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martes, 31 de agosto de 2010

Los Taxistas de Barajas

Los taxistas de París son casi aristócratas. Trabajan en grandes berlinas muy confortables, de las mejores marcas. Parece que existen muy pocas licencias, para lo extensa que es la aglomeración metropolitana. Y es una imagen muy habitual ver a una cola de clientes potenciales negociar por turno el trayecto requerido, con un taxista displicente, que escogerá al cliente cuya petición mejor le convenga. Especialmente en las horas punta, por ejemplo, por la noche tras salir de cena y copas, cuando queremos volver al hotel.

(Cola de espera de taxis en la Terminal 1 del Aeropuerto de Madrid-Barajas. Autor: Joan Rodes. Fuente: http://www.flickr.com/photos/joan_rodes/).

En Madrid parece que las cosas son claramente diferentes. Porque con la cantidad de taxis que se pasan horas parados a la espera en Barajas, todo parece indicar que debe haber demasiados taxis en Madrid.  Y si nos centramos en el servicio de taxi en el Aeropuerto de Barajas (Terminal 1), entonces tenemos un escenario que requiere un cierto desarrollo.

En algunas ciudades del Tercer Mundo, donde el atraco a mano desarmada era práctica frecuente de los taxistas contra los viajeros, se implantó un sistema de pre-pago. Yo lo he conocido, por ejemplo, en México DF y en Rio do Janeiro, pero sé que se practica en muchas otras capitales. La ciudad se segmenta en un número limitado de zonas, y cada zona tiene su tarifa concreta, que se paga en un mostrador habilitado al efecto. El cliente recibe un vale, que entrega al taxista. Si se quiere, es posible también habilitar diferentes zonas de recogida de clientes en el Aeropuerto, para recorridos de importes en un cierto rango. El taxista escogerá si prefiere esperar más para una carrera más valiosa, o cargar antes, para una carrera de menor importe.

En Madrid se ha insinuado implantar este método en alguna ocasión, con la oposición frontal del gremio de los taxistas. He visto incluso pintadas con letras de a metro en contra de esta iniciativa. Porque cualquier intento de establecer un cierto orden parece ser una agresión frontal al mundo del taxi.

Hablo de los taxistas de Barajas, y no de los taxistas en Barajas, porque estoy convencido de que no todos los taxistas de la capital basan su jornal en esperas interminables en las colas del Aeropuerto (dicen que más de dos horas es habitual) persiguiendo la suerte de pillar a un pipiolo que pague cien euros por ir a un Hotel de la Castellana, o que tenga que viajar a cuarenta (o a cien) kilómetros de Madrid.

Yo siempre he tenido la desgracia de vivir relativamente cerca de Barajas. Antes vivía en la zona de Pradillo, y desde hace unos años vivo cerca de la Gran Via de Hortaleza, para quien conozca Madrid. A mi casa actual, la carrera desde el Aeropuerto es de unos 17-20 Euros.

He vivido experiencias surrealistas varias veces. Recuerdo a un taxista que, tras subirme (yo y el equipaje) en el coche y decirle el destino, empezó a poner toda clase de inconvenientes (esquivando el problema principal). Parece que tenía que hacerle esa misma noche la revisión completa al coche, cambiar los neumáticos y levantar la culata, y la carrera se iba a prolongar. Hasta que consiguió echarme del coche, con destino a ninguna parte.

Los últimos años no había tenido ningún problema de este tipo, pero es que llegaba siempre a la nueva Terminal 4 (donde parece que el sistema se ha diseñado desde cero, e igual es más eficiente), o de las Terminales Nacionales (la 2 ó la 3). Pero ayer tuve la desgracia de volver desde Londres en una low-cost y llegar a la Terminal 1, donde da la sensación de que los viejos (y perores) hábitos, han sobrevivido entre los taxistas que allí esperan. Se decía que no todos los taxistas podían ponerse en la cola de la Terminal 1, sino que había que pertenecer a la Cofradía de los Taxistas de Internacional.

El caso es que ayer me tropecé con un cafre. Tras embarcar mi equipaje (con comentarios sobre el peso de la maleta mediana que llevaba, en la línea de acusarme de contrabandista de libros), arrancó el coche, y cuando le dije el destino, frenó en seco, y poco menos que me echó del coche. Implícitamente, me acusaba de ciudadano incívico, que quería que un probo trabajador que llevaba dos horas y media tocándose los genitales en la zona de espera hiciera una carrera corta y de importe modesto.

Claro que los tiempos avanzan, y el progreso es imparable. Se han inventado (no sé muy bien quién), de forma yo creo que prácticamente clandestina, porque nada se sabe ni se indica sobre ello, una parada de taxis en la zona de Salidas (piso superior), no en la de Llegadas. A ella acuden los taxistas que no están dispuestos a caer en todos los vicios durante largas horas de espera, y prefieren una carrera rapidito, aunque sea corta. Se supone que, por ciencia infusa, los viajeros que deban desplazarse del Aeropuerto a zonas más o menos próximas (¿cuál es el mínimo para no despertar las iras de la Cofradía de Llegadas?) irán de modo natural a coger un taxi en la parada de Salidas. Kafkiano, sin duda.

Desde siempre era un hábito conocido (e ilegal) los acuerdos puntuales entre un viajero y un taxi que casualmente pasaba por allí, en la planta de Salidas. Pero ahora lo han legalizado, al menos eso parece.

Así que, querido lector, si llegas a la Terminal 1 de Barajas, y debes ir a cualquier sitio al Este de la Castellana (es mi hipótesis), mejor sube al piso de Salidas, y toma un taxi en la paradita que parece que está habilitada al efecto, aunque nadie lo sabe. Si no te gusta sentirte culpable de estar esquivando un cierto orden establecido, tengo que decirte que hay una señal que habilita aparcamiento para taxis (con capacidad para unos cinco o seis vehículos).

Alternativamente, quizá, la Autoridad podría exportar a la Terminal 1 el modelo, que parece funcionar mejor, de la Terminal 4.

O quizá se podría erradicar a la Cofradía. Pero esa parece Misión Imposible.

O se podría considerar el modelo de prepago, que ha resultado ser imprescindible en las grandes capitales del Tercer Mundo.

Que, por lo visto, a lo mejor sólo eso somos.

JMBA

martes, 24 de agosto de 2010

Secuestros

Este martes lo primero que toca hacer es alegrarse por la liberación, sanos y salvos, de los dos cooperantes españoles secuestrados por Al-Qaeda del Magreb (o cualquier otra franquicia del Terror). Por fin Albert y Roque se han podido reunir con sus familiares en Barcelona, con sus compañeros de la ONG Barcelona Acció Solidària, y con Alicia, compañera de secuestro, que ya fue liberada en Marzo.

(Roque, Alicia y Albert, por fin en casa. Fuente: Agencia EFE, extraída de www.elpais.com).

Pero a continuación es un deber reflexionar sobre el tema. El secuestro es un arma muy utilizada por toda clase de delincuentes: terroristas, paramilitares, narcotraficantes, mafiosos de todo jaez. El secuestro es, si cabe, más horroroso que el asesinato, porque juega con la anticipación del asesinato, si las peticiones de los secuestradores no son atendidas. Por lo tanto, deja en manos de los demás (presuntamente) las decisiones encaminadas a que el secuestrado muera o sobreviva. Fuerza a la sociedad a considerar acciones que normalmente se considerarían delictivas o ilegales. Y hace que la sociedad se sienta culpable en cualquier caso, cualquiera que sea el desenlace.

(Michel Germaneau, asesinado por sus secuestradores tras una acción militar para liberarlo. Fuente: http://momento24.com/2010/07/26/).

En resumen, el secuestro es un acto delictivo particularmente desestabilizador.

El motivo de cualquier secuestro es hacerse ilegalmente con un activo (el o los rehenes) que otorgue a los secuestradores cierta capacidad de negociación. En general, el motivo principal de cualquier secuestro es económico. De hecho, los secuestros son una de las fuentes clásicas de financiación para cualquier banda de delincuentes. La toma de rehenes, en cualquiera de sus formatos, dificulta, si no impide muchas veces, la reacción digamos militar de la sociedad, porque muy probablemente acarrearía la muerte de alguno de los rehenes, y la sociedad occidental no puede permitirse este tipo de desenlaces, si puede evitarlos.

Lo que está claro es que el activo de los secuestradores es la amenaza sobre la vida de los rehenes. Su mensaje es: Depende de lo que hagáis, los rehenes vivirán o morirán. Trasladan, presuntamente, la responsabilidad del desenlace a la propia sociedad.

(Ortega Lara, liberado por una acción policial tras 523 días de secuestro por ETA. Fuente: http://elpaiser.blogspot.com/2007_07_01_archive.html).

Cualquiera que empuñe un arma no puede alegar que no piensa utilizarla. Si fuera así, que la tire, la destruye, la chatarree. Si no lo hace, es porque está dispuesto a utilizarla si las circunstancias le parece que lo requieren. Utilizarlas contra los rehens, contra sus rescatadores tentativos o contra sus propios colegas que intenten robarles el activo. Teniendo en cuenta que un rehén muerto (que se sepa que está muerto) es un activo liquidado, con valor cero. 

Pero, ¿por qué alguien en concreto es secuestrado?. No hay ninguna justificación, pero muchas explicaciones. A veces, se trata de la pertenencia a una familia acaudalada, que los secuestradores están seguros de que estarán dispuestos a soltar dinero en grandes cantidades, para asegurar la vida de su ser querido. O a veces son las circunstancias las que provocan que alguien sea secuestrado. Porque pasaba por ahí y le tocó, porque estaba cobrando un cheque en el banco cuando entraron los atracadores, que acabaron tomando rehenes. O porque estaban realizando prácticas de riesgo, de exposición elevada al riesgo. Mucha polémica ha habido sobre quién debe pagar el rescate de unos montañeros imprudentes que acabaron aislados y/o accidentados en lo alto de una cordillera. La respuesta a si se trataba de prácticas imprudentes, o de accidentes imprevisibles, siempre será dudosa, y objeto de interpretaciones diversas.

Los que somos fumadores estamos acostumbrados a pagar un elevado sobreprecio por nuestra adicción, porque se entiende que fumar es una práctica de riesgo para la propia salud, y que posiblemente acabemos siendo más caros para el Sistema Público de Salud que los no fumadores.

¿Era una práctica de riesgo el pasearse por un desierto sin ley ni control, en un convoy carente de medidas apropiadas de protección?. Bueno, vistos los cojoncillos, macho. Seguramente, a partir de ahora se tomarán medidas adicionales de seguridad, que forzarán a los delincuentes a sofisticar sus acciones y hacerlas más atrevidas. Muchos instalamos alarmas en nuestras casas no porque estemos convencidos de que eso evita los robos, sino porque pensamos que un ladrón ocasional posiblemente prefiera robar en el piso de enfrente, que no tiene alarma instalada, antes que enfrentarse a la alarma del nuestro. Claro que si quieren robar en nuestra casa, la alarma no les va a parar. Sólo les obligará a ser más finos en lo suyo.

En las últimas décadas, en España hemos sufrido bastantes secuestros perpetrados por ETA en busca de financiación. Algunos, como amenaza específica a quien se había resistido a la extorsión, otros más genéricos, como amenaza a la sociedad y elemento de negociación para la liberación de presos o lo que fuera. Secuestros con diversos desenlaces, desde la liberación por haberse cumplido las condiciones de los secuestradores, hasta la liberación tras una acción policial o militar, hasta la muerte del secuestrado. Pero España dispone hoy de un estado completo, capaz de hacer frente a este tipo de amenazas, y el asedio a ETA les ha puesto en una situación de debilidad como nunca antes habíamos visto.

Pero en África (y no solamente allí), hay muchos Estados fallidos o incompletos, incapaces de erradicar por sus propios medios la convivencia con bandas de delincuentes, da igual la bandera que enarbolen. Que incluso mantienen, a menudo, una sospechosa connivencia con ellos. Y Al-Qaeda, como franquicia universal del terror y de la delincuencia, es un buen ejemplo de ello. Como un parásito más de la Naturaleza, se instala y actúa donde la debilidad de otros poderes se lo permite. Y les basta con adoptar, aunque sea sólo en apariencia, determinadas actitudes para ganarse la simpatía de algunos.

No nos engañemos y caigamos en esas redes. Cualquier secuestro es un acto delictivo, ante el que la sociedad y los Estados tienen la obligación de enfrentarse, e intentar erradicar. Pero la vida de los rehenes es un bien superior, o así se percibe casi siempre. Las reacciones atropelladas o urgentes a menudo conducen a la muerte de muchas personas, entre ellas algunos secuestradores, seguro, y también algunos rehenes. Vimos hace poco la reacción militar del Estado francés, conjunta con Mauritania, que produjo la muerte del rehén francés en manos de los secuestradores, que también sufrieron algunas bajas. O ayer, sin ir más lejos, un secuestro chusco en Manila, y una reacción desproporcionada y atropellada de las Fuerzas de Seguridad de Filipinas, provocaron la muerte del secuestrador y de siete de los rehenes, ciudadanos de Hong Kong.

(Las Fuerzas de Seguridad de Filipinas asaltaron el autobús chino en Manila. Fuente: http://www.fmbolivia.com.bo).

Me parece obsceno que el Gobierno español (empezando por el Presidente Zapatero) saque pecho por el desenlace de este secuestro. Porque hemos pagado a los secuestradores, y les hemos concedido algunas de sus peticiones, en forma de liberación de presos, o lo que sea. Alegrémonos de la liberación, pero no podemos estar orgullosos de ello.

Por otra parte, ante un suceso de este tipo, la posición de un Presidente del Gobierno no tiene nada de envidiable. Tienes en tus manos todos los recursos (económicos, diplomáticos, de inteligencia, militares o policiales, fondos reservados), cada uno de ellos con sus oportunidades y sus riesgos. Hay que definir prioridades, y hagas lo que hagas te ganarás las críticas, incluso feroces, de muchos. Claro que nadie debería entrar en política para hacer amigos.  

Contra el terrorismo, de cualquier origen, tolerancia cero. Porque no es un método aceptable para defender lo que sea. Ahora que no tienen rehenes españoles, quizá podamos contribuir a erradicar y destruir a Al-Qaeda del Magreb. Siempre que no hayamos negociado su impunidad, claro.

Porque si se corre la voz de que es más fácil negociar con España que con Francia, los secuestradores nos preferirán como rehenes, y deberemos hacer individualmente lo posible para evitar, por lo menos, ser presas fáciles.

Porque, por lo visto, somos un piso sin alarma.

JMBA 

domingo, 22 de agosto de 2010

Las Fiestas de Gracia

Gracia es un barrio de Barcelona. Su límite natural al Oeste es la calle Mayor de Gracia (Gran de Gràcia), que es a su vez la prolongación del famoso Paseo de Gracia, hacia la montaña, más allá de la Avenida Diagonal.

(En esta casa del carrer Gran nací y crecí yo los primeros 28 años de mi vida. JMBigas, Navidad 2002).

El barrio se despliega casi enteramente a la derecha del carrer Gran, en forma de placitas y calles en general estrechas. Gracia fue una villa separada de Barcelona, integrada en la ciudad desde hace ya mucho tiempo. Como algunos barrios en muchas otras ciudades, su perfil sociológico ha cambiado sensiblemente en las últimas décadas. Habitado por una población progresivamente envejecida, a partir de los años 80 vivió el desembarco de nuevos habitantes, que apreciaban su tranquilidad y lo apacible del entorno. El barrio es poco amigo del automóvil, ya que la circulación es complicada por lo estrecho de muchas calles, y la carestía de plazas de aparcamiento (en la calle o en Parkings públicos) es endémica.

Muchos edificios se han restaurado o hecho de nuevo, siempre en solares más bien pequeños, con altura muy limitada. Han aparecido locales y comercios nuevos, dirigidos a ciertos segmentos de la población, por ejemplo, para el público gay, o para los contestatarios en general, antisistema y okupas en particular. La convivencia con la población tradicional no ha sido siempre fácil, y las diferencias se manifiestan muy especialmente con las tradicionales Fiestas del Barrio, en el entorno de la Virgen de Agosto.

(El Barrio de Gracia de Barcelona, en Google Earth).

Muchos vecinos del barrio siguen con la tradición de engalanar sus calles de modo especial para las Fiestas del Barrio. Cada calle, cada año, acostumbra a escoger un tema específico, y desarrolla una decoración alusiva al mismo. En el marco de la Festa Major hay un concurso de decoración de calles, en el que compiten muchas calles del barrio, y acostumbra a ganar la calle Verdi.

Los últimos años, desgraciadamente, han sido bastante habituales los disturbios durante las Fiestas. Ya hablé del tema genérico en otro artículo (http://jmbigas.blogspot.com/2010/06/turismo-de-altercado.html). El atractivo que suponen algunas fiestas populares para los profesionales del altercado es bien conocido. La anécdota por la que se provocaban los problemas acostumbraba a ser la diferente concepción sobre la normativa de la Fiesta, las dificultades para conciliar la necesidad y el deseo de descanso por parte de la población tradicional, y los desaforados deseos de fiesta y descontrol por parte de los nuevos habitantes y los venidos a propósito para la fiesta. Como substrato, siempre estuvo la presencia y protagonismo de todas las asociaciones de okupas y antisistema, muy activos en toda Catalunya. Y la afluencia, claro, de los profesionales del turismo de altercado, animados por toda clase de adicciones, empezando, pero no terminando, con el consumo desmedido de bebidas alcohólicas.

(La Plaza de Rius i Taulet. Fuente: http://blog.ravalnet.org/casalnet07/).

Parece que este año 2010 (no sé si la crisis vigente ha contribuido a ello), la Festa Major de Gràcia ha sido más tranquila. Sin embargo, coincidió con ella la liberación de prisión de Laura Riera, y se pretendió organizarle en el marco de la Festa Major un acto de homenaje. Laura fue juzgada y condenada como colaboradora de ETA en un atentado en Viladecaballs. Además, era una activista conocida en Terrassa, miembro de asociaciones de okupas y demás. Si queréis conocer la versión de su trayectoria contada por sus partidarios (en este caso, la CGT, sindicato de inspiración anarquista) podéis leerla en http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=33036.

Creo que la sociedad no debe permitir que ningún delincuente condenado sea homenajeado o jaleado en acto público alguno. Y el acto se prohibió. Afortunadamente, parece que los disturbios, en este caso, han sido menores y muy limitados. Y es que, supongo, todo acaba cansando, hasta las dosis de adrenalina que genera la provocación a los Mossos d'Esquadra o a los Municipales.

Yo viví veintiocho años de mi vida en el barrio, bueno, en su frontera, en la calle Mayor de Gracia (que los de más edad todavía llamaban Salmerón), en una casa que allá por 1920 era la casa nueva de Gracia. Crecí entre el Roxy que cantaba Serrat, el Proyecciones y el Selecto (donde, durante un tiempo, hubo un pequeño espectáculo de variedades en los intermedios). Y es que Gràcia es delicioso, porque conserva el atractivo de la vida y el comercio de barrio. Pasear por sus callecitas, o por las plazas, como la de Rius i Taulet (conocida popularmente como la plaça del Rellotge, por la torre con reloj de su centro), o la plaça Rovira, es un placer en cualquier época del año.

Si visitáis Barcelona, no dejéis de daros una vuelta por el barrio de Gràcia. Por ejemplo, desde la estación de Metro Fontana (L3)(por cierto, muy cerca, en la calle Carolines, está la Casa Vicens de Gaudí) podéis cruzar el barrio en diagonal, por las calles y placitas, hasta la calle Escorial y la Plaça Joanic (Metro Joanic, L4). Si coincidís con la Festa Major (la tercera semana de Agosto), disfrutad de las calles engalanadas y de los espectáculos, e intentad manteneros al margen de los disturbios, si los hubiere.

No os faltarán bares y restaurantes de todas las especialidades, para el necesario reposo del viajero.

JMBA

sábado, 21 de agosto de 2010

La Mirada de los Niños

Uno siempre espera que la mirada de los niños sea diáfana, transparente, infinitamente curiosa y, a menudo, obsesivamente traviesa.

(Sharbat Gula, una niña afgana, en la portada del National Geographic en 1985. Fuente: http://www.solarnavigator.net/national_geographic_society.htm).

Sin embargo, la vida nunca es tan de color de rosa. Hay muchos niños en el mundo que mueren de hambre todos los días, y los niños son, sin duda, los más perjudicados por todas las desgracias que asolan los cuatro rincones de la Tierra. Terremotos, inundaciones, sequías extremas, guerras, campamentos de refugiados, todo eso forma ya parte de cualquier noticiario. Este año 2010 está siendo especialmente prolífico en este tipo de catástrofes. En medio de esos ambientes, la mirada de los niños se vuelve opaca, entre sorprendida, cansada y triste. Pero siguen siendo niños, que sobreviven mal en circunstancias adversas, que lo tienen todo en contra, pero niños, al fin y al cabo.

Todos recordamos, sin duda, la mirada inquietante de ojos claros que nos miraba desde la portada del National Geographic en 1985. Se trataba de una niña afgana (Sharbat Gula) de unos trece años a la sazón, que ya había vivido la experiencia de ser una refugiada. Desde su mirada, triste y cansada, se insinuaba una pregunta desesperada: ¿Por qué?.

Pero lo que a mi me sorprende y desconcierta a la vez, es la mirada de algunos niños de nuestro Primer Mundo. Todos los días vemos niños con miradas translúcidas, más propias de adultos, o incluso de ancianos. Miradas nada traviesas, sino más bien tristes y cansadas. Cuando la mayoría de los niños todavía están investigando cómo son las cosas, cómo es el mundo, parece que algunos ya han ido más allá y se están preguntando el por qué. Y quizá, lo que es peor, algunos de esos niños incluso ya se han respondido a esa pregunta.  

(Judith Vittet -9 años-, como Miette en la película La Ciudad de los Niños Perdidos -1995- de Jean-Pierre Jeunet y Marc Cabo. Fuente: http://vat69.wordpress.com/2007/12/10/la-ciudad-de-los-ninos-perdidos/).

Niños que viven en familias perfectamente estructuradas y sin ninguna carencia material significativa. Puede que algunos sufran de carencia emocional, de unos padres obsesionados con el progreso material, que olvidan quizá las emociones más básicas y nunca reparan en manifestar el cariño hacia los niños a todas horas. Quizá algunos han tenido que vivir experiencias de las que hacen envejecer de repente, malos tratos o abusos de cualquier género.

Puede que otros estén sufriendo frustaciones escolares, absolutamente inapropiadas para su edad, o incluso episodios de acoso. O quizá sufren de alguna enfermedad rara, de las que pueden llegar a generar, incluso, tendencias autodestructivas.

Recuerdo una vez en que, comiendo en un restaurante en cierto lugar, junto a mi se sentó una familia perfectamente normal. Unos padres de menos de cuarenta años, con tres niños de entre cuatro y ocho años. Dos de los niños eran perfectamente normales, digamos que previsibles en sus inquietudes y acciones. Pero una niña, de unos cuatro o cinco años, muñequita preciosa de pelo rubio y ojos azules, tenía una mirada inquietante, adulta, de exagerada profundidad. Como de quien mira no para saber, sino para confirmar. Un toque triste, casi de desesperanza. No estoy seguro de si esa mirada era el resultado de alguna experiencia en el entorno familiar o escolar, ni siquiera estoy seguro de que sus padres o hermanos fueran conscientes de ello. Pero, desde luego, algo en esa niña la había hecho sobremadurar de modo extraordinariamente precoz.

Me produce desconcierto y desasosiego a la vez esa mirada en los niños. Porque me parece algo absolutamente fuera de lugar, algo que podría esconder alguna cosa totalmente inesperada e imprevisible. Habitualmente, no llega a producirme miedo, pero ronda ese vecindario.

Los niños no son una especie diferente, sino que solamente son hombres y mujeres de corta edad, en etapa de elaboración. Pero igual que alguna vez, contra toda probabilidad, el vino se avinagra en las cubas, cuando no le tocaría, quizá algunos niños circulan a tal velocidad por la vida, que su mirada se vuelve adulta muy pronto, y evoluciona fácilmente hacia la mirada de un anciano. La mirada de alguien que ya se respondió al por qué, y sabe que nada puede hacer para cambiar las cosas.

Esos niños son pequeños monstruos que nos brinda el progreso. Me gustaría entender por qué.

JMBA

jueves, 19 de agosto de 2010

Barcelona. Teleférico del Puerto

El Teleférico del Puerto de Barcelona fue inaugurado en 1931, y se construyó con motivo de la Exposición Universal de 1929. Cruza todo el Puerto, desde Miramar, en la montaña de Montjuïc, hasta la Torre de Sant Sebastià, al final de la Barceloneta. Tiene una torre intermedia, la de Jaime I, ubicada junto al World Trade Center.

Es una atalaya magnífica para toda la fachada marítima de la ciudad.

Yo he vivido veintiocho años en Barcelona, y sólo había montado en él una vez, de muy niño. Pero ahora, cuando viajo a Barcelona, tengo tiempos libres para dedicarlos al turismo. En Julio de 2009 hice el recorrido completo (desde Miramar a la Barceloneta y vuelta). En ese momento, la Torre de Sant Sebastià estaba en obras, y no se tenía acceso al teleférico por ella. Sólo se podía descender de la cabina, pero había que quedarse en la plataforma superior de la torre.

He recopilado una serie de imágenes con vistas de la ciudad y del Puerto, que os ofrezco sólo con que pinchéis en la foto. Se trata de una colección de 38 fotografías, que reside en el servicio Google PicasaWeb.


Si viajáis a Barcelona, os recomiendo el trayecto del Telefèric del Port. Es un viaje relativamente corto, pero que permite vistas estupendas de los principales monumentos de la ciudad, así como del Port Vell y también del Port Olímpic, aunque está más lejos. Es un ratito muy bien empleado.

¡¡¡Que lo disfrutéis!!!

JMBA 

miércoles, 18 de agosto de 2010

Champagne

El champagne (o simplemente, castellanizado, champán) es probablemente la bebida espirituosa más conocida en todo el mundo. Es típicamente la bebida de las fiestas y las celebraciones, pero su abanico de utilización es, sin duda, mucho más amplio. De hecho, puede acompañar excelentemente a casi cualquier comida. Unas tías abuelas (a las que no llegué a conocer) me consta que decían que "el champagne, hasta con acelgas hervidas").

La zona de producción del champagne es la región francesa de Champagne-Ardenne, y más específicamente los departamentos de Marne y Aube, con algunas extensiones a algunos departamentos vecinos. Como siempre, para documentarse de la zona en termínos vinícolas, la mejor recomendación es Le Guide Hachette des Vins 2010, de la que he tomado el mapa que incluyo.


(La Región vinícola de Champagne. Fuente: www.hachette-vins.com).

Posiblemente, la mayor atracción turística es la Catedral de Reims, monumental sin duda. Reims es la ciudad más grande de la región (pop. 188.000) en el Departamento de Marne, cuya capital, sin embargo, es Châlons-en-Champagne (pop. 47.000). El segundo nombre a retener, junto con Reims, es Épernay (pop. 25.000).

Se dice que en la región se almacenan no menos de mil millones de botellas de champagne permanentemente, y el champagne supone un tercio del total de las exportaciones de vino de Francia. No hace mucho tiempo, una ministra francesa decía (creo recordar) que cada dos segundos se descorcha una botella de champagne en algún lugar del mundo. Posiblemente sea incluso más frecuente, pues la producción anual es del orden de los 2,8 millones de hectolitros.

El negocio del champagne se desarrolla de un modo diferente al de otras zonas. En efecto, los reyes de la región son las llamadas Grands Maisons, de nombre conocido en todo el mundo (Moët Chandon, Veuve Clicquot, Bollinger, Taittinger, Krug, Ruinart, Mumm, etc). De los más de 15.000 viticultores de Champagne, casi trece mil venden directamente todo o parte de su producción de uva a alguna de las Grands Maisons, que se encargan de la vinificación, la mezcla o coupage y la comercialización a todo el mundo.

Este método ha llevado a fijar anualmente un precio de referencia para el kilo de uva. Y los diferentes municipios están clasificados según la calidad media de la uva que producen. Así, hay pueblos Grand Cru (en los que se paga la uva al 100% del precio de referencia), Premier Cru (el precio oscila entre el 90 y el 99% del precio de referencia) y los demás, en que se paga entre el 80 y el 89%. Hacen falta unos 160Kg de uva para conseguir un hectolitro de mosto, vinificable en champagne.

Los tipos de uva predominantes en la zona (que cubre actualmente 33.000 hectáreas en explotación) son, prácticamente a tercios, la Chardonnay (blanca) y las Pinot Noir y Pinot Meunier (tintas), con una mínima presencia de otras variedades.

Las botellas elaboradas solamente a partir de uvas de un pueblo Grand Cru llevan la inscripción Grand Cru, e igual para los Premier Cru. Raramente se ve una botella de Grand Maison con esta inscripción, ya que practican el coupage sistemático, y su valor diferencial es la imagen de marca, y un bouquet característico sostenido en el tiempo.

Pero en la zona se pueden comprar botellas de champagne de viticultores independientes, o vinificado con el excedente no vendido a alguna Grand Maison, que sí pueden llevar alguna de estas inscripciones, y muy a menudo se trata de joyas a precio más económico que los champagnes de grandes marcas.

Si solamente se elabora a partir de uva blanca (Chardonnay), llevará la inscripción Blanc de Blancs, mientras que si se elabora solamente a partir de uva tinta, llevará la inscripción Blanc de Noirs. De nuevo no es fácil ver estas inscripciones en las botellas de las Grands Maisons, pero sí en las de viticultores independientes.

Los viñedos más famosos se articulan en torno a Reims y Épernay. Al sureste de Reims se desarrolla la llamada Montagne de Reims, con cierto predominio de las uvas tintas, por lo que la zona también se conoce como la Côte des Noirs. Mientras que en torno a Épernay, y hacia el Sur, está la llamada Côte des Blancs, con claro predominio de la Chardonnay.

Típicamente, las botellas comercializadas por las grandes marcas son una mezcla de mostos de diversos tipos de uva, de diversos pueblos y también de diversas añadas (salvo las botellas Millésimé, que llevan la inscripción del año de la cosecha, y se cotizan a un precio algo más elevado).

Un recorrido turístico por la zona más conocida de la Champagne nos llevaría a Reims, por supuesto, donde la Catedral es una visita obligada. Reims está situado al Este de París, a unos 130Km de distancia. Aparte de las autopistas (por las que se llega a Reims, desde París, en poco más de una hora), Reims forma parte de la línea TGV Est Européenne (que llega a Strasbourg, y más lejos). En tren de alta velocidad, el trayecto París-Reims toma 45 minutos. Para los trayectos de paso, existe una estación nueva (llamada Champagne-Ardenne) en medio del campo, a unos 8km. de Reims.

Seguiríamos al sur-sureste, hacia la Montagne de Reims. Su principal atractivo es Verzenay, donde está el Moulin de Verzenay (propiedad de GH Mumm, y rodeado de viñedos) y el Faro de Verzenay (donde se aloja un Musée de la Vigne). El pueblo de Bouzy (pop. 960) -reconocido Grand Cru- es un buen lugar para comprar champagne de otros productores, por ejemplo Paul Clouet (http://www.champagne-paul-clouet.com/), entre ellos.

Tras Épernay, y al Sur, por la Côte des Blancs, Oger (pop. 558) -también Grand Cru- es una buena parada de compra. Yo destacaría allí Champagne Jean Milan (http://www.champagne-milan.com/) (bien preparados para acoger pequeños grupos, con degustación y venta) o Champagne Henri de Vaugency (http://www.mariage-et-champagne.com/) (más orientados a grupos numerosos).

Por supuesto, la mayoría, si no todas, las grandes marcas ofrecen (especialmente en Reims y Épernay) visita a las cavas, con degustación, venta y demás. Y muy frecuentemente, asistencia de grupos muy numerosos. A menudo ofrecen facilidades para organizar comidas o cenas, etc. Yo recuerdo haber visitado las cavas de Ruinart (las más antiguas) y las de Taittinger, en Reims.

Sin embargo, es más complicada la visita de pequeñas cavas, que hay que concertar y organizar, porque habitualmente no están preparados para la acogida de turistas enológicos en cualquier momento. Muchos productores son pequeños, venden la mayor parte de la uva a alguna de las grandes marcas, y producen champagne propio en pequeñas cantidades. Pero habitualmente excelente, dicho sea de paso. Tampoco es fácil incluso comprar alguna botella directamente en estos productores pequeños, pues no están preparados para ello, y sus instalaciones muy frecuentemente no son ni siquiera accesibles al público. Los que he citado sí tienen, al menos, una tienda abierta al público en horario regular.

Aparte del indudable atractivo turístico de recorrer las carreteras secundarias, rodeadas de viñedos, que unen los pueblos de la zona, para comprar algunas botellas de champán de diversos orígenes y tipos de uva, para mí la mejor opción es Délices Champenoises (2, rue Rockefeller) junto a la Catedral de Reims. Junto a ella, en la misma esquina, hay otra tienda más grande (Le Parvis), pero para mi gusto está más orientada al turista básico, y son mucho menos conocedores.

En Délices Champenoises (que yo sepa, no tienen web propia, pero sí referencia, por ejemplo, en http://www.cityvox.fr/bons-produits_reims/delices-champenoises_51258/Profil-Lieu) se pueden escoger (con el consejo del dueño), botellas de champagne excelente, Grand Cru o Premier Cru, Blanc de Blancs, Blanc de Noirs o coupages, sabiendo que nos llevamos a casa pequeñas joyas, a menudo muy poco conocidas. Uno de los viticultores independientes de más renombre y garantía es Paul Bara (http://www.champagnepaulbara.com/) (de Bouzy, por cierto). Los precios pueden variar desde los 15-16 Euros hasta el entorno de los 30, punto en el que empiezan los precios para las grandes marcas.

La zona se ha convertido en peatonal en los últimos años. Pero existe el Parking Cathédrale (con varios pisos) que está a no más de unos dos o trescientos metros de distancia.

Desde París, una excursión en coche todo el día permite recorrer el centro de Reims, la Montagne de Reims y la Côte des Blancs, con vuelta por la noche. Pero Reims dispone de muchos hoteles también, para pernoctar allí, si es el caso.

He recolectado unas cuarenta fotografías de la zona, que he agrupado en una colección en Google PicasaWeb, a la que tendréis acceso simplemente pinchando la foto de la Catedral de Reims.  


Vale la pena una visita turística a la región. Si tenéis ocasión, aprovechadlo. Y ya me diréis lo que os han parecido mis recomendaciones.

El champagne, a gozarlo con moderación.

¡¡¡Que lo disfrutéis!!!

JMBA

martes, 17 de agosto de 2010

Les Guetes

De acuerdo al Diccionari de la Llengua Catalana del Institut d'Estudis Catalans (http://dlc.iec.cat/results.asp?txtEntrada=gueto&operEntrada=0) , la expresión gueto ó gueta (en femenino) (en su segunda acepción) significa "de edad avanzada", o en catalán coloquial (traducido al castellano coloquial) podría significar "mi viejo" o "mi vieja" (por padre o madre).

Guetes es el plural de gueta.

(Cinco o seis guetes, con el marido de una de ellas. La foto está posterizada, para que resulten irreconocibles. JM Bigas, Canadá 1991).

Mi padre sólo utilizaba la palabra en su versión femenina, gueta o guetes, y siempre le daba el sentido de solterona (fuera de media edad o de edad más avanzada). Realmente, y siendo algo cruel, en general entendía por gueta a una mujer no joven, para quien la aparición de un hombre que pudiera interesarse por ella es un sueño recurrente pero una casualidad remota. En la práctica, una gueta puede ser soltera, o quizá viuda, pero difícilmente separada o divorciada, aunque esto está cambiando en los tiempos modernos. Y muy raramente tiene hijos.

Coincidir en un viaje con un grupo de guetes puede ser una bendición o una maldición, pero muy difícilmente resulta indiferente.

Las guetes acostumbran a moverse en pequeños grupos (dos, tres, cuatro), y ello es debido a que, a pesar de soñar en que van a conocer al hombre de su vida en este viaje, son tan conscientes de la dificultad del empeño que prefieren traerse la compañía de casa.

En 1989 pudimos visitar Noruega, desde Oslo hasta Nordkapp (el Cabo Norte). En el grupito de españoles que compartimos ese viaje, venía un grupo de cuatro hermanas, todas guetes, la más joven de sesenta y pico, setenta y algo la mayor. La mayor era la jefa de grupo, y sus movimientos asemejaban los de la clueca seguida de sus polluelos. La más joven le ponía ojillos a mi padre.

Por su apariencia y su actitud, permanentemente beligerante, fueron rápidamente bautizadas por los demás como "Ses Virtudes".

El mayor placer que obtuvimos los demás fue cuando la distribución absolutamente casual de la ubicación en el barco de la Hurtigrüte, las llevó a dos camarotes interiores junto a las máquinas. O cuando al guía se le olvidó comentarles que por la noche había cena con el capitán, y las cuatro ya habían empaquetado los vestidos de fiesta en la maleta. Porque sí parece que llevaban de eso.

A veces, las guetes acompañan a algún pariente con situación familiar más diáfana, como a una hermana con su marido, o actúan de tieta con posibles de una sobrina jovencita.

Pero lo más habitual son los grupos homogéneos de cuatro guetes (dos habitaciones dobles; hay que ser prácticas). En época de vacaciones, se las puede ver por cualquier ciudad de Europa (o del Mundo, si a eso vamos).

Al caer la tarde, buscan la terraza de algún café, donde tomar algo antes de cenar, y charlar de sus cosas. Siempre existe una jerarquía entre ellas, definida por la que tiene un empleo de mayor nivel, o la de más posibles, o la que más ha viajado, y parece estar de vuelta de muchas cosas a las que ni siquiera se asomó, probablemente.

Hay una que es la que lleva la conversación, ante el mutismo afirmativo de las demás. A menudo se ajuntan con otros grupos más numerosos para cenar conjuntamente, pero luego hay casi siempre algún problema al pagar la cuenta, porque ellas nunca beben vino, no vaya a ser que les haga perder la cabeza.

Yo estaba cenando solo en una terraza en Estrasburgo, en Agosto de 2006. En una mesa próxima se sentaron cuatro guetes con un macho, que sería, seguramente, compañero accidental en un viaje de grupo. El hombre, que parecía mucho más atento a sí mismo que a cualquiera de las cuatro mujeres, o al conjunto de las cuatro, apenas seguía la conversación. Pero las cuatro rivalizaban para llamar su atención de un modo que llegó a parecerme patético. Menos mal que un Pinot Blanc bastante apañado me mantuvo distraído.

(Foto posterizada de cuatro guetes y un hombre. Strasbourg, Agosto 2006).

Recientemente, estaba yo en la terraza del Café Français de la Place Pey-Berland de Burdeos, cenando una carne excelente, acompañada de un Pessac-Léognan de escándalo. En una mesa próxima, no habilitada para cenar, sino sólo para tomar algo, se sentaron cuatro guetes. Pidieron alguna cerveza, u otra cosa, no lo recuerdo bien. Una de ellas, que parecía de origen sudamericano, era claramente la que había viajado más, y estaba instruyendo a las demás, que la escuchaban con reverencia. El grupito posiblemente se había formado en el autocar, durante el viaje.

Lo que siempre me he preguntado es, ¿cómo distinguirán una ciudad de otra? ¿por lo que pidieron en la terraza del café? ¿si era el martes, eso era Bélgica?.

Si os sentís guetes, perdonadme, porque la caricatura me salió, sin duda, bastante cruel. Si os encontráis a un grupito de guetes en algún viaje, juntaos con ellas para lo que os interese, siempre que no haya conflictos de dinero, que esté siempre claro este tema. Pero son excelentes compañeras de viaje, salvo en el formato, claro, de "Ses Virtudes". Suelen ser conversadoras atentas, y un público excelente.

Pero si os enamoráis alguna vez de una gueta es que, definitivamente, no tenéis alma de solitarios.

JMBA

domingo, 15 de agosto de 2010

Normandía Día D (y 2)

Ya comenté en otro artículo (http://jmbigas.blogspot.com/2010/06/normandia-dia-d.html) esta excursión por algunos lugares de Normandía que fueron escenario del Desembarco de 1944.

Ahora he recopilado algunas fotografías, para ilustrar esa explicación.

Primero, unas cuantas de la ciudad de Caen (http://picasaweb.google.com/LaPiedra2008/CaenPop110000CalvadosBasseNormandie#), que es la ciudad importante más próxima a las Playas del Desembarco.


(Port de Plaisance y quai de Vendeuvre, Caen. JM Bigas, Agosto 2009)

Y luego una colección de los lugares memoriales que tuve ocasión de visitar: el Pegasus Bridge, el Juno Beach Centre, el pueblo de Arromanches, Sainte-Mère-Église y el Museo dedicado a la División 82 aerotransportada del ejército americano.


(Pinchad en la foto del campanario de la iglesia de Sainte-Mère-Église y accederéis a una colección de fotografías de lugares memoriales. La colección reside en el servicio google PicasaWeb).

¡¡¡Que lo disfrutéis!!!

JMBA

sábado, 14 de agosto de 2010

Fronteras

Las Fronteras son diques o presas que se sitúan donde terminan unos países y empiezan otros, que separan territorios a menudo muy similares, pero regidos de diferente modo. Si hay pocas diferencias a ambos lados (del tipo que sean), entonces la frontera es plácida y, posiblemente, acabe desapareciendo. Porque no habrá ni oleaje.

(Zona fronteriza de Melilla con Marruecos. Fuente: EuropaPress, extraída de http://ecodiario.eleconomista.es).

Pero si hay muchas diferencias entre ambos lados (de nivel de vida, de precio de las cosas, de disponibilidad de productos, de derechos y libertades, de regímenes fiscales...), entonces las fronteras tienden a reproducirse a sí mismas y a crecer y a desarrollar su capacidad de filtrado. Y a endurecer su capacidad represora.

En los ochenta, crucé una vez la frontera entre Francia y Bélgica por carretera (no por la Autopista). Iba con un amigo a visitar a otro amigo que trabajaba en Holanda, y habíamos comprado un pack de 3 botellas de vino barato francés (de estudiantes, el tema no daba para más lujos). Como posiblemente éramos el único coche no francés o belga que cruzó por ahí ese día, nos ganamos la atención de un aduanero en vísperas de la jubilación, que quiso ser el héroe ese día. Nos preguntó si teníamos algo que declarar y le dijimos que no. Al abrir el maletero y descubrir el pack de tres botellas de vino, el hombre vió reafirmada su desconfianza. Y acabó abriendo la garrafa de refrigerante del coche, y probar su contenido, para asegurarse de que no éramos finalmente traficantes internacionales de alcohol. Todo quedó en una anécdota.

(Gigantescas instalaciones de la Frontera entre Estados Unidos y México en Tijuana. Extraída de Google Earth). 

A mediados de los noventa tuve ocasión de realizar (con un amigo) un recorrido en coche alquilado por el Oeste de Estados Unidos. Estando en San Diego, decidimos ir a pasar el día a Tijuana (Baja California Norte, México). Teníamos visado de turista para Estados Unidos y llevábamos un carro americano. Pasar la frontera hacia México fue coser y cantar. Localizamos en Tijuana un restaurante bastante bueno (para los ricos de Tijuana, no para los yanquis que sólo cruzan la frontera para ponerse hasta el c... de cerveza y tequila). Con tan mala suerte que mi amigo se enamoró de Graciela, una de las camareras del local. Despegarle del lugar me costó varias margaritas gigantes con tequila añejo, y como a las dos de la mañana emprendíamos el camino de regreso a nuestro hotel en San Diego, en una situación personal ligeramente inestable. A esa hora había muy pocas garitas abiertas en la frontera, y los coches hacían sonar los cláxones de modo ensordecedor, reclamando premura. Yo conducía, mi amigo dormitaba en el asiento de al lado, y me temía lo peor.

Sin embargo, el aduanero NO era el más sobrio de todos los que estábamos allí. Vió, con sus ojillos apenas abiertos, el carro americano, los visados de turista, hizo una comprobación rutinaria de que mi amigo no estuviera muerto, y nos dejó pasar sin más. Bueno, esperaba bastantes más dificultades, la verdad.

En 1987, bastantes años antes de que Hong Kong y Macao fueran devueltos a la soberanía china, pude visitar Hong Kong. En la más pura tradición británica, Hong Kong era el cúlmen del puritanismo aparente. No se veía prostitución, no se practicaba el juego, por lo menos en público, y todo daba la sensación de un orden por lo menos superficial.

Tomamos un barco rápido para visitar Macao (e incluso entrar algo en la República Popular China desde allí). Apenas desatracó el barco de Hong Kong, la tripulación inició la venta de unos cartones de lotería rápida (tipo rasca-rasca) de Macao, con valor nominal en petacoes, la moneda de la colonia portuguesa en la época. Macao, como es bien sabido, fue durante mucho tiempo el casino y el prostíbulo de Oriente, y desde su integración en China, se ha convertido en Las Vegas de la zona.

(Aduana entre España y Andorra, en La Farga de Moles. Extraída de Google Earth).

En 1995 inicié un viaje en coche por Europa (con un amigo), con la intención de llegar hasta Hungría, por lo menos. Muy sabiamente, decidimos pasar por Andorra a la ida, y allí comprar unos cuantos cartones de cigarrillos americanos a buen precio, pensando que en Hungría esa sería una moneda de cambio muy apreciada.

Al llegar a la frontera de Austria con Hungría, nos recibió un cartel de cincuenta metros cuadrados de American Express, con la leyenda "Welcome to Hungary". Al entrar en Hungría, en los primeros veinte kilómetros de carretera, vimos una decena de gasolineras que eran las más modernas del mundo (se habían construido -casi- la víspera). Y había decenas de puestos de mercadillo, donde los cartones de cigarrillos americanos casi llegaban al cielo. Nos miramos, le quitamos el celofán al primer cartón, y empezamos a fumar.

Recientemente, en la tienda de tabacos de unos grandes almacenes de Madrid, he visto a una pareja británica que llegó con una maleta del tipo trolley grande. Compraron cigarrillos, picadura y puros hasta que ya no cupo más en la maleta. Creo recordar que pagaron casi dos mil euros de factura. Y es que los cigarrillos en Gran Bretaña cuestan casi tres veces más de lo que cuestan en España. Ignoro la reacción de un aduanero británico si se diera el caso de que, revisando el equipaje de unos viajeros, encontrara una maleta llena de tabaco.

(Cartel en la frontera de Afganistán. Extraída del muy interesante blog del argentino Juan (Pablo) Villarino, http://acrobatadelcamino.blogspot.com).

Y ahora en España (y en la Unión Europea), tenemos problemas con las fronteras terrestres con Africa, especialmente en Melilla estos días. Esta es la clásica frontera donde la diferencia de nivel de vida y de derechos y libertades es tan elevada, que permanentemente hay oleaje. El intercambio comercial es tan intenso, que se dice que cruzan diariamente esa frontera hasta 30.000 personas. Entre esos pasos están los genuinos (los que llevan y traen mercancías de uno a otro lado de la frontera, las empleadas de hogar marroquíes que trabajan en Melilla, los turistas, supongo). Pero el oleaje es de tal calibre que pueden frecuentar esa frontera gentes con otras intenciones, las de emigrar clandestinamente, las de entrar en la Unión Europea por una frontera perdida en el Norte de África. Las de utilizar la frontera como alternativa a las pateras y cayucos clandestinos que persiguen desembarcar en alguna costa de España y fundirse a continuación con el paisaje.

Es normal que haya conflictos en una frontera de este tipo. Además, España dispone incluso de un Ministerio de Igualdad, por lo que parte del personal policial español que atiende esa frontera son mujeres, lo cual es muy normal y natural. Y dada la mala situación social de la mujer en Marruecos, y en los países islámicos en general, esto representa una afrenta adicional a los marroquíes que intentan cruzar la frontera con Melilla. Que no nos dejen pasar, vale. Pero que nos lo impida una mujer es el colmo.

Esta no es más que la explotación de cualquier hecho por parte de Marruecos que, de modo deliberado o simplemente por negligencia calculada, resucita disturbios periódicamente, en forma de reivindicaciones territoriales.

Todos debemos tener en cuenta que Ceuta y Melilla son ciudades autónomas parte del Estado Español. Nunca han formado parte del Reino de Marruecos, porque la soberanía española se remonta a varios siglos antes de que dicho Reino ni siquiera estuviera planificado. Esta es la situación y su reconocimiento es obligatorio para todas las partes. Bromitas, las justas.

Ojalá un día Marruecos llegue a formar parte de la Unión Europea. O, si a eso vamos, que todas las fronteras puedan desaparecer. Pero, mientras tanto, evitemos el oleaje, que los tsunamis son devastadores, y hemos tenido buena prueba de ello en años recientes.

Una muestra de la inteligencia peculiar de los chinos fue su reacción tras la devolución de Hong Kong y Macao a la soberanía china, a finales del siglo XX. De ningún modo se integraron esos territorios sin más en el conjunto del país, ni se retiraron las fronteras y las aduanas. Porque se hubiera producido un aluvión no deseable de chinos del continente emigrando a Hong Kong, en una situación económica mucho más desarrollada, capitalista y occidental que el resto del territorio. Pude volver a Hong Kong en 1998, cuando ya era parte de la República Popular China. Cruzamos en tren desde Guanghzou (Cantón). Pasamos control de pasaportes y aduana en la estación de Guanghzou, antes de abordar el tren turístico, que llegó a Hong Kong sin más paradas, al estilo de los corredores ferroviarios para llegar a Berlín en las épocas del Muro.

Por cierto, pude (casi) inaugurar el majestuoso nuevo Aeropuerto de Hong Kong (Chek Lap Kok), un proyecto faraónico con un coste total de unos 18.000 Millones de euros (incluyendo los accesos ferroviarios y por carretera.

En fin, ojalá un día las fronteras dejen de ser necesarias, aunque eso le acabe quitando algo de picantito al hecho de viajar. Pero mientras existan, deben funcionar con total eficiencia y el máximo respeto para todos. Las fronteras y las aduanas son los bastiones más remotos para asegurar que en el país triunfa el Imperio de la Ley.

Pocas bromas con eso.

JMBA

viernes, 13 de agosto de 2010

La Côte d'Or (Borgoña 2)

Côte d'Or es un departamento de Francia, al noreste, cuya capital es Dijon. Y constituye la parte más noble y prestigiosa de la región vinícola de Borgoña (Bourgogne).

(La Borgoña vinícola. Fuente: www.hachette-vins.com).

Hablando en términos vinícolas, la Borgoña es una franja relativamente estrecha, que se despliega de Norte a Sur, siguiendo el curso del río Saône, que discurre al Este. Tiene además algunas zonas deportadas, como la de Chablis, de la que ya he hablado (http://jmbigas.blogspot.com/2010/08/chablis-borgona.html).



Dijon (pop. 150.000) es la capital de la región de Borgoña, y la prefectura del departamento de la Côte d'Or. En las afueras de Dijon (Marsannay la Côte), hacia el Sur, empiezan los viñedos de la Côte de Nuits, que se extienden unos 25 kilómetros hasta el pueblo de Nuits Saint Georges (pop. 5000), y un poco más al Sur, hasta casi Ladoix. Allí empieza la Côte de Beaune, que sigue hacia el Sur, pasando Beaune, hasta el límite del Departamento de la Côte d'Or con Saône et Loire.



Fuera de la Côte d'Or, y más hacia el Sur, se extiende la Côte Chalonnaise (en torno a Chalon sur Saône), y luego el Maconnais (en torno a la ciudad de Mâcon). Legalmente, la zona del Beaujolais (al Sur de Mâcon, en torno a Villefranche-sur-Saône, ya camino de Lyon) forma parte de la Borgoña, pero desde el punto de vista vinícola se considera como una zona separada, por las muy distintas características de sus vinos.



El sistema de denominaciones en Bourgogne es un auténtico jeroglífico, ya que hay muchísimas, algunas cubriendo solamente algunas pequeñas parcelas. Es la obsesión borgoñona por el climat, el terroir y los lieux-dits. Un cierto tipo de terreno, con una determinada orientación, y una elevación definida, puede constituir un climat, diferente del de al lado, que para un profano puede ser exactamente igual.



En Borgoña la gran mayoría de uva es Pinot Noir para los vinos tintos, y Chardonnay para los blancos. Aunque también hay otras variedades. El aligoté es un tipo de uva blanca que produce el Bourgogne Aligoté, un vino blanco económico, que se utiliza habitualmente para elaborar el kir, un aperitivo a base de vino blanco y créme de cassis. El gamay es un tipo de uva muy utilizada en el Beaujolais y en partes del Loira, que en Borgoña produce el llamado Bourgogne Passetoutgrain, que está compuesto de una mezcla de gamay con Pinot Noir, en proporciones poco definidas.



Existen las típicas denominaciones regionales (Bourgogne Pinot Noir, Bourgogne Chardonnay) para los vinos que no pueden reclamar otra denominación más prestigiosa y/o más apreciada. Existen además las denominaciones comunales, que cubren habitualmente los viñedos de un municipio. Para algunas denominaciones, se reconocen los Premier Cru como vinos de calidad superior y de parcelas o lieux-dits específicos, cuya mención debe acompañar a la denominación comunal. Hay algunas denominaciones que llegan a tener hasta una treintena de lugares distintos reconocidos como Premier Cru. Una pesadilla.

(La Côte de Nuits, Norte y Sur. Fuente: www.hachette-vins.com).

Y luego están las joyas de la corona, los Grand Cru, los más apreciados, prestigiosos y, por supuesto, caros. Acostumbran a tener una denominación diferenciada, acompañada de la mención Grand Cru.

La Côte de Nuits, la parte más septentrional de la Borgoña, es el hogar de la mayoría de los tintos de leyenda de la Borgoña. En la comuna de Gevrey-Chambertin, al Sur de Marsannay-la-Côte y de Fixin, se produce vino con la denominación comunal Gevrey-Chambertin (en cru y en Premier Cru). Pero parte del municipio produce Grand Crus, con la denominación Chambertin y sus satélites (Mazis-Chambertin, Ruchottes-Chambertin, Chambertin Clos-de-Bèze, etc.).

Más al Sur está Morey Saint Denis, con algunos Grand Crus como Clos de la Roche y otros, y luego Chambolle-Musigny (donde se produce el Grand Cru Musigny), Vougeot (con el Grand Cru Clos de Vougeot) o Flagey-Échézeaux (con los Grand Crus Échézeaux y Grands Échézeaux). Vosne-Romanée (otro pueblo un poco más al Sur) produce en su término el legendario Romanée-Conti (varios miles de Euros la botella, habitualmente) y otros Romanée satélites. Todos ellos están plagados, además de denominaciones específicas para los Premier Cru.

En el entorno de Nuits-Saint-Georges se da la denominación comunal, así como la Côte de Nuits, la Côte de Nuits Villages (que asocia varias comunas; alguna de las cuales tiene, además, su propia denominación) y la Hautes Côtes de Nuit, en las colinas más alejadas del río.


(La Côte de Beaune, Norte y Sur. Fuente: www.hachette-vins.com).

Al Norte de Beaune empieza la Côte de Beaune, donde se producen los vinos blancos de leyenda de la Borgoña. En torno a Ladoix se produce el Grand Cru tinto Corton, y el Grand Cru blanco Corton-Charlemagne. Y también crus y Premier Crus en Pernand-Vergelesses, Aloxe-Corton, Chorey-lès-Beaune, Savigny-lès-Beaune.

Beaune (pop. 22.000) es la capital vinícola de la zona. Es una pequeña ciudad, que tiene el centro amurallado, y es bastante turística. Hay tiendas de vinos en cada esquina, y Bares de Vinos para degustar, y todo lo que se pueda imaginar. Hay, por supuesto, una denominación Beaune, y otras satélites, con sus Premier Crus y demás.

Al Sur de la ciudad sigue la Côte de Beaune, con algunos tintos muy prestigiosos, como el Pommard, el Volnay, el Monthélie o el Auxey-Duresses. Y la zona más prestigiosa de los vinos blancos de Chardonnay, con el Meursault, los Grand Crus Montrachet y satélites, y los crus y Premier Crus Puligny-Montrachet o Chassagne-Montrachet.

Más al Sur termina la Côte d'Or, y se entra en el Departamento de Saône-et-Loire, y la Côte Chalonnaise.

Para comprar vino de Borgoña, para mi uno de los lugares más recomendables está en el centro del pueblecito de Meursault (pop. 1.500), al Suroeste de Beaune, a unos pocos kilómetros. Se trata de la Cave des Vieilles Vignes (http://www.cavedesvieillesvignes.com/), en la Place de l'Hotel de Ville. Se trata de una tienda pequeña, pero muy bien surtida con todas las denominaciones de la zona, y un personal (el dueño o su hijo) extremadamente entendido y dispuesto a ayudar al comprador. Muy recomendable porque, además, en la Plaza siempre acostumbra a haber lugar para aparcar. Creo que tienen otra tienda parecida en Santenay, y otra en Beaune, que no conozco. La de Meursault es mi peregrinación cuando paso por Borgoña.

Los vinos de Borgoña de denominaciones más genéricas tienen precios muy asequibles (por debajo, incluso muy por debajo de los 10 Euros). Las denominaciones prestigiosas (comunales) pueden tener precios en el entorno de los 15-20 Euros, y fácilmente el doble para los Premier Crus, pero varía mucho según la denominación específica. Los Grand Crus difícilmente se pueden conseguir por debajo de los 50-70 Euros, y lo más habitual es tener que desembolsar varios cientos de Euros incluso. Algunas de las denominaciones de Grand Cru cubren extensiones tan pequeñas, que la producción es casi testimonial, y los precios suben a las nubes.

Todo el camino entre Dijon y los pueblos al Sur de Beaune, en el límite de la Côte d'Or, no abarca más de unos 60Km. La carretera RN74 es el eje Norte-Sur, pero es muy recomendable recorrer la Route des Grands Crus, que te lleva por muchos de los pueblecitos que he citado. Y las carreteras secundarias, que tienen muchísimo encanto. Son pueblos, especialmente en la Côte de Nuits, pequeñitos y angostos, donde cada metro cuadrado de calle o plaza ha sido trabajosamente robado al viñedo. Pero el paisaje merece la pena.

Con base en Dijon o Beaune, se puede dedicar un día entero a recorrer la Côte d'Or vinícola, simplemente la Côte para los iniciados. Un día, sin duda, muy bien empleado. 



(Si pincháis en la foto, tendréis acceso a una Galería de más de 50 fotografías de muchos de los sitios citados en este artículo, que reside en el servicio Google PicasaWeb).

Si tenéis ocasión de viajar por la zona, dedicadle un día a la Côte d'Or, que merece la pena. Ya me diréis.

JMBA