Querido Paseante, siempre eres bienvenido. Intenta escribir algún comentario a lo que leas, que eso me ayuda a conocerte mejor. He creado para ti un Libro de Visitas (La Opinión del Paseante) para que puedas firmar y añadir tus comentarios generales a este blog. Lo que te gusta, y lo que no. Lo que te gustaría ver comentado, y todo lo que tú quieras.


Pincha en el botón de la izquierda "Click Here - Sign my Guestbook" y el sistema te enlazará a otra ventana, donde introducir tus comentarios. Para volver al blog, utiliza la flecha "Atrás" (o equivalente) de tu navegador.


Recibo muchas visitas de países latinoamericanos (Chile, Argentina, México, Perú,...) pero no sé quiénes sois, ni lo que buscáis, ni si lo habéis encontrado. Un comentario (o una entrada en el Libro de Visitas) me ayudará a conoceros mejor.



jueves, 28 de junio de 2012

Golfo de Saint Tropez

Saint Tropez forma parte del imaginario liberal, libertario y libertino de todos los que en los años 60 levantábamos algo más de un palmo del suelo.
Viejo puerto de Saint Tropez
(JMBigas, Julio 2010)

Saint Tropez fue el primer pueblo liberado por los aliados tras el Desembarco de Provenza, durante la Segunda Guerra Mundial. En los años 50 se convirtió en una estación balnearia de primer nivel en la Costa Azul, y empezó a ser frecuentado por celebridades de diverso cuño: millonarios (especialmente británicos y americanos) que iban a descansar a la French Riviera, los genios de la Nouvelle Vague, la generación yeyé, y así hasta hoy. Saint Tropez nos sugiere Al Final de la Escapada y a Brigitte Bardot en sus mejores tiempos.

Cuando hablamos de la Costa Azul, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es Niza, Cannes y Mónaco. Niza, una deliciosa ciudad, es la población más importante de la zona, en la llamada Baie des Anges (Bahía de los Ángeles) y su Promenade des Anglais es mundialmente conocida. Cannes es famoso por su Festival de Cine, por sus playas y por La Croisette. Y Mónaco ha estado en las revistas del colorín durante muchos años, gracias a su familia principesca de cuento.
Aglomeraciones en Saint Tropez
(JMBigas, Julio 2010)

Todas estas localidades corresponden administrativamente al Departamento de los Alpes Marítimos, fronterizo con Italia. Pero la Costa Azul se extiende hacia el oeste, prácticamente hasta las puertas de Marsella. Toda esa zona corresponde al Departamento de Var, tristemente famoso casi todos los veranos por los pavorosos incendios forestales que acostumbran a producirse ahí. Sorprende que no haya habido más sucesos dramáticos, pues el paisaje más habitual son las laderas completamente cubiertas de bosque mediterráneo, y plagadas de casitas. Y también es conocido, claro, porque ahí, en Cap Nègre, no muy lejos de Saint Tropez, acostumbraba a veranear Nicolas Sarkozy en una finca muy privada propiedad de la familia de Carla Bruni.
Saint Tropez desde Sainte-Maxime, al otro lado
del Golfo.
(JMBigas, Junio 2012)

Geográficamente hablando, Saint Tropez es prácticamente un cul-de-sac, ya que se encuentra en la península que cierra al sur el golfo de su mismo nombre. El acceso más habitual al pueblo es por la carretera costera desde Sainte-Maxime (al norte del golfo). Esta ruta puede convertirse en un atasco permanente durante la temporada alta, especialmente en Julio y Agosto. Si el visitante consigue llegar a Saint Tropez, la circulación prácticamente le obliga a dirigirse a uno de los grandes aparcamientos de pago en el entorno de la bahía. A partir de ahí, hay que echarse a andar, por todo el paseo marítimo que rodea a la bahía y hacia el interior del pueblo.

Saint Tropez está habitualmente atestado de público en general, que acude allí al reclamo de su imaginario personal, buscando localizar algunas celebridades o queriendo fotografiar los yates más grandes del mundo (como en Montecarlo o en Puerto Banús).
Playa de Sainte-Maxime
(JMBigas, Junio 2012)

Más de una vez he tenido que desistir de visitar Saint Tropez, después de llevar atascado bastante tiempo, todavía a una docena de kilómetros del pueblo. Eso me ha permitido conocer alguna otra localidad costera próxima, como Cavalaire-sur-mer, en ruta ya hacia Toulon. Esta localidad tiene un gran puerto deportivo, donde los barcos y yates acostumbran a ser de tamaño más humano que las descomunales moles que se exhiben habitualmente en la bahía de Saint Tropez.

La última vez que estuve en Saint Tropez (en Julio de 2010), fue durante una visita en ruta, al mediodía. Me apetecía un almuerzo con pescado fresco (que se encuentra a faltar tras unos cuantos días de viaje por Francia, a base de carnes, pizzas y bocadillos).

Todos los quais que rodean al viejo puerto de Saint Tropez (quai de l'Épi, quai Gabriel Péri, quai Suffren, quai Jean Jaurès) desbordan con oferta de restauración, pero principalmente centrada en comida rápida de todos los tipos y estilos, que supongo es lo que tiene mayor demanda entre los visitantes del pueblo.
Paseo Marítimo en Cavalaire-sur-Mer.
(JMBigas, Agosto 2008)

Tras un par de vueltas de reconocimiento, el único restaurante que me ofreció ciertas garantías a mis propósitos era uno con manteles de tela y apariencia bastante lujosa, llamado Joseph l'Escale. Aparte, era casi el único donde se veía de forma manifiesta que había mesas libres. La verdad es que comí magníficamente, pero de la cuenta mejor ni hablar.

Nunca me he alojado en Saint Tropez. La oferta hotelera no es muy amplia y, en general, es astronómicamente cara. Hay también hotelitos frente a la playa, junto a la carretera, en el camino desde Sainte-Maxime. Pero en ellos dependes para todo del coche.  Este año volví a la zona, y escogí un hotel en el centro de Sainte-Maxime, el Hotel Le Petit Prince. Situado en la Avénue de Saint-Exupèry, a no más de 100 metros del mar, resultó ser una elección excelente. Un hotel relativamente pequeño, pero moderno y dotado de todas las comodidades. Dispone de aparcamiento interior propio (todo un lujo en la zona), y a mí me dieron una habitación con terraza en la planta baja, que fue una auténtica gozada.

Me enfrenté de nuevo a mi apetencia por una cena con pescado fresco, despertada y avivada por encontrarme junto al mar. Pregunté en el hotel por un buen restaurante para comer pescado y la recepcionista (argentina, por cierto; muy alborozada por tener un huésped español) me recomendó sin dudar un restaurante en el paseo marítimo, a pocos cientos de metros del propio hotel. Me indicó que les dijera que venía de parte del hotel (uy, uy, uy, que eso olía a comisiones).
Port Cavalaire, en Cavalaire-sur-Mer. Al fondo, colinas
boscosas plagadas de casitas.
(JMBigas, Agosto 2008)

Decidí acercarme a la zona de la playa, y ver en persona la oferta que Sainte-Maxime tenía para mí. La población está preparada para un turismo básicamente familiar, y en Junio había bastantes parejas senior. Tras la preceptiva vuelta de reconocimiento, debí reconocer que el restaurante recomendado (llamado La Gruppi) era sin duda el que más garantías me ofrecía (a la vista, por lo menos) para mis propósitos esa noche. Tras identificarme, ocupé una mesa de las poquitas que tenían en la exigua terraza y me enfrenté a una cena deliciosa y opípara. Unos medallones de foie tibios, un Saint-Pierre grillé (un pescado plano parecido al lenguado, pero de filetes más bien triangulares) y un rosado de Provenza con aroma de frambuesa (auténtico) Château de Bregançon. Tomé un Coronel de postre y la casa me invitó a una copa de cognac. Eso sí, acabé pagando una cuenta simplemente inenarrable (de tres cifras).

Como mi mesa estaba junto a la carta expuesta a los viandantes, vi pararse a infinidad de grupos para ver lo que ofrecía el local, y la gran mayoría salía huyendo a continuación. Una señora mayor, acompañada de su marido, insistió hasta la extenuación en que le invitara a cenar en ese restaurante esa noche. Le dijo que había oído que ese era el mejor restaurante de Sainte-Maxime y que no había duda. Pero el marido, como los toros cuando levantan arena del albero con las pezuñas, fue reculando y al final consiguió llevarse a su mujer a otros paisajes más económicos.
Complejo de la Maison des Vins de Provence, en
Les Arcs-sur-Argens.
(JMBigas, Junio 2012)

Sólo estuve una noche en Sainte-Maxime, porque había escogido esa zona como final de una larga etapa que había empezado en Chalon-sur-Sâone (en la Borgoña), y que incluyó una parada en la Maison des Vins de Provence, en Les Arcs sur Argens, a pocos kilómetros de Sainte-Maxime, hacia el interior.

La región llamada PACA (Provence-Alpes-Côte d'Azur) produce muchos tipos de vino. Hay algunas denominaciones de origen minúsculas (por el escaso territorio cubierto) como las de Bandol, Cassis o Bellet (casi testimonial, en las colinas sobre la ciudad de Niza). Pero la denominación más extendida es la de Côtes de Provence (a la que en los últimos años le han aparecido algunos apellidos también). Se producen buenos tintos y blancos, pero la estrella de la región es el Rosé de Provence, un vino rosado muy singular, sutil, del color de los pétalos de una rosa (color de rosa). Muy pálido, a veces cuesta incluso distinguirlo del vino blanco, pero es realmente delicioso, especialmente tomado fresquito, y si es junto al mar, mucho mejor. La región produce el 6% del total del vino francés con AOC (Appélation d'Origine Controlée), pero hasta el 38% del total de vino rosado. En la zona, el vino rosado representa hasta el 88% del total de la producción.
Pasillos y expositores, en la bodega de la Maison des
Vins de Provence.
(JMBigas, Julio 2010)

El rosado de Provenza se diferencia muchísimo de los clásicos rosados de garnacha o de Cabernet Sauvignon, que son de color rojo subido (más próximos a lo que tradicionalmente se ha conocido como claretes). Nada que ver con los rosados de Navarra o el Somontano, o con los rosados del Languedoc (especialmente los Tavel y Lirac).

Junto a la carretera nacional 10 (que discurre prácticamente paralela a la autopista A8 que conduce a Niza e Italia), en el término municipal de Les Arcs sur Argens, entre los núcleos urbanos de Le Muy y Vidauban, se encuentra la Maison des Vins de Provence. Una amplia instalación multipropósito, que incluye restaurante, salones para eventos y una tienda-bodega con una oferta inacabable de vinos Côtes de Provence. La propia organización de la bodega refleja la cartografía de la zona: el borde marítimo (incluso hay un par de productores en la isla de Porquerolles, cerca de Hyères), los valles interiores, los diversos macizos, o la Sainte Victoire, una espina montañosa singular, más al oeste, en Trets, cerca ya de Aix-en-Provence, que recientemente ha conseguido ponerle su apellido a los vinos producidos en sus faldas.

La Maison des Vins de Provence bien merece una visita, para llevarse un par de botellas de recuerdo o un par de cajas para la bodega del verano.

Y todo ello se articula a unas docenas de kilómetros alrededor del Golfo de Saint Tropez, con las propias playas de Saint Tropez orientadas prioritariamente al norte, y las de Sainte-Maxime, al sur.
Los vinos están organizados por su zona geográfica,
en la Maison des Vins de Provence, en Les Arcs.
(JMBigas, Julio 2010)

Para quien no conozca la zona, yo le recomiendo escoger un alojamiento para, al menos, un par de noches, de modo que se disponga de un día completo para recorrer los alrededores del Golfo. Puede elegirse entre algún hotel lujoso (y caro) en Saint Tropez, un hotelito más discreto y económico en Sainte-Maxime, o alguno de los múltiples hoteles costeros esparcidos en el área. Si se busca algo más económico, se pueden conseguir buenas opciones más hacia el interior, en las proximidades de la autopista, por la zona de Vidauban, por ejemplo.

Con todos sus inconvenientes (grandes aglomeraciones de visitantes, especialmente en verano; precios más bien caros, especialmente en temporada alta), una visita a la zona del Golfo de Saint Tropez resultará, sin duda, inolvidable.


Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una colección más completa (de 32 fotografías) del área del golfo de Saint Tropez, pinchando en la foto siguiente.



Golfo de Saint Tropez


JMBA

lunes, 25 de junio de 2012

El Rescate y el Recreo

Viajando por el mundo se aprenden muchas cosas. Algunas son de índole puramente práctica, como adivinar la mejor hora para esquivar a los grandes grupos en los buffets de desayuno de los hoteles. Y otras conviene no olvidarlas nunca. Entre estas está la siguiente: cuando tengas acceso a un servicio razonablemente limpio y acogedor, utilízalo, aunque no tengas muchas ganas; porque nunca sabes cuándo el camino te deparará otra oportunidad igual.
Cuando pare el autobús por si alguien necesita
visitar el servicio
, para allá que debemos ir volando.
(Fuente: alibaba)

Más tarde, retardar al grupo porque tienes necesidad de orinar (esta vez ya  entre los matorrales) será siempre mal visto.

Tras el descalabro de Lehman Brothers en 2008, se abrió (informalmente) un turno donde todo el mundo era consciente de que las entidades financieras podían haber quedado tocadas por el mismo mal; de que podía haber activos tóxicos (a base de hipotecas subprime o de productos titulizados que contuvieran deudas imposibles). En ese momento, y en los meses siguientes, Europa dedicó cientos de miles de millones de Euros al salvamento de algunos grandes bancos (franceses, belgas, alemanes,...).

A la sazón, nuestro pinturero Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero decidió no aprovechar el turno (no tengo ganas de mear) y se cansó de afirmar que nuestro sistema financiero estaba sanísimo y era de la Champions League.

Sólo un par de años después, la necesaria concentración bancaria, las fusiones, y adquisiciones que se fueron produciendo en el sector, dejaron en evidencia que no todo estaba tan sanísimo como Zapatero (y sus acólitos) se cansaron de repetir.

Ahora, casi cuatro años después del día fatídico en que el Gobierno de Estados Unidos dejó caer a Lehman Brothers, ya está claro que hay una parte de las entidades financieras españolas que requieren urgentemente de una recapitalización, para sanear sus muchos activos tóxicos (y también nefastas decisiones de gestión, de inspiración puramente política).

Pero ahora que el Grupo está andando en otras cosas (enderezamiento del déficit y de la Deuda, etc.), tener que pararse para que los españoles alivien sus vejigas... manda h..... Sólo ahora se ha pedido con claridad un rescate (se llame como se quiera llamar) para cierta banca española (quedarían al margen los tres grandes, que parece que han sido mejor gestionados que el resto). Y todos vuelven la cabeza para ver qué tripa se les ha roto esta vez a los españoles, que renunciaron a mear cuando hubo ocasión

Moodys (y el resto de salvajes agencias de rating) anuncian lluvia y ya han advertido con otra bajada de la nota de la deuda de las entidades financieras españolas (ya prácticamente bonos basura la mayoría). Aunque todos sabían que iba a llover, cuando Moodys lo anuncia ya no está mal visto abrir los paraguas.

Estamos pagando ahora (amargamente) con desconfianza extrema de los mercados, los do de pecho que algunos se marcaron en el pasado. Además, como cambiamos de opinión con el paso del tiempo, transmitimos la sensación de que no tenemos ni p... idea de lo que sucede en casa. Mala cosa para ganarse la confianza.

Cuando el grupo de viajeros llega a un lugar donde hay un servicio en condiciones, utilízalo aunque no tengas ganas. Porque ese es el momento en que tener que mear no está mal visto.

Cuentan de tres amigos bilbaínos (paródicamente famosos por sus exageraciones), que fueron al monte a por setas. Al rato, uno de ellos levanta la voz y exclama: ¡C..., aquí hay un Rolex! Y otro le responde, despectivo: ¿pero estamos a setas o estamos a Rolex?; que Rolex yo ya he visto cinco.

Así funcionan las cosas. Cuando suena la campana del recreo, es la hora del recreo para todos. No vale estudiar durante el recreo, si luego se va a enredar en clase.

Cuando era la hora del rescate bancario, dijimos No, gracias, no lo necesitamos. Y ahora nos ha tocado bajar la cabeza, ruborosos, y aceptar que, efectivamente, estamos enredando en clase.

A estas alturas ya deberíamos saber que no somos los primeros de la clase, y que más nos vale no significarnos en exceso. A la hora del recreo, toca recreo; y en la clase, silencio.

JMBA

viernes, 22 de junio de 2012

Périgord Noir: Montignac y Lascaux II

El nombre de Périgord procede de un antiguo condado que prácticamente coincide con los límites del actual departamento francés de Dordogne, al este de la región de Aquitania, en su límite con la región central de Limousin. Por el tipo de paisajes predominantes, se acostumbra a dividir en cuatro zonas: Périgord Blanc (la parte central, en torno a la ciudad de Périgueux), Périgord Vert (al norte, alrededor de la población de Nontron), Périgord Pourpre (en torno a Bergerac, al oeste, camino de Burdeos), y Périgord Noir, al sudeste del departamento, en torno a Sarlat-La-Caneda (pop. 9.500), y limitando ya con la región de Limousin.
Pueblo de Montignac (Dordogne), junto al río Vezère.
(JMBigas, Junio 2012)

Posiblemente la parte más turística del Périgord sea el llamado Périgord Noir. Es una zona de economía básicamente rural, muy centrada en la cría de patos y ocas para la elaboración del foie gras, una de las estrellas gastronómicas de la zona, así como en las trufas, escondidas en los tupidos bosques de robles, cuya sombra le da el apelativo negro a esta subzona.

El Périgord Noir se articula en torno a los valles de los ríos Dordogne y Vezère.

En mi reciente viaje por carretera desde Burdeos hasta París, hice una escala en la zona. Por su ubicación (y ventajoso precio), escogí un hotel en el pueblo de Ussac (el Mercure Brive), en las afueras de Brive-la-Gaillarde (pop. 50.000; departamento de Corrèze; región Limousin). Sarlat-La-Caneda es una población que recibe grandes afluencias de visitantes, y la oferta hotelera no es muy extensa y tiende a ser bastante más cara. Brive-la-Gaillarde está a no más de una treintena de kilómetros de distancia de Sarlat.

El sábado 2 de Junio fue extremadamente caluroso, y sudé la gota gorda en el trayecto desde Burdeos y, en particular, visitando el castillo de Castelnaud-la-Chapelle (ya en el Périgord Noir), pero eso quizá os lo cuente otro día.

El domingo por la mañana, el tiempo había dado la vuelta completa. Estaba el día lluvioso, y la temperatura había descendido desde los más de treinta grados de la víspera, a unos miserables quince. Pensaba empezar el día pronto, pero dejé pasar un par de horas (tomándome con calma el desayuno y demás), en la confianza de que pudiera empezar a escampar.
Tienda y zona de espera, en el enclave de Lascaux II.
(JMBigas, Junio 2012)

De todas formas, el camino hasta el pueblecito de Montignac (pop. 2800), junto al río Vezère, lo hice bajo una suave llovizna intermitente. Afortunadamente, a pesar de que el cielo seguía del color ala de mosca que nada bueno presagiaba, dejó de llover cuando llegué a Montignac (algo más de treinta kilómetros desde Ussac, pero casi una hora de camino tranquilo).

A unos pocos kilómetros de Montignac, en las colinas próximas, se descubrió en 1940 la cueva o gruta de Lascaux (el nombre proviene de la denominación de la zona donde se descubrió, el lieu-dit) con abundantes pinturas paleolíticas que pudieron datarse como de una antigüedad en torno a los 18.000 años. Esta antigüedad la situaría en la época del Hombre de Cro-Magnon.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, en 1948 se habilitó Lascaux para que pudiera ser visitada por el público en general. Tras unos cuantos años con un ritmo del orden de los 1.000 visitantes por día, se detectaron serios desequilibrios en el interior de la gruta, principalmente provocados por la aportación de dióxido de carbono de la respiración de los visitantes. Perfectamente conservada en su equilibrio natural durante 18.000 años, unos años de visitas masivas estaban amenzando con su conservación. A pesar de muchos esfuerzos en regular la temperatura y la renovación del aire, acabaron apareciendo colonias de algas y velos de calcita que amenazaban la supervivencia de las pinturas originales. Finalmente, en 1963 André Malraux, a la sazón Ministro de Asuntos Culturales, decidió el cierre de Lascaux al gran público, a fin de preservarla para el futuro.
Vista de los valles circundantes, desde la salida de
la gruta de Lascaux II.
(JMBigas, Junio 2012)

El mismo año de su descubrimiento, Lascaux se clasificó como Monumento Histórico en Francia, mientras que desde 1979 forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En 1970 se iniciaron los trabajos para crear una copia perfecta y detallada de la parte principal de la cueva original, junto a ella, en el mismo enclave. Estos trabajos crearon lo que hoy se conoce como Lascaux II: el facsímil detallado de una parte de la gruta original, recreando prácticamente el 90% de la totalidad de las pinturas. Lascaux II se abrió a las visitas del público en 1983. El entorno está creado con la máxima fidelidad al original, incluso las irregularidades de la roca utilizadas por los pintores primitivos para dar sensación de volumen a los animales pintados y los desperfectos o erosiones causados por lo que se supone fueron algún tipo de andamios utilizados para poder pintar en el techo de la cueva. Actualmente, para el gran público sólo es posible visitar Lascaux II, mientras que la cueva original recibe toda clase de cuidados para garantizar su conservación para la posteridad.

Sólo es posible realizar visitas a Lascaux II en grupo con guía, en estándar en francés o inglés. Junto al emplazamiento de la cueva se ha desarrollado una mínima infraestructura, que incluye una zona de aparcamiento, un edificio de acogida, una tienda de recuerdos y una zona de espera para las visitas en grupo.

Sin embargo, no es posible comprar entradas para la visita a Lascaux II (9,50€ en tarifa completa) en el mismo sitio. Hay que ir antes al pueblecito próximo de Montignac, donde se pueden comprar las entradas en el centro del pueblo, junto a la Oficina de Turismo. Aunque no creo que existan razones objetivas para este peregrinaje, entiendo que se trata de una estrategia de promoción turística. Montignac es un pueblecito encantador, a las orillas del río Vezère, que casi nadie visitaría si las entradas para visitar Lascaux II se compraran en el propio sitio de la cueva.

La mejor ilustración de ese hecho es mi propio caso. Llegué a Montignac en torno a las once y media de la mañana, y aparqué el coche en la Place Tourny, junto al río. A unos cien metros localicé la ventanilla donde se vendían entradas de Lascaux II para el día. Conseguí una para el tour de las 12 en francés. Cogí de nuevo el coche y, en unos seis o siete minutos, llegaba al aparcamiento de Lascaux II.

La temperatura en el interior de la gruta es constante, en el entorno de los 13-14ºC (conviene coger alguna prenda de abrigo, incluso en días calurosos en el exterior, ya que la visita dura unos 45 minutos, más que suficiente para quedarse pasmado).

A la hora prevista, la guía nos recogió del exterior (un grupo de unas 30 personas) y nos condujo hacia las escaleras de bajada a la gruta. Para facilitar el flujo de visitantes, hay un par de salas previas, con algunos expositores donde se pueden ver detalles de la gruta original, que la guía se encarga de comentar prolijamente.

No está permitido tomar fotografías o vídeo en el interior de la gruta, por lo que os incluyo una imagen extraída de National Geographic.



Luego se pasa a la gruta propiamente dicha. La parte reproducida incluye la monumental (por las pinturas, que no por el tamaño, relativamente modesto) Salle des Taureaux, donde se encuentran la mayoría de pinturas de la gruta. Principalmente se representan animales, entre los que abundan los uros (aurochs en francés; parecidos a los toros, bóvidos de la época) y los caballos especialmente. Alguna figura llega a tener hasta 5 metros de longitud.

Sólo hay una representación humana en toda la cueva (y extremadamente simplificada), pero es curiosa la abundancia de símbolos (puntos, barras,...) que sugieren algún tipo de lenguaje escrito.
Calle principal del pueblo de Montignac (Dordogne).
(JMBigas, Junio 2012)

No se cree que esta gruta fuera una residencia estable (de hecho, los habitantes de esta zona serían básicamente nómadas) sino más bien algo parecido a un santuario o lugar de culto.

A la una menos cuarto terminó la visita. Junto a la salida de la gruta hay unos paneles informativos para el visitante, y unas buenas vistas de los valles circundantes.

Volví a Montignac y aparqué de nuevo el coche en la Place Tourny, con intención de buscar algún restaurante para el almuerzo. Ese domingo, en el pueblo se celebraba un evento popular de los que en Francia se denominan Vide Grenier, que podríamos traducir libremente como Vaciar el Trastero. En esos días, todos los habitantes hacen limpieza de sus casas, y ponen a la venta todas aquellas cosas (enseres, vajillas, cristalerías, libros, cintas de vídeo, DVDs, muebles, cómics, etc. etc.) que ya no les tienen utilidad. Una especie de rastrillo popular, que ocupaba la mayoría de las calles del centro.
Puente sobre el río Vezère, en Montignac.
(JMBigas, Junio 2012)

Crucé el puente sobre el río Vezère, hacia la zona de la rue Lafitte, donde hay unos cuantos restaurantes con terrazas junto al río. Comí en uno de ellos (Les Pilotis), muy correctamente y a un precio razonable. Tomé un plato de jambon du pays (un jamón ahumado, que no curado), correcto mientras no intenta compararse con el buen jamón ibérico, con el que no tiene nada que ver. Seguido de un plato de pasta, acompañado por un excelente pan rústico (pain de campagne) y un vino rosado fresquito de Bergerac.

En el borde del río, para la sobremesa, había un atractivo especial para entretener, especialmente, a los niños: algunas docenas de patos, que esperaban que los visitantes les dieran de comer trocitos de pan.
Restaurantes con terrazas junto al río, y abundantes patos, en Montignac.
(JMBigas, Junio 2012)

Aparte de las imágenes que he escogido para ilustrar esta crónica, podéis acceder a una colección completa de 28 fotografías (perfectamente geoposicionadas y comentadas), pinchando en la foto de Montignac.

Périgord Noir: Montignac y Lascaux II


Después de comer, y tras dar un paseo por el centro del pueblo y el rastrillo, volví al coche y me dirigí hacia Sarlat-La-Caneda para una breve visita esa tarde.

Pero eso ya os lo contaré otro día.

JMBA

miércoles, 20 de junio de 2012

A cada ciudadano, su diputado

Uno puede viajar a las Antípodas, pero al llegar descubre que los árboles, que son diferentes, crecen igualmente desde la tierra hacia el cielo, y que sus gentes también necesitan comer varias veces al día para sobrevivir, aunque sus comidas sean diferentes. Es la misma vida con un guión diferente.

En estos tiempos tan convulsos, parece que seguimos con mucha mayor atención que antes los procesos electorales en otros países de la Unión Europea.
Sala de Plenos del Congreso de los Diputados.
(Fuente: socialistascadiz)

Así, hemos estado pendientes de si en Grecia ganaban los pro-acuerdo o los contrarios, o si en Francia Hollande recibía el suficiente apoyo parlamentario o no, para poder llevar adelante su programa electoral. Hemos sabido, por ejemplo, que en Grecia el partido más votado obtiene un bonus de 50 escaños adicionales.

Esto nos acerca a otras formas (igualmente democráticas) de implementar las fórmulas de representación popular.

En España, por ejemplo, ya es una tradición (razonable) el oír las quejas de los partidos minoritarios, que dicen ver perjudicada su representación por las fórmulas electorales que utilizamos aquí. En las Elecciones Generales, cada provincia representa una circunscripción electoral. La población muy dispar entre las diferentes provincias provoca que algunas tengan solamente cuatro o cinco representantes, mientras que otras pueden llegar a tener varias docenas.

En la práctica, los partidos minoritarios pueden llegar a acumular un número importante de restos de voto en todas las provincias, que no se traducen en escaños adicionales. Con estos criterios, la representatividad de los diputados elegidos a veces se pone en entredicho, y la diferencia del coste en votos de un diputado de los partidos mayoritarios y el de los partidos minoritarios puede llegar a ser sangrante.

Por otra parte, utilizamos el sistema de listas cerradas. Esto significa que el aparato de cada Partido decide los integrantes de su lista de candidatos para cada provincia. Como mucho puede tener cierta relevancia social y mediática el cabeza de lista de las provincias más grandes. Pero en los niveles intermedios de la lista, el aparato de los partidos puede acabar colocando a quien les parezca conveniente. Y la votación popular acaba siendo básicamente ideológica o de proximidad política con una u otra formación, casi al margen de los candidatos que efectivamente integren el cartel electoral.

Por el contrario, en países como Francia o el Reino Unido, para las elecciones a diputados (miembros de la Asamblea, en Francia; MPs -Members of the Parliament- en el Reino Unido), la circunscripción se define en base a un territorio con derecho a un escaño en el correspondiente parlamento. En otras palabras, cuando llegan elecciones generales, cada ciudadano debe escoger a su diputado, debe elegir a uno de los candidatos de los diversos partidos o formaciones políticas, para que ocupe el escaño de su circunscripción.

De esta forma, cada uno de los candidatos tiene su parte de protagonismo, y debe luchar durante la campaña electoral para quedar vencedor en su propia circunscripción, por encima de sus opositores. En otras palabras, cada ciudadano vota a una persona en concreto como su candidato preferido. En algunos casos, hay también una doble vuelta. A la segunda vuelta de las elecciones sólo se presentan los candidatos más votados, y el ciudadano debe escoger a uno de entre los mejor posicionados. En lugar de que sean solamente los políticos los que pacten después de las elecciones, se le da al ciudadano la capacidad de prestar su apoyo a un candidato que no es el suyo natural, en esa segunda vuelta.

Al final de ese proceso, cada ciudadano, dependiendo de donde reside, tiene a su propio diputado en el Parlamento, el elegido en su circunscripción, que podrá ser un distrito de las grandes ciudades, o una comarca en las zonas menos pobladas. De alguna forma más o menos natural, cada ciudadano deberá sentirse representado por el candidato elegido y, además, a través de él/ella podrá elevar sus quejas o reclamaciones al Parlamento del país. Y a él/ella podrá exigirle responsabilidades y votarle de nuevo o no votarle en las siguientes elecciones.

En el Reino Unido, además, hay elecciones intermedias, parciales, solamente en algunas circunscripciones. Es decir, el Parlamento se va renovando casi permanentemente, marcando el tono de la evolución de la opinión pública sobre una u otra fuerza política.

Esta aproximación, llamémosla minifundista, le pone cara al representante de cada ciudadano. Cada parlamentario elegido deberá luchar por conseguir los retos y los anhelos de su propia circunscripción, para conseguir ser reelegido, en su caso, en la siguiente votación.

Por el contrario, con la aproximación española, llamémosla latifundista de circunscripciones mucho más grandes y listas cerradas, la gran mayoría de diputados en el Congreso son absolutamente desconocidos hasta para sus propios electores, y el juego político se acaba basando estrictamente en la fuerza relativa de las diferentes formaciones representadas en el Congreso. Aparte de los líderes, portavoces y demás, la gran mayoría de diputados son seres anónimos para la ciudadanía.
Segolène royal ha perdido su escaño de la 1ª
circunscripción de Charente-Maritime, arrebatado
por un disidente de su propio partido.
(Fuente: biladi)

Con circunscripciones monoescaño, se le quitaría poder al aparato de los partidos, ya que para conseguir ganar en cada circunscripción estarían obligados a presentar a personas conocidas de sus vecinos, con prestigio y predicamento en su propia circunscripción. Los aparatchik y paracaidistas correrían un riesgo muy serio de no resultar elegidos.

En la configuración actual del Congreso, poco variarían los resultados si los plenos se convirtieran en reuniones en una sala, únicamente con los líderes de las diversas formaciones, en que cada uno dispusiera del número de votos de acuerdo al número de escaños de cada cual. En la práctica, el resto de diputados se acaba convirtiendo en secretarios o expertos para sus respectivos líderes, y en realidad deben observar gratitud por su elección más bien al aparato de su partido que a los propios ciudadanos.

Pero hay que tener en cuenta que la aproximación minifundista resulta letal para los partidos nacionales minoritarios. En el límite, podría darse el caso de una fuerza política que tuviera el 49% de respaldo popular a nivel nacional, y no obtuviera ni un solo escaño, si sus apoyos estuvieran uniformemente repartidos en todas las circunscripciones.

Si tomamos el ejemplo del Front National, el partido de ultraderecha liderado por Marine Le Pen, tenemos los siguientes datos para las elecciones legislativas, cuya segunda vuelta se celebró el pasado domingo:

Total de diputados elegidos: 577 (la totalidad de la Asamblea Nacional).
% de votos FN respecto al total de votos emitidos en la 1ª vuelta: 13,60% (3.528.663 votos).

Esta cifra representaría el respaldo total a nivel nacional del FN en estas elecciones. Al haber una segunda vuelta, muchos de los candidatos del FN no superaron el corte, y las cifras para la segunda vuelta fueron los siguientes:

% de votos FN respecto al total de votos emitidos en la 2ª vuelta: 3,66% (842.695 votos).
Diputados FN finalmente elegidos: 2 (entre los que, por cierto, NO está su líder, Marine Le Pen).

En otras palabras, con un 13,60% de respaldo popular, obtienen solamente un 0,35% de la representación parlamentaria (2/577).
¿Podría ponerle cara a todos los diputados a los que
Vd. votó en las Elecciones Generales de 2011?
(Fuente: comicapocalipsis)

Si tomamos el otro caso extremo, el del Partido Socialista, ganador finalmente en estas elecciones, las cifras son como sigue:

Respaldo en la 1ª vuelta: 29,35% de los votos emitidos (7.618.326 votos)
Apoyos en la 2ª vuelta: 40,91% (9.420.889 votos)
Escaños obtenidos: 258

Es decir, con un apoyo específico del 29,35%, han obtenido finalmente el 44,71% de representación parlamentaria. En parte, por supuesto, gracias a los apoyos prestados en la 2ª vuelta, y en parte, por el juego de la mayoría en cada una de las circunscripciones.

Con todo ello quiero decir que los partidos nacionales minoritarios en España (muy significativamente IU y UPyD) deberían tener cuidado en soñar con un cambio de la Ley Electoral, porque sus sueños podrían hacerse realidad con fórmulas todavía mucho más perjudiciales para ellos.

Por supuesto, la alternativa absolutamente contraria sería considerar que toda España en su conjunto fuera una única circunscripción. En este caso, la representación efectivamente conseguida sería prácticamente proporcional a los votos obtenidos (sólo ligeramente matizado por la aplicación de la ley d'Hondt). Claro que un sistema de listas cerradas a nivel nacional dejaría fuera, prácticamente, a cualquier fuerza regional o local, y aumentaría todavía más, si cabe, el anonimato generalizado para los ciudadanos respecto de sus representantes.

Desde el punto de vista de la higiene democrática, la aproximación francesa tiene la ventaja de que cualquier político con mando en plaza (ministro, presidente regional o de departamento) se ve prácticamente abocado a la dimisión si no consigue ser elegido en su propia circunscripción. Lo que, por cierto, es lo que le ha sucedido a Segolène Royal, cuyo escaño le ha sido arrebatado por un disidente de su propio partido.

Con todos sus inconvenientes e imperfecciones, me gusta la aproximación de circunscripciones monoescaño con doble vuelta. Obliga a la proximidad de los elegidos con sus electores, y permite a estos votar con el corazón en la primera vuelta, y con la cabeza en la segunda. El protagonismo del ciudadano es mayor que con el sistema que tenemos actualmente en España.

Con ese método, cada ciudadano tiene presente la cara de su representante en el Parlamento.

En estos tiempos convulsos en los que todos los políticos siguen el guión, pero ese guión no nos lleva a ninguna parte ni nos saca del progresivo empobrecimiento, quizá es llegado el momento de cambiar de guión. Porque hay otros.

(Los datos que menciono de las elecciones francesas son públicos, y verificables en la página web del Ministerio del Interior francés).

JMBA

martes, 19 de junio de 2012

España, ramplona, a Cuartos como primera de Grupo

El título lo dice todo. Este lunes, la selección española estuvo ramplona y zafia frente a Croacia, faltada de la frescura y la agilidad a la que nos tiene acostumbrados.

Croacia se jugaba la vida en la Eurocopa, y jugó su partido, poniendo en apuros varias veces a la portería española, defendida, como siempre, fantásticamente por un Iker Casillas muy concentrado, a pesar de sus largos períodos de inactividad durante el partido.
Abrazos de los jugadores tras el gol agónico, ya en los
minutos de la basura.
(Fuente: rtve)

El árbitro nos echó una manita, pues hubo una o dos situaciones, protagonizadas por Sergio Ramos y muy especialmente Busquets, en que podría haber pitado perfectamente penalty contra España.

Si nos atenemos a los resultados, España ha hecho los deberes hasta ahora: empate con Italia y victoria frente a Irlanda y Croacia, y con ello pasa a Cuartos de Final como primera de su grupo. El próximo sábado deberá enfrentarse al que quede finalmente segundo clasificado en el Grupo D, muy probablemente Inglaterra, pero pudiera ser finalmente Ucrania, esta noche lo sabremos.

Pero, aparte del partido con Irlanda (una selección inevitablemente menor, que se ha ido de la Eurocopa sin un solo punto), en que la selección española nos enamoró, el resto ha sido bastante mediocre. A partir de ahora tendremos que enfrentarnos con selecciones que aspiran al podio y sólo nos queda poner en el campo lo que ya hemos demostrado que tenemos, pero que da la sensación de que a veces provoca pereza desplegar.

No habrá tregua. Cada partido, a partir de ahora, es a vida o muerte, y hay que ganarlo sin más especulaciones.

El equipo que vimos ayer en Gdansk no tiene mucho que hacer frente a selecciones como las de Alemania y Francia, que son dos de las que parece que han llegado a esta Eurocopa en mejor forma.

España sabe y puede jugar mucho mejor de lo que lo hizo ayer. Pero los partidos duran noventa minutos, y todo lo que se lleva dentro hay que saber convertirlo en goles, la única magia que te hace ganar los partidos.

Tenemos en el banquillo a dos excelentes delanteros, como Llorente y Negredo, que prácticamente no han tenido ni un minuto hasta ahora. Espero que Del Bosque sepa articular sus aportaciones a un equipo que puede y debe ser vencedor en todos los casos. El juego endiablado de Navas por la banda requiere de un compañero que sea la referencia en boca de gol, o todos sus esfuerzos se van en humo de pajas.

Espero que lo que vimos ayer no sea más que una especulación exagerada con el resultado (el empate nos valía para pasar) y que se reservara artillería para desplegarla cuando sea imprescindible. No confiemos en que los árbitros nos ayuden, aunque sólo sea un poquito, porque son personas y algunas veces se equivocan en sus apreciaciones, pero a favor o en contra.

La selección española ha demostrado estos últimos años que sabe vencer convenciendo. Que los neutrales pueden disfrutar con su juego y que hasta los adversarios le reconocen una superioridad de estilo. Pero, desgraciadamente, todo eso hay que demostrarlo en el campo en cada partido.

En cada partido deben desplegar el mejor juego de que sean capaces. Aun así, se puede perder, que a la Eurocopa sólo van los mejores, y hay otros equipos muy sólidos y candidatos a la victoria final.

Pero, desde luego, lo que vimos ayer ante Croacia no es, ni de lejos, la mejor versión del juego que España ha demostrado que sabe y puede realizar.

Empieza la hora de la verdad, y espero que no se confirme esa maldición que llegamos a asumir en el pasado: que España nunca pasaba de Cuartos.

Buena suerte para quien se deje la piel buscándola.

JMBA

lunes, 18 de junio de 2012

Épernay, la Capital del Champagne

Hace ya un tiempo os comentaba en otro artículo las interioridades sobre cómo funciona el mercado del champán original, el que se produce en la zona cubierta por la denominación de origen Champagne.
Place de la République de Épernay, desde la
Avenue du Champagne.
(JMBigas, Junio 2012)

Hoy os quiero comentar los últimos descubrimientos que he hecho por la zona, en una excursión en el día que realicé en coche desde París, la primera semana de Junio.

Estaba alojado en un hotel en las afueras del este de París (en Noisy-le-Grand, a mitad de camino de Disneyland). Como viajaba en coche, las facilidades para aparcarlo en los hoteles del centro de París no siempre son evidentes, y preferí un hotel de línea (relativamente) económica en el extrarradio. Con la ventaja de que está junto a la autopista del Este, la que lleva a la región de Champagne (Lorena y Alsacia, más al este). A cambio, tuve que tragarme un atasco monumental para acercarme a la zona de Les Halles (en obras de profunda renovación, a horizonte de cuatro o cinco años), en el centro de París, para cenar.

Programé el GPS para que me llevara directamente a Épernay (pop. 25.000) por las carreteras nacionales, sin pasar por la comodísima autopista A4 (de peaje) que te lleva hasta Reims, una veintena de kilómetros al norte de Épernay. Gracias a ello tuve un viaje reposado y relajado, y desde bastante antes de llegar a destino ya disfruté de las suaves laderas plagadas de viñas que configuran el paisaje vinícola de la Champagne.
Uno de los pasillos de la cava-bodega de C comme
Champagne
.
(JMBigas, Junio 2012)

Llegué a Épernay antes de las diez de la mañana (para que veáis que ese día madrugué bastante). Épernay es la capital mundial del champán. Al ser una población de pequeñas dimensiones (frente a Reims, por ejemplo, de casi doscientos mil habitantes), el champán como componente de su atractivo turístico es omnipresente. El centro de la ciudad es la Place de la République, y junto a ella hay un gran aparcamiento público de pago (Charles de Gaulle, se llama) que resulta muy conveniente al visitante. Por 0,20€ dispone incluso de un WC público automático (parte del mobiliario urbano al que podríamos denominar pirulo pacagá).

Mi primera visita fue a la Oficina de Turismo de la ciudad, situada a escasos cincuenta metros de la plaza, en la Avenue du Champagne (¡¡??), casi frente a la sede de la conocida marca y grand maison de Champagne, Moët & Chandon. Extremadamente útil esta visita, ya que me dieron la Guide Touristique, un excelente documento de 100 páginas, que ilustra sobre la ciudad y las diversas rutas turísticas del champán. Es posible bajarse este documento de su página web, por capítulos, en francés, inglés u holandés. En él, lógicamente plagado de publicidad, que lo subvenciona, se destacan todos los atractivos que la región ofrece al visitante. Todos los grandes productores ofrecen visitas guiadas a sus cavas (algunos, incluso motorizadas). Pero yo recuerdo haber visitado ya dos de ellas en el pasado (Ruinart y Taittinger) y no era esa mi intención esta vez.
Suaves laderas pobladas de viñas para el champagne,
cerca del pueblo de Festigny.
(JMBigas, Junio 2012)

Les pedí indicaciones sobre algún establecimiento donde pudiera comprar botellas de champán de los pequeños productores locales (los de las grandes marcas ya las puedo comprar, si quisiera, en la tienda de al lado de casa). Me dieron dos direcciones. La primera era Intercaves (25, boulevard de la Motte, junto a la estación ferroviaria). Paseando (todo el centro de Épernay se recorre a pie en unos pocos minutos), les hice una visita. Se trata prácticamente de una gran superficie (con su propio aparcamiento interior) de cadena, con una extensa variedad de vinos y alcoholes de todas las procedencias. También tenían una pequeña muestra de champanes de productores locales, pero no era el tipo de comercio que yo estaba buscando.

La segunda indicación me llevó a un comercio especializado, muy en línea con lo que yo precisaba ese día. Es el C comme Champagne, en 8, rue Gambetta (otra de las calles que termina en la Place de la République). Se trata de un pequeño complejo de tienda, cava-bodega y bar-degustación, dedicado a la promoción y venta del champagne de unos 50 pequeños productores de la región (los llamados Champagne de Propriétaires). Cada uno de los productores tiene su propio panel explicativo (con foto), sobre dónde está situado, el tipo de uvas que utiliza principalmente, etc. Y están a la venta los diversos tipos de champán que cada uno de esos propietarios produce. Una auténtica gozada para la vista, sólo pasearse por los diversos pasillos de la bodega subterránea. Los expertos en marketing a eso lo llaman poner en valor el producto.
Auberge du Sourdon, en Saint-Martin-d'Ablois.
(JMBigas, Junio 2012)

Me dejaron disfrutar un rato por la cava, y luego me atendió una chica, de buena planta aunque algo molesta de cara, muy entendida en lo que allí tienen a la venta. Primero yo quería comprar una caja de seis botellas de un buen champán, para consumir en las celebraciones familiares que tendría ese mismo fin de semana en Barcelona. Le pedí un Blanc de Blancs (procedente de uvas blancas, 100% Chardonnay) que pudiera acompañar a toda una comida y, ante mi sorpresa, me dijo que no. La razón me la dejó clara: el Blanc de Blancs es muy sutil, y se quedaría anulado por cualquier sabor fuerte que incluyera la comida (carnes fuertes, salsas,...). Eventualmente, habría que escoger un Brut Millésimé (de añada), que se ha desarrollado más y resiste bien a los asaltos de otros sabores intensos. En resumen, que había que escoger un champagne plus developpé. Desde ese día me ha quedado claro que cuando te hablan de la necesidad de algo plus developpé, espérate un aumento del 25-50% en el presupuesto.

Me dio a probar hasta tres champagnes adecuados a mis requerimientos. ¿Por qué será que el que más me gustó también era el más caro?. Compré, por tanto, una caja de seis botellas de Isselée Père & Fils Brut Millésimé 2004, del pueblo de Cramant, en la Còte des Blancs, al sudeste de Épernay (unos 23€ por botella; si compras una caja completa te rebajan el precio en 1€ por botella).
Pequeña iglesia junto a los viñedos.
(JMBigas, Junio 2012)

Quería luego otra caja de 6 botellas variadas (lo que en Francia conocen como panaché) que dieran una imagen más completa de las diversas subzonas (Côte des Blancs, Montagne de Reims, Vallée de la Marne, incluso de la más alejada -excentrée- geográficamente, Côte des Bar) y los diversos coupages de las uvas principales (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier).

Aunque tenía el coche a no más de 300-400 m. de la tienda, la imagen de pasearme con dos cajas de champán bajo el brazo me pareció poco elegante (me imaginé sudoroso bajo el Sol del mediodía), así que recogí primero el coche en el aparcamiento, y paré luego un momento frente a la tienda para cargar las dos cajas.

Utilizando el espléndido mapa (de las rutas turísticas de Champagne) que incluye la publicación de la Oficina de Turismo, me programé una ruta por la región, que incluyera varias subzonas, algunos de los pueblecitos más característicos y las carreteras locales que van bordeando los viñedos. Salí de Épernay pasadas las doce del mediodía, y al rato me entraron las ganas de parar para tomar un almuerzo razonable. Pero la mayoría de pueblecitos por los que iba circulando son tan pequeños que ni siquiera tienen un bar o restaurante significativo. De los indicadores de carretera escogí el más repetido, y me dirigí al pueblo de Saint Martin d'Ablois, con la esperanza de poder comer algo allí.
El río Marne discurre plácido por el valle.
(JMBigas, Junio 2012)

Afortunadamente, en la placita del centro del pueblo (con unas cuantas plazas gratuitas de aparcamiento), está el Auberge du Sourdon (subtitulado Les Trois Meules - Las Tres Muelas -de afilar- en traducción políticamente correcta, aunque también se puede entender como Las Tres Ruedas -de queso- o incluso, si se quiere iconoclastia, como Los Tres Culos). Ofrecían un Menú del día por unos 12€. El interior parecía desierto, pero al fondo, en la sala comedor, había unos cuantos locales (alguna familia, un par de operarios de alguna cosa, una pareja mayor...) disfrutando del almuerzo. El menú incluía entradas (a escoger de un pequeño buffet con ensaladas, embutidos,...), un plato fuerte (yo escogí una especie de pastel de salmón, muy sabroso), un plateau de fromages (al que, contra mi gusto, renuncié en bien de una tarde algo productiva), un vino rosado de mesa fresquito y agradable y algún postre. En resumen, un almuerzo muy digno y a un precio correcto.
La Catedral de Reims. Esta vez,
afortunadamente, sin andamios.
(JMBigas, Junio 2012)

Seguí mi camino por el valle del Marne (un río de recuerdos nefastos unidos a la Primera Guerra Mundial), disfrutando de esos campos llanos, dedicados principalmente al cereal, y las suaves laderas tupidas de viñas. Al final del recorrido llegué a Reims. Aunque ya he estado varias veces allí, quería visitar de nuevo la Catedral, un monumento singular, sin duda, para ver si tenía la suerte de verla sin andamios (lo que no resulta fácil), y para ver los nuevos vitrales inaugurados en 2011.

Pensaba aparcar el coche en el Parking Cathédrale, un aparcamiento de pisos en una calle lateral a unos trescientos metros de la Catedral. Pero vi que no había mucho tráfico, y que alguna de las poquitas plazas (de pago) para aparcar a pie de calle en la rue Libergier (que conduce de frente a la Catedral) estaba libre, con lo que decidí parar allí.

La Catedral de (Notre Dame de) Reims, una de las más monumentales de Francia junto a Notre Dame de París, cumplió 800 años en 2011. A pesar de haber sufrido diversos desperfectos, especialmente en el siglo XVIII, todavía conserva algunos vitrales originales del siglo XIII. Pero en el siglo XX se le fue dotando de nuevos vitrales contemporáneos, para suplir a los que habían sido destruidos. Así, se añadieron vitrales nuevos en los años 30 y 50, siendo los más conocidos los tres diseñados por Marc Chagall en 1974 (L'Arbre de Jessé - la presunta genealogía de Jesucristo -, Los Dos Testamentos y Los Grandes Momentos de Reims).
Detalle de dos de los vitrales de Imi Knoebel,
inaugurados en 2011 en la Catedral de Reims.
(JMBigas, Junio 2012)

Para celebrar el octavo centenario de la Catedral, se hizo un encargo público (con patrocinios privados) al artista alemán Imi Knoebel para el diseño de seis nuevos vitrales, puros ejercicios cromáticos abstractos, que fueron oficialmente inaugurados el 25 de Junio de 2.011. Tuve esta vez ocasión de verlos y hasta de tomar alguna fotografía presentable, que os brindo.

Acabada la visita, volví a París (bueno, a Noisy-le-Grand) por la autopista A4 (de peaje) sin novedad.

Aparte de las fotografías que comparto aquí con vosotros, podéis acceder a una colección más completa de 37 fotografías (todas geoposicionadas y comentadas), pinchando en la fotografía de la Église Notre-Dame de Épernay.

Épernay y la región del champagne


Un día en la Champagne que bien mereció la pena. Una excursión llena de excelentes recuerdos y algunas anécdotas.

JMBA