DSK (8): El Silencio

De las acusaciones contra Dominique Strauss-Kahn (DSK) por presunta violación y demás, hace ya varias semanas que prácticamente ni se habla. La próxima vista del juicio se ha ido posponiendo, y actualmente está prevista para el próximo 23 de Agosto.

Dominique Strauss-Kahn, junto a su actual esposa,
Anne Sinclair
(Fuente: guadalupeloaeza)

Cyrus Vance, el fiscal de Manhattan, no tiene claro si seguir adelante con los cargos (y arriesgarse a perder el juicio) o abandonarlos por completo. Las dudas que la opinión pública (y publicada) ha ido vertiendo sobre la mujer agredida (Nafissatou Diallo), y cuyo testimonio el propio Vance reconoció como poco fiable, podrían hacer pensar que no hay caso para el fiscal. En eso confían los millonarios abogados de la Defensa.

Pero la mujer ha contraatacado en las últimas semanas. Primero con un par de entrevistas (una en Newsweek y otra en la cadena ABC de televisión americana), y luego compareciendo a las puertas del juzgado. Ahora todo el mundo ya tiene una imagen algo más clara de ella. Si bien todo el mundo (creo) admite que hubo comportamientos inapropiados en la suite del Sofitel, y que hubo algún tipo de relación sexual, la duda se instala sobre la voluntariedad (aunque sea relativa) o sobre el nivel de violencia o agresividad que desplegó DSK para intentar saciar su aparentemente inacabable apetito sexual.

Nafissatou ha contado su versión de la historia, mirando a la cámara (podéis ver un vídeo en inglés aquí). Ha contado que fue agredida sexualmente por el hombre que salió desnudo del baño cuando ella entró en la suite (convencida de que ya estaba desocupada).

Por otra parte, ciertas versiones afirman que la noche anterior se vio a DSK subir a su suite con una mujer desconocida (¿quizá sólo coincidieron en el ascensor?) y varias empleadas del hotel han manifestado que DSK les hizo propuestas sexuales que ellas rechazaron, sin más consecuencias.

A la izquierda, Nafissatou Diallo, de origen guineano,
32 años, la camarera del Sofitel. Junto a ella, la periodista
Robin Roberts, de la cadena ABC.
(Fuente: guadalupeloaeza)

Que DSK es un salido de insaciables apetitos parece claro, pero tampoco constituye noticia ni novedad. Que la relación sexual mantenida con la camarera del hotel fuera propiciada por presión, violencia o agresión de su parte, contra la frontal oposición de la mujer, es lo que deberá demostrarse en el juicio, si es que llega a celebrarse.

Por otra parte, Nafissatou y su abogado han presentado una demanda civil contra DSK, que es el método habitual para perseguir una compensación económica tras un acuerdo entre las partes. Normalmente, no se presenta hasta que se ha fallado la causa criminal. Pero, en este caso, Mr. Johnson, el abogado de Nafissatou, posiblemente piense que lo más probable es que no haya caso, y más vale anticiparse. Lógicamente, este movimiento abona la opinión de los que sospechan en la camarera un puro interés económico, persiguiendo una indemnización que podría llegar a ser millonaria  (y que, por otra parte, podría resolverle la vida).

El tema se está deshinchando por sí solo, como era de prever. Posiblemente todo acabe con un acuerdo entre las partes, y una indemnización de cinco o seis ceros.

Y, mientras tanto, lo único absolutamente cierto es que DSK ya NO es un hombre poderoso. Tuvo que dimitir como presidente del FMI y su carrera política en Francia creo que está amortizada. No creo que pueda ya intentar retomar una carrera por las Primarias del Partido Socialista (que ya están fuera de plazo), y un eventual enfrentamiento con Nicolas Sarkozy en las Presidenciales de 2012.

DSK sigue siendo un hombre rico (por derecho propio y también conyugal), de más de sesenta años, que puede pensar en un retiro dorado, cuando todos estos temas se den por cerrados. Pero no le veremos ya como Presidente de Francia. Todos sus enemigos o rivales (dentro de los socialistas franceses; en la UMP de Sarkozy; en los países perjudicados por el FMI bajo su presidencia; entre los que veían amenazados sus privilegios) respiran tranquilos.

La camarera del Sofitel, a la salida de una de las
comparecencias ante los fiscales del caso
(Fuente: ParisMatch)

Haya habido, o no, cualquier tipo de trama que persiguiera este objetivo, la lección es muy simple: todos tenemos suficientes debilidades como para no poder resistir el escrutinio fino, si algún día llegamos a atesorar enemigos poderosos.

Pero algunos, como DSK, tienen debilidades no controladas, por completo incompatibles con puestos de responsabilidad política. Saldrá, sin duda, como no culpable de este embrollo, pero su carrera ya está arruinada.

Para respiro de muchos.

JMBA