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miércoles, 14 de enero de 2015

Por Tierras de Burgos (y 5): Bodegas de Ribera

Voy a contaros hoy la última etapa de nuestro viaje por Tierras de Burgos del pasado mes de Julio. Ya os conté nuestras paradas en el camino hasta Burgos, nuestros paseos por la ciudad, las visitas al yacimiento arqueológico de Atapuerca y al Museo de la Evolución Humana, y la Ruta por las Merindades, al norte de la provincia.
Bodegas Dominio de Cair en La Aguilera (Burgos).
(JMBigas, Julio 2014)

El jueves 17 de Julio era nuestra cuarta y última jornada por estas tierras, y ya tocaba volver a casa, volver a Madrid. Sin embargo, queríamos aprovechar el día y el camino, y realizar algunos desvíos para visitar alguna de las maravillosas bodegas de la Denominación de Origen Ribera de Duero. Además, en algún momento de ese día caluroso teníamos que pasar por la tienda de Fuentespina, que estaba almacenando en buenas condiciones de conservación algunas botellas de vino que habíamos comprado en el viaje de ida.

Tras desayunar, recoger el equipaje y pagar la cuenta en el hotel de Burgos, iniciamos la marcha en torno a las 10 de la mañana. Seguimos dirección al sur por la A-1, hasta el pueblo de Oquillas, donde nos desviamos a la derecha, por la carretera secundaria BU-P-1104, para recorrer algunos de los pueblos vitícolas de Ribera de Duero, en la provincia de Burgos.

Cruzamos Quintana del Pidio, en dirección a La Aguilera. En este pueblo ha construido Luis Cañas, con fuerte y conocido negocio vinícola en Rioja, una bodega de nueva planta, a la que han llamado Dominio de CAIR. Sus primeros vinos salieron al mercado en 2010, pero ya se han ganado una muy buena reputación, dentro de Ribera. El edificio de la bodega (N 41,724547º  O 3,768737) es singular, y su parte central simula un gran tonel vertical.
Real Sitio de Ventosilla, sede de las Bodegas PradoRey,
en Gumiel de Mercado (Burgos).
(JMBigas, Julio 2014)

De momento sólo producen vinos tintos, en tres o cuatro variedades. Recientemente han introducido un tinto más simple, ideal para el poteo en los bares a un precio adecuado. Pero también tienen un gran vino, el Tierras de Cair Reserva, que se vende en el entorno de los 30€, aunque creo que lo vale, por su complejidad y excelencia.

Disponen de un espacio dedicado a tienda y degustación, aunque no está atendida en permanencia. En horas llamemos normales, se puede comprar alguno de los vinos que producen. Para facilitar la labor al visitante, tienen algún pack con sus diferentes vinos. En particular, tres botellas escogidas en una bolsa ad-hoc de lona, que permite el transporte con comodidad, incluso con alguno de los dispositivos refrigerantes disponibles en el mercado, para el transporte de vinos blancos o rosados en las mejores condiciones. Compré uno de esos packs, y cabe decir que ya he utilizado esa bolsa en varias ocasiones posteriores, a plena satisfacción.

Seguimos camino en dirección a Aranda de Duero, donde tomamos hacia la derecha por la carretera CL-619. Más adelante, en el municipio de Gumiel de Mercado, a la derecha de la carretera, está el Real Sitio de Ventosilla (RSV), una finca de más de 3.000 Ha, de las que unas 500Ha están dedicadas al cultivo del viñedo. Es la sede central de la Bodega PradoRey, que también tiene una buena presencia, con sus vinos blancos, en la Denominación de Origen Rueda, en la provincia de Valladolid.
Bodega Pago de los Capellanes, en Pedrosa de Duero (Burgos).
(JMBigas, Julio 2014)

Dentro de la finca, enorme y que se extiende a ambos lados de la carretera, está el edificio central de la bodega (N 41,703762º O 3,790256º), así como una Posada u Hotel rural que, por los datos de que dispongo, debe ser muy recomendable si se quiere una estancia entre viñedos, con el vino como hilo conductor.

Es posible concertar visitas, de duración variada, a la bodega y a los viñedos. Pero nosotros no lo habíamos hecho, como sí lo hizo una familia mexicana que llegó algo después de nosotros. Sin embargo, sí nos atendieron en el espacio dedicado a tienda, donde están a la venta todos sus vinos, tanto los propios de Ribera de Duero como los de otras denominaciones. Nos dieron todas las explicaciones que les pedimos, y compré una caja con botellas variadas de sus mejores vinos en todos los colores.

El Real Sitio de Ventosilla está muy bien preparado para recibir a los visitantes. Dispone de un amplio aparcamiento exterior, adyacente a alguna de las grandes parcelas de viñedos de las que dispone la finca. Parcelas que, por cierto, da gusto mirar por su pulcritud. En cualquier caso, una visita recomendable.
Castillo de Peñafiel, conocido como "El Barco de Castilla".
(JMBigas, Julio 2014)

Seguimos camino por esa misma carreterra, hasta el pueblo de La Horra. Allí giramos a la izquierda, por la carretera local BU-130, en dirección a Roa de Duero (pop. 2.443), conocida con frecuencia simplemente como Roa. Roa es la sede de la Denominación de Origen Ribera de Duero.

Hicimos una breve parada en Roa, para descansar un ratito y tomar un aperitivo en el Cava Bar de la calle Las Cruces (era ya la una de la tarde). En el camino pasamos junto a la Plaza de Toros de la localidad.

Desde allí tomamos la carretera BU-P-1101 en dirección a Pedrosa de Duero. Cerca de ese pueblo y junto a la carretera, está la Bodega de Pago de los Capellanes (N 41,709581º O 3,972313º), donde hicimos una breve parada. Pero ya era demasiado tarde en la mañana, y como no habíamos concertado visita alguna, seguimos camino sin más. Entre los vinos populares y conocidos de la Denominación, este es posiblemente uno de los más prestigiosos.

Desgraciadamente, la una y media o dos de la tarde ya es una hora demasiado avanzada para realizar visitas de mañana a cualquier bodega. Habíamos topado con la que yo ya he llamado la playa del mediodía, ese tiempo inconcreto entre la una o dos de la tarde y las cinco o seis, en que es imposible contar a ciencia cierta con que esté disponible un servicio cualquiera, salvo confirmación previa. Y, en pleno mes de Julio, con un calor sofocante, la posibilidad de cualquier cosa por la tarde pasaba por dejar discurrir plácidamente la hora de la siesta. Como debíamos llegar a Madrid esa tarde, no podíamos aprovechar una eventual sesión de tarde.
Explanada junto al Castillo de Peñafiel (Valladolid).
(JMBigas, Julio 2014)

Por ello seguimos camino hacia Peñafiel (pop. 5.428), ya en la Provincia de Valladolid. Teníamos la idea de comer alguna cosa allí, y quizá visitar alguna de las múltiples tiendas de vinos de la población (de las que había seleccionado alguna previamente por Internet). El calor era intenso y la solanera inclemente. Todo invitaba a la siesta.

Tenía referencias positivas del Palacio del Vino de Ribera de Duero (en la Plaza Comuneros), como tienda con más de 800 referencias de vinos de la zona. Pero cuando llegamos allí, cerca de las dos y media de la tarde, la tienda estaba evidentemente cerrada. E incluso sospechamos si quizá estaban de vacaciones.

Decidimos subir al Castillo de Peñafiel. El Castillo, cuyo origen se remonta al siglo X, está edificado en lo alto de una loma que domina toda la llanura circundante, moteada de viñedos. Por su forma característica (tanto del castillo como de la propia loma), a menudo se le denomina el Barco de Castilla, como si se tratara de una nave surcando un mar improbable en el interior de Castilla. Desde 1999 aloja el Museo Provincial del Vino, que recibe unas 100.000 visitas anuales.
Los viñedos motean la llanura que rodea Peñafiel.
(JMBigas, Julio 2014)

En la explanada junto al castillo, que se utiliza como aparcamiento, caía un Sol de justicia, aunque corría un fuerte viento. Evidentemente, el Museo estaba cerrado y no reabría hasta pasadas las cinco de la tarde. Aprovechamos para disfrutar de las excelentes vistas que se tiene desde allí, de la propia localidad de Peñafiel, y de los campos circundantes.

Bajamos de nuevo a la Plaza de los Comuneros (pasadas las tres de la tarde, la tienda seguía, lógicamente, cerrada) y decidimos comer un bocadillito en uno de los bares de la plaza. Sentarnos a comer (y beber) con calma las muchas delicias que ofrece esa tierra nos hubiera sumido en un sopor insuperable durante buena parte de la tarde, y no nos lo podíamos permitir

Para hacer tiempo, seguimos la carretera VA-101 hacia el oeste, en dirección a Pesquera de Duero. Allí tuvimos ocasión de ver, sólo ver, las impresionantes instalaciones de las Bodegas Emilio Moro y también las del tinto Pesquera, de Alejandro Fernández, uno de los grandes popes de la Denominación Ribera de Duero.
Esta podría ser la proa del Barco de Castilla.
(JMBigas, Julio 2014)

Seguimos por la carretera hasta Valbuena de Duero, donde está la legendaria bodega de Vega Sicilia, y luego hasta Olivares de Duero, ya muy cerquita de Quintanilla de Onésimo, en las orillas del río Duero.

Volvimos a Peñafiel, pero la tienda de la Plaza de los Comuneros, cerca de las cinco de la tarde, seguía cerrada. Por ello, decidimos ir directamente hacia Fuentespina, donde nos esperaban las botellas de vino que habíamos comprado a la ida, y que nos conservaban en la bodega climatizada de la tienda de vinosribera.com.

Llegamos allí, tras el recorrido por la N-122, pasadas las cinco y media de la tarde. Recogimos las cajas de vino y compramos alguna de las delicatessen que, aparte de los vinos, están allí a la venta, como una maravillosa morcilla de Burgos envasada al vacía, para comer frita en rodajas.

Seguimos ya camino directamente hacia Madrid, donde acabamos llegando pasadas las siete y media de la tarde. Allí dimos por terminado este maravilloso viaje por Tierras de Burgos.

Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una colección de 17 imágenes seleccionadas que reflejan el recorrido de esta jornada. Basta pinchar la siguiente fotografía.


También podéis ver este vídeo, grabado ese día.


JMBA

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