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sábado, 12 de febrero de 2011

Pequeñas Cosas que no Molan Nada (6)

Primero, un chiste antiguo. Un señor va a la consulta del médico, aquejado de acidez de estómago. El médico le prescribe lo siguiente: Tómese estas pastillas amarillas, que son mano de santo para la acidez. Eso sí, puede que le den algún ligero mareo. Si fuera así, tómese una de estas pastillas verdes. Claro que quizá le produzcan una leve taquicardia. En ese caso, tómese dos grageas de las azules. Podría notar algo de somnolencia; tómese entonces una de estas pastillas blancas. Posiblemente le den algo de acidez de estómago sin importancia.
Colchicina
(Fuente: sertox)

Bueno, casi parecen los Círculos Viciosos de Sabina (¿por qué va a caballo? - porque es el jefe ... ¿por qué es el jefe? - porque va a caballo).

Seguramente lo menos agradable que heredé de mi padre es una tendencia a tener alto el nivel de ácido úrico en sangre. En sí mismo no es nada grave ni de preocupar. Conviene limitar la ingesta de determinados productos (tomates, carne roja, marisco, vísceras, foie gras...), y tomar un poco de alopurinol todos los días (Zyloric o equivalente).

Sin ser grave, puede desencadenar crisis agudas de cálculos renales (nunca los he sufrido, y cruzo los dedos al escribirlo) o ataques agudos de gota. La gota (esa enfermedad de reyes y emperadores) se caracteriza por la deposición de cristalitos de ácido úrico en las articulaciones, especialmente en el pie. Puede llegar a ser extremadamente dolorosa, ya que poner el pie en el suelo se puede convertir en un suplicio.

Una o dos veces al año, de repente empiezo a notar un pie. En uno o dos días, el dolor se concretiza y se manifiesta como gota. Si no se trata adecuadamente, puede seguir haciéndonos la vida imposible durante una semana o incluso más.

Para los ataques de gota hay un fármaco que es mano de santo: la colchicinaCuriosamente (o no), su uso a estos efectos está documentado desde 1810. Una de sus presentaciones comerciales consiste en unos minigránulos que contienen 1mg del principio activo.

Tras el primer gránulo ya se nota algún alivio. Conviene tomar un segundo gránulo a las dos horas, y hasta otros dos durante el día. Con eso, habitualmente, el ataque de gota ha remitido y el dolor ha cesado.

Pero la colchicina tiene habitualmente algún efecto secundario.

Después de un día de tratamiento, casi ya sin dolor, en mitad de la noche, de repente abrimos los ojos de par en par, como si un león se hubiera acercado a la tienda. La Naturaleza es sabia, y nos avisa como advierte a los animales de la sabana cuando se acerca una tormenta fuerte.
Ilustración de pie gotoso
(Fuente: posteos13)

La primera sensación es de que hemos despertado un momento antes de dar suelta a una leve ventosidad retenida. Pero, amigos, desconfiad. Nada es lo que parece. Intentad llegar al baño sin grandes esfuerzos abdominales, y asentad vuestras posaderas en la taza. Si alcanzáis ese punto sin que se haya desencadenado la tragedia, estáis relativamente a salvo.

Entre tinieblas, asistiréis a la gran tormenta tropical (marrón), y pensaréis por un momento en qué os puede haber sentado mal. La realidad es que estáis pagando el precio de hacer desaparecer el dolor de la gota en 24 horas.

Normalmente a estas alturas el pie ya no os duele. Abandonad la colchicina por esta vez y, durante el día siguiente, procurad no alejaros más de diez metros del baño más próximo. Luego ya habrá cedido el efecto.

Lo cierto es que el médico que me lo recetó y el propio prospecto, advierte de que entre sus efectos secundarios pueden darse diarreas, náuseas y más raramente, vómitos. Si todavía voy a ser afortunado, que sólo sufro una de tres.

Os puedo asegurar que, en el vértigo de las varias descargas intestinales que sufriréis muy probablemente, se os habrá olvidado que os dolía un pie. Un efecto secundario (pérdida de memoria) que no está documentado.

Si hasta olvidaréis la razón de haber tomado ese laxante.

JMBA

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