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jueves, 12 de enero de 2012

Pobres y (pero) Honrados

Para que no haya ninguna confusión, conviene empezar por decir que nadie puede proclamar su honradez, ni manifestarse como no corrupto, si jamás ha tenido acceso a la llave de la caja. Los pobres, en definitiva los ciudadanos de a pie, ni siquiera tenemos derecho a escoger ser corruptos. Cada vez más me está dando la sensación de que si eres honrado, es que eres un mindundi. Y eso no me gusta.
Francisco Camps, ex presidente de la
Generalitat Valenciana
(Fuente: tuylasalud)

Pero estamos asistiendo estos días a varias ceremonias de la obscenidad. En el juicio que se está siguiendo contra Camps en Valencia, se han escuchado algunas cintas de conversaciones grabadas, que manifiestan el absoluto descaro con que se intercambiaban favores de diverso calado los corruptos y los corruptores. Los 100 gramos de caviar para Nochebuena que Costa le suelta al Bigotes no hace sino demostrar el grado de intimidad que alcanzaron estas relaciones corruptas. Tú dame, que ya sabes que te daré.

Puede que todos estos temas, los trajes y demás, sean judicialmente piezas menores. Pero ponen en evidencia lo que significan las tramas corruptas. Unas maquinarias perfectamente engrasadas, preparadas para alcanzar su objetivo de derivar los dineros públicos (que son de todos, y no de nadie como a algún político alguna vez se le ha escuchado decir) hacia el bolsillo privado.

Luego ya estarán las adjudicaciones directas a precios hinchados, las compras divididas en varias para no superar el listón de requerir un Concurso Público, y todas esas lindezas. Porque los trajes, los bolsos de Louis Vuitton o el caviar, de una u otra forma, hay que pagarlos.

Oímos hablar también estos días de la ambición desmedida del yerno del Rey, que le llevó a toda clase de tejemanejes corruptos e impresentables (con la connivencia de políticos y demás) para poder comprar un palacete en Barcelona, inasequible a su nivel de ingresos oficial, o para poder derivar capitales a paraísos fiscales Otra maquinaria que sumaba la corrupción, la obscenidad y la falta de honestidad al engaño. Fundaciones y demás montajes cuyo único objetivo era enriquecer a Urdangarín (y a su familia, de paso).

Algunos habrá que colaboraron, sin duda, engañados por los objetivos pretendidamente altruistas de esa maquinaria. Pero otros, sin duda, pagaron con la esperanza de cobrarse los favores. ¿Se los han cobrado?.

Es imprescindible que la justicia trabaje con total libertad para esclarecer los hechos en toda su amplitud. Pero también es exigible la responsabilidad política y pública de personas que están tan próximas a las más altas instituciones del país. No podemos pedirles que sean pobres (como nosotros) pero sí honrados (como nosotros).
Iñaki Urdangarían, yerno del Rey
(Fuente: minutodigital)

Personalmente, no creo que la corrupción se extienda más por el hecho de que España sea constitucionalmente una monarquía. Si fuera una República, y existiera, por lo tanto, un cargo electo de Presidente de la República, éste también tendría cuñados, yernos o primos que intentarían sanear sus propios caudales a la sombra de la institución. Con el agravante de las prisas.

Por eso es importante que TODOS los políticos y representantes del pueblo y del país se comprometan activamente con la TOLERANCIA CERO con la corrupción, caiga quien caiga.

De ninguna forma podemos aceptar que los favores hacia personas representativas sean moneda común. Hay que pintar con claridad una línea roja entre el agasajo y la corruptela.

Porque si no, igual el saludo habitual entre los ciudadanos pase a ser Salud y Honradez, como deseo, que no como descripción. Sin muchas esperanzas, pero por si acaso.

JMBA

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