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jueves, 7 de julio de 2011

Montserrat, un enclave privilegiado

De niño había estado algunas veces en lo alto de Montserrat, pero de eso puede que haga hasta cuarenta años. Este lunes, como una etapa en un viaje de vuelta desde Barcelona a Madrid, tuve ocasión de realizar una corta visita a la Montserrat del siglo XXI.
Vista del complejo del Monasterio desde lo alto del
Funicular de Sant Joan
(JMBigas, Julio 2011)

Desde Barcelona se puede viajar en la línea de Cercanías hasta la estación de Monistrol de Montserrat (a 152m. de altura s.n.m.), donde se enlaza con el ferrocarril de cremallera que sube hasta la zona del Monasterio. Viajando en automóvil, la mejor opción actualmente es llegar hasta la estación de Monistrol-Vila del Ferrocarril de Cremallera, donde existe un gigantesco parking gratuito para 1.000 turismos y hasta 70 autocares. Allí se toma el ferrocarril de cremallera, que te sube hasta el monasterio (en torno a los 700m. de altura s.n.m.) en unos 13 minutos.

Existen otras formas de subir hasta el Monasterio. Existe el Teleférico de Montserrat (popularmente conocido como el Aéreo) que tiene su estación inferior a la entrada del pueblo de Monistrol de Montserrat (con parking abundante en un descampado) y la estación superior algo por debajo del nivel de la Plaça de la Creu, a donde llega el Cremallera. Obliga, pues, a remontar a pie un último repecho.

Por supuesto se puede subir a pie, como han venido haciendo desde tiempos lejanos tanto peregrinos como excursionistas. Supongo que también se podrá subir en helicóptero, pero este método está fuera de las posibilidades reales de la mayoría de visitantes.
Tren de cremallera, en la estación de Montserrat
(JMBigas, Julio 2011)

Existe una carretera para subir en coche hasta el Monasterio; de hecho, de niño, siempre habíamos subido en coche. Pero actualmente el problema es que el espacio disponible para aparcamiento es muy limitado (y de pago) y no queda otro remedio que dar la vuelta hacia abajo si está completo. De hecho, a la entrada del pueblo de Monistrol hay un indicador luminoso con la información de disponibilidad de aparcamiento tanto en el llamado P1 (en Monistrol-Vila, junto a la estación del cremallera, gratuito) como en el P2 (zona del monasterio, de pago). Esta información debería evitar recorridos inútiles.

Este lunes llegué al parking P1 en torno a las diez y cuarto de la mañana, y aparqué allí mi coche. Compré un billete combinado (el Cremallera ida y vuelta, más los dos funiculares en funcionamiento en la zona del monasterio) y vi a algún autocar depositando turistas en la estación, que venían a realizar la visita de rigor.

En las temporadas altas y períodos de pico de visitantes, hay un tren que sube al Monasterio cada veinte minutos, con capacidad para unas 300 personas. A las once menos diez llegué a la Plaça de la Creu, al pie del Monasterio. A lo largo de todo el camino hasta la zona de aparcamientos de autocares y turismos (unos cientos de metros), se bordea una terraza con vistas espectaculares de la montaña y los valles desde donde hemos subido con el cremallera.

Cuenta la leyenda que en el año 880 unos niños encontraron una imagen de la Virgen en una cueva (la que hoy se venera como Santa Cova o Cueva Santa). Al ser imposible el traslado de la imagen, se interpretó que la Virgen quería quedarse donde se la había encontrado, y se construyó la primera ermita, que fue el embrión del actual Monasterio y Abadía. La construcción de todo el conjunto tal y como lo podemos ver hoy ha sido la obra de muchos siglos. En el Monasterio, podemos ver un claustro gótico que data del siglo XV, y también muchas obras arquitecturales y escultóricas de los siglos XIX y especialmente del XX. Todos los medios mecánicos (cremallera, teleférico, funiculares) datan de principios del siglo XX, aunque han sido recientemente renovados casi en su totalidad.
El complejo del Monasterio, adosado a la montaña
(JMbigas, Julio 2011)

Dispersas por diversas zonas de la montaña quedan recintos eremíticos y ermitas de tiempos pasados, a los que se puede acceder mediante rutas a pie de diversa duración y dificultad.

Al margen de interpretaciones religiosas y políticas (de hecho, Montserrat jugó un papel importante como promotor de algunas libertades en la etapa del franquismo, y siempre ha sido un referente para el catalanismo militante), para mí el auténtico espectáculo es la montaña misma, el dramatismo de muchas peñas cortadas como a cuchillo, y las maravillosas vistas que se tienen de los valles que discurren más de 500 metros por debajo del nivel del Monasterio.


(Breve vídeo con el cruce de los dos trenes del Funicular de Sant Joan).

Desde este punto de vista, una excursión imprescindible es la subida a Sant Joan. Para la gente normal existe un funicular que sube la empinada montaña, unos 300 metros por encima del Monasterio, aunque supongo que se podrá subir también a pie para los atléticos en muy buena forma. Para los senderistas no salvajes, desde la estación superior del funicular se pueden realizar diversas excursiones a pie (entre 20 minutos y algo más de una hora) que permiten visitar algunas de las ermitas dispersas por la montaña.

En el piso superior de la estación del funicular está la llamada Aula de la Natura, que dispone de una magnífica terraza desde la que se domina todo el complejo del Monasterio. Se pueden tomar desde ahí excelentes fotografías de todo el conjunto.

La estación inferior está muy cerca de la estación del Cremallera, y al lado también de la estación del otro funicular, el llamado de la Santa Cova. Este no pude tomarlo porque resulta que hacen una pausa almuerzo al mediodía (de una a dos), que era justamente el tiempo que yo tenía disponible, para no retrasarme demasiado en la continuación de mi viaje hacia Madrid. Este funicular desciende 118 metros, y desde la estación inferior se puede seguir un camino serpenteante hasta la Cueva Santa, orillado por el llamado Rosario Monumental, con obras de los principales artistas del Modernismo del siglo XIX.
Patio porticado entre las dos fachadas del Monasterio
(JMBigas, Julio 2011)

Desde la zona de la Plaça de la Creu (al nivel de la estación del cremallera) se puede subir hasta la Plaza de Santa María (el acceso al edificio del Monasterio) bien mediante unas escaleras (cuatro tramos de una docena de escalones cada uno), o siguiendo el camino en rampa por la Plaça de l'Abat Oliba.

Actualmente la Plaza de Santa María está en obras para su remodelación, y el rincón con el claustro gótico del siglo XV no es accesible por el mismo motivo.

El Monasterio tiene dos fachadas, una detrás de otra. La primera, la moderna, da a la Plaza de Santa María. Pasada esta, se accede a la fachada original a través de un patio porticado, donde parece existir una cierta tradición de descalzarse y elevar una plegaria desde su centro. Es posible desfilar por el camarín de la Virgen, pero siempre acostumbra a haber unas colas (a la derecha de la entrada) que suponen esperas de cierta importancia.

Uno de los detalles más interesantes del interior de la Basílica es su monumental órgano. Es famosa asimismo la Escolanía de voces blancas de Montserrat.

Todo el conjunto está perfectamente preparado para acoger todos los días a varios miles de viajeros. Para un visitante de Barcelona, la excursión a Montserrat le tomará prácticamente el día entero. Este lunes (eso sí, de principios de Julio) no había aglomeraciones pero sí mucha gente, especialmente a medida que pasaban las horas. Monistrol está a unos 50 Km. de Barcelona, y el cremallera recorre algo más de 5Km (con un desnivel de más de 500 metros) hasta lo alto de la montaña.

Hay restaurantes, cafetería, autoservicio y posiblemente la mayor tienda de recuerdos que nunca he visto en ningún lugar del mundo de parecidas características. Tiene varias secciones diferenciadas (souvenirs y recuerdos estándares; objetos de cerámica, algunos incluso de bastante buen gusto; perfumes y productos de la tierra; comestibles en las formas más típicas de Catalunya; objetos religiosos;...) aunque donde se acumulaba el público era en la zona de degustación de los diversos licores que se elaboran ahí (de los que el más conocido es un licor de hierbas llamado Aromas de Montserrat).
Fachada original del Monasterio
(JMBigas, Julio 2011)

En la Plaça de l'Abat Oliba, un poco más arriba, hay también un bar y una tienda de comestibles para el suministro de los excursionistas.

Ahí terminó mi breve excursión a Montserrat, entre otras cosas porque empezó a llover, tras ponerse el cielo, en el rincón de la montaña, negro cual sotana de cura. Pasaron algo más de tres horas y media desde que dejé el coche hasta que lo recogí en el aparcamiento junto a la estación de Monistrol-Vila.


(Vídeo de menos de dos minutos con el descenso y cruce del ferrocarril de cremallera)

De ahí seguí mi camino hacia Madrid, con algunos incidentes que retrasaron mi llegada. Un camión volcó y se incendió cerca de La Panadella, y la circulación estuvo parada muchos minutos, y luego tuvimos que circular muy lentamente por un desvío de la autovía. Y casi la totalidad de la autovía entre Zaragoza y Madrid está actualmente en obras, con frecuentes tramos de circulación por un solo carril, cambiando de calzada, y con eslálons de todo tipo. 

Lector, si se da el caso de que estés en Barcelona y dispongas de un día libre, no dejes de visitar Montserrat. No ya (sólo) por lo que pueda significar (a nivel religioso o político) sino por lo que es: un enclave privilegiado en medio de una montaña singular, muy bien preparado para acoger visitantes. Y si crees que te vendrían bien unos días de reflexión en lo alto de la sierra, también dispones de alojamiento (en el hotel o en las celdas del monasterio).

Hay mucha información disponible en la web sobre Montserrat: la propia web de la Abadía, o la preparada para realizar reservas de alojamiento o de visitas guiadas. La Wikipedia cuenta la historia tanto del Monasterio como de la Virgen (la Moreneta). Y os he preparado también una colección de 33 fotografías de mi visita.

JMBA

2 comentarios:

  1. Al fin el viaje a Montserrat.
    No comentas nada del "mercadillo" al aire libre que todas las mañanas se monta al pie del edificio de la foto nº 15, que tu llamas de servicios, cuando en realidad son las dependencias de la "escolania", residencia, aulas, etc.
    En dicho mercadillo los "payeses" de los pueblos cercanos intentan vender sus productos más o menos manufacturados, a unos precios a menudo de escándalo, pero no por ello menos típicos. Se puede encontrar desde el típico "mató" (queso tierno), los tomates con denominación de origen "montserrat", son unos tomates de ensalada, huecos por dentro y antaño de exquisito sabor.
    Miel de todos tipos, otros tipos de queso i golosinas varias, la mayoria de alto valor calórico.
    El museo es otro de los espacios que vale la pena visitar, ya que cuenta con valiosas piezas traidas del Oriente Bíblico recogidas en su mayoria por el padre Bonaventura Ubach a principios del siglo XIX (Egipto, Tierra Santa, etc.). Obras de artistas catalanes, Casas, Miro, Dalí, etc. Y algo de pintura antigua (Greco, Caravaggio, etc.)
    Y por descontado un montón de orfebrería religiosa.
    Buenos los videos y la colección de fotos

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  2. Montse, tienes toda la razón en lo que dices. Efectivamente, el mercadillo estaba en marcha, proponiendo toda clase de alimentos gourmet y típicos de la zona. Pero, como conozco mi debilidad ante este tipo de cosas, preferí mantenerme alejado.

    Respecto al Museo, no tuve tiempo de visitarlo. Como digo al final, una visita a Montserrat consume un día entero, y yo no disponía de tanto tiempo. A pesar de acortarla, acabé llegando a Madrid casi a las diez de la noche.

    Me quedan muchas cosas pendientes para otra visita, en otro momento.

    Saludos.
    José María

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