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lunes, 24 de enero de 2011

FITUR 2011

Se ha celebrado (entre el 19 y el 23 de Enero) en IFEMA la trigésimoprimera edición de FITUR, la Feria Internacional del Turismo. Con tantos años ya a cuestas, FITUR se ha convertido en una de las citas internacionales básicas para los profesionales del sector.
(Fuente: gastronomiaycia)

Con el ambiente de crisis general, todos confiamos en que el turismo pueda ser uno de los sectores que contribuyan decisivamente a la remontada económica que tiene que venir, sin duda, en los próximos tiempos. Coincidiendo con la celebración de la Feria, se han hecho públicos los últimos datos sobre el turismo en España.  Por una parte, parece que China ya ha desplazado a España en el tercer puesto mundial, lo cual era de esperar, dado el tamaño y empuje del gigante asiático. Por otra parte, parece que 2010 ha sido para el turismo en este país un año de transición, con leves mejoras sobre las trágicas cifras del 2009. Mejores noticias se esperan de este 2011 recién iniciado.

Hace años, la celebración de FITUR era para mí la oportunidad anual para recopilar informaciones turísticas de todas las partes del mundo, para el caso de que los diversos vaivenes me permitieran realizar un viaje a algún remoto enclave. Ese frenesí se convertía en kilos de folletos de todos tipos, que intentaba mantener convenientemente archivados y organizados en casa. Antes de eso, había intercambiado multitud de correspondencia con los diversos servicios turísticos de muchos países, pidiendo documentación sobre algunas zonas, sobre alojamientos, sobre medios de transporte, etc. Todavía, hace poco, tiré los horarios completos de los ferrocarriles franceses y británicos del entorno de 1977-1980, que recuerdo haber conseguido tras enviar algún dinero a las respectivas organizaciones, en forma de voluminosos paquetes postales. También tiré algún folleto de las Islas Comores (sólo un ejemplo de documentación sobre lugares que raramente tendremos la oportunidad de visitar).
Stands y visitantes en FITUR
(Fuente: globosvientozero)

Hace años decidí no volver a visitar FITUR como público en general. Tradicionalmente, la feria se inaugura un miércoles, y tiene tres días (los realmente interesantes para todos los expositores), dedicados a los visitantes profesionales. El principal interés de quien paga para estar en FITUR es conseguir contactos comerciales de canal. Quien ofrece servicios turísticos de cualquier tipo (un país, una región, un hotel, una ciudad, lo que sea) espera conseguir contactos con intermediarios en España que vendan su producto aquí. Al revés, para los expositores (institucionales o empresariales) de España, el objetivo es conseguir tour operadores o intermediarios internacionales que se constituyan en su canal de promoción y venta en mercados de todo el mundo.

El fin de semana siempre se ha reservado para el público en general, previo pago de la correspondiente entrada. Este año, el precio de la entrada era de 8€ (7€ si se compraba por Internet, más 60 céntimos de gastos de gestión). Las últimas veces que había visitado FITUR en fin de semana, me había llevado la sensación de que muchos de los stands ya estaban deshabitados (sus ocupantes ya habían cubierto sus expectativas en los días dedicados a profesionales) y los folletos que habían dejado tras de sí para pasto de los visitantes eran los restos de serie (mejor distribuirlos que transportarlos de nuevo a casa).

Este año he vuelto a visitar FITUR el domingo. Fui en Metro hasta el Campo de las Naciones (atestado de visitantes a la feria ya a las 11 de la mañana) y me encontré allí con un amigo, con quien había quedado para compartir la visita. Habíamos comprado las entradas por Internet, por lo que el acceso fue rápido y cómodo.

Posiblemente hacía quince años que no visitaba la Feria. Unos años que han sido extraordinariamente decisivos en la modificación de los hábitos de consumo turístico de una buena parte de la población, en mi caso desde luego. La expansión de Internet ha provocado que cualquier información sobre cualquier lugar del mundo la tengamos a tiro de tecleo de nuestro ordenador en casa. Los horarios y tarifas de todos los medios de transporte están en la Red, y podemos acceder a ellos cuando tengamos necesidad. Prácticamente cualquier hotel del mundo lo podemos reservar desde casa en pantuflas, después de comparar prestaciones y precios y de ver las opiniones de otros clientes que ya lo han visitado.
La presencia de pequeños países se federa en
marcas turísticas de mayor ámbito
(Fuente: latam

Con todos esos medios a mi disposición, ya no tiene mucho interés una feria como FITUR para obtener folletos e informaciones, que acabarán siendo obsoletas en algún rincón del trastero. O las bolsas, uno de los bienes más preciados por el visitante. Claro que este año he visto mucha gente que ya viene de casa con el carro de la compra o con el trolley de los aviones, para almacenar el botín de la visita. Un botín variopinto, porque los expositores se esfuerzan en ofrecer cosas que generen colas cerca de sus stands. Ya se sabe que un español, cuando ve una cola, siente la necesidad de añadirse a ella.

En algunos lugares ofrecen espectáculos folklóricos, en otros degustaciones diversas (de dulces, de vinos,...). Algunos organizan performances que recorren la feria, mientras otros aprovechan la feria para organizar sus propios espectáculos (como ejemplo, los soldados romanos que aparecieron por allí, ataviados como en las fiestas de su pueblo de Ciudad Real).

Pero, en general, me ha parecido detectar un ambiente general de austeridad necesaria. En el extremo, la presencia de la Comunidad de Castilla y León, bastantes metros cuadrados, eso sí, pero donde el único mobiliario eran pálets de madera, que conformaban mesas, mostradores o estanterías. Claro que también tenían media docena de tablets para su uso por los visitantes. Los tiempos mandan.

Muchos habían puesto en marcha la venta de pequeños artículos de artesanía de sus respectivos países (negocio institucional o personal, no lo sé) o incluso la venta de alimentos típicos de los respectivos países, por unos euritos de nada. Bueno, cualquier cosa que contribuya a pagar los gastos de estar en FITUR vale.

Como parece razonable, se intentan promocionar marcas turísticas, que dan cabida a instituciones y empresas de su territorio. Así, las Comunidades Autónomas ofrecen, en sus stands, las informaciones de las diversas provincias o municipios de su ámbito, o los pequeños países de la zona se presentan conjuntamente bajo la marca Centroamérica

A la salida, vi muchos de esos carritos de la compra rebosantes de folletos y, sobre todo, de pósters enrollados. Previo paso por un marco de IKEA (o ni siquiera eso) pueden contribuir a decorar algún apartamento u oficina, y a generar la ficción de ya haber estado allí.
Stands y visitantes en FITUR
(Fuente: informacionturistica)

En resumen, el fin de semana de FITUR sigue siendo un buen negocio para IFEMA (este domingo había mucho público por allí), pero sospecho que el interés de los expositores es más bien reducido, pues su objetivo no son los particulares, sino los canales de distribución, a los que ya habrán atendido, en su caso, los días previos.

He podido confirmar que para un consumidor como yo (acostumbrado a planificar y comprar mis viajes a través de Internet) el interés de FITUR es muy limitado. Especialmente cuando la crisis ha reducido drásticamente algunos de los excesos a los que nos tenía acostumbrados en el pasado. Cuando los fastuosos espectáculos de mulatas de Carnaval han dejado paso a pequeñas demostraciones folklóricas mucho más modestas.

Los servicios que ofrece FITUR a los particulares están abiertos las 24 horas y los 365 días del año en la Red. Además, hemos aprendido a confiar más en la información disponible ahí que en lo que nos pueda transmitir la persona que ha tenido la mala suerte de que le haya tocado chupar stand un domingo.

Esa es la gran libertad del consumidor de estos tiempos.

JMBA

2 comentarios:

  1. Hola hermano Bigas, efectivamente el internes ha cambiado muchas de estas superferias tradicionales donde azafatas buenorras te llenaban de papeles, pins y demás. Pues sin duda que muchos ya preferimos manejarnos los viajes por ahí, navegando y navegando ...

    Algún día hablando con jueces de mi familia hemos llegado incluso a la conclusión de que en breve los juicios se harán también por internes, cada caso tendrá un número, una especie de buzón donde las partes escribirán sus alegaciones y al final el juez se meterá un día, las leerá y escribirá ahí la sentencia.

    Por cierto que un día podrías discurrirnos sobre la inmoral comisión que cobran algunos por comprar las cosas por internes, que es sin duda un atraco de guante blanco. Estoy pensando por ejemplo en los Atracadores SA de Servicaixa de la Caixa (la pela es la pela) que solo por sacarlo por internet te cascan 1 euro POR CADA ENTRADA, y si lo haces por teléfono casi el doble parte del coste del 902 ... Pues además muchas veces no puedes comprarlo en las taquillas pues se agota enseguida, como cuando compramos entradas para el Mesías Participativo ... Así de esta forma para las entradas baratas del Auditorio Nacional pueden endilgarte un 20%.

    Yo este año les mandé queja y me respondieron con el estúpido gracias por su sugerencia que tomamos en consideración. Algún día quizás dedique un rato a denunciarlos formalmente.

    Has seleccionado algún viaje para alguna peregrinación espiritual del Hermano Andrés?

    Un abrazo / Javier Seijas

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  2. Hola, Javier. Tienes razón en lo de los "atracos" que a menudo se hacen en compras por Internet. Sin ir más lejos, las propias entradas del FITUR costaban 8€ en taquilla, y por Internet IFEMA las ofrecía por 7€. Yo me apresuré a comprarlas por Internet y, al final de la transacción, resulta que había que añadir 0,60€ por entrada en concepto de "gastos de gestión". Con alevosía y nocturnidad.

    Claro que sólo hay que ver las mil argucias que se han inventado las compañías aéreas para publicitar billetes a "5€" ó incluso a "0€", por los que acabas pagando 50, 60, 70 o incluso más. A base de suplementos hasta por respirar.

    En fin, a ello dedicaré un articulito algún día.

    Un abrazo, Javier.

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