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viernes, 8 de octubre de 2010

Libro Electrónico (ebook) y LELE (ereader)

Ayer hablaba de mi pasión por los libros de papel, y que sobre el tema de los libros electrónicos, pues que no soy muy partidario.
Dos modelos del LELE Kindle de Amazon
(Fuente: gizmologia)

A pesar de ello, me he documentado un poco, y he probado algunas cosas, y hoy quisiera compartir esos conocimientos de nivel novatísimo con todos vosotros.

Un Libro Electrónico (o ebook, más corto y en inglés, bueno, en inglés tecnológico, llamémosle así) es, resumiendo, un fichero informático con el contenido completo de un libro. Podemos extender el concepto, sin mucho problema, al contenido de periódicos o revistas.

Como todo fichero informático, un libro electrónico puede viajar por la red, intercambiarse entre varios usuarios y todo lo demás que supone un riesgo para el principio (discutido por algunos) de los Derechos de Autor. Se puede asimismo almacenar en cualquier soporte (disco, pen drive, tarjeta de memoria, CD-R, DVD-R, memoria flash de un dispositivo móvil, o lo que sea).

Para limitar las posibilidades de duplicación fraudulenta de contenidos sujetos a derechos de autor, existe un concepto llamado DRM (Digital Rights Management = Gestión Digital de Derechos ó Gestión de Derechos Digitales). Existen varias tecnologías que implementan el DRM.

El siguiente tema es el formato en que el contenido de un libro está guardado en el fichero Libro Electrónico. Podría tratarse de un fichero de solo texto, un fichero de cualquier procesador de textos, un fichero PDF, etc., etc. Existen también diversos formatos de ficheros específicamente diseñados para los Libros Electrónicos, que pueden implementar (o no) alguna tecnología de DRM, y cuyo contenido es inalterable, una vez publicado por el Editor. Se permiten opciones al usuario como, por ejemplo, crear notas digitales asociadas a una frase del libro, o poner post-it digitales en las páginas que más nos hayan llamado la atención, y que queramos poder recuperar fácilmente. Esto, en general, supone la creación de un fichero auxiliar. Una relación (necesariamente no exhaustiva) de formatos de Libros Electrónicos se puede encontrar en la Wikipedia.

Como todos los ficheros informáticos, es posible acceder a ellos desde diversos dispositivos. En particular, desde un ordenador personal o PC. Siempre, claro, que se disponga del software (programa o aplicación) capaz de interpretar correctamente el formato concreto. Por ejemplo, para poder leer en el PC los ficheros de tipo PDF (Portable Document Format) hay que tener instalado algún lector de PDF, siendo el más extendido el Adobe Reader, que es gratuito y que seguramente todos lo tenemos instalado en nuestro PC. Existen versiones de este tipo de software para otros dispositivos (por ejemplo, las PDA,s, los smartphones, el iPad, etc. etc.).

Por tanto, en principio, podremos acceder al contenido de un Libro Electrónico desde un PC (por ejemplo) si disponemos en el PC de un software capaz de interpretar el formato concreto en que esté codificado ese fichero. Por ejemplo, Amazon - el gigante mundial de la venta de contenidos por Internet - inventó un formato propietario para los Libros Electrónicos (con sufijo .AZW), que a menudo se conoce como formato Kindle, que puede gestionar derechos digitales. Amazon ha puesto a disposición de los usuarios, gratuitamente, un software que se llama Kindle for PC. Existe una versión para Mac, y para algunos dispositivos móviles.
Pantalla del Kindle for PC

Para probar el invento, hoy me he descargado e instalado el Kindle for PC, y a continuación he comprado en el Kindle Store de Amazon, por 0,0$ (es decir, gratis total) el Libro Electrónico Tess of the d'Urbervilles de Thomas Hardy. El Kindle Store es la fuente principal de Libros Electrónicos en formato Kindle. De los 475.000 (aprox) títulos disponibles, la inmensa mayoría están en inglés. Existen ya otros sitios donde se pueden comprar Libros Electrónicos en este formato, pero, en general, la disponibilidad de títulos en cualquiera de las lenguas ibéricas es todavía bastante limitado. Me ha aparecido un directorio (My Kindle Content) - bajo Mis Documentos - con dos ficheros. El Libro propiamente dicho ocupa unos 500KB, mientras que el segundo fichero está preparado para almacenar todas las notas y demás que pueda generar yo durante la lectura.

He iniciado la lectura del Libro, lanzando el Kindle for PC, y bueno, bien. Se pueden ir pasando páginas (adelante y atrás), ir a algún punto concreto, directamente a donde terminé de leer la última vez, etc.

Utilizar un ordenador para leer Libros Electrónicos es, en general, posible. Sin embargo, el libro siempre ha sido un objeto radicalmente móvil, que se puede leer en el sillón, en la cama, en la mesa, en el autobús, en el tren, en el avión, en el hotel, etc. Lógicamente, el PC no es el dispositivo adecuado para simular un libro de papel. Además, la tecnología LCD de la mayoría de pantallas que tenemos en los ordenadores, no es la más adecuada para períodos muy prolongados de lectura.

Hace unos años se inventó una tecnología de pantalla, llamada Tinta Electrónica (en inglés, eink), que tiene algunas ventajas importantes (cansa menos la vista al no ser retroiluminada, tiene menor consumo, etc.). En base, habitualmente, a esta tecnología, la industria ha diseñado dispositivos específicamente dedicados a la lectura de Libros Electrónicos. Yo propongo llamarles LELEs (LEctor de Libros Electrónicos), pero la industria los conoce como ereaders (cuando se es riguroso) y a menudo simplemente como ebooks (aunque este término es confuso, entre dispositivo y contenido).
El LELE nook de Barnes&Noble
(Fuente: contenidosdigitales)

Fabricantes tradicionales de pirulos electrónicos (como SONY, SAMSUNG, y otros) han puesto en el mercado diversos modelos de LELEs. Pero los que mayor difusión están teniendo son los diseñados y vendidos por los vendedores tradicionales de contenidos (como el Kindle de Amazon, o el nook de Barnes&Noble, una cadena muy importante de librerías en USA). En cualquier establecimiento del ramo (de tipo Media Markt, Saturn, y otros) podemos encontrar muchísimos modelos de LELEs de diversa procedencia. O podemos comprarlos por Internet en diversos sitios.

Todos ellos son portátiles, de tamaño variable en función, básicamente, de las dimensiones de la pantalla (que, en general, es de 6 ó 9 pulgadas). Pero cada modelo es capaz de leer unos ciertos formatos de Libros Electrónicos, pero no otros. También se diferencian por el modo de implementación del teclado (físico, virtual). Y, una vez más, las dimensiones y el peso se convierten en un criterio de compra.

Disponen de algún tipo de batería recargable (sustituible por el usuario, o no), que se puede cargar desde una conexión habitualmente USB, o mediante un cargador eléctrico específico (en general, suministrados separadamente). Ello les da una autonomía de varias horas, como para una o varias sesiones de lectura.

Otro elemento importante a tener en cuenta es cómo se les carga el contenido, y las restricciones que se pueden tener si el contenido está protegido por DRM. Pueden conectarse al ordenador, pero acostumbran a ofrecer también facilidades inalámbricas (WiFi) o incluso de 3G (telefonía).

Disponen de memoria flash interna de diversas capacidades. algunos pueden tener posibilidad de conectar una tarjeta de memoria, pero parece que la tendencia es a que no la tengan.

Con tantas facilidades de conectividad, se hizo famoso el caso de Amazon que vendió algunos Libros Electrónicos de George Orwell que generaron litigio por los Derechos de Autor. Y Amazon decidió borrar remotamente esos ficheros en los dispositivos Kindle de los usuarios que los habían comprado. Lo que, lógicamente, generó más litigios, especialmente porque la temática de 1984 de Orwell parecería que se ha hecho realidad.
Un modelo del LELE ereader de SONY
(Fuente: ocularis)

Los LELEs se pueden conseguir en el mercado ya por debajo de los 200€, aunque los de pantalla más grande todavía pueden estar más cerca de los 300-400€. Aunque, como para todos los dispositivos electrónicos, su extensión y vulgarización hará que los precios se moderen. Es el precio Premium (o sobreprecio) que se paga por ser un Early Adopter (o fanático comprador de todas las novedades en pirulería).

Como resumen, creo que a la tecnología todavía le falta algún hervor, especialmente en lo que se refiere a la estandarización de formatos. Google, en unos meses, sacará al mercado su servicio de venta de Libros Electrónicos (Google Edition). Habrá que seguirles, a ver cómo lo hacen y qué formatos priman, y demás.

Como punto final, una simple reflexión. La extensión de los dispositivos móviles ha creado un capítulo propio a la hora de preparar el equipaje. Hay que empaquetar comida para todos ellos. El cargador del móvil, el del dispositivo MP3, el de la cámara fotográfica y el de la de video, el cargador para el LELE, el del iPad, el adaptador para el GPS. Y si nos movemos con ordenador portátil, entonces todo lo móvil se nos acaba comiendo la mitad de la franquicia de equipaje de una compañía low cost y todos los enchufes de la habitación del Hotel. Y claro, mudas, las justas. En fin, un sindiós.

Que no nos afecten los calambres.

JMBA

1 comentario:

  1. Yo tb soy apasionado de la lectura. En su día me llamó la atención estos gadgets, pero tras ver alguno en vivo (Papyre y Kindle), y jugar con otros en el PC City, dejaron de encantarme. La razón era la lentitud de refresco de la pantalla, la cantidad de botones a utilizar, y una interfaz nada intuitiva para el usuario, que de uno a otro aparato, debe aprenderse la navegación.

    Sin embargo, ando detrás de una Tablet. Estos aparatos tienen pantalla táctil, es interactiva, tiene millones de colores y una mayor resolución (y por tanto definición de imagen), puedes leer libros en cualquier formato (abierto o propietario), usar WiFi, navegar por internet, utilizar un teclado virtual, reproducir medios multimedia (sonido, imagen y vídeo), etc, etc, etc. El precio ya es hasta inferior que el de un eBook, y las prestaciones infinitamente mejores. En cuanto a la pantalla, el argumento de la eInk o tinta electrónica queda desfasado, pues el brillo en las pantallas era en los antiguos CRT's y en los primeros LCD. Ahora, los LCD no tienen brillo y puedes tirarte horas y horas sin que la vista se te canse en exceso.

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