Querido Paseante, siempre eres bienvenido. Intenta escribir algún comentario a lo que leas, que eso me ayuda a conocerte mejor. He creado para ti un Libro de Visitas (La Opinión del Paseante) para que puedas firmar y añadir tus comentarios generales a este blog. Lo que te gusta, y lo que no. Lo que te gustaría ver comentado, y todo lo que tú quieras.


Pincha en el botón de la izquierda "Click Here - Sign my Guestbook" y el sistema te enlazará a otra ventana, donde introducir tus comentarios. Para volver al blog, utiliza la flecha "Atrás" (o equivalente) de tu navegador.


Recibo muchas visitas de países latinoamericanos (Chile, Argentina, México, Perú,...) pero no sé quiénes sois, ni lo que buscáis, ni si lo habéis encontrado. Un comentario (o una entrada en el Libro de Visitas) me ayudará a conoceros mejor.



viernes, 31 de diciembre de 2010

Con la Nochevieja termina el año

Las Fiestas de Navidad son para cada cual una serie de tics distribuidos en el tiempo durante unas tres semanas. Cada familia o grupo tiene sus momentos más álgidos, que varían algo de unos a otros.
(Fuente: sentimientosdepasion)

El 22 de Diciembre es la Lotería. El 23 el Día de la Salud. Para el 24 muchos tienen cena de Nochebuena. Otros celebran mejor la comida del día de Navidad. Y en algunas regiones, también la del día siguiente, el 26, día de San Esteban (que este año cayó en domingo).

El 28 es el día de los Santos Inocentes, y los periódicos y las televisiones se empeñan en colarnos alguna inocentada y desvelarnos las que otros han intentado colar. En otros países, esa festividad es el 1º de Abril, fuera, por tanto, del ciclo navideño. Es el April's Fool o el Poisson d'Avril.

El 31 hay que comprar comidas y bebidas para las barbaridades de la noche. Yo, francamente, evito siempre que puedo salir de casa por Nochevieja. No soporto aguantar atascos a la una de la mañana, o a las tres o a las cinco, y me deprime el espectáculo que dan el centro de las ciudades antes de que amanezca, como sembrada de almas perdidas, y muchas incluso yacentes.

Hay que enviar SMS a todos los conocidos (esperando que nos contesten), o incluir felicitaciones en el Facebook o Twitter de turno. No podemos olvidarnos de comprar algún décimo para el Niño, a ver si el nuevo año nos trae la suerte que nos hurtó el que se fue.

Desde el mediodía del 31, la radio y la televisión ya avanza cómo han celebrado la entrada del Año Nuevo los más tempraneros (Nueva Zelanda, Australia, la isla de Navidad,...). Que todos los años es igual, claro.

El Día de Año Nuevo las ciudades parecen desiertos hasta, por lo menos, las dos o las tres de la tarde. Incluso comercios conocidos por lo prolongado de sus horarios, por Año Nuevo no abren hasta mediodía. Y es uno de los únicos días del año en que todas las tiendas de Andorra están cerradas (me pilló una vez el tema hace años).

Si nos despertamos a tiempo, disfrutaremos en la televisión del Concierto de Año Nuevo de Viena, y los saltos de esquí de Garmisch-Partenkirchen.

O si estamos en condiciones y preferimos salir, la mañana de Año Nuevo podemos ensoñarnos pensando que la ciudad es nuestra. Siempre que no necesitemos servicios de otros, la calle es nuestra.

Pasado Año Nuevo ya empiezan a declinar las fiestas. En algunos países, ya empiezan las Rebajas, aunque últimamente parece que estemos permanentemente de Rebajas (será para estimular un consumo cansino y macilento, imbuido de crisis). En España nos queda todavía la festividad de Reyes. En muchas familias (entre ellas la mía) se respeta la tradición de que el intercambio de regalos se produce en Reyes. Pero donde hay niños pequeños, que terminan el colegio antes de Navidad, y no vuelven hasta pasado Reyes, cambiar a los Reyes Magos por Papá Noel tiene algunas ventajas importantes, como puede ser el tenerlos entretenidos con los nuevos juguetes durante las vacaciones.

El Día de Reyes (la Epifanía, en términos litúrgicos) marca el final del ciclo navideño. La víspera, los comercios están abiertos hasta tarde por la noche, para recoger a los tardíos y a los olvidadizos, que precisan comprar algún regalo a última hora. El día 5 por la tarde, se celebran Cabalgatas de Reyes en la mayoría de ciudades y de pueblos. Ayudan a entretener a los niños, mientras alguno de la familia realiza los últimos arreglos.

El día 6 es festivo, y El Corte Inglés (y todas las tiendas en general) aprovechan para preparar los escaparates para las Rebajas que empiezan el día 7. Veremos otra vez en el noticiero a esa señora que siempre es la primera en las Rebajas.
La Puerta del Sol, una Nochevieja
(Fuente: tucomoloves)

Y luego ya nos adentramos en el invierno puro y duro, sin festividad alguna hasta Semana Santa (casi a finales de Abril en 2011). Nos tocará sufrir alguna nevada de esas que lo descangallan todo, especialmente en países poco habituados a ello, como el nuestro. Aunque recientemente hemos visto el caos sembrado por las copiosas nevadas en Inglaterra, Francia o Alemania, y a Nueva York paralizada por más de medio metro de nieve, con sus tres aeropuertos cerrados. Será una nueva oportunidad para quejarnos del Gobierno.

Algún día soleado de Febrero nos atreveremos a salir en manga corta a la terraza, y para finales de Marzo empezará la Primavera. Y regresarán a mí las ganas de viajar.

Este año parece que la mayoría dejaremos atrás a 2.010 con más placer que nostalgia. La macroeconomía ha estado todo el año para los leones, haciendo temblar, incluso, la estabilidad del euro. Y la microeconomía también, sea por obligación o por miedo a lo que pueda venir. Ha habido terremotos en varios lugares, con cientos de miles de muertos, un volcán islandés de nombre impronunciable creó el caos aéreo en toda Europa, y los controladores aéreos le aguaron el Puente de la Inmaculada Constitución a varios cientos de miles de ciudadanos.

A Zapatero habrá que regalarle una camiseta que diga: Yo Sobreviví al 2.010. Y administrar banderillas negras a Rajoy, a ver si espabila. El Govern de Catalunya ha vuelto a sus dueños naturales, tras siete años de usurpación. El Gordo ha estado muy repartido (como todos los años), la Bolsa se ha desplomado en el año, pero ha sido la más rentable en toda la década.

Por cierto que, según algunos estudiosos, mañana iniciamos década nueva. Confiemos, esperemos y trabajemos para que venga llena de salud y prosperidad para todos y en todas partes. Porque así como la razón es lo que mejor repartido está (todo el mundo está convencido de tener una dosis más que generosa de ella), la riqueza es lo que peor distribuido está (todo el mundo cree que la suya es manifiestamente mejorable). Y la salud va por barrios.

En fin, Muy Feliz 2011 a Todos.

JMBA

jueves, 30 de diciembre de 2010

Elegía por CNN+

Ya he dicho en alguna otra ocasión que era seguidor de CNN+, como fuente de información permanente. Un poco por la mañana con el desayuno, otro poco por la noche, y siempre intentando balancear las fuentes con un poco del Diario de la Noche de Telemadrid, por ejemplo, para matizar los inevitables sesgos de unos y otros.
(Fuente: plazachica)

CNN+ empezó sus emisiones en 1999, bajo el lema de Está Pasando. Lo estás viendo. Siempre dentro del marco del Grupo PRISA, teniendo a Cuatro como cadena hermana, con quien compartía buena parte de las infraestructuras básicas para su funcionamiento.

Siempre ha sido una cadena independiente y razonablemente progresista, con un sesgo inevitable en favor de las posturas un poco más de izquierdas, más o menos cercanas al socialismo. Por eso a veces convenía balancear sus matices con los de otras sensibilidades.

Los cambios empresariales en el capital del Grupo PRISA (muy presionado por deudas enormes) han provocado la venta de Cuatro y CNN+ al entorno de Tele 5. Dadas las circunstancias, y en pura lógica de Pérdidas y Ganancias, el nuevo propietario ha decidido cancelar las emisiones de CNN+ este final de Diciembre.

CNN+ siempre se mantuvo en unas audiencias muy modestas (desgraciadamente, en este país no deben abundar los espectadores inteligentes). Durante mucho tiempo no franqueó la modestísima barrera del 0,3% de share, y sólo con la extensión universal de la nueva TDT consiguió alcanzar audiencias medias en torno al 0,6%. Siempre estuvo instalada en las pérdidas, y los ingresos publicitarios con tan escasa audiencia nunca rindieron lo suficiente como para mantenerla financieramente independiente.
Iñaki Gabilondo
(Fuente: produccionumh0911)

Siempre persiguió realizar una televisión informativa de calidad. Esto implicaba disponer de grandes profesionales, y realizar programas y debates que fueran más allá de los locutores y locutoras de continuidad que van repitiendo las noticias que se producen en todo el mundo. Siempre recordaremos el paso por CNN+ de Iñaki Gabilondo, un profesional de larga trayectoria y muy buen olfato periodístico, a quien algunos rencorosos todavía le recuerdan defendiendo (en los primeros momentos) la presencia de terroristas suicidas a bordo de los trenes del 11-M. Evidentemente, Iñaki Gabilondo siempre ha estado más próximo de las posturas progresistas, pero no creo que nadie le pueda acusar de servilismo.

Los habituales tampoco olvidaremos a ese profesional de la comunicación que es Antonio San José, o los debates de José María Calleja (es cierto que, alguna vez, bastante tendenciosos). O la muy bella estampa de Leticia Iglesias, o la carita de niña buena de Belén Chiloeches, que habitualmente transmitía desde los estudios de la CNN en Atlanta. O la Concha Boo de las mañanas, con sus inolvidables colaboradores. O Lara Vadillo, siempre con las noticias de primera mano (buenas y malas) desde la Bolsa de Madrid. Y no olvidemos que quien es actualmente Princesa de Asturias (Letizia Ortiz) desarrolló su carrera periodística también en CNN+.
Antonio San José
(Fuente: cuatro.com)

Su modelo empresarial no ha conseguido nunca la rentabilidad. Según los entendidos, un canal de este estilo sólo puede mantenerse en el marco de una actividad empresarial de más amplio espectro, pero difícilmente puede llegar a ser financieramente autosuficiente. Lo cual es una auténtica pena.

A los nuevos dueños (Tele 5) les ha faltado tiempo para interrumpir las emisiones de CNN+, evitando así mayores pérdidas. Aunque es anecdótico, resulta muy penoso ver que, de momento, su frecuencia se utilizará para difundir un Canal Gran Hermano 24 horas, la constatación fehaciente de que la zafiedad siempre prima en este país por encima de la inteligencia.
Leticia Iglesias
(Fuente: cuatro.com)

Desgraciadamente, todos tenemos que entender que la televisión es un negocio y que, como tal, su objetivo es aportar beneficios a sus propietarios. Y un modelo progresista y muy profesional como el de CNN+ nunca consiguió superar esta barrera. El Grupo PRISA ha tenido necesidad de aligerarse para asegurar su supervivencia, y uno de los mártires de esta decisión ha sido, de modo inmediato, CNN+.

Personalmente les deseo la mejor suerte en sus carreras a todos los periodistas que han sabido llevar adelante un proyecto tan ilusionante. Sospecho que nunca olvidarán su paso por CNN+. Y también resulta indignante que por algunos foros de Internet se vean opiniones que denotan casi la revancha de Intereconomía contra CNN+, que ya ha cosechado un cadáver. Sólo pensar en una comparación así resulta insultante. Creo que la gran mayoría de mis lectores independientes estarán de acuerdo con esta afirmación. Si Tele 5 representa en el panorama español de las ondas el entretenimiento puro y duro, a menudo zafio, con exaltación de los bajos instintos, pero con un éxito de audiencia innegable, Intereconomía representa la zafiedad y la torpeza llevadas a los (presuntos) debates políticos, donde el insulto se ha convertido en la herramienta cotidiana de sus tertulianos. Francamente, comparar CNN+ e Intereconomía ya demuestra la (escasa) inteligencia de quienes la proclaman, y es tan absurdo como querer comparar la Caverna con la Sociedad del Conocimiento y de la Comunicación.
Belén Chiloeches
(Fuente: ufv.es)

Veremos qué más noticias desagradables nos brinda el panorama audiovisual español, muy enrarecido, en los próximos tiempos. De momento ya se ha cobrado un cadáver excelente, CNN+.

Nos hemos quedado huérfanos. Está pasando, la han cerrado. Descanse en Paz.

JMBA

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Tránsfugas

La figura del tránsfuga, en la práctica política, es de las más odiadas, criticadas y denostadas. Y ello obedece a una razón principal: el tránsfuga es un traidor.
Eduardo Tamayo y María José Sáez
autores del tamayazo del 2003
en la Comunidad de Madrid
(Fuente: socialistasdenavia)

Por supuesto, el tránsfuga es un traidor a su partido político y a su grupo parlamentario o en el Ayuntamiento de turno. Pero, por encima de todo, es un traidor a todos los ciudadanos. Por la Ley Electoral vigente en España, los ciudadanos nos vemos obligados a votar listas cerradas, es decir, las listas elaboradas por los aparatos de las correspondientes formaciones políticas. Salvo para el Senado (ya ves tú qué consuelo), para todas las instituciones debemos escoger una formación política y darle nuestro voto. Esto vale para el Congreso, para las elecciones autonómicas y para las municipales.

Por ello, las personas que van en la lista son las que haya escogido el órgano correspondiente del partido o formación política. Y el contrato del voto se establece entre cada ciudadano y la formación a la que ha prestado su voto.

Cuando un cargo electo deja de estar de acuerdo (por los motivos que sea) con el partido al que representa, la única decisión éticamente correcta que debería tomar es la dimisión, de modo que su formación o partido nombre a un reserva para ocupar su posición.

Lo que ocurre es que las cosas nunca suceden así. El cargo electo en cuestión decide dejar de pertenecer al grupo que le aupó al poder, y votar por su oponente, pasando o no al Grupo Mixto, en su caso. Legalmente, lo máximo que puede hacer la formación para castigarle es suspenderle de militancia (suponiendo que la tuviera). Y nada más. Digamos que alejarse de él, porque apesta.

Ahora bien, ¿cuáles son los motivos por lo que alguien se convierte en un tránsfuga?. Sé que es pecar de inocencia, pero pudiera ser que, efectivamente, se sienta moralmente desligado del proyecto político que le apoyó, y crea que servirá mejor al ciudadano votando por alguna propuesta rival. Esto podría suceder en el País de Nunca Jamás, pero difícilmente en España.
Juan Collado, tránsfuga en Dènia
(Fuente: publico.es)

Tras cada caso de transfuguismo se mueven los intereses más bastardos, siempre económicos en el corto o el medio plazo. Si se trata de un Ayuntamiento, por ejemplo, a menudo se les recompensa su traición asignándoles la Consejería de Urbanismo, esa perita en dulce que tiene ciertas capacidades asombrosas, como la de generar riqueza desde la nada. O se les retribuyen de mil maneras sus servicios.

Por su trascendencia a escala nacional, quizá el caso más sonado fue el tamayazo de la Comunidad de Madrid en el verano de 2003. Tras las elecciones del 25 de Mayo, las fuerzas estaban equilibradas, y había una posibilidad clara de bipartito en la izquierda (PSOE + IU). El 10 de Junio se constituyó el nuevo Parlamento, y, sorpresivamente para la mayoría, dos diputados del PSOE se abstuvieron en la votación por la presidencia de la Asamblea, permitiendo que la candidata del PP (Concepción Dancausa) fuera elegida Presidenta. El verano entero se gastó en intentos inútiles de formar un nuevo gobierno, y al final no quedó más remedio que convocar nuevas elecciones autonómicas, en las que Esperanza Aguirre barrió.

Continuamente se producen casos parecidos en ayuntamientos de todo el país. Dos de los más relevantes (uno por cada partido nacional principal) han sido los de Benidorm y Dènia. En el 2008, un edil de Dènia elegido por el PSPV (Juan Collado) decidió abstenerse en una moción de censura, que le dió la alcaldía al PP. En el 2009, sucedió un caso casi simétrico en Benidorm. Un edil (esta vez del PP), decidió que su partido no estaba llevando adelante el proyecto político al que se había comprometido, y modificó su voto, entregando así la alcaldía al PSPV.  Aportando una artillería más potente a las baterías del PP el hecho de que una de las ediles socialistas en Benidorm sea la madre de la actual Ministra de Sanidad, Leire Pajín.

¿Por qué será que la Comunitat Valenciana es noticia continua por casos diversos de corrupción y transfuguismo? ¿Tendrá algo que ver con la ladrillificación masiva de su economía en las últimas décadas?.

Aunque no es ningún consuelo, fuera de nuestras fronteras también hay casos parecidos. Recientemente, el impresentable de Berlusconi sorteó una moción de censura gracias a la compra de algunos diputados. Y dada la catadura moral de Sua Emittenza, no se reprimió demasiado en reconocerlo, en sus múltiples excesos verbales.
José Bañuls, tránsfuga de Benidorm
(Fuente: abc.es)

Luego los políticos se preguntan por qué es tan bajo el aprecio que les tenemos los ciudadanos de a pie. En estas condiciones, los políticos se convierten automáticamente en parte del problema, y en ningún caso en parte de la solución. Nos piden confiar en los partidos o formaciones, y luego nos traicionan unos individuos a los que nunca hemos votado. Ante la general indiferencia, y la utilización del transfuguismo como arma política arrojadiza contra los rivales, sin poner nunca orden en casa.
(Fuente: diariodeunaciudadana)

Hay muchas más cosas por arreglar. Pero empecemos por reconocer todos que los tránsfugas son traidores a sus partidos y a todos los ciudadanos, y que se cambie la ley, si es necesario, para que pierdan automáticamente su escaño. Con las listas cerradas actuales, los elegidos son representantes subsidiarios de la ciudadanía, y nunca deberían considerarse dueños de su posición. Otra alternativa, por supuesto, serían las listas abiertas, para que pudiéramos votar a personas y no a siglas. En este caso, cada ciudadano tendría su cargo electo, ante el que quejarse o pedir que trabaje para que cambien las cosas en una cierta dirección. Cambiar su voto si es lo que sus representados le piden, sería éticamente mucho más defendible.

Para el transfuguismo, tolerancia cero. Sin concesiones.

JMBA

jueves, 23 de diciembre de 2010

La Ley Sinde

Creo que estamos asistiendo por todas las partes a un cúmulo de despropósitos. Desgraciadamente, en este mundo actual parece que únicamente existen las posiciones blancas o negras, los matices son lujos a los que la mayoría parece renunciar sin reparos.
La Ministra de Cultura, Angeles González Sinde
(Fuente: larioja.com)

Por una parte, el Gobierno (y, en este caso, la Ministra de Cultura, Angeles González Sinde) han protagonizado episodios vergonzosos por lo zafio y torpe. Han intentado colar regulaciones infumables (camufladas en la llamada Ley de la Economía Sostenible) mediante negociaciones de última hora con todos en el Congreso. Negociaciones que llevaron incluso a presuntas propuestas (o demandas) de favores de diverso tipo a cambio del voto (se habla de algún hospital no sé dónde y cosas así). Digo que es infumable, porque lo que pretendía el Gobierno era legalizar el control de la Red por parte de los políticos. Una de las mejores cosas que tiene la Red (Internet) es su total y absoluta democracia. Cualquiera publica, lee, aprueba o desaprueba lo que le parece. Se puede estar o no de acuerdo con lo que unos u otros escriben, pero tienen derecho a hacerlo. Reprimir la difusión gratuita no deseada de contenidos, o el fraude económico puro y duro, es una cosa, y otra muy distinta es que el Gobierno tenga el poder de controlar los contenidos de la Red. Como cualquier otro entorno, la Red solamente debe estar sujeta al imperio de la ley.

Mediante procedimientos judiciales, se pueden clausurar webs que hayan llevado a cabo actividades ilegales de cualquier tipo. Esto ya funciona así, y no hay que legislar mucho más sobre el tema. La Red debe seguir siendo libre, y en otros países (como Estados Unidos) se está más por la labor de proclamar y rubricar la Neutralidad de la Red, que por legislar su control político. El Gobierno ya tiene la potestad de proponer el secuestro de algún medio de comunicación, si ha incurrido en actividades ilegales, pero debe ser un Juez quien lo proclame. Punto final.

Lo que ocurre es que en inglés hay una palabra (free) que tiene varios sentidos, en particular, el de libre y el de gratis. Cuando se quiere enfatizar la diferencia, se utiliza free por libre, y free of charge por gratis. Pero no siempre se hace, y flota habitualmente una cierta confusión.

En el intento de la Ministra de Cultura está, con claridad, la voluntad de proteger a la industria de contenidos contra la llamada piratería. Por algo la ministra procede del mundo de la industria cinematográfica.

Creo que hay bastantes malentendidos en este tema, por su propia complejidad. Por una parte, los creadores (de cualquier tipo de contenido) tienen derecho a proteger su creación, de modo que no rinda beneficio económico a terceros, sin su autorización expresa, o acuerdo de cualquier tipo. En este espíritu se anima la licencia Creative Commons, por ejemplo, (a la que este blog está acogido). Por ella, se autoriza a que cualquiera pueda reutilizar el contenido (citando siempre la fuente), mientras no sea con fines económicos.
Piratas, los que se lucran
(Fuente: osantonio)

En otras palabras, el creador tiene derecho a los rendimientos económicos de su creación (si los hubiere).

Creo que lo que está realmente en entredicho es la relación entre las diversas industrias de contenidos y los propios creadores. Cuando la situación comercial actual lleva a que por la venta de un CD musical, o de un libro, su creador percibe, de media, no más del 10% del precio de venta, pone de manifiesto que hay intereses económicos muy potentes que nada tienen que ver con los creadores ni con los artistas.

Pero hay que entender también que las diversas creaciones de contenidos tienen un coste puramente económico muy variado. Hay creaciones prácticamente personales, sin un gasto dinerario específico asociado (la novela escrita en la intimidad del propio despacho, o la canción escrita en la servilleta de un bar). El creador dedica básicamente su tiempo a la creación (por el que no recibe remuneración alguna) y confía en que la difusión de su creación le supondrá una retribución diferida de su tiempo, de su esfuerzo, de su arte o de su genialidad. Para los creadores que no están (quizá todavía) integrados en la industria, Internet es un vehículo fabuloso para poder promocionar y vender (en su caso) su libro o las canciones de su CD por un precio simbólico (1 ó 2 Euros) que es, al final, lo mismo que cobraría por la venta de un libro físico o un CD.

En algunos casos, la difusión masiva y gratuita de su creación le puede suponer oportunidades incluso más rentables, garantizando, por ejemplo, la asistencia multitudinaria a sus conciertos.

En este escenario, la industria se convierte en un intermediario prescindible, y eso les duele hasta decir basta.

Pero hay otro tipo de creaciones que requieren un desembolso económico muy importante, para la creación misma, sin contar con su difusión y distribución posterior. Este, por ejemplo, sería el caso de los videojuegos, las películas o las grandes estrellas nacionales o universales de la música. Aquí hace falta la figura de un inversor (o productor) sea o no el mismo creador. Alguien que arriesga su dinero para llevar a cabo una creación, que debe ser rentable al final, o se retirará pronto de ese no negocio, y dejará de haber nuevas creaciones. Para este tipo de creaciones, la industria es imprescindible. Sin ella, la propia creación dejaría de existir.

Parece claro que este tipo de creaciones deben estar protegidas por la ley. El único semáforo para su pervivencia debe ser la aceptación o no por parte del público. Es decir, que a la gente le guste o no esa creación. Pero creo que no debemos permitir que el disfrute gratuito (no le quiero llamar aquí piratería) de esas creaciones afecte a su propia pervivencia.

Claro que hay que tener en cuenta que la posibilidad de disfrute gratuito también aumenta la difusión y eventual aceptación de esas creaciones. Y que, detrás de la llamada piratería, hay muchas veces un puro afán de coleccionismo, y que calcular el presunto fraude por el volumen de copias pirata de una cierta creación no deja de ser una simplificación. Ya que muchos usuarios jamás pagarían por ellas, y caso de no existir alternativa, renunciarían simplemente a acceder a ellas.

Por otra parte, creo que debemos considerar con cierto rigor si tienen sentido las nóminas multimillonarias de algunos actores y actrices, por ejemplo. Tienen sentido (igual que la nómina de los futbolistas) si por su intervención se consiguen beneficios económicos muy elevados. Como parte de la creación, tienen derecho a participar de los beneficios que su creación genere. Lo que ocurre es que el modelo se invierte con el uso, y la industria entiende que esas enormes retribuciones son razonables, porque se espera que la creación produzca unos determinados rendimientos económicos.
Volantes distribuidos en la Red, contra la ley Sinde
(Fuente: vanguardia.com.mx)

Podríamos llegar a pensar en otro modelo económico de la industria productora de contenidos, que es claramente utópico. Crear una película costaría estrictamente cero, ya que todos los que contribuyen a ella (medios artísticos, técnicos, catering, marketing,...) se comprometen a recibir un cierto porcentaje del rendimiento económico que esa creación acabe produciendo, pero no percibir ninguna retribución por su participación en la creación. Creo que la industria, de ningún modo, puede trabajar de este modo. Siempre deberá haber un productor que es quien asume el riesgo de esa creación colectiva.

Este es el escenario más o menos completo de lo que los contenidos representan en la industria cultural. No es fácil ni sencillo regularlo de forma que se protejan los derechos de todos (y no los derechos de unos contra los derechos de otros). Pero no valen los atajos ni las simplificaciones excesivas. El cánon preventivo es un sinsentido. Al estilo de la detención preventiva por el asesinato que va a cometer, de Minority Report. Y la llamada ley Sinde es otro atajo que una democracia no se puede permitir.

Hay que trabajar con mucha más seriedad, por ambas partes. El poder político no debe controlar la Red, que es un recurso básicamente democrático. Pero los internautas tampoco deben olvidar que detrás de algunas creaciones hay inversiones económicas que solamente tienen sentido si se consiguen recuperar mediante la explotación comercial de esa creación. Y, desde luego, hay que perseguir con la ley en la mano a los que intenten obtener beneficio económico de la creación de otros, sin el acuerdo de estos.

Creo que demonizar al contrario, las soflamas de uno u otro signo, la erosión de todos estos matices que he intentado exponer, en nada contribuyen a conseguir una solución armoniosa a cuestión tan sensible. La Red debe ser libre (free) pero no todos los contenidos (desde su propia creación) pueden ser de acceso gratuito (free of charge). 

Y, por cierto, no me gustaría nada vivir en un mundo donde todos los creadores de contenidos vivan del Estado, que considere la Cultura como un bien de interés público, y por tanto, pagada de los Presupuestos del Estado. Esa cultura no es la que nos merecemos en este siglo XXI. Ay, ay, que me huele que las subvenciones al cine español se parecen peligrosamente a este modelo.

No sé cuál es la solución, pero sí identifico con claridad lo que no lo es.

JMBA

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Frío en la Cama

Los más viejos del pueblo de mi padre siempre decían que hay tres cosas de las que conviene huir todo lo que se pueda: el frío en la cama, las corrientes de aire y las piedras que se mueven al cruzar el río (passeres que és mouen).
Bolsas de agua caliente
(Fuente: primerahora)

A mi, personalmente, me gusta dormir en la cama lo más ligerito de ropa que puedo. Con mi volumen, cualquier pijama se me enrosca hasta casi estrangularme a la segunda vuelta que doy en la cama. Para mantener un nivel adecuado de comodidad térmica, lógicamente, hay que aderezarlo con una manta y una colcha y, a ser posible, una calefacción que no permita a la temperatura ambiente bajar de los veinte grados.

Sin embargo, la primera sensación al meterse en la cama, y notar el contacto con las sábanas, es un estremecimiento porque siempre están frías, en un primer momento. Si están recién lavadas, incluso más. Los primeros momentos dentro hay que emplearlos en calentar un poco el habitáculo. Si se tiene una buena dosis de calor interno, el proceso no dura más de treinta segundos, hasta que el cubículo ya está templadito. Pero si se es de naturaleza más bien asténica, entonces puede que el frío no abandone el interior de la cama en toda la noche.

Todas estas comodidades nos las ha dado el progreso, las calefacciones centrales y las viviendas convenientemente aisladas térmicamente. Pero eso no siempre ha sido así.

En la masía donde nació mi padre, en el campo de Osona, en invierno siempre hacía frío. La casa era muy grande, las puertas y las ventanas no ajustaban ni medianamente bien, y siempre había corrientes de aire. Y como ella, la mayoría de pisos en las ciudades, hace cuarenta o cincuenta años, no disponían de una calefacción eficiente, y templar el entorno se delegaba habitualmente a algún tipo de estufa o brasero. Más de un accidente, incluso mortal, se ha debido a la combustión defectuosa de este tipo de dispositivos, o a la inexistente ventilación.
Calentador de cama en cobre
(Fuente: cobre-laton)

Para combatir el frío en la cama se contaba con varias mantas (las llamadas zamoranas siempre tuvieron fama de ser de las mejores) y con algún dispositivo de apoyo. En las viviendas de clase más alta, donde se contaba habitualmente con algún personal de servicio, se acostumbraba a utilizar lo que se llamaba calentador. Fabricado de cobre (o de algún otro metal), constaba de un mango largo y de un infiernillo con agujeritos. En el infiernillo se colocaban algunas brasas (de la chimenea o del hogar; del fuego siempre encendido en las casas de campo) y luego se pasaba el invento por la cama abierta, es decir, sobre las sábanas, para conseguir que estuvieran tibias, y reducir al mínimo los escalofríos del ocupante al meterse en ella.

Esta manipulación limitaba la incomodidad inicial, ya que la cama no estaba absolutamente fría, sino algo más agradable. De todas formas, sin una calefacción que mantuviera la temperatura ambiente a un nivel razonable, levantarse en mitad de la noche para ir al servicio (comuna, o lo que fuera) constituía una experiencia en la que la voluntad se ponía a prueba. Salir de la cama (templadita y agradable) para enfrentarse a una temperatura ambiente a menudo por debajo de los diez (o hasta cinco) grados no era, desde luego, plato de gusto. Había que tener ropa de abrigo a los pies de la cama, para combatir estas sensaciones.

En las viviendas más populares, y con un propósito semejante, se acostumbraban a utilizar las llamadas bolsas de agua caliente. Fabricadas normalmente de caucho, tenían una forma rectangular y, en su extremo, había un taponcito de rosca, por el que se introducía en su interior agua caliente. La bolsa ventruda y rellena se metía en la cama, con el objetivo de templar la temperatura de las sábanas, y hacer más agradable el sueño.
Imagen de la nevada de 1962 en Barcelona
(Fuente: lagotafria)

A diferencia del calentador, la bolsa de agua caliente coexistía con el habitante de la cama. A menudo la bolsa la metía en la cama el propio interesado al meterse en la cama. De modo que la bolsa de agua caliente, de modo directo, daba un poco de calorcito a los pies, siempre la parte más fría del cuerpo.

El problema es que, con el paso del tiempo, la bolsa se iba enfriando. En mitad de la noche, tocarla con los pies provocaba un sobresalto, y había que expulsarla a patadas de la cama. A la mañana siguiente se recogía de donde hubiera caído, se vaciaba, y se esperaba a la siguiente noche para repetir la operación.

En Diciembre de 1962 (teniendo unos cinco años) yo pillé un sarampión de caballo, con grandes fiebres. Coincidió con la gran nevada de Barcelona, donde llegó a haber en muchas zonas de la ciudad hasta más de medio metro de altura de nieve, la gente se movía con esquíes por las calles, y las caídas fueron incontables. Yo tuve que verlo todo desde la ventana de mi habitación, ya que no podía salir a la calle, debido a la fiebre. Para mantener mi habitación a una temperatura razonable para un enfermo, recuerdo que mi padre compró una estufa eléctrica. El problema era que la potencia eléctrica que teníamos en mi casa no permitía mantener la estufa y las luces encendidas al mismo tiempo. Por ello, con la estufa encendida, había que sobrevivir en una suave penumbra, durante las largas horas de la noche invernal. Tengo presente esa imagen de penumbra, con mi madre al lado de la cama, la estufa encendida, y la bolsa de agua caliente en la cama, frecuentemente renovada.

Portada (parcial) de La Vanguardia del 27 de
Diciembre de 1.962
(Fuente: Hemeroteca de La Vanguardia)

En algunos lugares se sigue utilizando la bolsa de agua caliente para mantener tibias las sábanas. Me contaba hace poco un amigo que en un lodge africano se encontró con una bolsa de agua caliente en la cama, al abrirla para verificar que no se había colado ningún bicho. Otro compañero de ese viaje no tuvo la precaución de abrir la cama antes de meterse, y lo hizo a las bravas. Sus pies notaron una superficie blanda y tibia en el interior de la cama, que lo mismo podía ser el vientre de un cocodrilo que el culo de un mandril o el lomo de una serpiente. Creo que el salto y el grito que lanzó todavía se recuerdan en la sabana de África.

Las grandes mejoras en aislamiento térmico de las viviendas y las calefacciones centrales (con muchas variedades tecnológicas) han empujado a todos estos trastos al rincón del olvido. Con estas líneas he intentado, por lo menos, recuperar su recuerdo.

JMBA

martes, 21 de diciembre de 2010

La Sociedad (Civil) Multicultural

El concepto de Sociedad Multicultural es una de las entelequias clásicas de una cierta izquierda progresista. Pero da la sensación de que ese deseo se está desmoronando por varios frentes. De hecho, algunos políticos muy principales, como Angela Merkel, ya han extendido su acta de defunción.
(Fuente: spanish.safe-democracy)

Creo que el concepto realmente progresista (y viable) es el de sociedad integradora. De alguna forma, la sociedad civil (esa olvidada, sustituida siempre por la sociedad política o religiosa) debe desplegar sus características y su escala de valores, que es lo que la define. Lo importante en esa definición, para ser realmente progresista, es que se garantice la libertad individual y el imperio de la Ley como valores supremos. A esa sociedad civil, realmente integradora, cualquiera respetuoso de esas normas básicas, puede sumarse, puede integrarse.

Con los fenómenos que hemos vivido en los últimos años de migraciones bastante masivas en España, por primera vez nos enfrentamos a un porcentaje de población inmigrante (especialmente procedente del Magreb, de algunos países de Sudamérica, del Este de Europa y de China) realmente significativa. Evidentemente, las personas que se desplazan a vivir a otro país, buscando mejores oportunidades, siempre viajan con todos sus enseres físicos, culturales, sociales y religiosos. Pero creo que lo primero que cualquier emigrante debe tener absolutamente claro, es su voluntad de integrarse en la sociedad civil a la que se mueve, sin renunciar por ello a sus tradiciones culturales o a sus creencias religiosas.

Con la moda de lo políticamente correcto, hemos ido desarmando a nuestra sociedad de todas las cosas que la caracterizaban, para no ofender a los nuevos llegados. Para intentar no incurrir en ningún caso de racismo, ni de discriminación por ningún motivo relacionado con la raza, el sexo, la religión, o lo que sea.

Se trata, simplemente de evitar, por una parte, la creación de ghetos, que siempre acaban resultando negativos en el largo plazo. Las numerosas emigraciones chinas en distintas épocas han creado Chinatowns en muchos lugares. Especialmente conocidas son las de Nueva York o San Francisco. En la práctica, esos ghetos están articulados para proteger a sus ciudadanos en una (postiza) sociedad china inserta en el seno de, en ese caso, la sociedad norteamericana. Todos los servicios inmediatos son ofrecidos por los propios chinos, y muchos inmigrantes nunca llegan ni siquiera a aprender correctamente el idioma de la sociedad en la que están insertos. Esas ciudades chinas en medio de las poblaciones norteamericanas se acaban convirtiendo en atracciones turísticas, pero muy poco hacen en favor de la integración de los inmigrantes en la sociedad que les ha acogido.
(Fuente: El Eco de Jumilla)

En España, que a menudo somos más papistas que el Papa, y tenemos una tendencia irrefrenable al papanatismo, se ha optado, en general, por un modelo diametralmente opuesto. Con ello quiero decir que les concedemos a los inmigrantes la capacidad de alterar y modificar nuestra sociedad, en lugar de facilitar su integración en una sociedad que existe desde muchos siglos antes de su venida. De hecho, los territorios de España tienen presencia histórica desde hace casi veinte siglos, y España como país unido (a veces) tiene existencia política y social desde hace más de quinientos años.

Para mí, el problema es que al no existir con claridad el concepto de sociedad civil, se (sobre)entiende que las raíces sociales de España están ligadas al catolicismo como religión predominante de sus habitantes. Es decir, estamos tiñendo a la sociedad de un montón de matices que realmente forman parte de las libertades individuales, pero que no deberían definirse como características de la propia sociedad.

Desde la proclamación de la Constitución de 1978, España se define como un Estado laico, pero ese camino sólo se ha recorrido muy parcialmente. La separación efectiva del Estado y de la Iglesia es un tema permanentemente pendiente.

Es por ello que los inmigrantes, especialmente los practicantes de otras religiones (los musulmanes muy especialmente), tienen problemas para integrarse en una sociedad que está teñida de muchos elementos religiosos, que son, por definición, contrarios a los que ellos aportan desde la práctica de su propia religión. Si mantuviéramos estas opciones dentro de los derechos individuales de cada persona, y no los embutiéramos en la propia sociedad, el tema sería de digestión mucho más simple.

Porque, en estas condiciones, es hasta cierto punto esperable que los musulmanes cuando se instalan en España, con su sociedad muy teñida de religión católica, quieran desarrollar su propia sociedad teñida de religión musulmana. Un error sobre otro. Y en este choque es cuando aparecen los errores de criterio que saltan a la portada de los periódicos, como el caso del niño de La Línea que denunció que el profesor le estaba ofendiendo por hablar del jamón (de cerdo), un animal que los musulmanes consideran como prohibido por su religión.
Catedral de Sevilla, edificada en el siglo XV sobre
una mezquita anterior
(Fuente: urbesevilla)

El tema es de ópera bufa. Pero, insisto, en la raíz del problema está el hecho de que la sociedad civil no existe como tal. Las leyes de cualquier sociedad deben regular todo lo que tenga relevancia para todos sus ciudadanos. Por supuesto, las leyes deben cumplirse escrupulosamente, por parte de todos los ciudadanos. Pero las leyes no obligan a nadie a hacer aquello que no quiere hacer, o que no le está permitido por sus creencias. Igual que el hecho de que exista una Ley del Aborto no obliga a ningún católico (o católica) a practicarlo (pero sí ampara a tod@s los que decidan recurrir a él) el hecho de que la cría del cerdo sea una actividad económica importante en España, y que el jamón en concreto sea un producto muy apreciado por la mayoría de los ciudadanos, no obliga a nadie a consumirlo, si no lo desea o se lo prohiben sus creencias.

El fracaso de la sociedad multicultural, desde mi punto de vista, pasa por el fracaso en dar carta de naturaleza propia a la sociedad civil. Es la sociedad civil la que debe regular los espacios de convivencia, definir sus propias leyes, y determinar las libertades individuales de cada ciudadano. Es la sociedad civil la que puede prohibir, en su caso, a las mujeres con burka moverse por los espacios públicos (por motivos de convivencia o de seguridad). Pero no obliga a nadie a comer jamón, ni ninguna otra cosa. Dentro de la sociedad civil, los ciudadanos tenemos una serie de derechos individuales, que nos permiten formar parte de aquellos clubs que nos gusten, y practicar la religión que cada cual elija (o ninguna).

Nadie, insisto, nadie, tiene derecho a sentirse ofendido por el hecho de que los usos y costumbres de la sociedad civil estén o no alineados con sus propias creencias religiosas. Porque hablamos de esferas diferentes del desarrollo de cada persona. Sufrimos los efectos de haber vivido durante muchos años en que el Estado (la sociedad civil) ha tenido una práctica religiosa como oficial. Eso, inevitablemente, desvía la atención de los temas básicos e importantes.
Mezquita de Málaga
(Autor: carlos-duaaz-ruiz; Fuente: diariosur)

Los musulmanes que residen en España, como los católicos o los budistas, tienen derecho a tener sus propias mezquitas, como existen catedrales e iglesias, pero no subvencionadas por la sociedad civil. Y si, en algún caso, algún púlpito en algún lugar, o algún imán, transmite ideas o prácticas contrarias a la Ley, es el imperio de la ley el que la sociedad civil debe imponer, sin demonizar a ningún colectivo.

Cualquier inmigrante, venga de donde venga, tiene la obligación de integrarse en la sociedad civil del lugar donde reside, y respetar y cumplir sus leyes. El resto, lo que puede aportar un sano toque de multiculturalidad a la sociedad, forma parte de sus derechos personales e individuales.

El tema, evidentemente, da mucho más de sí. Por ello me gustaría mucho recibir vuestros comentarios de acuerdo o desacuerdo, aportando matices.

Mejor nos iría a todos si fuéramos capaces de distinguir con claridad la sociedad civil, con sus leyes y sus libertades individuales. Y no convirtiéramos en ley las creencias de unos cuantos, aunque sean mayoría.

Nos evitaríamos así ese tipo de conflictos esperpénticos, pero de resultado imprevisible.

JMBA

domingo, 19 de diciembre de 2010

La Lotería de Navidad en España

El Sorteo de la Lotería de Navidad marca en España el inicio de las fiestas navideñas propiamente dichas. Acostumbra a celebrarse el día 22 de diciembre de cada año, y es raro encontrar a un solo español que no juegue algo en este sorteo.
Los niños de San Ildefonso, cantando un premio
(Fuente: sortea2)

Podéis ver algunas curiosidades sobre el sorteo en la propia web de Loterías y Apuestas del Estado, por cierto, el mejor sitio posible para realizar apuestas en los juegos on-line (Bono Loto, Lotería Primitiva, Euromillones, Gordo de la Primitiva, Quiniela,...) directamente desde Internet y sin comisiones ni intermediarios de ningún tipo.

Este año, el sorteo de Navidad consta de un total de 85.000 números, cada uno con 195 series de diez décimos cada una. Dado que el décimo se vende por 20€, si se despacha la totalidad, la recaudación sería de 3.315 Millones de euros.

Dado que la retención fiscal ya se realiza en origen (sólo se distribuye para premios el 70% de la recaudación, siendo el 30% restante para los gastos de emisión y administración y para el Tesoro Público), los premios de la Lotería Nacional están libres de impuestos.

Cada semana se celebran dos sorteos de la Lotería Nacional (los jueves y los sábados), pero sin duda el Sorteo de Navidad es el de mayor importancia y trascendencia social de todo el año. Ello se debe a que los premios se reparten mucho (es decir, es fácil pillar aunque sea un pellizco de premio) y a su universalidad. Todo el mundo juega algo, bien porque la ha comprado, o porque se intercambia entre familiares o amigos. La mayoría de empresas acostumbran a escoger un número para que jueguen sus empleados, y a su vez, estos los intercambian con otros familiares o conocidos.

Por todo ello, es habitual que cualquiera se encuentre con que juega pequeñas cantidades en muchos números diferentes. Casi con seguridad resultará premiado con alguna pequeña cantidad, desde el reintegro de lo invertido hasta la tradicional pedrea (5€ por Euro jugado). Sólo con mucha suerte se puede conseguir un premio de los llamados mayores: el Gordo (15.000€ por Euro jugado), el Segundo (5.000), el Tercero (2.500), uno de los dos Cuartos (1.000) o uno de los ocho Quintos (250).
(Fuente: techlosofy)

Coloquialmente, se acostumbra a utilizar la expresión está más repartido que el Gordo de Navidad. Ello se debe a que existen 1.950 décimos de cada número, y los del Gordo reciben 300.000 euros por décimo. Hay potencialmente muchos agraciados con ese premio.

Esa es otra característica de la Lotería de Navidad respecto a otro tipo de sorteos: no existe ningún premio de los que te cambian la vida, salvo que juegues muchísimo dinero. Si aceptamos que, en la actualidad, la unidad de Pasta Seria (necesaria para permitirte cambiar de modo de vida) pueden ser los 2 o 3 millones de Euros, haría falta jugar entre 100 y 200 Euros del número premiado con el Gordo para alcanzar esa cantidad,  lo que no es nada habitual. Ya escribí en otro artículo sobre las componendas y las conversaciones imaginando que ya nos ha tocado el premio.

Un tema tan tradicional como el Sorteo de Navidad ha dado lugar a muchos clásicos. Por una parte, es el único sorteo que se celebra por el método tradicional. Esto significa que hay dos bombos (uno mucho más grande que el otro). En el bombo grande, hay 85.000 bolitas de todos los números que participan en el sorteo. En el bombo pequeño están las 1.787 con los premios directos: desde los 1.000€ por serie de la pedrea, hasta los 3.000.000 de Euros por serie del Gordo. A ello hay que añadir las aproximaciones, las centenas, los reintegros. El sorteo dura unas tres horas y media, y su celebración se realiza con asistencia de público. Los hay habituales, muchos que se disfrazan para atraer sobre sí la mirada de la Diosa Fortuna, y algunos incluso revisan las tablas con las bolas de los números, para asegurarse de que el suyo está en el bombo.

En vísperas del sorteo, las conversaciones de todo el mundo se mueven en torno a lo que yo haría si me toca el Gordo. En la mañana del 22 de Diciembre (cuando se celebra el sorteo) y a medida que se van desgranando los premios mayores, las aspiraciones de todo el mundo van decreciendo, al menos una pedrea, o simplemente el reintegro (coincidencia de la última cifra del número con el Gordo).

El sorteo es cantado por los niños del colegio de San Ildefonso, lo que genera una musiquilla de fondo para el inicio de las fiestas de Navidad, para esa mañana del 22.
Descorchando cava en plena calle
(Fuente: caminantedelavida)

Terminado el sorteo, empiezan los días de lo importante es tener salud, y la reinversión de las pequeñas ganancias en décimos para el Sorteo del Niño, que se celebra para Reyes.

A medida van saliendo los premios mayores, las radios, las televisiones, los periódicos, desplazan reporteros a cubrir la alegría de los afortunados. Visitan las administraciones que han repartido décimos del Gordo, o los bares o comercios que lo han redistribuido en pequeñas participaciones. Entrevistan a la gente eufórica, que probablemente estén descorchando botellas de cava barato (el por qué nunca se utilizan para esas celebraciones apresuradas cavas dignos se escapa a mi comprensión). Con voz entrecortada por la emoción, los afortunados dejan perlas al reportero ante la pregunta de usted qué va a hacer con el premio. La mayoría responden que cancelar la hipoteca, o comprarse un pisito. Muchos lo destinarán a pagar las deudas. ¿Y el resto? El resto, que esperen.

Por la forma de las celebraciones se distinguen las distintas regiones y comarcas del país, que son diferentemente expansivas. Una perla la obtuvo un reportero en Vic (comarca de Osona, en la Catalunya Interior, provincia de Barcelona) como respuesta a su pregunta a una persona que rondaba el bar donde se había repartido mucho dinero sobre si le había tocado algo: nosotros, es que no somos de celebraciones.

Si el premio toca en algún lugar de Andalucía, el baile por sevillanas improvisado en plena calle está asegurado. Si el Gordo toca a los empleados de alguna empresa, las escenas en la oficina o la fábrica está garantizada, con cava, gritos e ilusión. Si toca en algún pueblecito tocado por las reconversiones industriales, el dinero será para tapar agujeros. Si los agraciados viven en algún lugar de la costa gallega, el dinero nos compensa de la dureza de la mar. Y si toca en la Puerta del Sol o en Sort, nunca se sabe, porque se ha vendido allí lotería para gentes de todas las partes de España. Siempre hay algún misterioso señor de Córdoba, que se llevó cinco series, y seguro que las ha vendido en pequeñas participaciones, o alguien de algún lugar inconcreto que insistió en que el número terminara en los años que cumplió su hija, o en el año de su matrimonio. Ilusión sin fronteras.

Otro clásico es alguna gente a quien siempre le toca la Lotería. Había hace años un concejal de Madrid (Matanzos) a quien le tocaba el Gordo cada año. O al Presidente de la Diputación de Castellón (Fabra) a quien le ha tocado ya seis o siete veces. Los caminos infinitos del blanqueo de dinero pasan por las sucursales bancarias que ofrecen una pequeña comisión a los agraciados de verdad para comprarles sus décimos premiados, a cambio de deshacerse de dinero negro, pasándoselo a otros.

Periódicamente, las televisiones realizan reportajes sobre cómo cambió el Gordo la vida en alguna localidad, o cómo digirió la riqueza (habitualmente, mal) esta o aquella persona.
(Autor: Santi Orue; Fuente: publico.es

El día siguiente al Sorteo es el Día Nacional de la Salud. Y luego ya viene Nochebuena y los ágapes familiares donde siempre se acaba comiendo y bebiendo más de lo razonable, y donde a menudo toca aguantar las melopeas incómodas de ese cuñado o ese primo que siempre se pasa de la raya.

En rápida sucesión pasan Navidad (y el día siguiente, San Esteban, festivo también en algunas comunidades), y Nochevieja y Año Nuevo (con las decisiones siempre incumplidas de dejar de fumar, de adelgazar, o de ir regularmente al gimnasio). Termina el espectro de las fiestas navideñas con Reyes, y sus intercambios de regalos.

Y luego es el día después, en que la crisis que vivíamos nos vuelve a azotar y habitamos la rutina de nuevo. Y todos empezamos a planificar ya la Semana Santa (para finales de Marzo o Abril), la siguiente festividad significativa.

JMBA