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lunes, 7 de octubre de 2013

Mi Nuevo Ordenador

Llevo casi un mes sin escribir nada en este blog, y os debo una explicación.
Esta es la apariencia de mi nuevo PC.

A primeros de Septiembre, una mañana mi viejo PC (comprado en 2004, con Windows XP), murió en la cama. Quiero decir que, de repente, se apagó y ya nunca más volvió a revivir.

Afortunadamente, los discos internos estaban intactos (supongo que se fundió la placa base), y pude recuperar todos los datos, y no he perdido ninguna información sensible.

Pero entonces me enfrentaba a una tarea que uno siempre preferiría hacer en condiciones normales. Pero la pereza nos puede, y nos toca abordar la compra de un nuevo ordenador en situación de emergencia, cuando el viejo pereció en la batalla.

Hacía, lógicamente, casi diez años que no compraba un ordenador, y mis conocimientos sobre el tema estaban relativamente oxidados. Dediqué varios días a bucear por Internet (gracias a mi pequeño Netbook, el que me acompaña en mis viajes) para ponerme al día de los últimos adelantos en tecnología de procesadores, placas base, tarjetas gráficas, etc. etc.
Y así pintan los mosaicos de la interfaz Metro o
Modern del Windows 8 en el nuevo monitor
panorámico.

Descubrí algunas webs interesantes para la compra online de material informático, como por ejemplo la de PCComponentes, a los que he comprado algunos pequeños elementos periféricos, dentro de mi campaña de renovación tecnológica.

Pero no encontraba ningún lugar en que pudiera diseñar, con todas las garantías, un ordenador a medida, contando con la asistencia de algún experto.

En ese momento me ayudó mi asistenta, que estaba sufriendo el desorden creciente en el despacho, con aparatos desmontados, cables dispersos por todas partes y demás. Me dijo que, entre sus múltiples ocupaciones, realiza la limpieza en alguna de las tiendas de la cadena PCBox, y que por qué no les visitaba, que ella veía por ahí torres de ordenador del estilo del que había fallecido en mi casa.

Miré dónde tenían tiendas en Madrid, y escogí una en la Avenida Ciudad de Barcelona, que es la que mejor me resultaba para ir en el coche, al estar junto a la Estación de Atocha.
Placa madre socket LGA1155, chipset Z77, para
el procesador Intel i7-3770.

Me presenté un sábado por la mañana en esa tienda, y conté mi problema. Su primera reacción fue mirar su catálogo (en el ordenador, por supuesto), y ofrecerme una configuración cerrada a un precio atractivo.

Pero yo era consciente de que estaba realizando una compra que, muy posiblemente, debía durar para los próximos diez años, por lo menos. Y, por ello, me compensaba dedicarle un poco de tiempo a escoger los componentes que resultaran más adecuados y que tuvieran visos de ser más duraderos.

El vendedor, Miguel, un friki del tema, por supuesto, sintonizó inmediatamente con mi perfil de cliente, y empezó a construirme (de forma virtual) un ordenador a mi medida.
Tarjeta gráfica NVIDIA GTX660.

Uno de los problemas que había ido acumulando con el tiempo es la gran cantidad de información que tengo almacenada. Entre mis propios documentos, la música de mi colección, todo el material multimedia (fotos y vídeos de mis viajes, celebraciones y festividades), películas de todas clases que, muy posiblemente, acabe no visionando nunca, la información almacenada supera los 3TB.

Dado que los discos internos del ordenador fallecido eran de capacidad modesta, había ido acumulando discos externos USB, que casi llenaban la mesa principal y también la auxiliar (donde tengo la impresora y un - ya viejo - escáner). Uno de los objetivos con el nuevo ordenador era liberarme de todo ese engorro, por lo que diseñamos un almacenamiento interno basado en dos discos magnéticos de 3TB cada uno, más uno de estado sólido (para acelerar ciertas funciones) de 120GB.

El finado llegó a disponer de hasta 1,5GB de memoria, lo que para el XP era ya bastante suficiente. De hecho, sólo hubiera podido crecer hasta los 2GB. Una placa base moderna acostumbra a tener cuatro slots para memoria, donde se pueden alojar módulos de 4 ó de 8GB. Decidí no racanear de inicio (mejor eso que tener que andar abriendo el bicho con cierta frecuencia, para añadirle más cosas), y pedí dos tiras de 8GB cada una, para totalizar una generosísima memoria de 16GB.
Fuente de alimentación de 700W.

Como ocasionalmente me gusta ver alguna película (o vídeos diversos) y también utilizar algún juego, decidí instalar una tarjeta gráfica de cierto empaque, aunque no fuera de lo más alto de gama, lo que utilizan los jugones compulsivos. Una NVIDIA GTX660 con 2GB de memoria DDR5 parecía una opción razonable.

El monitor plano que estaba utilizando (un SAMSUNG SyncMaster 901N) funcionaba perfectamente, pero tenía dos problemas: de una parte, su única conexión es la VGA, y actualmente todos los ordenadores ya ofrecen conexión HDMI (o DVI-D, en su caso); y de otra, el formato era el clásico 4:3, cuando con las nuevas versiones de Sistema Operativo ya prima la pantalla panorámica (16:9). Acepté la recomendación de renovar también el monitor por uno panorámico de 21,5".

Tuve dudas en cuanto a la versión de Windows que más me convenía. En principio, pensé en Windows 7, una versión muy sólida y estable, con unos cuantos años ya en el mercado. Me daba cierto repelús meterme en Windows 8, porque es todavía bastante reciente, y porque tiene un diseño muy revolucionario y diferente de las versiones anteriores. De nuevo acepté el consejo de pasarme directamente a Windows 8 Pro de 64 bits (por el tamaño de memoria que instalé, era la opción recomendada). Miguel me dijo que él la tenía instalada en su propio ordenador desde hacía ocho meses, a plena satisfacción. Que era mucho más rápido y eficiente, bla, bla, bla. Comprada la idea.
Una caja midtower en condiciones.

Por último, quería tener un Office 2013 legal. Durante años estuve utilizando un Office 2003 mediopensionista. Luego prácticamente lo sustituí por software libre: primero OpenOffice y luego LibreOffice. Pero el primero prácticamente murió, y el segundo me ha dado algunos sustos severos (como pérdida de datos sin motivo conocido, que menos mal que tenía una copia de seguridad del fichero). Me resigné, pues, a pagar el peaje de utilizar un software ofimático muy probado y trabajado, de reconocido prestigio y eficacia.

Lógicamente, la configuración incluía una caja (torre media) adecuada a los componentes seleccionados, y una fuente de alimentación de 700W, que me permite adicionar todavía algún elemento interno en el futuro, sin muchas preocupaciones de energía.
Nuevo monitor panorámico de 21,5".

Con todo esto, ya se pudo cerrar la configuración (y la factura, claro, que incluía un cargo por el montaje e instalación, y otro por los portes de traérmelo a casa).

Tras varias visitas a la tienda, y diversos intercambios por correo electrónico, finalmente recibí el nuevo monstruo en mi casa el jueves 26 de Septiembre.

Allí empezaba el segundo Via Crucis de esta historia: conseguir que una pura máquina se convirtiera en una herramienta útil para mí. Durante varios días, estuve volcando información al nuevo ordenador, conectando los múltiples discos (internos y externos) en los que la tenía dispersa. En eso fue una ayuda inestimable un dispositivo (que compré en PCComponentes por menos de 30 Euros), que es una estación USB de docking, que permite tanto insertar un disco interno SATA, como conectar (con cable de alimentación y otro de datos) uno de los antiguos discos internos IDE/ATA. Conseguí no perder ningún fichero con información útil.

Y luego quedó instalar la infinidad de periferia, software, herramientas, aplicaciones y juegos que, muchas veces sin ser plenamente consciente de ello, utilizo en el ordenador con frecuencias variables. Conseguí conectar (sin problemas) la impresora (una EPSON Stylus Photo R360, que funciona perfectamente). Esto era importante, no por el coste de comprar una impresora nueva, sino porque tengo un cajón lleno de cartuchos de tinta compatibles para ese modelo, que hubiera debido tirar junto con la impresora, de tenerla que renovar.
Cámara web Logitech c270.

Con ciertas dificultades, conseguí también que el nuevo PC reconociera el viejo escáner (un EPSON Perfection 1670), aunque con sus funcionalidades algo menguadas. Instalé las utilidades que necesito para la gestión multimedia (edición de vídeos, fotografías,...). Algunas de las herramientas eran ya muy antiguas, y tuve que buscar una alternativa en el mercado actual. Eso me pasó con una herramienta que utilizaba para la edición de vídeos, el Pinnacle Studio 8, que, pese a su número, se resistió hasta la extenuación a ser instalada y funcionar en el nuevo Windows 8. Pero localicé otra herramienta sencillita pero bastante completa (más que suficiente para mis necesidades), en el paquete de aplicaciones gratuitas que Microsoft llama Windows Essentials: el Windows Movie Maker.

Conseguí también, sin problemas, instalar algunos de los juegos que utilizo de vez en cuando. Como el Imperium II que, como ya he contado en otra ocasión, me permite, con todas las trampas del mundo, por supuesto, construir ejércitos poderosísimos con los que arrasar a pobrecitos rivales escasos de recursos, y que contribuye a relajarme cuando lo necesito. O el Hoyle Casino, que me aporta una sesión de tragaperras, ruleta o póker sin gastar un céntimo. O el Trainz Railroad Simulator 2006, para alimentar, de vez en cuando, mis aficiones ferroviarias.

Recuperé mis certificados para las transacciones electrónicas, así como la aplicación de la Agencia Tributaria Cartera de Valores 2009, la única versión que, sin duda por un error de programación, permite gestionar, de modo un poco rudimentario, eso sí, una carterita modesta como la mía y no sólo calcular lo que hay que tributar por una venta de activos. En particular, te recalcula los precios de compra cuando vendes derechos o recibes acciones liberadas.
Windows 8 Pro y Office 2013.

En resumen, tras diez días de duro esfuerzo, he conseguido tener un entorno plenamente operativo, con toda la información que necesito disponible y ya puedo pasar a la siguiente fase: hacer cosas con el ordenador y no trabajar para el ordenador.

Evidentemente, la interfaz Metro de Windows 8 (los famosos mosaicos o tiles) la tengo hecha unos zorros, porque me temo que organizarla adecuadamente requerirá todavía algunos esfuerzos más, pero con eso y el Escritorio de toda la vida, ya voy saliendo de penas.

Y en cuanto a velocidad, nada que ver con el finado: arranque en frío en menos de lo que tardo en ir a buscar un vaso de agua, suspensión y relanzamiento casi inmediatos, y una velocidad de proceso ciertamente destacable.

Hace un tiempo instalé la Fibra Óptica de Movistar Fusión en casa. Con el nuevo ordenador la estoy aprovechando de verdad. Me conecto a la web del banco en cero coma y he recuperado una agilidad en los trabajos que me hace no añorar para nada al fallecido.

En fin, casi un mes de penurias, reflexiones, toma de decisiones y mucho trabajo, pero creo que ha valido la pena.

Tras todo el proceso, tengo un cierto número de elementos (básicamente discos externos USB desktop y alguno portátil) liberados y en perfecto estado de funcionamiento. Los he puesto a la venta a precios de derribo y, si a alguno de mis lectores le interesa, puedo enviarle el catálogo con descripciones, fotografías y precios a vuelta de un correo electrónico de petición a lapiedra57@yahoo.es.

Os he incluido algunas fotografías del nuevo ordenador, y a continuación os doy el detalle de su contenido:

- Caja Semitorre CORSAIR 200R CARBIDE negra, con dos ventiladores integrados.
- Fuente de alimentación 700W Thermaltake Litepower
- Placa base Gigabyte Z77-HD3
- Procesador INTEL i7-3770 @3.4GHz (4 cores)
- Refrigerador del procesador Arctic Cooling Freezer 7 Pro
- Memoria kit 16GB (2x8GB) DDR3 1600 Kingston HyperX CL9
- Tarjeta gráfica Gigabyte NVIDIA GTX660 2GB DDR5
- Disco SSD Kingston 120GB SATA 3 HyperX
- 2 x discos magnéticos Seagate Barracuda 7200rpm 3TB SATA3 64MB caché
- Regrabadora LG DVD-r/+RW 24x SATA negra
- Lector multitarjeta COOLBOX CR600, que incluye lector de DNIe
- Monitor 21,5" LG LED IPS 1920x1080 (HDMI/DVI/VGA)
- Windows 8 Pro
- Microsoft Office 2013 Hogar y Estudiantes


Posteriormente, lo completé con una cámara web Logitech C270, que conseguí a un precio excelente de promoción en PCComponentes.

He escrito esta entrada como homenaje al finado y para recordar yo mismo lo que supone un proceso de este tipo. Un proceso que, muy probablemente, deberé repetir dentro de diez o quince años.

JMBA

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