Tiene el castellano fama de ser un idioma donde el arte de insultar alcanza su máximo esplendor. Por flexibilidad, sutileza y amplitud de matices.
Javier León de la Riva Alcalde de Valladolid (Fuente: pedroherrero) |
Hace unos años, un andaluz de Sanlúcar y residente en Sevilla, nos contó toda la panoplia de utilización del socorrido "hijo de puta". Dependiendo de la entonación y el contexto, esa expresión podía ser desde una muestra de admiración y envidia, hasta insulto degradante. Un "qué hijoputa" puede ser un halago, y tener el mismo significado que "qué listo" por ejemplo. Claro que dependiendo de la zona de España los significados varían.
Sin embargo, la cuadra de los políticos sigue instalada en la mediocridad militante, y en la zafiedad previsible. Para ellos, el catálogo de insultos está en la práctica limitado a los tres clásicos.
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, estas serían las acepciones:
Cabrón, na.
1. adj. coloq. Dicho de una persona, de un animal o de una cosa: Que hace malas pasadas o resulta molesto. U. t. c. s.
2. adj. vulg. Se dice del hombre al que su mujer es infiel, y en especial si lo consiente. U. t. c. s.
Puta
1. f. prostituta.
Prostituto, ta
1. m. y f. Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero.
Maricón
Y ahí tenemos todo el catálogo de insultos que manejan nuestros políticos. Y resulta curioso que las tres palabras tienen acepciones relacionadas con actitudes diversas frente al sexo. Parece claro que la profunda educación judeocristiana de esta sociedad nos ha dejado marcados por el lado de los genitales.
Leire Pajín Ministra de Sanidad, Igualdad y Política Social (Fuente: lileth) |
El rifirrafe reciente empieza con el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, que hizo, frente a un micrófono, un comentario soez, zafio y de clara sugerencia sexual, sobre los labios de Leire Pajín. Las feministas montaron en cólera. Y tienen razón hasta cierto punto. Porque, posiblemente, ni hombre ni mujer harían comentarios de parecido cariz sobre un hombre público. Aunque nunca se sabe, que este país es muy suyo.
Pero el tema desborda ese aspecto. Me parece muy sucio el criticar (depreciar o despreciar) a una persona pública por su aspecto físico. Lo profesional y lo personal debe mantenerse siempre en esferas separadas. El tema sería parecido si insultamos (¿¿??) a Rubalcaba llamándole calvo, o al ministro de Justicia llamándole gordo.
José Blanco, Ministro de Fomento (indicando cómo la tiene Rajoy) (Fuente: forodeltransporteyelferrocarril) |
Claro, una salida de tono de ese estilo provocó las iras y las reacciones de los demás, especialmente de los adversarios políticos. En este campo se significó José Blanco, que ya había llamado mariposón (la deformación de maricón para la hora del té con la abuela) a Rajoy hace un tiempo. En estos últimos días, al hilo de la agenda política de Rajoy, manifestó que se le ve el plumero. Evidentemente, esta frase aislada no tiene más sentido que deliberadamente esconde algunas cosas que le podrían perjudicar. Pero, con sus antecedentes, todo el mundo se lo tomó por el lado más punzante, y entendieron que había recaído en sus manifestaciones anteriores. Yo le oí, a José Blanco, en la radio desmentir esa interpretación. Pero, claro, qué iba a hacer.
Estoy esperando que, en los próximos días, a alguno se le escape llamarle cabrón a Zapatero. Por supuesto, en la acepción 4 del Diccionario de la RAE, de uso coloquial en Cuba como hombre experimentado y astuto.
Creo que este país se merece unos políticos que sepan insultar con más gracia y salero, que sean más innovadores, y que frecuenten caminos menos transitados. Que para el catálogo básico de insultos, ya se manejan sin ayuda los paisanos por todos los bares de España.
Mariano Rajoy, Jefe de la Oposición (Fuente: dentrotele) |
Aprovechando el cierre del artículo, a ver si Rajoy se dedica ya activamente a hacer oposición de verdad, y a ganarse la plaza de candidato viable para las Elecciones de 2012. Que al paso que va, se le puede fundir la aparente ventaja del PP en los sondeos, en solamente tres envites más.
JMBA
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