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domingo, 14 de noviembre de 2010

Gales (Julio de 2008)

En la segunda quincena de Julio de 2008 pude conseguir unos días libres, y organicé un viaje anormal al Reino Unido. Y digo anormal porque, esta vez, ni siquiera pisé Londres ni ninguno de sus aeropuertos.
Laderas verdes hacia el mar, con vacas y ovejas,
en la costa Oeste de Mid Wales
(JMBigas, Julio 2008)

Conseguí un billete a buen precio entre Madrid y Liverpool (de esos low cost de 5€ que, con los suplementos, complementos y agravantes, se acaba poniendo en los 80€). Y desde Liverpool preparé una excursión de cuatro días para hacer un primer descubrimiento de Gales. Con una extensión lateral por Inglaterra, hacia Salisbury, para visitar Stonehenge. Pero esta parte ya la relaté en otro artículo (incluso en inglés). El paso por Bath y Bristol, así como la estancia en Liverpool quizá lo cuente más adelante.

Os he preparado una colección de unas 80 fotografías de las rutas que hice por Gales, con sus comentarios y ubicación geográfica, que tenéis accesible en Picasa.

En el Aeropuerto John Lennon de Liverpool tenía un coche alquilado (me dieron un Ford Focus), y de ahí me dirigí hacia el Sur, pasando por Chester, y entrando por Gales en el pueblo fronterizo de Hay-on-Wye (pop. 1800). La particularidad de este pueblo es que se le conoce como the town of books. A partir de los años 60 se empezaron a instalar ahí librerías de todo tipo, principalmente de segunda mano y especializadas en temas diversos. Hoy está claro que es el pueblo de Europa con mayor número de librerías (unas 40 en total, según parece) por cada mil habitantes.
Centro del pueblo de Hay-on-Wye
(JMBigas, Julio 2008)

Hay-on-Wye es lugar de peregrinación de todos los lletraferits (literalmente, letraheridos) y adictos a los libros de todas clases, en general.

Están preparados para grandes afluencias de visitantes (especialmente durante los fines de semana, y en épocas vacacionales), ya que tienen un gran aparcamiento de pago, desde el que con breves paseos se puede recorrer el pueblo entero. Compré algún libro (muy barato, es cierto), pero tenía que tener precaución con el peso, al tener que volver a casa en una compañía de low cost, de las que quiere hacer caja con el exceso de equipaje.

Hay-on-Wye está en la misma línea fronteriza entre Inglaterra y Gales, y la ciudad (inglesa) más próxima es Hereford. Efectivamente el pueblo está plagado de librerías, y dispone de toda clase de servicios para los visitantes (pubs, restaurantes, etc.). Tiene también un castillo y una de las calles principales, de hecho, es Castle Street.

Tomé un plato de carne en uno de los pubs (era hora, más o menos, de almorzar), y luego seguí camino hacia el desvío por Inglaterra del que no hablaré hoy. A la vuelta, desde Bristol, mi siguiente etapa en Gales fue la ciudad de Swansea.

La principal ciudad de Gales es Cardiff, pero yo ya había estado ahí hace años, en la época de patearse Europa a tiro de Inter-Raíl, por lo que decidí esquivarla esta vez, ya que no me sobraba el tiempo.
Castle Square, Swansea
(JMBigas, Julio 2008)

Swansea (Mar del Cisne, en inglés) es una ciudad media de unos 170.000 habitantes (más otros cien mil en la aglomeración urbana). Su nombre en galés es Abertawe (que significa Desembocadura del Tawe). Había reservado alojamiento en el Hotel Dragon, en pleno centro, con (algunas) facilidades de aparcamiento. Realmente, cuando estuve, el aparcamiento era un patio trasero de tierra, donde amontonar los coches como a cada cual Dios le dé a entender. Pero el hotel era confortable y bastante moderno, y situado al lado del centro de la ciudad, no muy lejos de la zona marítima.

El hotel está situado en el llamado The Kingsway, y desde ahí se puede tomar la Wind Street (llamada así no por el viento que hace, sino porque se trata de una calle sinuosa), que está llena de restaurantes, pubs, etc. Por ella se puede llegar hasta la zona marítima y el puerto.

Al día siguiente seguí camino por la costa del Sur de Gales, con una parada en el pueblecito pesquero de The Mumbles (muy cerquita de Swansea). Y luego, más hacia el Oeste, en Port Eynon.
The Mumbles, pueblecito pesquero cerca de Swansea
(JMBigas, Julio 2008)

Tuve que hacer una parada técnica en Carmarthen (pop.15.000) que es una población muy comercial. Arrastraba un problema desde dos días atrás, porque tenía la parte trasera de los pies en carne viva. En Bristol tuve la ocurrencia de estrenar unos zapatos náuticos sin calcetines, para ir a pasear y cenar, y los daños acabaron siendo irreparables. En Carmarthen conseguí localizar una farmacia, y les expliqué cuál era mi problema. Una chica preciosa y muy amable me recomendó (y vendió, claro) una cajita de esos parches de silicona que son absolutamente milagrosos para ese tipo de heridas.

Seguí camino por el Oeste hacia el Norte, e hice una breve parada en Pembroke Dock, que es punto de partida de los ferries hacia Rosslare en el sureste de Irlanda. El puerto está separado unos cuantos kilómetros de la ciudad de Pembroke (pop. 7.200) que tiene su castillo propio, faltaría más. Pembroke está situado al Sur de la península de Pembrokeshire, que apunta su mentón altivo hacia el Mar de Irlanda. Y Pembroke Dock está al fondo de la profunda bahía (casi un fiordo) llamada Milford Haven (de hecho existe un pueblo llamado así en la otra orilla de la bahía).

Crucé la península hacia el Norte, donde se encuentra Fishguard, otro punto de partida para ferries hacia Rosslare (Irlanda). Pero por el camino pasé por la zona marítima del Oeste de la península de Pembrokeshire, el extremo del mentón. Por ahí pasé por un enclave de dramática belleza, que es Newgale Beach. Desde la carretera, que ha estado discurriendo por lo que parecería zona de montaña, de repente se avista el mar y la playa, habitualmente neblinosos, dicho sea de paso. Luego la carretera discurre unos cientos de metros junto al mar, y se empina de nuevo hacia la montaña, por el otro lado del valle.
The Marine Terrace y el Pier, Aberystwyth
(JMBigas, Julio 2008)

Desde Fishguard abordé ya el camino de la costa Oeste de Mid Wales, en dirección a Aberystwyth, final de etapa. Por esa ruta me esperaban paisajes de postal. Esas laderas verdes junto a la carretera, llenas de vacas y de ovejas, que se extienden hasta el mar.

A media tarde llegué a Aberystwyth, que es una población costera y playera, de no más de 12.000 habitantes. Pero tiene una Universidad muy activa, y en períodos lectivos puede haber hasta unos ocho mil estudiantes que se añaden a la población regular. Aberystwyth es un resort precioso, al estilo de las poblaciones costeras del Reino Unido: un largo Paseo Marítimo, y un Pier que se adentra en el mar, salvando con pilares de madera los diferentes niveles del mar dependiendo de las mareas. En todas las poblaciones turísticas de la costa en el Reino Unido, de tamaño medio o grande, hay uno o varios Piers de este tipo. Destacan los de Brighton, Weston-super-Mare, cerca de Bristol (que se incendió por completo en 2008), Blackpool y otros. Hay alguno (como el de Southport, al Norte de Liverpool) que es tan largo (más de un kilómetro) que tiene hasta un tranvía que lo recorre.

En los Piers de Gran Bretaña se manifiestan todos los vicios públicos de la población. Hay sitios para comer y beber, hay pubs, y, sobre todo, acostumbra a haber grandes extensiones destinadas a los juegos de todos tipos, grandes consumidores de monedas o fichas: videojuegos de todas clases, canastas para encestar, cataratas de monedas, tragaperras, etc. etc. También acostumbran a tener algún rincón habilitado como pequeño cibercafé. Y el Pier de Aberystwyth cumple con todas esas expectativas.
Radiador de diseño en la habitación del
Gwesty Cymru, Aberystwyth
(JMBigas, Julio 2008)

En Aberystwyth hay varios hoteles típicamente para turistas playeros. Pero yo había reservado habitación en un hotel muy pequeño, aunque singular: el Gwesty Cymru (al cambio, sería algo así como Hotel Gales). Instalado en una de las clásicas casas frente al mar, no tiene más de ocho o nueve habitaciones, pero es globalmente de diseño. Tiene además un pequeño restaurante (imprescindible reservar) que constituye una referencia en la oferta gastronómica de la ciudad.

En un paseo matinal por el centro, pasando frente al Museo Regional de Ceredigion y la famosa torre del Reloj (la Wobbly Clock Tower) encontré una pequeña librería a la que no pude resistirme. Ahí encontré un par de joyas (había muchas más, pero tenía que vigilar el peso -del equipaje, se entiende-). Compré un volumen contundente titulado A History of Wales (por John Davies) y uno de los volúmenes de una curiosa serie de novelas negras basadas en Aberystwyth, escrita por Malcolm Pryce, y titulada Aberystwyth mon Amour. La serie consta de cinco volúmenes, con la perspectiva de que el sexto aparecerá en Agosto de 2011. Malcolm Pryce es un inglés (nacido en Shrewsbury) que vivió algunos años de su infancia y juventud en Aberystwyth, hasta convertirse en un trotamundos. En su web afirma haber sido incluso contratado como comedor de loto en Bangkok. Actualmente reside en Oxford.

Al final del Paseo Marítimo de Aberystwyth (The Marine Terrace, que se convierte en Victoria Terrace más allá) hacia el Norte está Constitution Hill, una montaña costera que se eleva unos 430 pies (menos de 150 metros), a cuya cumbre se puede acceder mediante un funicular (el Cliff Railway). Si el día es claro, la excursión a lo alto de Constitution Hill merece la pena, porque se tiene desde ahí unas vistas maravillosas. Además hay algunas atracciones, entre las que destaca la Cámara Oscura.
Aberystwyth desde Constitution Hill
(JMBigas, Julio 2008)

En todo el territorio de Gales hay multitud de ferrocarriles turísticos, algunos incluso de vapor. Cerca de Aberystwyth también hay alguno. Merece la pena consultar horarios y demás, aunque hay que tener en cuenta que este tipo de actividades acaban siendo casi de día completo. Una vez que hemos llegado a la cabecera,  hemos hecho el trayecto de ida, nos hemos paseado por ahí, hemos esperado según el horario al trayecto de vuelta y demás, se nos han echado las horas encima. Yo no tuve ocasión de visitar ninguno, porque mi planificación andaba más bien escasa de tiempo. Otra vez será.

Desde Aberystwyth seguí camino hacia el Norte, ya que mi siguiente etapa era Llandudno, un resort playero en la costa Norte de Gales, ya relativamente cerca de Liverpool. Por el camino hice alguna parada (y podéis ver alguna foto en la colección que os propongo). Siguiendo la costa paré en Aberdyfi (también llamada Aberdovey), y más adelante en una población de nombre irrepetible (Pwllheli) que es la principal aglomeración de la península de Lleyn, al noroeste de Gales, la nariz que huele el Mar de Irlanda..

A media tarde llegué por fin a Llandudno (pop. 20.000). Una vez más, los protagonistas son el Paseo Marítimo (The Parade) y el Pier. Está convenientemente situado para que sea el centro desde el que explorar algunas zonas del Norte de Gales, como la Isla de Anglesey o Snowdonia. Pasar dos o tres noches ahí puede dar de sí lo suficiente para realizar algunas excursiones de interés. En mi caso andaba faltado de tiempo, y solamente pernocté una noche en Llandudno.

En Llandudno hay bastante oferta hotelera. Destacan dos grandes hoteles (el Grand Hotel, junto al Pier, y el St Georges en The Parade). Yo escogí uno pequeñito junto al Paseo Marítimo, que ofrecía Aparcamiento. Claro que dicho aparcamiento consistía en un parterre trasero, donde se podían amontonar un par de coches con muy buena voluntad y grandes dosis de habilidad.
The Parade, Llandudno
(JMBigas, Julio 2008)

Después de cenar, una visita al Pier es muy recomendable. Hay algún pub y, si la noche es agradable, se puede tomar una cerveza en alguna mesita al aire libre. Y gastar unas moneditas en alguna de las infinitas tragaperras de todo pelaje que abundan por ahí.

Al día siguiente era ya mi última jornada en Gales, pero había previsto un recorrido bastante ambicioso, por todo el Norte de Gales. Primero fui a Llanberis (pop. 1.954), que es la puerta de acceso al Monte Snowdon, en plena región llamada Snowdonia. El Monte Snowdon (1.085m. s.n.m.) es la montaña más alta de Inglaterra y Gales. En Escocia está el Ben Nevis, ligeramente más alto (1.344m. s.n.m.). Desde Llanberis parte el Snowdon Mountain Railway, un ferrocarril de montaña que trepa hasta la cumbre del Snowdon. Si se quiere realizar esta excursión, hay que contar prácticamente con el día completo lo que, desgraciadamente, no era mi plan.

Llanberis es un pueblecito que está muy bien preparado para acoger a los turistas de día completo, que van a realizar la excursión al Snowdon (sea a pie o en ferrocarril). Hay algún gran aparcamiento, con tarifa única por jornada completa. Yo solamente tuve tiempo para visitar la estación y la tienda de souvenirs, donde me hice con algún gadget alusivo. Siempre es bueno dejar cosas importantes por visitar durante un viaje, así la suerte nos llevará, algún día, de nuevo a ese lugar.

Por el camino hasta Llanberis, hice una breve parada junto a uno de los múltiples lagos que hay en la región. Consultando la documentación disponible (básicamente Google Earth), he podido averiguar que su nombre, ahí va, es nada menos que Llynnau Mymbyr Lake.
Cubo con cangrejos recién pescados
Beaumaris, Isle of Anglesey
(JMBigas, Julio 2008)

Desde Llanberis me encaminé hacia la Isla de Anglesey, en el extremo noroccidental de Gales, que constituye su particular Land's End. La isla está separada del Gales continental por el pequeño Estrecho de Menai, y a ella se puede acceder por el Menai Bridge. Siguiendo la costa hacia el Norte, y bordeando el Estrecho de Menai, hice una breve parada en el pueblo de Beaumaris (en galés, Biwmares). Se trata de un bello pueblecito costero, con un pequeño Pier, donde esa mañana los locales (y supongo que algunos visitantes) se dedicaban plácidamente a la pesca de cangrejos, equipados con unos pequeños cubos preparados al efecto, con la inscripción Crabbing (¿cangrejeo?), y unos hilos con anzuelo y cebo que sumergían en el agua junto al Pier.

Seguí camino por la costa Norte, con una breve parada en un mirador en la carretera, desde el que se divisaba la Bull Bay, con perfecta forma de herradura.

En el extremo occidental de la isla se encuentra Holyhead (pop. 26.000), su ciudad más grande, y que es, de hecho, el Land's End en estas latitudes. Es también el puerto de partida principal de los ferries a Dublín y a Dun Laoghaire, en Irlanda.
Un ferry de Irlanda se acerca al puerto de Holyhead
(JMBigas, Julio 2008)

Desde ahí tuve que deshacer el camino, esta vez hacia el Este, cruzando de nuevo el Menai Bridge y buena parte de Snowdonia. Hice otra breve parada junto al lago Llyn Ogwen (¿habré dicho dos veces lago?), y luego seguí camino hacia Inglaterra y Liverpool, donde tenía reservado hotel para esa noche.

En resumen, cuatro días de recorrido por Gales, que me despertaron las ganas de volver con más tiempo. Desde luego un paraíso paisajístico y también el edén para los aficionados al senderismo de todo tipo.

Eso sí, paisajes verdes tan idílicos tienen un peaje. Enlazar varios días con el Sol en el cielo parece una proeza difícilmente realizable. Moraleja: cuando luce el Sol en Gales, disfrútalo, porque es pasajero.

JMBA

4 comentarios:

  1. Muy interesante; tus andanzas y aventuras me han resultado familiares y me han recordado mi verano 2001 en Escocia. Así que en vez de volver a Gales, ¿qué tal una inmersión en las Highlands escocesas? y así tendrás una visión más completa de la Gran Bretaña.
    En Edimburgo podrás incluso visitar la tumba del gran economista clásico escocés: Mr. A.Smith!
    Hasta pronto!
    Pilar

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  2. Bueno, Pilar, ya he estado dos o tres veces por Escocia (la primera en 1977).

    A ver si en breve preparo un articulito sobre Escocia y las Highlands (aunque las fotos que tengo no son digitales, ohhh! nooo!).

    De todas formas, muy buena recomendación, que Escocia bien vale la pena.

    Saludos.
    José María

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  3. Por supuesto JM; yo siempre te hago buenas recomendaciones! o no? ja ja...mira que he sonado prepotente!
    Pilar

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  4. me encantaron tus experiencias!! espero poder tener algo parecido ahora que estoy buscando hoteles en buenos aires para hospedarme unos días y luego a españa!

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