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lunes, 31 de agosto de 2015

¿Es la hora del adiós?

Xavier Sala i Martín (XSIM) (Cabrera de Mar, 1962) es un economista catalán que desarrolla labores de docencia en la Universidad de Columbia (USA) y también en la Pompeu Fabra de Barcelona. Ha paseado sus chaquetas de colores imposibles por los platós de muchas televisiones, y se presta a ocupar la posición de tertuliano experto en Economía donde quiera que le requieran. Es culé rabioso y formó parte de la Junta Directiva de Laporta en el F. C. Barcelona. Sigue siendo laportista confeso.
Xavier Sala i Martín
(Fuente: carolinaribera)

Lo que conviene saber desde el principio es que XSIM es un convencido independentista catalán, de los que yo denomino independentistas instrumentales.

En 2014 escribió un libro (en catalán) titulado: És l'hora dels adéus? (¿Es la hora del adiós?). Por supuesto, tanto este libro como todo lo que dice y publica XSIM (muy activo por otra parte en las redes sociales, Facebook, Twitter, etc.) está orientado a aportar argumentos a la que es su tesis de partida: la mejor solución de futuro para Catalunya y los catalanes es independizarse de España y convertirse en un nuevo país. Se nota que en su cabeza está permanentemente el principio CQD (Como Queríamos Demostrar). Que despliega argumentos con el objetivo de concluir que, efectivamente, la mejor solución es la que ya sabía antes de empezar.

Su libro (directa o indirectamente) se ha convertido en documento de cabecera de los independentistas instrumentales en Catalunya.

Tras muchas peticiones de poder disponer de una versión del libro en castellano, XSIM ha realizado una traducción "mecánica" del libro, y lo ha puesto a libre disposición pública en forma de documento PDF. A pesar de que lo mecánico de la traducción genera algunos giros escabrosos del lenguaje, o algunos errores elementales de traducción de palabras con varios significados (el más claro es el de traducir "dona" por "mujer" en lugar de por "da"), globalmente se puede leer sin apenas problemas en esta peculiar versión castellana.

En la primera parte, el autor repasa todo el catálogo de agravios de todos los tipos, que le llevan a justificar que la posibilidad de seguir integrada en España no es una buena solución para el futuro de Catalunya, y que es una alternativa sin esperanza que no genera nada de ilusión en un catalán medio, correctamente formado e informado.

En la segunda parte, XSIM se desgañita desplegando análisis desde todos los puntos de vista para justificar que Catalunya independiente sería un estado viable.

Me gusta que en ningún momento utiliza argumentos de base histórica. No habla de 1714 ni de Felipe V, ni del Reino de Aragón y el conde de Barcelona, ni de si Catalunya ya fue (o no) independiente en algún momento del pasado. Para mí, la historia es una fuente muy dudosa de legitimidad política, porque puede aportar argumentos para casi cualquier cosa (y también para su contraria). Por ello tiendo siempre a desconfiar de los argumentos de base histórica, sean en el sentido que sean.

En resumen, los argumentos desplegados en este libro son los que luego se han condensado en eslóganes de uso popular como el España nos roba, o el España no nos quiere.

Está claro que en Catalunya hay un cierto porcentaje de la población que es independentista visceral. Pero, por sí sola, esa parte no es políticamente muy significativa, y se queda relegada a una posición puramente testimonial. Lo que hace que la llamada amenaza soberanista sea una realidad es que una capa bastante más importante de la población de Catalunya (cuán importante no se sabe, dada la reiterada obstrucción a una votación en ese sentido) ha sido seducida para la causa independentista por argumentos como los que despliega XSIM en su libro.

En este punto hay que decir que XSIM es un escritor y tertuliano indudablemente vehemente, pero no es ni un loco ni un indocumentado. Él y sus argumentos han sido atacados desde varios frentes, pero siempre se ha defendido de forma bastante eficaz.

De la otra parte, sin embargo, no he escuchado argumentos en el mismo registro que los argumentos de índole práctica que despliega XSIM. Los partidarios de que el mejor futuro para Catalunya está en continuar integrada en España, un estado miembro de la Unión Europea y la Eurozona, basan su argumentación, habitualmente, en términos legales o históricos. La ley (la Constitución, por ejemplo) no permite la secesión de una parte del país, y la historia demuestra que España es un país unido con el perímetro actual desde los últimos cinco siglos. Ambos argumentos, siendo formalmente correctos, resultan muy escasamente seductores. En las décadas, siglos y milenios de Historia que hemos ido dejando detrás nuestro, siempre el motor del progreso ha sido la voluntad de cambio. Por ello, argumentos basados en que el statu quo no se puede (y/o no se debe) cambiar, resultan sospechosamente inmovilistas y reacios al progreso.

Yo recomiendo a todos los españoles que dediquen un poco de tiempo (no más de 2-3 horas) a leer este libro de XSIM. Eso les ayudará a entender la argumentación de los independentistas. Si huyen de apriorismos y descalificaciones, se encontrarán en mejor posición para argumentar, con éxito, en favor de que Catalunya siga formando parte de este proyecto común que es España.

Pero está claro que a ese proyecto se le deben aportar algunas modificaciones y mejoras, para que genere, por lo menos, una dosis de ilusión equivalente a la que está generando en muchos catalanes la posibilidad de construir, casi desde cero, un nuevo país.

En 1885, en lo que muchos consideran como la primera manifestación pública a nivel de toda España del catalanismo político, se presentó al rey Alfonso XII el llamado Memorial de Greuges (Memorial de Agravios). Da la sensación de que, 130 años después y a pesar de algunos altibajos en ese período, no hemos conseguido avanzar significativamente en la toma en consideración de esos agravios para mejorar el proyecto común que llamamos España. De hecho, en Octubre de 2013, el Govern de la Generalitat decidió actualizar ese Memorial, y difundirlo a las autoridades españolas y a las instituciones europeas.

La situación se viene enconando de forma muy significativa en los últimos 3 ó 4 años. Ya resulta imprescindible intentar comprender la argumentación de los rivales, porque eso es necesario para tener alguna posibilidad de convencerlos (o de vencerlos).

La única alternativa es que sigamos desgastándonos luchando contra molinos de viento, hasta que vengan los gigantes y nos arrasen.

Yo, catalán residente en Madrid desde hace muchos años, no soy independentista. Creo que el proyecto de país que es España puede aportarnos la suficiente ilusión a todos como para trabajar juntos para conseguirlo. Pero soy consciente de que ese proyecto se ha deteriorado en los últimos años. Y sé que si no somos capaces, entre todos, de aplicar las reformas necesarias para que podamos seguirlo sintiendo como una tarea común, ese deterioro se va a agravar y el resultado puede acabar siendo dramáticamente cierto.

Los que creemos que quizá todavía estamos a tiempo, encontramos a faltar una respuesta inteligente e informada de nuestros gobernantes (en los que no reconozco talla de estadistas) a ese ya más que centenario catálogo de agravios de los catalanes. Y, lo que es todavía más grave, no detecto esa capacidad ni en los gobernantes actuales ni en los que puede que nos gobiernen después de las próximas Elecciones Generales de fin de año.

Conocer con cierto detalle las inquietudes y argumentos de los que defienden una opción contraria a la nuestra debería darnos la capacidad de mitigar los agravios y desarbolar los argumentos.

JMBA

7 comentarios:

  1. Amigo J.M. Yo creo que si Cataluña o parte de su población quiere seguir siendo parte de España, no se puede pretender que sea a costa de privilegios que perjudiquen o minoricen económicamente a otras Comunidades. Libertad, fomento de la cultura propia, lengua, etc, todo eso y más, pero si empezamos a hablar de no hacer la aportación económica que corresponda, como deben hacerlo otras regiones más prósperas en favor de las más pobres, apelando a no se qué razones, a eso no puede acceder el resto de la nación, pues el sentido de Nación dejaría de existir en ese momento. Si Cataluña decide irse en último término, y por eso a una votación yo no le pondría mayores trabas, debería irse sin gozar de ninguna ventaja y sí con todas las trabas que supone una escisión de ese calibre, entre otras, el situarse fuera de la CEE y por supuesto de la marca España. Si decide quedarse en una hipotética votación o Referendum, lo cual sería aplaudido por la inmensa mayoría del resto de españoles que consideramos tambien muy españoles a los catalanes, esta decisión debería tener al menos un periodo de duración pactado de 50 años. Hay una gran parte de la población española, de derechas y de izquierdas que está bastante harta de ese juego sin fin de exigencias de los políticos independentistas, acolchado por la flexibilidad de los últimos gobiernos, particularmente socialistas. Mucha gente se pregunta ¿¿¿ qué ha hecho y hace un partido de izquierdas que debe pretender ser internacionalista y tender a la igualdad haciendo el caldo a los independentistas catalanes y su pretensión de privilegios (privilegistas) en los últimos 20 años???. F.M.

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  2. Hola Bigas:
    Impecable y assenyat como acostumbras. Conozco a este hombre y no es santo de mi devoción porque me aburre la gente que chupa demasiada cámara.
    No puedo poner en duda los argumentos que esgrima a favor de la Independencia de Catalunya.
    Sin embargo, en mi opinión los principales argumentos en contra radican en la actual casta política catalana de cuestionable honradez y convicciones democráticas.
    Es por eso que sin entrar a discutir si Catalunya sería un estado económicamente viable, de lo que sí estoy seguro es de que sería totalitario.
    Un abrazo.
    Santi

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  3. Recomiendo la lectura de "Las cuentas y los cuentos de Cataluña "de Josep Borrell. Desmiente muchas de las razones esgrimidas por el autor sobre el famoso "España nos roba" a que se refiere J.M
    F.M.

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  4. Hola, me gusta tu razonamiento. Yo que lo vivo desde Barcelona constato que en el bando unionista no quieren a entrar a discutir con argumentos razonados a los independentistas porque esto seria reconocerlos como un sugeto político, ergo nación, ergo... problema para una cierta mentalidad dominante en España. Le veo difícil solución. Esto es una batalla de desgaste y de juego sucio, no de argumentación e ilusión, al menos en uno de los dos bandos y no por accidente sino por propia voluntad. Algo que lamento profundamente.
    En cuanto a Borrell, el único que se ha atrevido a dar argumentos... en su momento fue defenestrado por el propio PSOE, y dudo que sea una voz autorizada dentro del partido actualmente... esto es lo que tenemos.

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  5. Amigo Bigas yo no necesito leer ningún libro (todos parciales además) para tener una opinión sobre lo que está sucediendo en Cataluña.

    Por edad he visto pasar buena parte de la historia de estos años, puse mi granito de arena contra el franquismo (por cierto, cuando había que ponerla, no ahora tanto valiente zapaterito) y luego apoyé la transición de la que, con todos sus defectos, me siento orgulloso.

    En colaboración con la buena gente del Psuc. Las relaciones con Cataluña eran estupendas, y leíamos poesía oíamos discos en catalán (tengo un montón), el catalán ha dejado de ser idioma oficial en mi casa.

    Y asisto con progresivo enfado a estas elecciones. Aunque el máximo cabreo me vino el otro día oyendoles defender SEGUIR SIENDO ESPAÑOLES, ni en películas de Berlanga, cuanta cobardía.

    No es momento de analizar exhaustivamente lo que se viene gestando desde hace tiempo, y para lo cual yo no adivino solución. No obstante por celebrar esta gloriosa jornada "nacional" me vienen algunas ideas:

    1.- Estoy up to the eggs de la apelación a la DIGNIDAD del pueblo catalán. Al igual al que "no están cómodos en España" (pobrecitos, qué gente tan sensible, podían darse una vuelta por el 90% del mundo). Los demás, con alguna capacidad de aguante no debemos tener dignidad, somos personajillos de 3ª.

    2.- El mismo impresentable Mas lo expuso claro cuando se entrevistó con Rajoy hará 2 años, o me das el Concierto vasco o voy a por la independencia. Ahora por lo visto a la PASTA la llaman DIGNIDAD, me recuerda el "porqué le llaman amor si quieren decir sexo"

    3.- Estos días he vuelto a oir la cantinela de que esto viene porque el T. Consticional eliminó algo de su Estatut. Ese que votó el grandioso 30%? Si alguien quiere aprender técnicas de manipulación que vaya a un territorio nacionalista.

    4.- Puedes estar decenios cediendo pero que como le niegues una... como los niños malcriados. Ya lo dijo Ortega, con Cataluña la estrategia aguantar. No la hemos seguido, hemos cedido, y ahora el monstruito malcriado se ha vuelto insaciable.

    (sigo ...)

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  6. 5.- Recuerdo que la Consti donde más se apoyó fue en Cataluña. Ahora esa gente se siente "cansada",repito pobrecitos. Igual su paranoia se les curaría si en vez de mirarse tanto al OMBLIGO dedican sus esfuerzos en hacer del mundo un lugar más solidario, empezando por España, donde han estado toda su vida pacíficamente (manda huevos pensar que Hispana la fundaron los romanos hace 2.000 años y que su primera capital fue Tarragona).

    6.- Claro que el enfado va a mayores viendo partidos antes de izquierdas como Inciativa en este tinglado elitista. O esos tales Podemos decir que a ellos les "gustaría" (qué educaditos) que se quedasen pero que si quieren irse... Los mismos que se ponen muy chulitos defendiendo que los ricos paguen y paguen impuestos, tan blanditos cuando todo un territorio rico dice que quiere quedarse sus impuestos. El mundo al revés.

    7.- Pero ellos no, a su bola. Les importa un huevo lo que les pase al resto de España o Europa, lo que pase a la mitad de la población catalana, lo que pase en la economía, en la bolsa, a la cantidad de relaciones y afectos que se romperían tras siglos de convivencia ... en fin la zapatiesta general que supone una independencia inamistosa. Ellos, una raza especial, como los judíos o los arios, son lo único que importa. Qué exhibición de EGOISMO

    Nada más, realmente creo que de los más o menos 20 reclamaciones de independencia que existen en Europa la menos justificada es la de Catalana. Ni por historia ni por maltrato (pocos tendrán la autonomía que tienen ellos, impensable hace 50 años) ni por nada. Solo por puro individualismo, pura insolidaridad, puro EGOISMO.

    Escocia, Norte de Italia, húnagos, polacos, cien veces más fundamento que la revivindicación catalana, construida a base de televisiones, enseñanza, subvenciones, egoismos.

    En fin reconozco que estoy bastante cabreado, no sé si me nota. Solo espero que no saquen de los gobiernos ninguna concesión más (llevan 40 años chantajeando). Si al final se van que se vayan, pero por la insumisión, por la fuerza, la bronca o lo que sea. Pero ceder ni un euro, nada se les debe ni nada merecen. Salvo el desprecio moral por parte de los demás

    Saludos cordiales

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  7. Es curioso que muchos que van de avanzados, catalanes y no catalanes critican mucho la "caverna mediática". En cuanto hay alguien que dice algo en contra de la opción de libertad que supone estar a favor de la independencia, en seguida se alzan las voces de conservador, inmovilista, carca y cavernario. Pero no se tiene en cuenta que muchos españoles que consideran Cataluña tan española como Castilla y León, por ejemplo, o como Extremadura o como Galicia, pueden sentirse ofendidos por el hecho de que haya parte de la sociedad catalana que no le importe plantear el tema de la independencia para "forzar" a los demás a darles ventajas- sustancialmente económicas.
    Estoy seguro que ningún ciudadano cuerdo se opondría nunca a dar a Cataluña y a las demás Comunidades toda la libertad que se quiera, singularidad, gestión de su burocracia interna, pero nunca establecer desigualdades entre ciudadanos de España. Eso es una agresión clara y a la cara, un chantaje.
    Eso es lo que siente la mayoría de los no catalanes de España y por eso se sienten ofendidos ante las pretensiones de los independentistas.

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