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miércoles, 1 de agosto de 2012

La Catedral de Tarazona

Para mi pequeño periplo por tierras aragonesas (del que ya os he ido dejando huellas en los últimos días), decidí escoger Tarazona como base de operaciones durante dos días. Tarazona es la población aragonesa más importante de la zona del somontano del Moncayo (pop. 11.121), en el extremo noroccidental de la provincia de Zaragoza, y rivaliza en liderazgo con Tudela (a poco más de una veintena de kilómetros, ya en Navarra).



Diversas imágenes del exterior de la Catedral de Tarazona
(JMBigas, Julio 2012)

En Tarazona hay un par de hoteles de tres estrellas (aparte de otras propuestas). La Merced de la Concordia está en pleno centro del casco antiguo, mientras que Las Brujas de Bécquer está en las afueras del pueblo, junto a la carretera de Zaragoza. Muy curiosos los dos como nombres de hotel. Dado que el acceso (y el aparcamiento) en el casco antiguo resulta muy complicado, decidí escoger Las Brujas de Bécquer como mi punto de escala en Tarazona. Se trata de un hotel de carretera, con un excelente restaurante (llamado simplemente Brujas), y una cafetería muy concurrida. También dispone de salas para celebrar reuniones, seminarios, cursos, etc.

Las dos noches que estuve en el hotel cené en su magnífico restaurante. La primera noche fue una cena gastronómica a la carta (acompañada de un glorioso tinto: Peñazuela de Ainzón Garnacha, de Bodegas Santo Cristo). La segunda noche cené un modesto (pero muy digno y correcto) Menú del Día, acompañado de un discreto tinto joven: Coto de Hayas de Bodegas Aragonesas de Fuendejalón.
Celosías de yeso, en los ventanales que dan al claustro
(JMBigas, Julio 2012)

El pozo, en el centro del claustro de la Catedral de Tarazona.
(JMBigas, Julio 2012)

Cimborrio de cuatro cuerpos de altura, el único en todo Aragón.
(JMBigas, Julio 2012)

Por el contrario, el entorno del hotel no tiene nada de glamour. Está en la carretera, junto a una gasolinera y frente a un Polígono Industrial. Y, además, el paseo a pie hasta el pueblo es demasiado largo e incómodo para resultar agradable. La Catedral está a más de kilómetro y medio, mientras que para llegar al casco antiguo hay que recorrer más de dos kilómetros. Y buena parte por el arcén de una carretera por la que circulan multitud de camiones. Pero, lógicamente, el hotel no tiene ningún problema de aparcamiento.

Llegué allí el lunes por la tarde (tras haber visitado Veruela y el Campo de Borja), y el martes me fui de periplo por Navarra. Pero regresé prontito por la tarde (como a las cinco), para tener tiempo de visitar la Catedral de Tarazona.

La Catedral de Santa María de la Huerta ha estado cerrada al público por obras de restauración y puesta en valor durante los últimos más de treinta años. Pero la primera fase de la restauración fue inaugurada a principios de 2012 por los Reyes de España, y actualmente está abierta para la visita del público, aunque todavía quedan muchas labores de restauración en curso o pendientes de ser abordadas.



Diversos detalles de la Catedral de Tarazona
(JMBigas, Julio 2012)

Tarazona está ubicada en el valle medio del río Queiles, y el casco antiguo ocupa una elevación del terreno. La Catedral, que empezó a construirse en el siglo XII, no está en ese núcleo del pueblo, sino algo alejada de él (a casi un kilómetro de distancia). Según parece, se construyó allí aprovechando un templo mozárabe que ya existía en ese lugar. Se trabajó en sus distintos elementos durante varios siglos, destacando los XV y XVI, trabajos realizados principalmente por mudéjares, utilizando los elementos más abundantes y económicos disponibles en la comarca: el ladrillo. Así, su fachada responde al más puro estilo mudéjar.

Su cimborrio, el único en todo Aragón con cuatro cuerpos, se construyó en los años 1543-45.

Actualmente, es posible visitarla accediendo por uno de sus laterales (perfectamente señalizado). La visita cuesta 4€, más 1,50€ si se trata de una visita guiada. Yo tuve cierta suerte, y llegué justo cuando estaba empezando la última visita guiada del día, y me pude sumar al reducido grupo de visitantes.
Nuevos ornamentos urbanos, en la calle de San Antón,
frente a la Catedral y al Palació-Jardín de Eguarás.
(JMBigas, Julio 2012)

Desgraciadamente no permiten tomar fotografías en su interior. Pero la guía, no sólo muy conocedora de todo lo relacionado con la Catedral, sino absolutamente entusiasta, nos contó todos los entresijos de lo que se ha ido descubriendo durante las costosas obras de restauración. Lo que más llamó mi atención fueron algunas de las pinturas que han vuelto a la vida gracias a la restauración practicada. De una parte, hay coloridos muy poco habituales en la mayoría de catedrales. Algunas pinturas son de una ternura entrañable (como un pequeño medallón con una carita de ángel) mientras que otras le costaron la excomunión al deán de la Catedral, por representar figuras paganas (sibilas, por ejemplo), justo por la época en que se celebró el muy reaccionario Concilio de Trento.

Los ventanales de la nave principal no tienen cristal, sino traslúcido alabastro, abundante en la región.


Hotel Las Brujas de Bécquer, en Tarazona. Edificio principal,
zona de aparcamiento y vista anodina desde la terraza de la habitación.
(JMBigas, Julio 2012)

Algunas capillas ya están totalmente restauradas, pero en otras todavía queda mucha labor por hacer. Además, se han descubierto bajo alguna de ellas restos de edificaciones anteriores, y habrá que tomar decisiones sobre cómo dar valor y resaltar todos esos hallazgos.

El claustro, no muy grande, tiene un pozo de agua y unas curiosas celosías de yeso, que yo no había visto, ni siquiera parecidas, en ningún otro lugar. Del claustro sí podéis ver algunas fotografías.

Para abordar la costosa restauración, se creó la Fundación Tarazona Monumental, una entidad sin ánimo de lucro cuyo fin es promocionar turística y culturalmente la ciudad de Tarazona, a través de la restauración y difusión de su Patrimonio Cultural.

Lo que pagan los visitantes por la visita son ingresos para esta Fundación, a fin de hacer frente a todos los trabajos que todavía quedan por hacer.
Vino promocional, para financiar la
Fundación Tarazona Monumental.
(JMBigas, Julio 2012)

En la misma calle San Antón, frente a la Catedral, se encuentra el Palacio-Jardín de Eguarás que, igualmente, se encuentra en fase de restauración. En la calle, frente a este palacio, ya se han dispuesto unos mástiles ornamentales (supongo que serán puntos de luz), que también podéis ver en las fotografías que os incluyo.

Dos empresas de la comarca han tenido una loable y modélica iniciativa para recaudar fondos para esta Fundación, y así poder acelerar las obras de restauración. Las Bodegas Borsao (D.O. Campo de Borja) y el Espacio Brujas (justamente, el hotel donde yo me hospedé), han puesto en el mercado una botella de vino conmemorativa de La Catedral de Tarazona, que está a la venta por 10€ en el propio hotel, en las Bodegas y en otros lugares frecuentados por los visitantes. Todo el beneficio de su venta será donado a la Fundación Tarazona Monumental, para contribuir a su financiación.

Por supuesto, yo compré una de estas botellas (podéis ver incluso alguna foto de ella). Cuando visitéis Tarazona, no os podéis marchar de allí sin (al menos) una de estas botellas de excelente vino, que contribuye de forma tan decidida con la labor turística y cultural de la Fundación.

Desgraciadamente, no pude disponer de más tiempo para patear un poco el casco antiguo, que sólo recorrí someramente en el coche. Pero la circulación por las calles angostas es muy complicada, y las obras en la plaza central la hace todavía más laberíntica.

Desde luego, Tarazona bien merece un alto en el camino, para todo el que viaje por la zona. Aunque sólo sea para visitar su magnífica y singular Catedral.

JMBA

1 comentario:

  1. Hotel Brujas de Becquer. Siguenos en Facebook
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