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jueves, 3 de marzo de 2011

Sortu: Otra Oportunidad Perdida

Cuando se hizo pública la formación de este nuevo partido de la izquierda abertzale vasca, yo lancé las campanas al vuelo, confiando en que esta vez sí iba de veras.
Acto de presentación de SORTU
(Fuente: orange)

Tenía la esperanza de que la izquierda independentista hubiera, por fin, entendido la necesidad de integrarse en el juego político normal, que estuviera plenamente dispuesta a renunciar y a renegar de la violencia, como absolutamente negativa y contraproducente para sus propios objetivos políticos.

Me parece que tener un grupo político legal en ese arco de las ideas sería un beneficio para todos, y contribuiría de forma muy decisiva a la normalización de la convivencia en el País Vasco. A la par que daría su voz a los ciudadanos vascos que sienten la independencia como un objetivo político por el que luchar (pacíficamente). No comulgo con sus ideas, y opino que los nacionalismos exacerbados y el independentismo son contrarios al progreso, van en contra del avance de los tiempos, y son básicamente retrógrados y reaccionarios. Pero la democracia consiste en eso, en dejarse la piel para que también tengan voz los que piensan completamente diferente de lo que yo pueda pensar. Así es el juego democrático.

Sin embargo, transcurridas solamente unas semanas desde su puesta de largo, ya parece evidente para (casi) todo el mundo que los lastres siguen ahí, que el peso de una historia y un pasado siguen inclinando la balanza hacia la comprensión de la existencia de una banda armada que, nominalmente por lo menos, defiende unos objetivos parecidos. Y digo nominalmente, porque ETA hace mucho tiempo, si alguna vez lo fue, que dejó de ser un grupo guerrillero separatista vasco o nada parecido. Por lo menos desde el advenimiento de la democracia a España (si no desde siempre), su existencia no tiene ninguna justificación política en absoluto, y se limita a ser una banda armada radicalmente mafiosa y poblada por delincuentes.

Semanas antes de aparecer Sortu a la palestra pública, ETA había anunciado un alto el fuego permanente y verificable, que está demostrando ser pura palabrería para ganar tiempo, y que no responde a ninguna clara voluntad de la banda de disolverse, de desaparecer y de limpiar su imagen con la Justicia, de pagar sus delitos y de iniciar una reinserción pacífica. Aunque desde el principio estaba claro que ese comunicado no era lo que la sociedad esperaba de ellos, las últimas detenciones de comandos perfectamente armados, con existencias de explosivos y listos para actuar matando, que es lo único que saben hacer, por lo que parece, ha venido a confirmar el temor de que ese alto el fuego no pasa de la pura palabrería y, desde luego, no es nada verificable.
Presentación de los Estatutos (9/2/11), acompañados
de algunos miembros del Sinn Fein irlandés
(Fuente: catalunyapress)

Sortu tenía una ocasión de oro para progresar hacia la normalización y confirmar que lo que ha escrito en sus estatutos de encargo responde a la realidad de sus pensamientos, ideas y sentimientos. En lugar del silencio que han practicado, podían haberse sumado al aplauso de la sociedad por la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que sí van en la dirección de conseguir normalizar la convivencia. Pero el lastre les puede, son los mismos y lo mismo que eran, y lo que han escrito y han dicho para conseguir llegar a las elecciones y ocupar algunas instituciones, es pura palabrería táctica e interesada. O, lo que es mucho peor, no pueden morder la mano que les da de comer.

Visto lo visto, lo más normal que vaya a suceder en las próximas semanas es que no progrese su legalización y no puedan, por tanto, participar como grupo en las elecciones de Mayo. Este mismo jueves, el abogado general del Estado ha elevado una demanda en esta dirección, incluyendo informes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que abonan esta visión.

Es una pena, un disgusto y un desengaño ver que las peores expectativas se han cumplido, y que todo el entramado no ha resultado ser sino otra oportunidad perdida. Y eso los mismos días en que una encuesta revela que un porcentaje no despreciable de la población vasca opina que es lícito el recurso a la violencia. Eso ya no puede titularse más que de enfermedad social. Una parte (pequeña, pero no insignificante) de la sociedad vasca está enferma, y contagia al resto, provocando una falta de normalización que no parece que hayamos sido capaces de superar hasta ahora.

La izquierda abertzale (y todos sus simpatizantes) debe entender, de una vez por todas, que su única viabilidad de futuro es la desaparición por completo de ETA, su disolución, la entrega de las armas, la purga de los delitos; y confiar que la sociedad vasca (y toda la sociedad española en general) podrá olvidar, porque es inútil pedirle que perdone. No hay atajos, ni terceras vías. En un mundo libre y democrático como el que habitamos, no tiene ningún sentido recurrir a la violencia para defender cualquier idea. Porque todos debemos entender que nuestra idea no es la única idea y, desde luego, que nuestra idea no es la única válida.
Logo de la organización pendiente de legalizar
(Fuente: zangotzahitza)

Y visto lo visto, la única posibilidad que tiene la izquierda abertzale es liberarse, de una vez por todas, del lastre de ETA. Y luego formar un nuevo partido con intenciones estratégicas y no tácticas, sin elecciones a la vista, dispuestos a desempeñarse en la vida pública democrática extrainstitucional, para convencernos a todos y a ellos mismos de que ese es el único talante aceptable. Si consiguen vivir dos años (por ejemplo) demostrando que lo han conseguido, que su talante es democrático, a pesar de que sus ideas son diferentes, o incluso muy diferentes de las de otros (pero ¿quién no piensa diferente que otro vecino?); demostrando que están desligados de toda violencia y que están dispuestos a jugar el juego democrático en el que estamos todos los demás; entonces podrán tener un papel en las instituciones. Pero está claro que, en las instituciones, no caben políticos filoetarras que justifiquen la violencia. No caben políticos que hagan apología de la delincuencia y de los delincuentes, por cierto llámese ETA o llámese corrupción.

Seguro que debe haber algunas personas bienintencionadas en Sortu, pero han perdido la batalla frente a los de siempre. Y no hay peor insensatez que pensar que el resultado será diferente haciendo lo mismo de siempre.

Ya no les queda otra opción. Las posibles alternativas las han ido quemando una detrás de otra.

JMBA

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