, incluyendo imágenes extraídas de Google Earth, con detalle de las coordenadas de cada una de ellas. Basta con pinchar en la siguiente fotografía.
Pagos Vinícolas en Castilla-La Mancha |
JMBA
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