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jueves, 18 de junio de 2015

"La Chica del Tren"

Paula Hawkins es la autora de esta novela de suspense (thriller) que ya es un best seller a nivel mundial, y hay una película prevista en los próximos tiempos.

Nacida en Zimbabwe (la antigua Rhodesia), reside en Londres desde 1989. Periodista, esta es su primera novela, que ha alcanzado un éxito casi instantáneo.

Hay motivos para ello, porque los amantes del thriller le quitarán horas al sueño para leer un capítulo más. Y otro, y otro. Es un libro que toma al lector de la mano, y no lo suelta hasta el desenlace final.

Yo he podido leer la versión original (de papel) en inglés ("The Girl on the Train", Doubleday, Transworld Publishers, A Random House Group Company, 2015), pero ya está publicada la edición en castellano ("La chica del Tren", Planeta, 2015) así como en catalán ("La Noia del Tren", La Campana Editorial, 2015), y no sé si también en alguna otra lengua autonómica.

Aunque aparece la policía, no es una novela policíaca. Y tampoco hay detectives privados. Pero está Rachel.

Rachel es una pobre chica que viaja todos los días a la ciudad en el tren de cercanías desde un pueblo en los suburbios al norte de Londres. Ida a las ocho de la mañana, para volver pasadas las cinco de la tarde. Y lo sigue haciendo incluso después de quedarse sin empleo, porque no se atreve a contarle la verdad a la amiga que le tiene realquilada una habitación de su casa.

Todos los días el tren se para entre chirridos en una señal que siempre está en rojo. Desde el tren se puede ver una hilera de casas victorianas, con su pequeño jardín trasero, junto a las vías del tren. En una de ellas vivió Rachel antes de caer en una depresión, buscar refugio en la bebida y acabar divorciándose. Unas casas más allá, todos los días Rachel ve a una pareja desconocida, que desayuna en el jardín cuando el tiempo es agradable.

Rachel les toma cariño a la pareja, a los que bautiza como Jason y Jess. Y les inventa una vida plena, llena de felicidad.

Hasta que un día la escena que ve Rachel desde el tren es diferente de lo habitual, y se empiezan a desencadenar los acontecimientos.

Y hasta aquí puedo leer, sin arruinaros la lectura.

La novela está perfectamente estructurada para mantener el interés y el sobresalto del lector. La línea del tiempo abarca buena parte del año 2013, y asistimos a los diversos acontecimientos que se van sucediendo desde el punto de vista de sus protagonistas, con lo que a menudo tenemos varias versiones de los mismos hechos. La visión de Rachel siempre empañada por un poco de neblina provocada por el alcohol. 

Hasta que se disipa la niebla y llegamos al desenlace final.

El lector amante del género devorará las más de trescientas páginas sin pausa, buscando sin cesar alguna luz que atraviese la neblina.

Rachel es un personaje que resultará inolvidable. Una chica que, desde su nimiedad y su falta absoluta de autoestima, se siente impelida a involucrarse y a intervenir, a menudo muy torpemente. Las circunstancias le obligan a mentir, y a inventar mentiras más grandes para esconder las anteriores.

Una lectura absolutamente recomendable, especialmente para los aficionados al género del thriller.

JMBA

martes, 16 de junio de 2015

Delta del Ebro

Desde niño que he oído hablar de las singularidades de la zona del Delta del Ebro. Conocía de sus inmensos arrozales e incluso había comido alguna vez en San Carlos de la Rápita. Pero nunca hasta ahora había tenido ocasión de visitarlo con cierto detenimiento.
El río Ebro, desde el embarcadero de Deltebre.
(JMBigas, Mayo 2015)

La ocasión se me apareció como etapa de un viaje por la zona norte del levante español. Ya os contaré algunas otras etapas interesantes de este viaje (la Ciudad Encantada de Cuenca, Teruel, el Maestrazgo, la Terra Alta, la zona vinícola de Utiel-Requena,...).

El Ebro es el río más caudaloso de España, con un caudal medio de 600 m3/s. Conviene tener en cuenta que el río Duero, en su trayecto portugués, alcanza un caudal medio de 675 m3/s en su desembocadura en la ciudad de Oporto.

También es el río más largo de España (930 Km)(aunque el Tajo tiene mayor recorrido, pero una parte discurre por tierras portuguesas), y es el segundo río más largo de los que desembocan en el Mar Mediterráneo, tras el Nilo.

El curso del río determina la mayor parte del cuadrante nororiental de la Península Ibérica. Nace en Cantabria (Hermandad de Campo de Suso) y discurre por tierras de Castilla y León (Burgos), La Rioja, Navarra, Aragón, País Vasco y Catalunya. Sus aguas bañan las ciudades de Logroño y Zaragoza. El Valle del Ebro, configurado en la dirección noroeste-sureste, es una fértil ribera por la que discurre, a veces muy desapacible, el cierzo, un viento que, a menudo, sopla por encima de los 100 Km/h.
Uno de los llamados Puentes del Rey.
(JMBigas, Mayo 2015)

Su desembocadura en el Mar Mediterráneo se produce al sur de la provincia de Tarragona, en forma de delta. El Delta del Ebro, de forma triangular, es una flecha que penetra cerca de 22 Km en el mar. Su superficie es de 320 Km2, configurando el tercero más grande de todo el Mediterráneo (tras el del Nilo -24.000 Km2- y el del Ródano -500 Km2-).

El Delta del Ebro (parte del cual está protegido con la figura de Parque Natural) constituye un humedal que es el tercero en extensión de Europa Occidental, tras la Camargue (río Ródano) y Doñana (río Guadalquivir).

Toda la zona, absolutamente llana y plagada de terrenos inundables, aporta actividades económicas ligadas, principalmente, al cultivo del arroz y a la pesca en todas sus formas, así como, lógicamente, al turismo.


Reservé habitación en el hotel Miami Mar de San Carlos de la Rápita. Este municipio costero, situado al sur del Delta, tiene playas a mar abierto. Este lujoso hotel (de cuatro estrellas), situado junto al mar, tiene forma de una herradura que abraza el jardín con la piscina. Dispone de amplias habitaciones con terraza y todas las comodidades. En temporada baja (yo estuve a mediados de Mayo) ofrece tarifas muy moderadas. Otro elemento importante es que su restaurante gastronómico es reconocido como uno de los lugares más recomendables para la buena mesa en esta zona.
Mercadillo de recuerdos y productos del Delta, en la zona
de Riumar, junto a Casa Nuri.
(JMBigas, Mayo 2015)

Llegué al hotel a media tarde del miércoles 13 de Mayo, tras haber hecho una primera ruta de descubrimiento del Delta, por la carretera que discurre por la ribera izquierda del curso principal del río, en el municipio de Deltebre. No se puede cruzar el río por carretera en esta zona, por lo que hay que escoger una u otra ribera mucho antes. En la ribera derecha está el municipio de Sant Jaume d'Enveja.

Coincidió que esa tarde-noche se celebraba la vuelta de la semifinal de la UEFA Champions League. En el Santiago Bernabeu se enfrentaban el Real Madrid y la Juventus. Tanto el hotel como el restaurante pusieron todos los medios para poder seguir el partido. Aproveché la ocasión para cenar el menú gastronómico del Miami, viendo el partido, que desgraciadamente terminó con la eliminación del Real Madrid.

La cena, articulada en torno a los productos del mar, la regué con un excelente vino blanco, el Primicia de Cellers Batea (D.O. Terra Alta), 100% de garnacha blanca.

Para el jueves por la mañana quería poder navegar un poco por la desembocadura del Ebro. Hay una oferta variada de paseos y cruceros por la zona. El problema es que fuera de la temporada alta, la oferta es algo inestable. Por Internet había localizado dos proveedores de este tipo de servicios (seguro que hay más, por los indicadores que pude ver luego). Pero, a mediados de Mayo, los horarios asegurados no estaban nada claros.

Por ello inicié el jueves prontito y me dirigí primero al embarcadero de Deltebre, donde suele operar Cruceros Olmos. En torno a las diez de la mañana no localicé a nadie responsable en la zona (junto al río, al final de la calle Trinquet). La vendedora del kiosko de souvenirs que hay ahí me dijo que había salido un barco con un autocar de turistas y que, probablemente, habría otra salida hacia las 11.30, pero que no estaba asegurado.
En este barco finalmente dimos el paseo a las 12.30.
(JMBigas, Mayo 2015)

Seguí en dirección al mar hasta Riumar, en la zona del Restaurant Casa Nuri. Allí hay otro operador que ofrece cruceros por la desembocadura. Me dijeron que, si se reunían al menos 10 pasajeros, habría una salida a las 11 de la mañana. Si no, habría una salida asegurada a las 12.30. Por el momento era yo solo, y nada sucedió en el cuarto de hora que me entretuve por allí, visitando los diversos puestos del mercadillo de recuerdos y productos típicos del Delta.

Volví a tomar el coche hacia Deltebre, y me paré en la zona conocida como Ponts del Rei, donde hay un pequeño apartadero en la carretera para poder aparcar. Los conocidos como Puentes del Rey son unas construcciones singulares, en forma de medio arco, cuya función no está absolutamente definida, aunque se piensa que fueron algún tipo de mecanismos para la regulación del nivel del agua.

La carretera (T-340) es básicamente recta y llana, y está rodeada de zonas inundables o directamente inundadas. A lado y lado de la carretera hay diversas instalaciones, habitualmente ligadas a las explotaciones económicas de la zona, tanto para los arrozales como para la pesca e industrias derivadas.

Cerca de mediodía volví al embarcadero frente a Casa Nuri. Providencialmente apareció, como todos los años (por lo que dijeron) un grupo numeroso de la asociación de jubilados de Alcocebre. El crucero de las 12.30 ya se pudo hacer con el barco más grande, más o menos a la mitad de su capacidad.
Cubierta superior del barco.
(JMBigas, Mayo 2015)

El paseo fluvial que pude realizar duró unos 45 minutos. Desde el embarcadero de Riumar el barco descendió hacia la desembocadura, bordeando la Isla de Buda. En tiempos pasados esta isla era residencia permanente de algunas familias. Todavía se pueden ver algunas de las casas blancas que eran sus residencias. Pero el tiempo les acabó forzando a mudarse hacia los cascos urbanos de alguno de los dos municipios del Delta.

Originalmente, la desembocadura del río en el mar se realizaba en dirección Este por la llamada de Levante. Pero una importante crecida en el año 1937 cegó esta salida, y el río buscó una nueva hacia el Norte, que es la actual, conocida como de Tramontana.

En el último tramo se bordea la Isla de Sant Antoni a la derecha, y la urbanización Riumar y las lagunas del Garxao a la izquierda. En estas lagunas, de muy escasa profundidad, no es posible la navegación a motor, y las barcas deben utilizar las llamadas perchas, para moverse apoyándolas en el fondo. Hay abundantes poblaciones de aves que tienen esa área como residencia estable o temporal.

Desgraciadamente, el día no estaba muy claro, había algo de calima y la visibilidad era limitada. No pude ver el faro original de la desembocadura de Levante, que actualmente queda unos cuantos kilómetros mar adentro. Tampoco se llegaban a ver, como sí se puede habitualmente, las playas del Norte del Delta, como la de L'Ampolla.
Mirador en el camino de la ribera izquierda.
(JMBigas, Mayo 2015)

De vuelta hacia el embarcadero, pasamos junto al pequeño puerto deportivo de Deltebre, así como el Mirador construido sobre el camino ribereño, que está jalonado con diversas esculturas singulares.

En resumen, un paseo que se hizo muy corto. Pero, a mediados de Mayo, no pude conseguir otra cosa. La publicidad indica la posibilidad, en otros momentos del año, de cruceros de mayor duración, desde Deltebre hasta la desembocadura.

El paisaje del Delta del Ebro es, sin duda, singular y característico de este tipo de accidentes geográficos: llanuras, lagunas, marismas, salinas, refugio de aves. Bien merece una visita, con la profundidad que cada uno desee.

Aparte de las imágenes que he seleccionado para ilustrar este artículo podéis acceder a una colección más completa de 24 fotografías, pinchando en la imagen siguiente.


También podéis ver este vídeo, de unos 8 minutos de duración, con imágenes de mi visita al Delta del Ebro.


JMBA

martes, 9 de junio de 2015

Mercado Persa

Tras las Elecciones andaluzas y, muy especialmente, tras las Municipales y Autonómicas del pasado domingo, estamos asistiendo a un auténtico mercado persa de propuestas de pacto entre diversas fuerzas políticas, algunas veces incluso bastante contra natura.
Albert Rivera, líder de Ciudadanos.
(Fuente: comunicacionsellamaeljuego)

Este lunes, algunas fuentes incluso se han atrevido a insinuar que hay runrún de un nuevo Tamayazo, presuntamente por Madrid y/o en Castilla-La Mancha. Recordemos que gracias a eso (la traición de dos diputados socialistas), Esperanza Aguirre consiguió forzar la repetición de las elecciones, ganarlas y llegar por primera vez a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

Este tipo de negociaciones postelectorales son habituales y es lo que acaba sucediendo de forma parece que inevitable, en las votaciones a simple vuelta, como se practican en España. A la hora de elaborar las candidaturas, podrían sustanciarse acuerdos o coaliciones entre diversos partidos, a fin de presentar una única candidatura conjunta, aglutinando así los votos de las diversas formaciones. Pero esto raramente sucede, excepto en aquellas formaciones que tienen muy claro que no van a obtener ningún resultado positivo si se presentan por separado.

Todos los partidos políticos que confían en sus opciones para resultar la fuerza más votada en una cierta circunscripción, rehúsan cualquier tipo de acuerdo o coalición preelectoral.

Esto provoca, tras las elecciones, unas semanas bastante desagradables, aunque amenas, entre el día de las votaciones y la fecha fijada para la investidura de los nuevos responsables. Todos intentan salvar los muebles. Los que han resultado los más votados (aunque sea por un puñado de votos) intentan blindar sus posiciones, haciendo valer la preferencia de los ciudadanos, aunque ese argumento sea a menudo insostenible. Los que tienen representación mermada, buscan asirse a otras opciones, via pactos, para no perder pie y caer en la irrelevancia.

Claro que si en la pomada está Esperanza Aguirre, se garantizan dosis muy superiores de diversión. En los días posteriores a las votaciones hemos asistido, día a día, a nuevas propuestas progresivamente desquiciadas, con la única obsesión de intentar reparar la humillación electoral que ha tenido que vivir. Un fracaso que acabó de ganarse a pulso con una campaña nefasta, en que trató de acusar de la forma que fuese a sus rivales, de ningunearles, de difamarles si hacía falta, y eso le ha acabado pasando factura. Un fracaso que le resulta todavía más hiriente por la posición relativamente bastante más cómoda de Cristina Cifuentes, en la Comunidad de Madrid.

De todas formas, conviene tener presente que, desde un punto de vista de la actividad política, son dos tiempos totalmente diferentes los inmediatamente anteriores a una votación y los inmediatamente posteriores a la misma. Antes de una votación, el destinatario de todos los mensajes lanzados es el ciudadano, que es dueño de su propio voto. Todas las formaciones intentan convencerle de que les vote a ellos, y los mensajes políticos que les lanzan tienen que ver con lo que pretenden hacer si obtuvieran una mayoría suficiente para gobernar en solitario.

Por el contrario, desde el día siguiente a las elecciones, la suerte ya está echada, y cada fuerza política tiene una dimensión exacta y precisa de cuál es su respaldo real. Una fuerza que se expresa en número de concejales o de escaños.

Es a partir de de esa aritmética precisa que se intentan establecer pactos, a fin de que alguna de las fuerzas presentes pueda obtener un respaldo suficiente para ocupar ese gobierno de forma razonablemente estable.

La sorpresa, o acaso simple novedad, esta vez proviene de la fuerte presencia de dos fuerzas emergentes, que nunca habían estado presentes, hasta ahora, en la liza política del día a día. Tanto Ciudadanos como Podemos han basado buena parte de su comunicación preelectoral en el hecho de ser formaciones nuevas y diferentes de las tradicionales, otra cosa que nada tiene que ver con los que algunos llaman los partidos de la casta (básicamente, PP y PSOE, que han monopolizado hasta ahora el Gobierno del Estado, desde la Transición).

Desde el día siguiente a las Elecciones, como siempre, por otra parte, vemos que las diversas formaciones se reúnen, hablan, intentan negociar sus respectivos programas, imponer sus opiniones y puntos de vista, etc. etc. Todas las formaciones, incluyendo, por supuesto, a las que se autodenominan como diferentes.

La realidad cotidiana les ha forzado a darse cuenta de que, pese a su aumento espectacular de presencia pública, están muy lejos de conseguir posiciones de mayoría suficiente, como para que puedan gobernar en solitario. Y están obligadas a negociar sus apoyos.
Pablo Iglesias, líder de Podemos.
(Fuente: rokambol)

Todo parece normal, si no fuera porque la maldita hemeroteca les recuerda (y nos refresca) las muchas diatribas que se han lanzado previamente unos contra otros. Insultos y descalificaciones están a la orden del día en la dialéctica preelectoral.

Como en el fútbol, hay que recurrir a ese clásico de que lo que sucede en el campo se queda en el campo. Las duras peleas durante el partido pueden resolverse en amistosos abrazos en cuanto el árbitro decreta el final del partido.

Igual sucede con los procesos electorales. No creo que debamos sorprendernos de que Ciudadanos acabe apoyando a Cristina Cifuentes (PP) para la Comunidad de Madrid, y a Susana Díaz (PSOE) para el de la Junta de Andalucía. O que Podemos (o alguna de sus marcas blancas, como Ahora Madrid o Barcelona en Comú) apoyen gobiernos del PSOE en Extremadura o Castilla-La Mancha, o acepten su apoyo para gobernar en el Ayuntamiento de Madrid o de Barcelona, o se alíen con Compromís para gobernar en tierras valencianas.

Fuerzas emergentes, que hasta ahora habíais sido animales angélicos, sin vicios ni bajezas, bienvenidos a la realidad.

La democracia representativas y, en particular, el sistema electoral que tenemos en España, obliga a que Pablo Iglesias y Pedro Sánchez compartan ensalada en el reservado de algún restaurante, o a que Mariano Rajoy baje de su pedestal para reunirse con Albert Rivera y ver de facilitar algunos acuerdos.

En otros países europeos próximos, los gobiernos de varios colores, coaliciones o gobiernos en minoría con apoyo parlamentario, son cosas cotidianas que ya ni generan curiosidad.

Es cierto que en la España reciente tenemos algunos (malos) ejemplos de gobiernos multipartido (Catalunya o Baleares podrían dar fe de ellos; IU de Extremadura podría contar el precio que ha pagado por su apoyo a Monago). Pero también es cierto que hemos tenido muy malas experiencias de algunas mayorías absolutas. Como por ejemplo la segunda legislatura de Aznar o la actual de Rajoy. En ocasiones, los que consiguen mayorías absolutas se instalan en la comodidad del rodillo parlamentario y se olvidan  de que no van a gobernar para siempre. Entre hacer y deshacer, el país se nos convierte en un gigantesco manto de Penélope, que se teje de día, para destejerlo por la noche.

Bienvenidos, pues, a la modernidad. Confío que las nuevas fuerzas estén a la altura, al menos, de lo que han venido pregonando hasta ahora. Que no caigan en el tráfico de sillones, y que se instalen en la búsqueda del consenso para que este país pueda avanzar. Aunque sea a pasitos pequeños, pero todo el tiempo hacia adelante. Espero que, entre todos, decidan meterle mano a los temas eternamente pendientes y que arrastramos desde que terminó la Transición, aunque nos sigamos rigiendo, impasible el ademán, por la legislación de ese momento. Ya es hora de darle una vuelta de tuerca a la calidad democrática de este país.
Mónica Oltra, la cara más conocida de Compromís.
(Fuente: infolibre)

La ley electoral, en general, requiere de una revisión en profundidad. Las circunscripciones unipersonales o las segundas vueltas son temas que deberían ponerse sobre la mesa para ser convenientemente debatidos y resueltos. Igual que, por cierto, si el sistema político de España debe seguir siendo una Monarquía o sería más adecuado que fuera una República.

Ahora bien, este nuevo escenario obliga a que todos desarrollen sus mejores galas de madurez política. Negociar no es imponer, y las líneas rojas no deberían ser más que una figura retórica. Los pactos deben desarrollarse para que todos ganen, a cambio de que todos renuncien a algunas cosas. Unos tendrán que olvidar sus aspectos más ultraizquierdistas, mientras otros deberán renunciar a sus matices más nacionalistas. Tras este tipo de acuerdos, ya no quedarán ángeles, sino seres humanos, con sus grandezas y sus miserias.

Sólo espero que los electores sepan entender de verdad lo que unos y otros vayan haciendo, y no pasen facturas indebidas a los que renuncien a alguno de sus principios, a cambio de contribuir a la gobernabilidad de los territorios. O simplemente los retrasen para cuando dispongan de la mayoría suficiente para imponerlos.

El ambiente de un mercado persa es siempre algo confuso y muy ruidoso. Pero siempre se acaba logrando el precio más adecuado para todas las transacciones.

JMBA