Bueno, ya pasó.
Bloqueo de piquetes en Mercamadrid (Fuente: Eskup/El País) |
Creo que ha habido demasiadas palabras y actitudes ridículas, si no directamente obscenas o inmorales, como para que quepan en este artículo. Me centraré en lo que más me ha llamado la atención.
Está claro que el Gobierno ha pasado por el tema de puntillas, como quien se refugia bajo los soportales para guarecerse de la lluvia. Saben que la Huelga es inútil, pero no pueden ir contra quienes han sido sus amigos durante mucho tiempo. Corbacho, en una de sus últimas actuaciones como ministro, ha tenido que aguantar el chaparrón al descubierto, y dar la cara sin ningún convencimiento.
A los sindicatos se les han oído cosas tan peregrinas como que "esta Huelga no es contra Zapatero, sino contra su política" ¿¿Cómorrrlll?? Acrobacias verbales para hacer equilibrios y evitar morder en exceso la mano que les da de comer. Supongo que este estrambote responde a aquel viejo dicho: "Al amigo, el c...; al enemigo, por el c...; y al indiferente, la legislación vigente". Como que les quita argumentos que la Reforma la tenga que hacer un amigo, y no el enemigo acérrimo, el PP, por ejemplo.
Piquetes coactivos en Sevilla (Fuente: abcdesevilla) |
Coche incendiado de la Guardia Urbana en Barcelona (Autor: Massimiliano Minocri ; Fuente: ElPais) |
En Barcelona, como ya viene siendo habitual, los colectivos llamados antisistema salieron de sus guaridas (okupadas, supongo) en este día de Fiesta, para intentar generar el caos en las calles, incendiando coches de la Guardia Urbana (que pagamos entre todos, ojo), y entregarse al saqueo, sólo un ejemplo, de tiendas de telefonía móvil. No veo nada que sea más "sistema" hoy en día que los teléfonos móviles. Ser antisistema y vivir del sistema me parece una aberración obscena, aparte de una contradicción flagrante, y creo que ya lo he comentado en alguna otra ocasión.
Abrazo de Méndez (UGT) y Fernández Toxo (CCOO) (Autor: Bernardo Pérez ; Fuente: ElPais) |
Creo que cada cual tiene el derecho a decidir cuál es la mejor manera de defender sus intereses personales y familiares. Que haya piquetes que, utilizando la violencia contra las cosas (y quizá también contra las personas), pretendan forzar a cerrar establecimientos que no iban a hacerlo, no es más que una manifestación caduca de una lucha de clases trasnochada y nada vigente.
Porque el propio concepto de Sindicato de Clase (con el que se les llena la boca tan a menudo a los Méndez y Toxo de esta historia) está superado. Por varios motivos objetivos. Porque no todos los asalariados pertenecen a la misma clase, ni tienen intereses comunes. Nada tienen que ver, en cuanto a los intereses que quisieran defender, los asalariados de grandes compañías, con contrato fijo e indefinido, con veinte años de antigüedad, con los contratados temporales por meses para servir bocatines o cervezas, con sueldos que a menudo envidian al mileurismo. Y, dicho sea de paso, entre los empresarios tampoco hay una clase única. Porque los que han hipotecado su casa para poder montar un pequeño comercio con el que ganarse la vida a base de quince horas diarias de trabajo, nada tienen que ver con los Botín o los Díaz Ferrán.
Y los parados, que técnicamente no son asalariados, si se considera que el subsidio de desempleo (los que disfruten de él) no es un salario, tampoco se ven representados por los Sindicatos. Eso sí, la salida para los parados que no sean ya esclavos de una prejubilación forzada o forzosa, será un nuevo empleo de asalariado (y ahí volverán a ser "clientes" de los sindicatos), o establecerse por cuenta propia como pequeño empresario, o lo que sea.
Demasiada diversidad como para que podamos seguir creyendo en unos Sindicatos de Clase, que parecen reflejar una realidad social de hace cien años, pero no de hoy en día, por supuesto.
En fin, ya para rematar el despropósito, aunque ya estemos habituados a ello, las guerras de cifras de seguimiento. Que van desde un 70% o más según los Sindicatos, hasta un siete por ciento según otras fuentes. En fin, tampoco es tan malo, porque la realidad seguramente estuvo en algún lugar entre esos dos extremos.
Y luego muchos que, con los niños en casa por temor (los que precisan de autobús de ruta para acudir a los colegios fueron informados de ello), seguramente decidieron tomarse un día de fiesta, e irse a pasear al parque, que buen tiempo hizo, en general. Según las crónicas, ayer en las escuelas había más profesores que niños.
En fin, nada nuevo bajo el Sol. Una Huelga General convocada por unos Sindicatos cuya única obsesión es reforzar su deteriorada imagen. Que no puede ir contra el Gobierno, porque son amiguetes, y va entonces contra su política, o contra los demonios habituales (banqueros, empresarios,...). Un Gobierno que sabe que la Huelga es inútil, pero no puede ni decirlo, porque los organizadores son amiguetes. Que tiene que imponer una Reforma Laboral que no le gusta, pero a la que está obligado. Y el PP calladito, que sólo hay que sentarse a la puerta, y esperar a ver pasar el cadáver de tu adversario.
Menos mal que sólo fue un día, y ya pasó.
JMBA
Lee "La importancia de la huelga general" de Vicenc Navarro.
ResponderEliminarCreo que los sindicatos son manifiestamente mejorables, pero son muy necesarios para los trabajadores en general y creo que demonizarlos es una cuestión que conlleva un gran riesgo. Pensemos en los países en los que no hay libertad sindical, ejemplo, China (donde sigue la dictadura comunisto-capitalista), la India, la Rusia actual etc... El individuo, bien sea white o blue collar, como los distingues, acaba siendo de la misma clase frente a la razón sin alma del mercado de trabajo. Por eso, por ejemplo, frente al desempleo, es bueno que el sindicato sea de clase y que ponga el empleo en general como antes que cualquier otra cuestión.
ResponderEliminarCorregir, perfeccionar, criticar constructivamente los sindicatos, SI. Demonizarlos, hundirlos, compararlos con los okupas de Barcelona, NO.
En estos tiempos, menos que nunca. Un amigo
Amigo Anónimo (supongo que eres el mismo en los dos comentarios),
ResponderEliminarMe he leído el artículo del Profesor Navarro. Me parece muy documentado e informado, y no me siento capaz de discutir el fondo de la cuestión. El tema de la polarización de las rentas es un hecho preocupante, en el corto y en el largo plazo. Porque, en el fondo, el Sistema ha estado primando a los capitales especulativos por encima de los tejidos productivos.
Mi intención no es demonizar ni hundir los Sindicatos, pero sí poner de manifiesto que su actitud y servicio es más propio de hace un siglo que de la estructura social de hoy mismo. La distinción entre white y blue collar es más propia de mediados del siglo XX. Hoy la distinción es entre los trabajadores fijos y estables, los trabajadores precarios y los desempleados, que al nivel actual ya no pueden considerarse parados "técnicos" sino estructurales. Hace tiempo publiqué un artículo titulado "Sindicatos 2.0" al que enlazo desde este, y que no sé si has leído.
Y, desde luego, no comparo a los sindicatos con los antisistema. Lo único que ocurre es que se manifestaron con actitudes similares y el mismo día, y así lo detallo en mi artículo.
Veo que es evidente, ninguno de los que escribís aquí asististeis a la Manifestación del día de la huelga.
ResponderEliminarALLÍ lo que se reclamaba primordialmente era eso de lo que hablais, el empleo, y se proponían acciones concretas, como el impulso de las nuevas tecnologías, estructuras de empresa participativa, promover ideas innovadoras en las que participasen los propios empleados.
Entiendo que el autor tiene el concepto de los sindicatos que le transmite el mas crudo neocapitalismo rampante y buena parte, si no casi toda la tropa de medios de comunicación a su servicio. Es la posición de los nuevos "obreros de derechas", personas quizás de buena fe, pero que constituyen una especie patética cada vez más abundante, sobretodo en los jóvenes, conquistados por el brillo de una sociedad de consumo descerebrada y desmadrada que estimula el individualismo, a sabiendas de que así, el personal es muy manejable.
!!Pobre gente!!!
ANÓNIMO, PERO VENECIANO.
Apreciado Anónimo (Veneciano),
ResponderEliminarNo te digo que no. Está claro que en la vida real (e igualmente en la Red) estamos gente con ideas y opiniones no siempre coincidentes. Por eso escribimos y comentáis. O escriben y comentamos.
Yo procuro no ser apriorista, no tengo obediencias de ningún tipo, y manifiesto libremente mi opinión. Evidentemente, mi opinión está fabricada a partir de muchas informaciones, vivencias y demás. Y, desde luego, intento no ser nunca fanático.
Gracias por moderar (relativamente) la acritud.
Un saludo.
José María
Coincido con ciertas apreciaciones tuyas pero me hubiese tranquilizado más un apoyo masivo a la huelga. No comprendo como en un país con tantos millones de parados la gente no haya salido a la calle para reclamar la anulación de la Reforma Laboral (o Liberal?) que precariza aún más la situación de los trabajadores (y no trabajadores), no solo la situación presente, sino también la futura.
ResponderEliminarPero bueno, el neoliberalismo está construyéndose sobre la apatía de los despojados, y una vez que se encuentren despojados de todo comenzarán a patalear, pero no quedará nadie para oírlos.