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viernes, 9 de diciembre de 2011

La Tormenta mantiene aislado al Continente

La conclusión más inmediata de la Cumbre de Bruselas celebrada estos días es que todos los países de la Eurozona, y la mayoría del resto de países de la Unión Europea, han acordado poner en marcha un acuerdo intergubernamental para reforzar la política fiscal común y la disciplina presupuestaria y, en definitiva, reforzar la credibilidad del Euro en los mercados internacionales.
David Cameron, en Bruselas, este viernes.
(Reuters; Fuente: ABC)

Como parecía cantado, el Reino Unido se ha situado al margen del resto. Hemos oído a David Cameron afirmar de nuevo que nunca estaremos en el Euro y algunas otras manifestaciones del clásico euroescepticismo de los británicos en general y de los tories más en particular. En definitiva, un rechazo frontal a cualquier sacrificio de su soberanía nacional en favor de instituciones europeas. De hecho, ya ha recibido las primeras críticas internas procedentes del campo del laborismo. Pero los sondeos populares tienden a indicar que una mayoría de los ciudadanos británicos son euroescépticos.

Podemos pensar que esta actitud no constituye noticia ni novedad. Este euroescepticismo es esperable en un país que sigue llamando English Channel al Canal de la Mancha, y en el que el mensaje clásico de los meteorólogos ante las perturbaciones que dificultaban la navegación en el Canal era que la tormenta mantiene aislado al Continente. Una concepción insulo-céntrica del mundo.

Es conocido que el Reino Unido interioriza con orgullo su insularidad, y refuerza de una manera muy singular su sentimiento nacional. Mientras que Francia está condenada a entenderse con Alemania (tiene fronteras comunes, e incluso zonas importantes del noreste del país que estuvieron bajo gobierno alemán en el último siglo), Inglaterra (el Reino Unido) puede contemplar el tema a mucha mayor distancia por su propia insularidad. Puede mirarse al Continente por encima del English Channel.
Esta ha sido la última Cumbre Europea a la que ha asistido
José Luis Rodríguez Zapatero como
Presidente del Gobierno en funciones
(Gtres; Fuente: cuatro)

Todo eso es bien conocido, y cualquier viajero continental al Reino Unido lo ha podido verificar, vivir y compartir. Ya lo he contado en alguna otra ocasión, pero la sensación que tuve al visitar Londres y otras zonas del Reino Unido por primera vez en 1977 fue la de llegar a un mundo distinto. Donde, aparte de algunas diferencias muy evidentes (como la conducción por la izquierda, claro) había otras diferencias muy sintomáticas de que la evolución de la sociedad en el período tras la Segunda Guerra Mundial había sido sensiblemente diferente que la seguida por otros países del Continente. Una cosa que me chocó sobremanera por su significación de la diferencia fue que, en ese momento, no existía el agua mineral embotellada como producto comercial en el país.

Algo más tarde, el Reino Unido desarrolló un cierto sucursalismo de Estados Unidos. Mi sensación en el Londres de los 80 era la de intentar ser una sucursal de Nueva York. Bueno, a fin de cuentas un cierto colonialismo de ida y vuelta. Pero luego recuperó sus esencias más propias, y se convirtió en el portal natural de acceso de los Estados Unidos a la Unión Europea.

Por supuesto que muchas cosas han cambiado, incluso en el Reino Unido, desde esa época. En particular, se ha reforzado sobremanera el eje USA-UK, mucho más que el sentimiento europeísta de los británicos. Reagan-Thatcher en su momento, o Bush-Blair mucho más recientemente, han formado un frente mucho más unido que la integración del Reino Unido en la Unión Europea.
Nicolas Sarkozy, que parece que tuvo un airado
enfrentamiento con Cameron en la noche de Bruselas
(Fuente: elperiodico)

La insularidad  (como concepto social) y la relativa reticencia del británico medio a la integración europea son ciertas. Los conservadores, en particular, (los tories), siempre han sido euroescépticos, y David Cameron está gobernando en el Reino Unido desde la primavera del 2010. En su momento, el Reino Unido tomó el camino de mantener su moneda nacional y no integrarse en el Euro. Parece que esta pasada noche de negociaciones en Bruselas, hubo algunos ásperos intercambios verbales entre Cameron y Sarkozy, al hilo del orgullo británico por no estar en la Eurozona.

Pero tras la posición del Reino Unido en esta Cumbre tan trascendente hay otro hecho que posiblemente pese más que todas esas tradiciones y sentimientos sociales. En 2008, el peso del sector financiero en el PIB del Reino Unido fue del 24%, muy por encima de su peso en el resto de países de la UE. Sólo la actividad financiera de la City londinense aporta un 10% al PIB británico. Se dice que en la City londinense podría realizarse hasta el 70% del comercio mundial de bonos y más de la mitad del comercio de capitales. La decisión de Cameron de no sumarse a sus colegas del resto de países de la UE debe entenderse como la defensa a ultranza de esta posición preponderante del sector financiero en la economía de su país.

En otras palabras, podemos llegar a entender que, lo mismo que el sector financiero de los Estados Unidos, el sector financiero del Reino Unido ha sido parte del problema en el origen de esta crisis profundísima con la que estamos luchando desde hace ya tres años largos. Y ser parte del problema inhabilita la posibilidad de ser parte de la solución. Uno de los objetivos, precisamente, del acuerdo de Bruselas es imponer regulaciones más estrictas al sector financiero. Lo que se visualiza desde el Reino Unido como un ataque directo a su línea de flotación. Y con las cosas de comer, los políticos no deben jugar.

Nicolas Sarkozy, en su discurso presidencial del pasado viernes en Toulon, hacía un diagnóstico me pareció que bastante certero del origen de la crisis económica que estamos viviendo. Aunque no la citó explícitamente, en sus palabras sobrevolaba la City como parte del problema. Esa convicción parece haber provocado un choque de trenes la noche del jueves en las salas de Bruselas.
La City londinense, en el origen de la espantada del
Reino Unido en Bruselas.
(Fuente: ernestogarcialopez)

La situación económica del Reino Unido no es para nada envidiable. Hace unas semanas, os ofrecía una comparativa de las grandes cifras que ilustran esta realidad. El Gobierno Cameron ha impuesto durísimos ajustes y recortes, y ha provocado una contestación social muy importante, y ya ha tenido que hacer frente a diversas movilizaciones masivas. Yo mismo asistí a una de ellas el pasado mes de Marzo en Piccadilly. Su nivel de Deuda y de déficit es muy importante, y parece ser que también tienen un problema parecido al de España en lo que se refiere al endeudamiento privado. Pero siguen disponiendo de su Libra Esterlina y del Banco de Inglaterra, lo que permite a su Gobierno ciertos movimientos que ya están vedados a los gobiernos de la Eurozona (compra de Deuda, política monetaria).

En resumen, el Reino Unido ha escogido lamerse sus heridas en casa, en lugar de hacerlo rodeado de sus amiguetes en la plaza pública. Lo que habrá que averiguar en los próximos días y semanas es si, además, han dado un portazo. Me pregunto cuánto tiempo tardará algún descerebrado en proponer el boicot a los productos británicos, enviar a los niños a Irlanda a aprender inglés y no considerar más a Londres como una de las grandes capitales turísticas de Europa.

Como una señal del cielo, Escocia está en alerta roja por fuertes lluvias, vientos huracanados y riesgo de inundaciones.

La tormenta mantiene aislado al Continente.

JMBA

2 comentarios:

  1. Amigo Bloguero, JMBA , mil gracias, mil por tu bella y grata huella en mi blog ,tu blog amigo El blog de MA, en estas fechas navideñas de unión fraternal entres los hombres y mujeres de buena voluntad, Feliz Navidad y que esta Navidad traiga Paz amor y prosperidad para todo el mundo.

    Que la tormenta que mantiene aislado el continente ...pase pronto con su crisis fatal ...y el año viejo se la lleve lejos muy lejos y el año nuevo nos traiga la calma mundial con prosperidad paz y amor fraternal.

    Un abrazo grande y fraternal de MA para ti.

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  2. Apreciado Bigas. Razón llevas respecto al ínsulo-centrismo de los británicos.
    A mí, de pequeño el cine me enseñó que los ingleses eran los buenos y los demás – en especial franceses y alemanes- los malos.
    Luego la guerra de las Malvinas y mi germanofilia me quitaron la venda de los ojos y me pasé al otro extremo.
    Años más tarde, nuestro querido compañero Steve V. me reconcilió con todo lo inglés.
    Ya sólo la primera impresión que tuve con él fue antológica. Me dijo: “Soy inglés del Norte, no somos tan estúpidos”.
    Como uno tiende a confundir Inglaterra con Gran Bretaña, lo primero que pensé es: El Norte no es Inglaterra sino Escocia.
    En el siempre alabado cine inglés yo distingo dos tipos de películas: Las de ingleses listos y resto-del-mundo tontos y las otras.
    En mi opinión, el caso más extremo es la interminable serie del ultrachovinista agente 007
    Creo que la gran virtud de los ingleses no es que se crean el centro del Universo sino haber sido capaces de convencer a toda la Humanidad de que realmente lo son.
    Recuerdo el caso extremo de los atentados de Londres un 7 de julio en que hubo un apagón informativo al respecto y a todos los periodistas de aquí les pareció perfecto.
    ¿Qué habría pasado aquí si el gobierno Aznar hubiera hecho lo mismo el 11M?
    Así, el calificativo inglés o de-estilo-inglés aplicado a cualquier sustantivo da aires de buen estilo, buen gusto, buena calidad y otras bondades.
    La primera empresa de España lo vio a principios del siglo XX y así ha llegado a ser lo que es.
    Un abrazo.
    Santi

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