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miércoles, 21 de mayo de 2014

Volando sobre las Docklands de Londres

El London City Airport (LCY) es, con diferencia, el aeropuerto más cómodo para cualquiera que llegue a la ciudad de Londres. Es el único situado dentro de la ciudad, es pequeño y manejable, de modo que sólo unos minutos después de desembarcar se puede haber recogido el equipaje y estar ya a bordo de uno de los trenes del DLR (Docklands Light Railway), el metro ligero que recorre esta zona y te deja en plena City (Bank) a sólo unas pocas estaciones de distancia.
Viviendas privilegiadas junto a los Royal Docks.
(JMBigas, Abril 2014)

Aunque también tiene algunos inconvenientes, claro. Su tamaño no permite el movimiento de grandes aviones, por lo que todos los vuelos que llegan allí son de pequeño o medio rango, con aviones medianos o incluso pequeños, y la oferta es muy escasa. Como ejemplo, de las docenas de vuelos que unen diariamente Madrid con Londres, sólo uno o dos vuelan al London City Airport. Además, acostumbran a ser algo más caros que los que vuelan a Heathrow, Gatwick, Luton o Stansted.

Lo cierto es que cualquier visitante neófito de Londres raramente visitará las Docklands. Salvo que vuele al LCY, o asista a algún evento (deportivo, musical,...) en el O2 o en el ExCeL London, o haya estado en los Juegos Olímpicos London 2012 (o haya visitado el recientemente inaugurado Queen Elizabeth Olympic Park, en las instalaciones olímpicas de Stratford), o haya viajado por trabajo a algunas de las oficinas de Canary Wharf, las Docklands no van a estar en la agenda de alguien que visite la ciudad por primera vez.

Las Docklands, al este de Londres, son la recuperación de un territorio tradicionalmente dedicado a actividades portuarias, y progresivamente caído en desuso y olvido. Su recuperación empezó con la creación, hace un par de décadas, del barrio de negocios en Canary Wharf (con una buena oferta de oficinas, hoteles, restaurantes,...) con el aliciente del agua que lo rodea todo. Su reválida fue la creación de las instalaciones olímpicas para 2012 en Stratford, un poco más al noreste de las Docklands propiamente dichas.
Terminal Emirates Greenwich Peninsula, del
teleférico Emirates Air Line.
(JMBigas, Abril 2014)

Con el objetivo de que estuviera en funcionamiento para la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2012, la ciudad decidió la construcción de un teleférico que cruzara el Támesis por esa zona, con recorrido más o menos sur-norte. Su objetivo inicial era doble: integrarse de una parte con el modelo de transporte público de la ciudad (Metro - Underground o Tube -, DLR, London Overground,...) como una oferta más para cruzar el río por el este; y, de otra parte, llegar a ser un atractivo turístico para los visitantes.

Como ya hizo la ciudad de Londres con otras instalaciones singulares (como el London Eye o la Millenium Dome), se buscó un sponsor que financiara al menos una parte del teleférico, de modo que no supusiera un desembolso importante para los presupuestos municipales. Así nació, con el patrocinio de la línea aérea Emirates, el hoy llamado Emirates Air Line.

El presupuesto de construcción se dice que fue del entorno de los 60 millones de libras, de los que una parte provienen del patrocinio de Emirates, debiendo financiarse el resto a través de las tarifas de uso. Actualmente está integrado dentro de Transport for London, la compañía que gestiona todo el transporte público de la ciudad.
Cifras significativas del teleférico.
(JMBigas, Abril 2014)

El teleférico está actualmente en funcionamiento, salvo una semana al año (habitualmente en la segunda quincena de marzo) en que se detiene para el necesario mantenimiento. Mi visita a Londres en 2013 coincidió justamente con esa parada, pero en mi última visita, a primeros de Abril de 2014, he podido quitarme la espinita de volar sobre las Docklands en el Emirates Air Line.

El teleférico, construido por los expertos centroeuropeos Doppelmayr, tiene una longitud de algo más de un kilómetro (1.100 metros) y se eleva, en el cruce del Támesis, hasta los 90 metros de altura. Las cabinas, en número de 34, pueden acoger hasta 10 pasajeros cada una (incluyendo la posibilidad del transporte de bicicletas). Podría llegar a transportar hasta 2500 pasajeros por hora, pero su utilización, hasta el momento, raramente ha superado el entorno de los 20.000 viajeros por semana.

El teleférico tiene dos terminales: al sur, la Emirates Greenwich Peninsula, muy cercana al O2 y a la estación de Metro North Greenwich (Jubilee Line, zona 2 de tarificación); al norte, la Emirates Royal Docks, muy próxima a la estación Royal Victoria Docks (DLR, zona 3) y relativamente cercana al ExCeL London.
El O2 (ex Millenium Dome), con los rascacielos de
Canary Wharf al fondo.
(JMBigas, Abril 2014)

Las tarifas me parecen relativamente caras. El viaje en un sentido cuesta 4.30GBP (Great Britain Pounds, las libras esterlinas habituales), y exactamente el doble el viaje de ida y vuelta (8.60GBP). Para los que dispongan de la tarjeta Oyster, o una Day Travelcard, se obtiene un descuento del orden del 25% (3.20GBP para el viaje en una dirección; 6.40GBP para la ida y vuelta). Hay precios reducidos para niños y para usuarios regulares. Una tarjeta para 10 viajes cuesta 16GBP (a 1.60GBP el trayecto), y el mismo precio aplica a los usuarios de Oyster que realicen 5 ó más viajes a la semana. Se dice que solamente hay 4 (cuatro) usuarios que se beneficien de esta reducción.

Para el usuario habitual del transporte público londinense, el Emirates Air Line no resulta competitivo (salvo que se deba realizar explícitamente, y sólo, el trayecto que realiza el teleférico). Si hay que enlazar con otros medios, es mucho mejor (y más económico) abordar directamente la Jubilee Line o el DLR (según se esté a una u otra parte del río).

Y su proyección como atracción turística es muy limitada. Entre otros motivos, porque las Docklands en sí, como ya he explicado, raramente forma parte de la agenda del visitante ocasional. Muy distinto sería, por supuesto, que el teleférico cruzara el Támesis por la zona del Parlamento o de la Torre de Londres.
El ExCel London, escenario de eventos deportivos
y musicales.
(JMBigas, Abril 2014)

En mi caso, soy un visitante reiterado de Londres. Procuro, cada año, por lo menos dedicarle un par de días a la ciudad. Ello me lleva a perseguir las novedades, pues ya he visitado en alguna ocasión lo más habitual. Y, por otra parte, siempre me gusta cualquier cosa que suponga elevarse sobre el entorno y tener una vista diferente de la ciudad. Desgraciadamente para la ciudad de Londres, para Transport for London y para la propia Emirates, mi perfil de visitante es claramente muy minoritario.

Este año, diseñé un viaje ferroviario entre finales de Marzo y primeros de Abril, que incluyó (entre otros destinos) París y Londres. Llegué a Londres a bordo de un Eurostar procedente de París, antes de las nueve de la mañana del martes 1º de Abril. Había escogido un hotel bastante económico en la zona de King's Cross/St. Pancras (el Eurostar llega a Londres por la estación de St. Pancras). A poco más de 200 metros a pie de la estación, el Hotel Montana Excel (en Argyle Square) me ofreció una tarifa de 105GBP por dos noches, con el desayuno incluido. Un precio que, para Londres, es más que apañado.

Euston Road, la gran avenida que circula frente a las dos estaciones, es la frontera de la zona de Congestion Charge, el impuesto municipal especial que pagan los vehículos que circulan por el núcleo central de la ciudad. Esto supone que, cruzándola, las calles laterales son extremadamente tranquilas, con muy escasa circulación de coches. Tomando por Crestfield Street, a un centenar de metros se llega a Argyle Square, un remanso de paz con su parque central, y rodeada por casas tradicionales que, en su mayoría, han sido reconvertidas en hoteles de diversas categorías y precios.
Llegando a la Terminal Emirates Greenwich Peninsula
(JMBigas, Abril 2014)

Tras dejar el equipaje en el hotel (a esa hora no pude ocupar todavía la habitación), esperé hasta las nueve y media para poder comprar una Day Travelcard off peak para las zonas 1 á 6 por 8.90GBP. Antes de esa hora, esa misma tarjeta cuesta 17GBP, aunque por 9GBP se puede conseguir una que cubre solamente las zonas 1 y 2, las más habituales, dicho sea de paso, por las que se mueve un visitante de la ciudad.

Me dirigí directamente, en el Metro, a North Greenwich en la Jubilee Line. Allí salí a la superficie muy cerca del O2 (ya he comentado en otra ocasión mi visita a ese lugar). Tras un breve paseo, hacia la derecha del O2 y siguiendo las indicaciones, llegué hasta la terminal Emirates Greenwich Peninsula, que se sitúa al final de una extensa zona de aparcamiento de superficie.

Me sentí ciertamente excepcional, pues los viajeros brillaban por su ausencia. En taquilla pedí un billete de ida y vuelta. Me ofrecieron, por algo más de una libra adicional, la posibilidad de visitar lo que denominan Aviation Experience, un anexo a la propia terminal, dedicado al mundo de la aviación comercial. Al final, pagué 7.80GBP por el billete de ida y vuelta en el teleférico, más la extensión de ese minimuseo.
Una de las cabinas, llegando a la terminal
(JMBigas, Abril 2014)

Directamente y sin ningún tipo de cola ni aglomeración, por supuesto, abordé en solitario una de las cabinas (con capacidad para 10 pasajeros, recuerdo), para realizar el viaje de ida. La velocidad del teleférico es de unos 6 m/s, por lo que el trayecto entre las dos terminales dura algo más de tres minutos. Se eleva primero hasta los 90 metros de altura, para cruzar el Támesis. Las vistas son muy interesantes, porque toda la zona está en desarrollo, hay bastantes obras de construcción y el paisaje cambia con cierta frecuencia. La vista aérea del O2 es excepcional, así como la Thames Barrier, que regula el flujo del río.

Más adelante, se cruza el brazo de agua de los Royal Docks, con el London City Airport en la lejanía. La cabina va bajando, hasta recalar en la terminal norte, la Emirates Royal Docks. A esa hora de media mañana, la zona estaba prácticamente desierta. Hay allí bastantes oficinas y hoteles, así como algunos edificios residenciales de entorno privilegiado, y bares y restaurantes que ofrecen comidas más o menos rápidas, principalmente para los que trabajan por allí. También se estaban preparando varios camiones y furgonetas con oferta de bocadillos, hamburguesas, helados, etc.
Simulador de la cabina de un A380, en el anexo
Aviation Experience.
(JMBigas, Abril 2014)

Como había madrugado mucho esa misma mañana en París, ya tenía algo de hambre, por lo que, en uno de los cafés abiertos (desiertos a esa hora), pedí un bagel (una especie de panecillo de tamaño mediano), con muy abundante dosis de jamón y queso, y caliente. Con un refresco, pagué poco más de 4GBP, un precio en nada parecido a los que se practican en las zonas más turísticas de Londres. El día estaba soleado y era casi veraniego, por lo que comí tranquilamente en una mesita en la terraza exterior.

Supongo que si hay algún evento multitudinario en el ExCeL London, habrá incluso aglomeraciones por allí. Pero si no hay ninguna atracción especial, se respira una paz y tranquilidad total y absoluta.

Tras el aperitivo, abordé de nuevo el teleférico para el viaje de vuelta. A pesar de una temperatura excelente y lo despejado del día, el horizonte presentaba la tradicional calima de Londres, que difumina los perfiles de todo lo que no está bastante próximo. Los rascacielos de Canary Wharf, bastante cercanos, sí se veían con cierta nitidez, como fondo del O2. Pero, hacia el centro de Londres, el único perfil distinguible eran las cuatro chimeneas más famosas de Inglaterra, las de la Battersea Power Station, junto al Támesis, al oeste de la ciudad.

De vuelta a la terminal Emirates Greenwich Peninsula, dediqué un rato a visitar el anexo de la Aviation Experience. Allí te dan una pulsera activa, con la que se puede acceder a algunos de los vídeos disponibles o de los juegos habilitados para el visitante. En algunas pantallas, incluso se puede subir directamente a Facebook, por ejemplo, la experiencia de la visita. Quizá lo más interesante de visitar allí es un enorme motor de avión y la cabina simulada de un reactor comercial, en la que uno puede hacerse un selfie (mediante la pulserita de marras y una cámara instalada al efecto), a los mandos del avión.
Uno de los pilares centrales del teleférico, a su
máxima altura.
(JMBigas, Abril 2014)

En el piso superior también hay algunos simuladores reales de modelos comerciales como el A380. Se puede practicar un rato con ellos, previo pago de una tarifa que, creo recordar, rondaba las 50GBP por media hora, o algo así.

Hay también una pequeña tienda de recuerdos y un café.

Como era ya, más o menos, la una de la tarde, el área próxima al O2 estaba atestada de trabajadores de la zona comiendo por el césped (ya que el día era casi veraniego). Hay allí un supermercado TESCO, que ofrece almuerzos rápidos para comer por ahí.

Me dirigí de nuevo a la estación Norh Greenwich y seguí mi jornada por Londres.

Desde mi punto de vista, el atractivo que ofrece el trayecto en el teleférico es limitado. Como visitante, SI te interesa la zona de las Docklands, y SI te gusta todo lo que suponga elevarse por encima del entorno, entonces una visita al Emirates Air Line debería estar en tu agenda. Desgraciadamente, me temo que estas restricciones acaban en una muy pequeña minoría de los visitantes de Londres. Insuficiente para garantizar la rentabilidad necesaria de la instalación. Como tampoco tiene ningún interés especial para los usuarios habituales del transporte público de la ciudad, el resumen es que el Emirates Air Line, muy probablemente, acabe siendo, como ya se han oído voces de la opinión pública en esa dirección, un costoso elefante blanco.

Si sientes curiosidad por este teleférico, mi recomendación es que lo visites pronto. Porque no me extrañaría que, con el tiempo, deje de funcionar regularmente todos los días, y se limite, por ejemplo, a las horas punta, o a los días en que haya eventos significativos en el O2 o en el ExCeL London.

A mí me gustó la visita. Pero, en los próximos años, casi seguro que no la repetiré.

Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una colección de 30 imágenes sobre esta visita, pinchando en la siguiente fotografía.


También podéis ver este vídeo, que ilustra (casi mejor que las fotografías), lo que supone el vuelo en el Emirates Air Line sobre las Docklands.



PD. Para ver bien el vídeo (y completa la imagen), podéis hacerlo directamente en YouTube.

JMBA

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