(Fuente: madrid.es) |
El 100% de los visitantes de París conoce y ha visto el río Sena. Incluso lo habrán cruzado por alguno de sus muchos puentes (Pont Neuf, Pont des Invalides, Pont d'Iéna,...). Y seguramente habrán navegado en sus aguas, en alguna de las famosas vedettes.
El 100% de los visitantes de Londres conoce y ha visto el río Támesis. Seguramente lo habrán cruzado varias veces, por el Puente de Westminster, o por la pasarela de la Tate Modern, o por el London Bridge, o por el Tower Bridge. Y muy probablemente habrán navegado por sus aguas, de día o de noche.
En París o en Londres, el río es parte central de la propia ciudad. De hecho, la ciudad ha crecido en torno al río, en sus riberas. En París, la Rive Droite o la Rive Gauche imprimen carácter. En Londres, el South Bank es otra cosa.
Lo mismo podríamos decir de muchas otras ciudades, como Roma, Praga, Budapest, Viena, Florencia, Lyon, Burdeos o Berlín (donde la mayoría de visitantes conocen su río, pero no su nombre). O tantas otras ciudades a lo largo y ancho de este mundo, que se articulan en torno a un río.
Por el contrario, el 95% de los visitantes de Madrid simplemente ignoran que existe un río en Madrid, que discurre casi 30Km por su término municipal. Bueno, el porcentaje quizá baje un poco por los hinchas de equipos de fútbol (nacionales o extranjeros) que se hayan tenido que enfrentar con el Atlético de Madrid, ya que su estadio (el Vicente Calderón) se encuentra a orillas del río Manzanares.
El Manzanares es ciertamente un río menor, con un caudal medio del orden de los 10-15 metros cúbicos por segundo, y 28 metros de anchura en su desembocadura. Pero es también un río 100% madrileño, ya que nace en el Ventisquero de la Condesa, en la Sierra, a unos 2.000 metros de altitud, y desemboca en el río Jarama por Rivas-Vaciamadrid. El Jarama, a su vez, es tributario del Tajo. Además, para mantener y acrecentar su caudal, existen varias esclusas a su paso por Madrid, que impiden que sea globalmente navegable.
Curso inferior del Manzanares, a su paso por Madrid. Zona entre el Puente de Praga y el Parque del Manzanares (Fuente: madrid.es) |
Pero el auténtico problema por el que es un perfecto desconocido para los visitantes es que todo el centro de la ciudad se encuentra al Norte del Manzanares, en su ribera izquierda. Y, de hecho, da la sensación de que la ciudad haya crecido huyendo del río, más que abrazándolo. Al Sur del río hay muchos barrios residenciales, populares y populosos. Y la mayoría de los grandes municipios residenciales de la aglomeración urbana se encuentran también en la ribera derecha del Manzanares. La Casa de Campo, el gigante parque urbano, también está al Sur del río.
Pero sería muy complicado encontrar una sola atracción turística al Sur del río, con la suficiente entidad como para que fuerce a un visitante ocasional a cruzarlo. Todos los barrios nuevos de la ciudad se han desarrollado alejados del río (en una u otra dirección).
Durante muchos años, buena parte del curso del río ha estado secuestrado por la autovía de circunvalación M30, hoy llamada Calle 30. Por sus dos orillas circulaban en superficie diariamente unos 350.000 vehículos, lo que dejaba al río prácticamente en una tierra de nadie, discurriendo plácidamente entre una red de autopistas.
Hace ya unos años, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ciertamente faraónico, pero también visionario, decidió lanzar el ambiciosísimo proyecto de soterrar más de 6 kilómetros de la Calle 30, justamente los que discurrían paralelos al río. Subsidiariamente, esa nueva red de autopistas en túnel liberaron más de un millón de metros cuadrados en las riberas. Para la regeneración de todos esos terrenos y su conversión en un gran parque urbano, se lanzó también el proyecto Madrid Río, para ejecutarse una vez finalizadas las eternas obras del soterramiento. Estos dos proyectos son los principales responsables de la enorme deuda del Ayuntamiento de Madrid, de unos 7.000 millones de Euros.
Curso superior del Manzanares a su paso por Madrid Zona entre el Puente del Rey- Príncipe Pío y el nuevo Puente Monumental de Arganzuela (Fuente: madrid.es) |
Pero, a pesar de la fuerte carga financiera que han supuesto, lo cierto es que han cambiado la faz de una parte importante de la ciudad, y de las riberas del río Manzanares en particular. Cualquier visitante ocasional o turista encontrará ya buenas razones para bajarse al río, e incluso cruzarlo.
Con Madrid Río, la ciudad recupera ciertamente al Manzanares. Pero ahora al río le falta ciudad alrededor. La mayor parte del nuevo parque es francamente hostil para el peatón (mucho cemento, pocas sombras, distancias largas). Sí tiene que ser un paraíso para los ciclistas, que obtienen muchos kilómetros de pistas sinuosas que van siguiendo el río, con poquitas pendientes; también pueden acceder directamente a la Casa de Campo desde la ribera del río. Pero sólo muy recientemente se ha inaugurado el primer chiringuito-bar en la zona de la Playa, en Arganzuela. Hay previstos algunos más, pero tardarán todavía un poco.
Por otra parte, especialmente en la ribera derecha, se suceden los barrios populares, y los edificios del frente del río carecen, en general, del prestigio que se podría esperar. Claro que hay que tener en cuenta que hasta ayer mañana la mayoría tenían una autopista circulando bajo sus ventanas. El siguiente desafío será valorizar la edificación junto al río, convertirlo en un enclave privilegiado para vivir.
En el 2003 ya se había inaugurado un parque urbano (el Parque del Manzanares) en una zona más baja de su curso (junto al barrio de San Fermín, cerca del Hospital Doce de Octubre y de la Autovía de Andalucía). De hecho, este parque ocupa el Tramo 1 (de 3 en total) del llamado Parque Lineal del Manzanares, que abarca desde el Nudo Sur de la M30 hasta su desembocadura en Rivas-Vaciamadrid, y que tiene diversos niveles de protección medioambiental.
En este año 2011 han visto la luz la mayoría de realizaciones de Madrid Río. Prácticamente desde el Puente de la Princesa (Legazpi-Glorieta de Cádiz) hasta pasado el Puente de Segovia (eje de la Autovía de Extremadura), las dos riberas se han regenerado, dando nacimiento a un parque urbano que va siguiendo el curso del Manzanares. Se han creado nuevos puentes para cruzarlo (especialmente dedicados a peatones y ciclistas) y se han abierto nuevos caminos que persiguen la mejor integración de los diferentes barrios entre sí, o de la Casa de Campo en el tejido urbano. Nuevas instalaciones lúdicas, deportivas, decorativas, ocupan ahora lo que fueron durante muchos años las calzadas de la M30.
Dedicaré (en las próximas semanas) varios artículos a este tema, uno por cada zona significativa, ampliamente ilustrados con fotografías actuales. Espero que os gusten.
JMBA
Lástima que la crisis le haya cargado el muerto al río Manzanares... Para solucuones fluviales curiosas la de Valencia, que prácticamente ha prescindido del río para presumir de cáuce.
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