Querido Paseante, siempre eres bienvenido. Intenta escribir algún comentario a lo que leas, que eso me ayuda a conocerte mejor. He creado para ti un Libro de Visitas (La Opinión del Paseante) para que puedas firmar y añadir tus comentarios generales a este blog. Lo que te gusta, y lo que no. Lo que te gustaría ver comentado, y todo lo que tú quieras.


Pincha en el botón de la izquierda "Click Here - Sign my Guestbook" y el sistema te enlazará a otra ventana, donde introducir tus comentarios. Para volver al blog, utiliza la flecha "Atrás" (o equivalente) de tu navegador.


Recibo muchas visitas de países latinoamericanos (Chile, Argentina, México, Perú,...) pero no sé quiénes sois, ni lo que buscáis, ni si lo habéis encontrado. Un comentario (o una entrada en el Libro de Visitas) me ayudará a conoceros mejor.



lunes, 29 de octubre de 2012

España está enferma de falta de ilusión

A perro flaco, todo se le vuelven pulgas. Y España, en estos tiempos, es un perro flaco, un perro MUY flaco. O, atendiendo a algunos sinónimos que sugiere el Instituto Cervantes, es una nave rota (A nave rota, todo tiempo es contrario) o simplemente una desgraciada (Para los desgraciados, todos los días son martes).
España está enferma, le falta ilusión.
(Fuente: pensamientosrenovables)

Sufrimos una crisis económica a la que no se le ve final. El volumen de la Deuda (tanto pública como privada) es monstruoso. Y su financiación está resultando carísima (la prima de riesgo lo ilustra), por falta de credibilidad de España en el entorno internacional.

La cifra (oficial) de desempleo es descabellada. De acuerdo a los datos conocidos este viernes, uno de cada cuatro españoles en edad y condiciones de trabajar, no tiene empleo. Y ya totalizan casi seis millones de ciudadanos. Y más de 1,7 millones de hogares en todo el país, tienen a todos sus miembros sin empleo.

Siguiendo la estela de la reducción de los ingresos (por el paro, pero también por la Reforma Laboral), el consumo se ha ido constriñendo a lo más básico e imprescindible. Los supermercados casi venden únicamente las marcas blancas, y su fuerte demanda ha provocado un cierto aumento de sus precios. Los productos gourmet o los de capricho se pudren en sus estantes, sin nadie que se decida a comprarlos (unos porque no se lo pueden permitir; otros porque nunca se sabe lo que podremos necesitar).

La decisión de cambiar de coche o de renovar los electrodomésticos del hogar se pospone sine die, solamente guiada por lo que resulta obligado (averías repetidas de la lavadora,...).

Los restaurantes de lujo se ven obligados a cerrar sus puertas, o a popularizarse a base de ofrecer menús del día económicos tanto para el almuerzo como para la cena, y durante el fin de semana.

En las calles comerciales de todas las ciudades de España abundan las tiendas cerradas y los letreros de Se Vende, Se Alquila o Se Traspasa.

Con todo lo dramáticas que son estas circunstancias económicas, la crisis más grave que estamos viviendo es la crisis de proyecto de país. Todos vivimos sumergidos en el cortoplacismo, en las tácticas más estrictas de pura supervivencia; donde el mes que viene es ya largo plazo y donde todo puede cambiar (a peor) en cualquier momento. Lo más dramático que esta crisis nos ha arrebatado a los ciudadanos es la ilusión, es la esperanza que da pensar que estamos trabajando y malviviendo para conseguir un futuro mejor para los ciudadanos, para el país y para las futuras generaciones. Malvivimos para, simplemente, sobrevivir.

La desesperanza se ceba en el alma cuando los padres ven cómo la vida de sus hijos será mucho peor que la suya, al revés de lo que ha sucedido en todo el período del que tenemos recuerdo vivo. Los peores sacrificios tienen su compensación cuando se tiene la esperanza de que el futuro será mejor.

Siendo gravísima la crisis económica que estamos sufriendo, que está marginalizando a crecientes capas de la población, que está forzando al exilio a nuestros jóvenes excelentemente preparados, que está evaporando los ahorros de las familias,...  siendo gravísimo todo esto, la crisis más severa que sufre España y los españoles es la crisis de ilusión. Somos incapaces de visualizar un futuro por el que merezca la pena luchar.

Necesitaríamos estadistas visionarios, y sólo disponemos de políticos marrulleros, que se mueven en el muy corto plazo y que procuran para sí mismos y para sus círculos de interés. Necesitaríamos poder seguir el ejemplo de nuestros gobernantes, pero estos sólo nos brindan nuevos episodios de corruptelas, corrupciones e intereses espúreos. Y ello también incluye al Rey y a su familia. Recientemente se ha conocido una Declaración de Renta de su yerno (Iñaki Urdangarín), en la que declaraba salarios por 36.000 euros anuales, cuando La Caixa les había concedido una hipoteca de cinco millones de Euros (por el palacete de Pedralbes, en Barcelona), por la que tenían que pagar 52.000 Euros cada trimestre. Impresentable que se presentara, pero tampoco es de recibo que colara sin que nadie en la Agencia Tributaria siquiera pestañeara o que, por lo menos, no haya trascendido.
La única ilusión que nos queda, una isla tropical donde
comer cocos y dormir a pierna suelta.
(Fuente: defondos)

Con esa desesperanza en el alma, con esa sensación de que el país no tiene ante sí un futuro brillante (ni siquiera aceptable) en toda la eternidad que somos capaces de vislumbrar, con esa falta absoluta de ilusión en un proyecto común, no sorprende que todos soñemos con un premio de la Lotería que nos permita irnos a alguna isla tropical, donde lo peor que pueda suceder es que un huracán se lleve volando la cabaña periódicamente.

Y tampoco sorprende demasiado que muchos piensen en proyectos alternativos de país, y se refuercen las reivindicaciones de secesión y de independencia. Con estos mimbres, es complicado convencerles de que fuera estarán peor.

Si en el corto plazo ni pueden garantizar empleo para todos, ni salarios dignos para los que tienen la suerte de tener empleo, ni coberturas sociales para los más vulnerables... por lo menos que nos den buenas dosis de ilusión en un proyecto común de país en el que podamos creer.

Hace meses, si no años, que no nos llega ninguna noticia positiva sobre España (salvo esos ocasionales, pero muy meritorios, éxitos deportivos, que nos narcotizan por un corto espacio de tiempo). Cada noticia sobre el paro es un nuevo mazazo. La prima de riesgo se mueve errática, pero siempre por las alturas. Cualquier indicio positivo sobre el futuro del PIB es rápidamente desmentido por la realidad. El Gobierno presenta unos Presupuestos Generales para el 2013 que ni ellos mismos se creen.

Es posible que la Unión Europea (y Alemania más en particular) nos estén utilizando de cabeza de turco, nos estén entregando a las fieras para que estas no muerdan en el cogollo. Porque parece que el sistema bancario alemán (básicamente las sparkasse y los landesbank) ocultan hasta un cuarto de billón (de los de aquí, o sea 250.000 millones) de euros en activos tóxicos. Pero de eso, nadie habla, y todo aparenta estar impoluto al este del Rin.

Sea como sea, la peor crisis que estamos sufriendo los ciudadanos es la de ilusión. Nadie se cree que los sacrificios de hoy nos lleven mañana, con el esfuerzo de todos, a nada mejor, sino a más sacrificios y a más ciudadanos abandonados a su (mala) suerte en las cunetas de la historia.

Y es que a perro flaco, todo se le vuelven pulgas.

JMBA

martes, 23 de octubre de 2012

Viaje a la Galicia Interior 2 - Valdeorras, Monterrei y los Puentes de Orense

Ese viernes de Agosto me levanté prontito en Ponferrada, a tiempo para ver, desde el balcón de mi habitación, la desierta Plaza del Ayuntamiento (zona peatonal) surcada por un aguerrido motorista que iba sirviendo bolsas de churros calientes a las diversas cafeterías y bares de la zona.
Viñedos cerca de A Portela (concello de Vilamartín de
Valdeorras - Ourense).
(JMBigas, Agosto 2012)

Ese día debía llegar a Orense capital, donde tenía reservada habitación en el Hotel Princess, en el centro de la ciudad (Avenida de la Habana esquina a Curros Enríquez). La idea era pasar por la zona de Valdeorras (visitando un par de bodegas, y comprando algunas botellas) y seguir hacia la zona de la D.O. Monterrei (Verín, junto a la frontera portuguesa) y terminar en la ciudad de Orense.

Lo primero que conviene tener muy claro cuando uno se dispone a entrar en Galicia en coche, utilizando los servicios de algún dispositivo GPS, es la extrema complejidad de la toponimia gallega. La población está muy dispersa y cada concello (municipio) tiene a su vez varias parroquias, aldeas y/o lugares. Ello conlleva un alto nivel de homonimia. En el mapa se puede ver el lugar al que queremos ir (a unos pocos kilómetros de donde estamos). Pero con ese nombre, la cartografía nos puede ofrecer hasta dos docenas de lugares con el mismo nombre, pero en concellos diferentes. Escoger un concello equivocado nos podría llevar a una ruta de más de 100 kilómetros, que nada tendría que ver con nuestros deseos. Para ir a cualquier lugar que esté fuera del centro urbano de los municipios, lo más recomendable es utilizar directamente las coordenadas de latitud y longitud, si se conocen.

Para visitar alguna bodega, que está habitualmente en el campo, fuera de los núcleos urbanos, esto es especialmente cierto. Sin embargo, la gran mayoría de ellas no aportan este dato vital para localizarlas, en sus páginas web, o en las de la correspondiente Denominación de Origen. Espero que, por el bien del enoturismo, esto cambie más pronto que tarde.
Pequeño cementerio rural, en A Portela.
(JMBigas, Agosto 2012)

Me dirigí primero hacia O Barco de Valdeorras. Quería visitar la Bodega Virgen de Galir, que está a unos 5-6 kilómetros del núcleo urbano. Casi a ciegas, seguí por una carretera que parecía llevarme por el buen camino y, afortunadamente, la bodega estaba señalizada en los cruces y pude llegar sin mucho problema. Producen únicamente vino blanco de uva Godello y vino tinto de uva Mencía (las más habituales de la D.O. Valdeorras). Compré un surtido, que todavía reposa en el trastero/bodega de mi casa.

Desde allí seguí camino hacia A Rúa de Valdeorras. El GPS (un ya antiguo pero excelente tomtom GO910) me llevó por unas carreteritas (muy) secundarias, lo que me permitió ver algunos lugares encantadores y muy poco frecuentados. En la zona de A Portela (concello de Vilamartín de Valdeorras) tuve ocasión de fotografiar un encantador cementerio rural, situado en una zona arbolada junto a uno de los abundantes ríos de la zona.

En A Rúa de Valdeorras tenía anotada la Bodega A Coroa (La Corona), y esta vez la dirección era completa, con lo que llegué sin sorpresas. La Bodega ocupa un edificio antiguo con protección especial, pero está situada en un enclave preciosamente verde, con un césped muy bien cuidado, desde el que se divisan las laderas plagadas de viñedos, donde tienen sus plantaciones de uva blanca Godello (casi su única producción).

El hombre de la oficina de la bodega, cuando le pregunté por la posibilidad de comprar alguna botella de los vinos que producen, abandonó su tarea, cerró la oficina, y me acompañó por las instalaciones principales de la bodega (la zona de recepción y clasificación de la uva, los tanques de fermentación, etc.) hasta llegar al almacén, donde escogí unas botellas de las dos variedades de vino blanco Godello que producen (el básico -ya excelente-  y el fermentado sobre lías). Me comentó que tienen una producción testimonial de vino tinto, a partir de unas cepas de garnacha que poseen, pero no tenía en ese momento para su venta.
Bodega A Coroa, en A Rúa de Valdeorras.
(JMBigas, Agosto 2012)

La mayoría de bodegas de la zona tienen su mercado principal en la propia Galicia, pero también venden en las principales regiones consumidoras de España (Madrid y Barcelona, en todos los casos). Además, casi todos se han preocupado de abrir mercados internacionales (los países del centro y Norte de Europa, Estados Unidos y, de forma recurrente, China como la gran promesa de mercado consumidor masivo).

Desde A Rúa quería bordear el río Sil hasta Quiroga, ya en la provincia de Lugo y bajo la D.O. Ribeira Sacra, para visitar una bodega de esa denominación. El camino es muy bonito, pues el Sil avanza encajonado entre empinadas laderas y con abundantes instalaciones hidráulicas y de represa. Todavía no es la zona conocida como el Cañón del Sil, algo más adelante, como os contaré en el siguiente capítulo.

La bodega que había elegido era la Val de Quiroga. Llegando al pueblo de Quiroga, fui incapaz de localizarla o de encontrar alguna señalización. Finalmente, pregunté en una gasolinera del pueblo, y allí me dieron razón. La bodega se encuentra sobre la antigua carretera, que la nueva autovía ha relegado a pura via de servicio y ocupa un edificio bajo de madera que parece del Lejano Oeste. Pude comprar una pequeña variedad de los vinos que producen, de nuevo centrados (aunque también tienen algunas otras variedades) en el blanco de Godello y el tinto de Mencía, con Denominación de Origen Ribeira Sacra.

Para ir luego hacia Verín, deshice parte del camino y luego seguí hacia el Sur, por paisajes singulares de ríos y bosques. Cerca de Viana do Bolo paré para comer un Menú del Día en el restaurante del camping Aguas Mansas, junto al río Camba, en el llamado país do Bibei.
Río Sil, junto al Embalse de Santiago (Ourense).
(JMBigas, Agosto 2012)

En Verín quería visitar la Adega Tapias Mariñán (D.O. Monterrei), a la que conseguí llegar tras algunas dudas (ya me anoté en el tomtom su situación real, para poder llegar sin problema en otra ocasión). A esa hora temprana de la tarde estaban abriendo apenas la tienda. El responsable estaba hablando por teléfono con su importador alemán, que le pasaba un nuevo pedido de su blanco de uva Treixadura. Tuve ocasión de charlar un rato con él (con el responsable, no con el importador) para comentar los diversos vinos que producen en la bodega. Finalmente compré un surtido de tintos (Mencía) y blancos (Godello y Treixadura).

Muy cerca de esa zona llana plagada de viñedos están las bodegas del modista Roberto Verino, ya camino del Castillo de Monterrei, que domina la comarca. Al desviarse de la carretera hacia el Castillo, habitualmente se encuentran varios coches aparcados, lo que sugiere, al que no lo conoce, que el resto del camino hasta la cima habría que hacerlo a pie. Pero no es cierto. El camino es bastante razonable, y es posible subir en coche hasta la explanada frente a la entrada al Castillo propiamente dicho.

En general, el Castillo de Monterrei está muy bien conservado. Su Torre del Homenaje, cuadrada, se yergue orgullosa en lo alto de la colina. Hay una zona dedicada a Museo y también se puede visitar la capilla (si se coincide con alguno/a de los/as cuidadores/as, que la abre solamente si hay visitantes que la desean ver por dentro). Las vistas de toda la comarca de Verín, con sus viñedos, es esplendorosa desde diversas zonas del castillo. También se puede ver el Parador de Turismo, muy próximo al Castillo de Monterrei.
Interior del Castillo de Monterrei (Verín, Ourense).
(JMBigas, Agosto 2012)

Desde allí ya me encaminé hacia la ciudad de Orense (Ourense en gallego), el final de mi etapa para ese día. Llegué al hotel a media tarde (serían las siete). El Hotel Princess (cuatro estrellas algo escasitas) está en pleno centro. No dispone de parking propio, pero sí tiene dos o tres plazas en la calle para la carga y descarga del equipaje. Pero estas plazas no están frente a la entrada principal, sino a unos 50 metros, doblando la esquina y ya sobre la calle Curros Enríquez. Si se viaja en coche, se puede aparcar en un parking público próximo (el Juan XXIII), a no más de una manzana de distancia del hotel.

Salí del hotel pasadas las ocho y media de la tarde (que estaba siendo muy calurosa), para un breve paseo hasta el centro antiguo de la ciudad. Bajando por la propia Curros Enríquez, se bordea el Parque de San Lázaro y se entra en la Rúa do Paseo, una calle comercial peatonal. Rebasada la calle de la Concordia se entra en la zona de bares y restaurantes. A la izquierda, por la pequeña calle de San Miguel, se llega a una placita, con una fuente (creo que su nombre oficial es Praza do Ferro) conocida como la de las tres calles (de la Paz, Lepanto y Viriato). Toda la zona es muy animada, y en cada casa hay un bar de tapas, restaurante o lo que sea para atraer al numeroso personal que deseaba esa tarde/noche comer y beber.

Después de andar todo el día en el coche, no me apetecía cenar de pie, y busqué un restaurante para cenar sentado y atendido. En la propia calle San Miguel está el restaurante San Miguel, muy correcto y tradicional, que yo ya conocía porque allí había celebrado el banquete de boda un buen amigo algunos años antes. Preferí buscar nuevos aires, con bastante mala suerte. En la pequeña plazuela del Cid (o "Eronciño dos Cabaleiros") hay un bar restaurante, conocido como la Casa de María Andrea, que sirve tapas y bebidas en la planta baja y en la terraza sobre la misma plaza, y tiene un restaurante en la planta superior. Está ubicado en una gran casa del siglo XVI, que perteneció a los Armada, con una gran balconada corrida de madera en la primera planta. El restaurante está diseñado en estilo moderno y es muy agradable. Pero el servicio resultó descuidado y la cena mediocre en su conjunto. Seguramente tuve la mala suerte de cenar mal en una ciudad donde eso es casi imposible.
Monumento a la Castañera, en el centro de Ourense.
(JMBigas, Agosto 2012)

El día siguiente, sábado, lo dediqué a la ruta del Cañón del Sil, Ribeira Sacra y Monforte de Lemos, pero eso ya os lo contaré en un próximo capítulo.

Por la tarde volví a Orense y fui al Centro Comercial Ponte Vella, junto al río Miño. El recepcionista del hotel me lo había recomendado para tener las mejores vistas de los puentes sobre el río. El Miño discurre por toda la ciudad de Orense, más o menos de Oeste a Este. Lo cruzan infinidad de puentes y pasarelas, de todos los estilos y épocas, y a diversas alturas. La terraza del Centro Comercial (que tiene al menos dos niveles) es un lugar privilegiado para tener una vista bastante completa de los puentes de la ciudad. En el nivel inferior hay multitud de terrazas de los diversos establecimientos de restauración del Centro, mientras que desde el nivel superior se tiene una vista excelente del futurista Puente del Milenio y de todos los demás, incluido el próximo puente romano, o Ponte Vella, que da nombre al Centro Comercial.

Escamado por la mala experiencia de la víspera, pregunté en el hotel donde podía encontrar un restaurante italiano recomendable. Sin dudarlo, me indicaron La Romántica, sobre la propia calle Curros Enríquez, pero muy cerca del río.

La encontré sin problema (tras consultar en la calle con una hada jovencita, de cara preciosa, calzón cortísimo, piernas largas y hablar dulce como la miel)  y, como era relativamente pronto (hacia las nueve de la noche), conseguí una mesa. El nombre no describe correctamente al restaurante, que es muy popular en Orense y que se dice que sirve la mejor comida italiana de la ciudad. No es muy grande, pero está distribuido en una única sala que resulta, inevitablemente, bastante ruidosa. Las mesas están muy pegaditas entre sí. Camareros muy expertos ya en mil batallas, sirven a los clientes a toda velocidad. La comida es excelente y las raciones son MUY abundantes. Pedí una milanesa con patatas fritas (la carne desbordaba el tamaño generoso del plato). Y, para empezar, pedí media ración de pasta, que resultó ser más grande que una ración completa en la mayoría de lugares. En el resto de mesas había parejas, grupos de amigos, familias enteras, en general residentes en la ciudad. El precio, muy económico, es uno de los atractivos del restaurante, junto a la calidad y cantidad de la comida que sirven.
Puentes y pasarelas sobre el río Miño,
en la ciudad de Ourense.
(JMBigas, Agosto 2012)

Para mi sorpresa (aunque luego me he enterado de que resulta habitual y el fenómeno es bien conocido), cuando salí del restaurante había una cola en la calle de no menos de medio centenar de personas, esperando que se fueran liberando mesas en el interior para entrar a cenar.

El domingo por la mañana abandoné Orense, y crucé la Galicia Interior (con una breve escala en Lugo) de Sur a Norte, con destino final en la llamada Mariña Lucense, en Viveiro, junto al Mar Cantábrico. Pero eso ya será objeto de un próximo capítulo.

Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este capítulo, podéis acceder a una completa colección de 42 imágenes, pinchando en la foto del Puente del Milenio.


JMBA

lunes, 22 de octubre de 2012

Seis Reflexiones sobre los Resultados Electorales

Este domingo, 21 de Octubre, se han celebrado elecciones autonómicas en Galicia y en el País Vasco. De acuerdo a los resultados, estos son los titulares principales:

- El PP refuerza su mayoría absoluta en Galicia
- El PNV vence en las elecciones del País Vasco
- Fuerte entrada de EH-Bildu en el Parlamento Vasco
- Descalabro de los socialistas, tanto en Galicia como en el País Vasco

Más allá de los grandes titulares, creo que merece la pena un análisis un poco más en profundidad de los resultados, porque ponen en evidencia los desplazamientos de opinión de los respectivos electorados y los movimientos de fondo.

Se me ocurren seis reflexiones mayores, que paso a detallar.


PRIMERA. Abstención, votos nulos y votos en blanco.


La abstención ha crecido en las dos Comunidades. No enormemente, pero las cifras reflejan la progresiva desafección y desconfianza de la población en los políticos y en el sistema electoral en general.

En Galicia, la abstención ha crecido del 35,57% (2009) al 36,20%. Curiosamente, en el avance de las 5 de la tarde, la diferencia era de casi siete puntos, quedando al final por debajo de un punto porcentual. Lo que significa, probablemente, que muchos votantes acudieron a las urnas en las últimas horas del día. La tarde fue meteorológicamente más benigna que la mañana del domingo en Galicia.

En el País Vasco, la abstención ha crecido del 35,32% (2009) al 36,27%. Cifras curiosamente muy parecidas a las de Galicia.

En cuanto a votos nulos y en blanco, en Galicia prácticamente se han duplicado respecto a la anterior convocatoria. En votos nulos, se ha pasado del 0,89% del total de votos emitidos al 2,55% (37.472 votos). Y los votos en blanco han pasado del 1,66% al 2,69% (38.410 votos). En total, casi 76.000 votos que no definen ninguna preferencia del votante. Votantes responsables que acuden a las urnas, pero que no se inclinan por ninguna candidatura, o bien introducen una loncha de chorizo en el sobre (por ejemplo). Bueno, manifestaciones fehacientes del malestar ciudadano y de la desafección política.

En el País Vasco, la situación en 2009 fue absolutamente anómala, ya que se contabilizaron hasta 100.939 votos nulos, muchos de los cuales corresponderían, sin duda, a votantes de la izquierda abertzale que no tenían ninguna formación de su preferencia en 2009, pero que en 2012 han votado masivamente a EH-Bildu. El domingo solamente se contabilizaron 9.106 votos nulos (el 0,8% de los votos emitidos). Los votos en blanco han aumentado un poco, pasando de los 11.562 de 2009 a los 14.615 (1,29% de los votos emitidos) del domingo.

Los votos nulos y en blanco representan (salvo algunas excepciones) la falta de sintonía entre los ciudadanos, los votantes, y las formaciones políticas que se presentan a las elecciones.


SEGUNDA. El PP ¿arrasa? en Galicia.


Los titulares describen una victoria arrolladora del PP en Galicia, que mejora su posición de mayoría absoluta desde los 38 diputados (2009) hasta los 41 conseguidos este domingo. En un Parlamento de 75 diputados, 38 es el nivel mínimo de la mayoría absoluta.
Alberto Núnez Feijóo, Presidente de la Xunta de Galicia.
(Autor:  Miguel Riopa -AFP; Fuente: elpais)

La realidad es que el PP ha perdido (entre 2009 y 2012) un total de 135.493 votos. Ha pasado de los 789.427 de 2009 a los 653.934. ¿Cómo se explica entonces que con bastantes menos votos hayan obtenido 3 diputados más?. La razón hay que buscarla en el descalabro de la segunda fuerza política (el PSdeG) que ha aumentado la distancia en votos con el PP desde los 264.939 de 2009 a los 360.263 de este domingo. De acuerdo a las leyes por las que se rige la distribución de escaños (la llamada ley d'Hondt), los restos favorecen mucho más a la fuerza mayoritaria, si la segunda es más débil.

En otras palabras, el relativo descalabro en votos del PP se compensa e invierte el signo debido a la hecatombe de los socialistas, que han pasado de 524.488 votos en 2009 a los 293.671 del domingo, manteniéndose, eso sí, como segunda fuerza más votada.

Al PP le han pasado factura los 10 meses de Gobierno Popular en España, con mayoría absoluta, con sus infinitos recortes, ajustes, subidas de impuestos, incumplimientos de promesas electorales, dudas y cambios de posición de Rajoy, etc. Pero han tenido la suerte de que su principal rival, el Partido Socialista, ha recibido un castigo todavía mayor, por la nefasta segunda legislatura de Zapatero, por sus inacabables disputas internas, por su crisis de liderazgo y por la falta de unidad de opinión y posición en todo el Estado.

En resumen, el PP resulta castigado por los votantes gallegos, pero una carambola de la Ley Electoral le favorece en el reparto de escaños e incrementa su mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia.


TERCERA. El increíble resultado de Beiras.


El líder histórico y personaje político del galleguismo, Xose Manuel Beiras, se escindió del BNG y, para estas elecciones, se coaligó con la Izquierda Unida de Galicia. Su coalición (AGE) ha obtenido la friolera de 200.101 votos y 9 diputados. Lógicamente, el Bloque Nacionalista Galego ha sufrido una fuerte erosión: desde los 270.712 votos y 12 diputados en 2009, a los 145.389 votos y 7 diputados conseguidos este domingo.
Xose Manuel Beiras, líder de AGE.
(Fuente: abc)

El BNG ha perdido, pues, 125.323 votos que, muy probablemente, hayan ido directamente a la formación de Beiras. En 2009, Izquierda Unida se presentó por separado, obteniendo 16.441 votos, pero ningún diputado. Con estos datos, la conclusión es que AGE habría heredado todos estos votos, pero ha conseguido arañar otros 58.337, muy probablemente transferidos directamente desde el PSdeG.

AGE ilustra un fenómeno nuevo, que podría llevar a la formación de un gran partido de la izquierda que acabara sustituyendo en esa posición al malherido PSOE.


CUARTA. ¿Victoria? del PNV en el País Vasco.


El PNV ha sido la fuerza más votada en el País Vasco, como ya lo fue, por cierto, en 2009. Pero su posición se ha deteriorado, ya que ha pasado de los 399.600 votos (38,56%) y 30 escaños, a los 383.565 votos (34,63%) y 27 escaños.
Iñiko Urkullu, líder del PNV, en la votación del domingo.
(Fuente: cadenaser)

La diferencia fundamental respecto a la imagen de 2009 (que permitió la lehendakaritza para Patxi López, del PSE, con el apoyo del PP) es la irrupción fulgurante de EH-Bildu en el Parlamento (276.989 votos - 25% - y 21 escaños) y el descalabro de los dos grandes partidos estatales, llamados constitucionalistas, el PSE y el PP.  

El PSE ha pasado de segunda a tercera fuerza más votada, y desde los 318.112 votos (30,7%) y 25 escaños de 2009, a los 211.939 votos (19,13%) y 16 escaños de este domingo.

Por su parte, el PP ha pasado de tercera a cuarta fuerza más votada, y desde los 146.148 votos (14,1%) y 13 escaños de 2009, a los 129.907 votos (11,73%) y 10 escaños de este domingo.

Además, el partido de la izquierda representante de Izquierda Unida (Ezker Batua) prácticamente ha desaparecido de las pantallas, pasando de los 36.373 votos y 1 escaño del 2009, a los 17.301 votos y ningún escaño, que es el flaco botín que consiguió este domingo. 

El resultado de EH-Bildu confirma que hay una cuarta parte del electorado vasco ubicado políticamente en la izquierda abertzale. Personalmente prefiero que su representación esté en el Parlamento y no en el monte o en algún lugar de Francia, con pistolas, metralletas o explosivos. Aunque entiendo que cierta gente supure sangre por esta nueva situación, debido a que los herederos de Batasuna no terminan de desmarcarse políticamente y sin ambigüedades de ETA y su reinado del terror, y la propia banda no parece muy dispuesta a su disolución completa.

Pero, ¿de dónde proceden los votos obtenidos por EH-Bildu?. En 2009 se presentaron por separado Aralar (62.514 votos y 4 escaños) y Eusko Alkartasuna (38.198 votos y 1 escaño). En estas elecciones autonómicas de 2012, se han presentado integrados en la coalición EH-Bildu. La gran mayoría de los más de cien mil votos nulos de 2009, muy probablemente habrán ido a EH-Bildu. De estos orígenes tendríamos prácticamente unos 200.000 votos. Los 75.000 restantes procederán casi con seguridad de votos abertzales que se prestaron al PNV en las elecciones de 2009.

Pero los votantes del PNV solamente han descendido en 16.000, por lo que debe haber recuperado unos 60.000 de otros orígenes. Muy probablemente deben proceder de votantes del PP o del PSE en 2009, que esta vez han decidido practicar una cierta versión de voto útil, para evitar que EH-Bildu pudiera llegar a ser la fuerza más votada en el Parlamento Vasco.

En resumen, el PNV tiene grandes posibilidades de recuperar la lehendakaritza, pero necesita apoyos parlamentarios. El PP no le vale (sumarían solamente 37 diputados, uno menos de la mayoría absoluta). Podría intentar reeditar una alianza con los socialistas, o gobernar en minoría con el apoyo puntual de los nacionalistas abertzales de EH-Bildu.


QUINTA. Descalabro de los socialistas.


Tanto en Galicia como en el País Vasco (como ya hemos repasado) el Partido Socialista ha perdido posiciones de un modo alarmante. Y todavía asistiremos, muy probablemente, a la hecatombe final del PSC en las elecciones autonómicas en Catalunya (25 de Noviembre).
Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE.
(Fuente: aguilardigital)

Este efecto se produce por la suma de varias situaciones críticas, extremadamente negativas para los socialistas. Por supuesto, la primera es el castigo general por su mediocre gestión de la crisis, durante la segunda legislatura de Zapatero. Pero, además, sus posiciones son extremadamente ambiguas en los territorios de las tres nacionalidades históricas. Su discurso resulta confuso, y se atragantan con el nacionalismo, con el derecho a decidir, con la autodeterminación o con las derivas soberanistas o incluso secesionistas. Actualmente, el votante no tiene claro qué puede esperar si vota a los socialistas.

Las experiencias de bi- o tripartito que han llevado adelante en los últimos años (Galicia, Catalunya, Euskadi) han terminado mal. Y la imagen de despilfarro que transmitió el bipartito gallego o el tripartito catalán son incompatibles con una etapa de severa crisis económica como la que estamos viviendo en la actualidad.

Su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, es discutido dentro y fuera del partido, y transmite una imagen de continuidad con la etapa Zapatero que no resulta sostenible. Pero tampoco se vislumbra un recambio claro. Tras la más que probable dimisión de Rubalcaba, después de las sucesivas debacles electorales (que se culminarán, muy probablemente, en Catalunya el próximo mes de Noviembre), se abrirá, me temo, un tiempo oscuro cuya solución no resulta nada evidente.

Podría incluso suceder un episodio de sorpasso, de eclosión de una agrupación de fuerzas de izquierda que pudiera llegar a sustituir al PSOE en el esquema bipartidista estatal.

Ya se verá, pero lo que está muy claro es que los socialistas están viviendo sus horas más bajas y difíciles desde la Transición. Y nada tienen garantizado.


SEXTA. UPyD no eclosiona hacia el mainstream político del país.


Los resultados de UPyD a mí me parecen decepcionantes. En Galicia han sufrido un ligero deterioro (desde los 23.796 votos de 2009 a los 21.212 votos de este domingo). Y siguen sin representación en el Parlamento de Galicia.
Rosa Díez, líder de Unión, Progreso y Democracia.
(Fuente: elmundo)

Por su parte, en el País Vasco sí han conseguido mantener el escaño que ya tenían, pero también han sufrido un pequeño retroceso, desde los 22.233 votos de 2009, a los 21.492 votos de este domingo.

Pero lo que está meridianamente claro es que en el río revuelto del entorno político español, UPyD no forma parte de los pescadores que puedan obtener ganancias. Sigue siendo una fuerza testimonial, y a menudo tengo la sensación que de forma más que deliberada. Su espectro ideológico resulta confuso para el votante, y el extremado personalismo de Rosa Díez sólo les permite recaudar los votos de una pequeña parte de los indignados o desencantados.




En resumen, pues, esta jornada electoral nos deja como elemento principal el fortalecimiento más que evidente de las opciones nacionalistas. Cuando el proyecto de estado de España es decepcionante y sombrío (sobrevivir a base de malvivir; reducir el déficit y la deuda a base de recortes y ajustes sangrantes; ausencia completa de una visión de futuro que pueda resultar ilusionante), la arquitectura territorial del Estado de las Autonomías (que ya tiene más de tres décadas de historia a sus espaldas) ha entrado en crisis.  Especialmente en las nacionalidades históricas (Galicia, País Vasco, Catalunya) el ciudadano de a pie visualiza cada vez con más nitidez posibles alternativas de arquitectura territorial que podrían resultar mucho más luminosas y esperanzadoras.

Conviene respetar el viejo principio de que en tiempo de tribulación no hagas mudanza. Pero el Gobierno de España, desde su mediocridad de contable y ninguneado reiteradamente por la Unión Europea, ha perdido la capacidad de liderar la ilusión de un pueblo. Y cuando la religión oficial no aporta consuelo, florecen las sectas.

Por todo ello no constituye novedad o noticia que cada vez más ciudadanos, no especialmente nacionalistas en origen, contemplen con cierta ilusión severas modificaciones territoriales, porque estiman que resulta casi imposible que un cambio pudiera ser a peor. Cuando el transatlántico da síntomas de naufragar, cada vez más gente piensa que en los botes quizá pudieran mejorar sus expectativas de calidad de vida.

A fin de cuentas lo que más le interesa al ciudadano corriente.

JMBA

lunes, 15 de octubre de 2012

Consulta Popular por la Independencia

La macromanifestación por las calles de Barcelona en la Diada destapó el tarro de las esencias de las aspiraciones independentistas de una parte significativa de los catalanes. A ella siguió la deriva de Artur Mas, su entrevista con Rajoy, que intentó ventilar el tema sin un ápice de sensibilidad ni de sagacidad política, y la posterior convocatoria de elecciones autonómicas en Catalunya.
Artur Mas, President de la Generalitat de Catalunya
(Autor: Ricardo Cugat; Fuente: elperiodicodearagon)

En las últimas semanas, muchos se han afanado en aportar presuntos argumentos en todas direcciones. Unos han intentado demostrar que la Catalunya independiente estaría en mucho mejores condiciones económicas que hoy, mientras que otros han intentado demostrar lo contrario. Unos han invocado los sentimientos identitarios, mientras que otros han llamado en su ayuda poco menos que al Santiago y cierra España.

Intentando abordar el tema sin pasión, parece evidente que el siguiente paso, si el Govern de la Generalitat que se forme tras las próximas elecciones persiste en las posiciones independentistas actuales, sería convocar un referéndum popular en Catalunya. El objetivo de esta consulta debería ser el validar si existe una mayoría contrastada y verificable de ciudadanos catalanes que apoyan estas aspiraciones de independencia.

Con el ordenamiento jurídico actual en España, no es posible que un Gobierno Autonómico pueda convocar un referéndum vinculante, ya que esta prerrogativa pertenece al Gobierno de España. Pero nada impide que el Gobierno de España pueda convocar, de acuerdo con el Govern de la Generalitat, un referéndum popular para los ciudadanos de Catalunya, en que estos puedan manifestar con claridad cuáles son sus preferencias de futuro para su nación.

He oído tertulianos y opinadores diversos cerrándose en banda contra, incluso, la posibilidad de que Catalunya pueda plantear una demanda de secesión (lo que vendría a ser una demanda de divorcio). Que la actual Constitución no contemple esta posibilidad no impide, para nada, que se pueda iniciar un proceso en esta dirección, si existe acuerdo para hacerlo entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat.

El primer paso, que considero ineludible y que no requeriría ninguna modificación legal, sería la convocatoria de este referéndum popular. Por imperativo legal, debería convocarlo el Gobierno de España, por supuesto. Algunos sostienen que dicho referéndum debería ser extensivo a la totalidad de España, pero esto carece de toda lógica. El motivo principal para ello es que cualquier demanda de divorcio (lo más parecido a una petición de secesión) se inicia a instancia de parte, y sólo posteriormente se determina si el divorcio puede ser amistoso y dialogado, o a cara de perro. Es por ello que una consulta popular por la voluntad, o no, de solicitar la independencia de Catalunya, debe limitarse, necesariamente, al ámbito territorial de Catalunya.

Pensemos, además, en lo que podrían responder a una pregunta concreta sobre la independencia de Catalunya los ciudadanos del resto del Estado. Un cierto porcentaje podrían estar de acuerdo en que Catalunya tenga el derecho a plantear esta alternativa, pero absolutamente nadie (o solamente un porcentaje nada significativo) votaría a favor de la independencia efectiva de Catalunya. El motivo es muy simple. No creo que nadie en sus cabales pueda pensar que Españ (el país virtual que quedaría tras la secesión de Catalunya) estuviera en mejores condiciones económicas, políticas, sociales, diplomáticas e internacionales que la España actual. Y ello a pesar de que algunos mamelucos, en las charlas tabernarias, puedan lanzar improperios del estilo de estos catalanes que se vayan a tomar por el c... Creo que incluso la gran mayoría de esos indocumentados, enfrentados a una pregunta concreta, votarían en contra de que Catalunya se independizara de España.

Esa consulta popular que, repito, debería ser convocada por el Gobierno de España, previa negociación y acuerdo con el Govern de la Generalitat, tendría que plantear una pregunta totalmente clara, sin ambigüedades ni falsas promesas, y debería tener concretada una hoja de ruta tanto para un resultado positivo como negativo de la consulta. En caso de respuesta mayoritariamente negativa, habría que fijar un período de carencia, es decir, el tiempo que debería transcurrir antes de que nadie pudiera plantear de nuevo un referéndum en parecidos términos (10, 15, 20 años...). En caso de respuesta mayoritariamente positiva, la hoja de ruta debería definir la realización de las modificaciones legales que fueran necesarias, y el inicio de las negociaciones entre ambos gobiernos para acordar todos los extremos antes de que esa independencia pudiera llegar a ser una realidad. En esa negociación debería acordarse, entre muchas otras cuestiones, el reparto entre ambos estados de los correspondientes activos y pasivos.

No me valen ni la cerrazón del Gobierno de España en torno a la Unidad proclamada en la Constitución (que ya tiene 34 años, no lo olvidemos), ni el realizar una pregunta sobre si el ciudadano quiere que Catalunya se convierta en un nuevo estado de Europa, porque contiene una promesa que nadie puede asegurar estar en condiciones de poder cumplir.
Josep Antoni Duran i Lleida, líder de Unió
Democràtica de Catalunya, integrada en CiU.
(Fuente: abc)

Todo ello si no fuera que la propia Convergència i Unió está siendo confusa en sus manifestaciones. Podría ser que obtuviera mayoría absoluta en Catalunya en las elecciones de Noviembre, por lo que su opinión es relevante. Duran i Lleida (el líder de UDC, una de las fuerzas integrantes de la coalición) ya ha hablado de una solución confederal alternativa a la independencia, y el propio Artur Mas habla estos días no de una independencia completa, sino de dotar a Catalunya de los mecanismos propios de un estado, pero con dependencia (o relaciones muy especiales) con el Estado español en algunos temas (he leído, por ejemplo, que sobre Defensa y Seguridad Social). Alguna prensa catalana ya acusa a Mas de jugar a la puta i a la Ramoneta, que es una forma muy catalana de decir que se navega entre dos aguas, o de que se apuesta a rojo y a negro para no perder en la ruleta.

Para cualquier ciudadano que pudiera votar en ese referéndum, debería quedar totalmente claro que el voto negativo significa enterrar el problema durante un par de décadas, por ejemplo, y que el voto afirmativo significa manifestar su voluntad de que ambos gobiernos inicien una negociación para la secesión de Catalunya, de resultado final no predecible.

Nadie debería iniciar nunca un proceso de divorcio con la convicción de que podrá quedarse con la casa, el coche, la tele de plasma y la custodia de los niños. Sólo es lícito iniciarlo por el convencimiento de que la convivencia resulta ya imposible, y el divorcio es la única alternativa posible.

Negociación y diálogo son la única fórmula para que este fuego no consuma a las dos partes.

JMBA

martes, 9 de octubre de 2012

La Grasa del Sistema

La grasa tiene, en general, muy mala fama. En el cuerpo humano, tiende a acumularse en exceso, afeando la silueta y aumentando el riesgo de algún tipo de enfermedades (cardiovasculares, etc.). Su acumulación no aporta ningún beneficio, más que el disponer de mayores reservas en caso de períodos prolongados de subnutrición. Y, también, facilita la vida de los médicos que, ante un paciente obeso, tienen la receta preparada de oficio: Usted tiene que adelgazar.
Esta grasa tiene que ser buena, sólo hace falta verla...
(Fuente: elimparcial)

Hay gloriosas excepciones, como la grasa del cerdo ibérico, que funde a 23ºC (por eso el buen jamón brilla a temperatura ambiente, y tiene su pringuecillo). Además, en los cerdos criados en montanera, el ejercicio diario persiguiendo el cotidiano condumio provoca que la grasa se infiltre en la carne, y produzca jamones de sabor extraordinario (y precio astronómico).

Todos los sistemas mecánicos necesitan de algún tipo de grasa para poder funcionar correctamente. En el automóvil, siempre hay que vigilar el nivel de aceite, no fuera a ser que se acabara gripando el motor por falta de lubricante. Pero si echamos grasa (aceite) en el depósito del carburante, todo dejará de funcionar.

Todos los sistemas que tienen vida de alguna forma, tienden de modo natural a acumular grasa. En la contabilidad de las empresas existe un concepto llamado Coste de Operación, que viene a reflejar el coste que supone mantener toda la maquinaria de la empresa en funcionamiento, incluso antes de realizar la que sea su propia función (fabricar, vender, servir,...). Si nadie lo controla, el Coste de Operación tiende a crecer con el paso del tiempo ad infinitum. Como en general aplica el criterio de que lo que funciona, ni lo toques, cuando la situación económica de la empresa es boyante, se va produciendo una erosión permanente de la eficiencia, a causa del incremento constante del Coste de Operación. Pero si se consiguen las cifras de facturación y beneficio esperadas, nadie quiere fijarse en contener el Coste de Operación.

Sin embargo, cuando la situación se pone más tensa y los beneficios disminuyen por debajo de lo esperado, lo primero en lo que se fija cualquier director es en reducir (optimizar, mejorar la eficiencia,...) el Coste de Operación. Se despiden contables o financieros que resultan redundantes, se decide que basta con una persona para la distribución del correo interno (donde posiblemente ya haya dos o tres), se externalizan servicios (limpieza, seguridad, proceso de datos,...) y, en general, se intenta conseguir que el Coste de Operación (un concepto de gasto fijo) sea lo mínimo posible. Se prefiere que muchos de esos costes estén más ligados al nivel de actividad de la empresa (a su facturación, en definitiva), que sean costes variables, y que su importe sea mucho más flexible y siga más fielmente la marcha ascendente o descendente de la situación económica de la compañía.

La Administración Pública, como una gran empresa que es (con cientos de miles, o incluso millones de empleados en todo el territorio) no es una excepción a esta regla, pero tiene algunas peculiaridades. La primera, sin duda, es la de la existencia de los funcionarios. Los funcionarios son empleados (servidores) públicos, que han tenido que aprobar una oposición (un examen con todas las garantías de publicidad y ecuanimidad) para ganarse su plaza. A cambio, disponen (si así lo desean) de una ocupación y un empleo para toda su vida laboral.
Un Porsche obeso. Un contrasentido en sí mismo.
(Fuente: nopuedocreer)

La existencia de los funcionarios con su particular estatuto se explica por dos razones principales. La primera es garantizar que el empleo público no se distribuya con arbitrariedad y liberalidad por los que detenten el poder en cada momento. Y la segunda es para asegurar que el funcionamiento cotidiano de la Administración Pública esté garantizado por una pirámide funcionarial experimentada y profesional, que no sufra los vaivenes o los caprichos de una jerarquía política cambiante con el tiempo. Los niveles jerárquicos más altos se consideran cargos de confianza o políticos, y son los únicos que, si acaso, pueden cambiar cuando cambie el partido político gobernante en esa administración concreta.

No olvidemos que funcionarios son los que atienden al ciudadano en su relación con la Administración, los médicos, enfermeras o celadores de los Centros de Salud y los Hospitales públicos, los profesores de las escuelas públicas, los catedráticos de Universidad, los jueces, los ujieres que sirven un vaso de agua al orador en el Congreso de los Diputados, o la policía, por poner solamente algunos ejemplos.

A sus muchas ventajas (continuidad, estabilidad, profesionalidad,...) la existencia del funcionariado presenta un problema principal: su muy escasa flexibilidad. Su número total aumenta cada vez que alguna de las Administraciones convoca oposiciones para nuevas plazas, pero únicamente disminuye de forma natural atendiendo al propio ciclo vital (jubilaciones,...).

Intentando esquivar esa rigidez, todas las Administraciones han recurrido a la contratación de interinos o de personal con contrato laboral (no funcionarios), y a la externalización de algunos servicios. De esta forma, les resulta más sencillo, en caso de necesidad, reducir la fuerza laboral total a base de la no renovación de contratos de interinidad, el despido de contratados laborales o la reducción de las contratas externas. Claro que eso acaba creando diversas castas entre los empleados públicos, lo que en ningún caso es saludable.

En esa misma línea, la mayoría de Administraciones han recurrido a la creación de empresas públicas, con objetivos habitualmente muy concretos, pero demasiado a menudo bastante confusos. Si bien su creación puede responder a las mejores intenciones de eficiencia y servicio público de los políticos de turno, su gestión de recursos públicos en base a dotaciones presupuestarias, necesariamente más alejadas de la luz intensa de los interventores de cuentas, da pasto para que puedan producirse, con demasiada frecuencia, situaciones de corruptelas y corrupciones de diverso origen. Así, por ejemplo, el nepotismo, el que muchas de esas empresas públicas se conviertan en reductos semiopacos para facilitar un salario público a familiares y amigos en general. O, incluso, que algunos recursos públicos, alejados de la luz y los taquígrafos, se acabe blanqueando hacia el bolsillo privado o a la financiación de los partidos políticos.

Desde 1978, se ha producido en España, además, el despliegue e implementación del Estado Autonómico, consagrado en la Constitución. Se ha multiplicado el número de administraciones con capacidad de gastar dinero público y con posibilidades de creación de nuevas plazas para funcionarios o de empresas públicas. Algunos cambios tienen una trascendencia limitada. Por ejemplo, un decir, un hospital a pleno rendimiento en Granada no varía sus necesidades de funcionamiento por el hecho de dejar de depender del Ministerio de Sanidad de Madrid (o del Insalud) y pasar a depender de la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía (o del correspondiente Servicio Andaluz de Salud). Pero el grupo de funcionarios que gestionaban el conjunto de la Sanidad de todo el Estado desde Madrid, ahora deben descentralizarse, para hacerlo desde las respectivas Consejerías de cada una de las comunidades autónomas. Pero la rigidez de la estructura funcionarial no facilita la migración geográfica, por lo que las nuevas necesidades locales se cubrirán, principalmente, con nuevas plazas convocadas por la correspondiente administración autonómica.

Sin un control explícito, las Comunidades empiezan a competir entre ellas, para intentar prestar a sus ciudadanos servicios de mayor calidad que la Comunidad vecina. Ello lleva, con el tiempo, a profundas desigualdades e incongruencias, como la existencia de tantas tarjetas sanitarias como Comunidades Autónomas existen, o sistemas informáticos para la gestión y el control diferentes en cada lugar, o a que los médicos en A cobren mucho más (o mucho menos) que los médicos de B por desempeñar la misma labor.

El despliegue de la administración autonómica se ha venido realizando en las últimas décadas atendiendo prioritariamente a los criterios políticos, incluso la transferencia de algunas competencias ha sido objeto de una negociación a cambio de apoyos parlamentarios puntuales, por ejemplo. Los criterios económicos han estado fuera de la escala de prioridades, y la eficiencia de la Administración Pública no ha sido la preocupación principal de los políticos (ni centrales ni autonómicos). Ha habido una auténtica obsesión por la calidad y la cantidad de los servicios públicos prestados por las administraciones, pero a menudo se han obviado los criterios más elementales de eficiencia.

Yo parto de la base de que la toma de decisiones sobre los temas que afectan a la vida de los ciudadanos debe realizarse lo más próximo a ellos que sea posible. Esto facilita que las decisiones sean mejor informadas y más acordes con las necesidades reales de los ciudadanos, y que las prioridades que se definan estén también de acuerdo con la intensidad relativa de esas necesidades. Pero, si no existe un férreo control y una intervención permanente de cuentas, la tendencia de este despliegue es hacia el aumento de la entropía, de las desigualdades, de las ineficiencias, de las duplicidades o de las lagunas.
El Apartamento (Billy Wilder, 1960)
Esa oficina gigante repleta de empleados realizando tareas
repetitivas, ya forma parte del pasado
(Fuente: boldecine)

Ahora nos enfrentamos a una crisis económica gravísima y muy persistente. Una crisis que nos obliga a todos, a todos los niveles, a perseguir la máxima eficacia de cada euro gastado y, por lo tanto, la máxima eficiencia en las decisiones de gasto. Muchos consumidores hemos tenido que descubrir, a la fuerza, que algunos gastos eran superfluos y son prescindibles, hemos descubierto las marcas blancas, los outlets de ropa o las compras de ofertas por Internet. Las familias se han visto obligadas a eliminar toda la grasa, a verificar la necesidad o conveniencia de cada uno de los gastos, revisar uno a uno esos euros que se nos iban en los total por.

Por el contrario, el ciudadano tiene la sensación de que la Administración Pública sigue funcionando con toda la grasa acumulada durante años de falta de rigor o de control. Los recortes (ajustes, o como queramos llamarlos) se vienen aplicando directamente sobre el output de la Administración Pública, sobre la cantidad y la calidad de los servicios que presta al ciudadano. Se ha reducido el número de profesores o el de personal sanitario, se obliga al copago de los medicamentos, se intenta excluir de la cobertura sanitaria a ciertos colectivos, etc. etc. Pero no parece que el Gobierno (los Gobiernos) tengan ninguna voluntad de racionalizar la Administración Pública, de mejorar su eficiencia, de actuar con decisión sobre su Coste de Operación, de eliminar la grasa acumulada, de hacer desaparecer muchas de esas empresas públicas que son únicamente justificadoras de nóminas y presuntos nidos de corruptelas diversas, etc. etc.

Para el ciudadano corriente, que sufre en sus carnes de muchas maneras la crisis económica galopante (paro, disminuciones salariales, cierre de pequeñas empresas por disminución del consumo y la inversión o por la creciente morosidad,...) la única explicación que se le ocurre para esta aparente desidia es que ese tipo de decisiones irían contra los intereses de la propia clase política que debería tomar las decisiones que no toma. El solo hecho de que ya no produzca ningún rubor hablar de la clase política debería ser motivo de escándalo mayúsculo. Y no representa, pues, noticia ni novedad que la clase política se identifique por la ciudadanía como uno de sus principales problemas (tras el paro y la crisis económica).

Recientemente se ha sometido al conjunto de las entidades financieras a un ejercicio exhaustivo de auditoría externa, para identificar sus capacidades o debilidades para afrontar con éxito situaciones severas de crisis económica. ¿No sería posible realizar algo equivalente para la Administración Pública?.

El prerrequisito imprescindible sería que todas las Administraciones aceptaran de forma explícita que el resultado de una tal auditoría fuera vinculante, y se obligaran a aplicar sus conclusiones con la máxima disciplina y total obediencia.

Lo que tenemos que aprender de esta crisis es que las decisiones políticas deben definir el qué hay que hacer, la calidad y la cantidad de los servicios que la Administración debe prestar, pero el cómo hacerlo es puramente una decisión económica.

Tenemos en España un sistema de Administración Pública con mucha grasa acumulada. Una auditoría exhaustiva indicaría, muy probablemente, que es inviable mantener más de 8.000 ayuntamientos en el país, y que muchos ayuntamientos pequeños deben mancomunarse para ser más efectivos y poder prestar los servicios que precisa el ciudadano. Indicaría que las Diputaciones prestan algunos servicios que sería mucho más eficiente que fueran prestados desde las mancomunidades de ayuntamientos o desde las Comunidades Autónomas. Indicaría que la expansión y extensión de la Administración Electrónica debe ser universal. Indicaría que el despliegue autonómico ha generado ineficiencias y duplicidades monstruosas, que hay que revertir de modo inmediato. Pondría el dedo en la llaga de la inutilidad patente de muchas de las empresas públicas existentes, cuya actividad habría que cancelar de modo inmediato. Señalaría, sin duda, a muchos funcionarios cuya actividad ha dejado de ser necesaria. Quizá no pudieran despedirse, pero incluso pagarles el salario en su casa sería un ahorro muy considerable (en puestos de trabajo, locales, electricidad, etc. etc.). 

Han pasado ya los tiempos en que ciertos ahorros se descarten con el viejo argumento de que son el chocolate del loro. El loro que coma alpiste, como corresponde a su naturaleza.

Si nuestros políticos no toman esta tarea con seriedad y la máxima decisión, nos exponemos a que todas nuestras vergüenzas aparezcan cualquier día en la portada del Wall Street Journal, el Financial Times o el Frankfurter  Allgemeine Zeitung. Nos exponemos a que los países más ricos de la Unión europea se cansen de sufragar nuestras ineficiencias y despilfarros. Nos exponemos a que alguien decida enviarnos a un tecnócrata a que ponga orden. Nos exponemos a que la prima de riesgo suba hasta niveles imposibles, que hagan definitivamente inviable a este país, tal y como lo conocemos hoy.

Si nuestros políticos actuales son incapaces de abordar esta labor necesaria, habrá que buscarse otros. Y, por favor, aprendamos ya de una vez que las decisiones políticas deben definir el qué se quiere hacer, pero el cómo hacerlo debe ser una decisión económica de los técnicos y financieros.

La grasa acumulada en nuestro Sistema es de la mala, de la que provoca que un infarto sea más que probable.

JMBA