Este viernes 30 de diciembre, víspera de Nochevieja, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy ha pasado su bautismo de fuego. Sus primeras medidas nos meten la mano en el bolsillo de la mayoría de ciudadanos. Para el resto habrá que esperar a finales de Marzo (pasadas las elecciones andaluzas) en que se presenten los Presupuestos Generales del Estado para 2012
El Tribunal que se presentó el viernes en Moncloa, para dar las malas noticias tras el Consejo de Ministros, presidido por Soraya Sáenz de Santamaría, (Fuente: politicas) |
Como aperitivo, subida de impuestos. Tras toda una campaña en que Rajoy negó por activa y por pasiva su intención de subir los impuestos. La vicepresidenta y varios ministros escenificaron lo que posiblemente ya tenían ensayado desde hacía tiempo: oh, cielos, lo que nos hemos encontrado es mucho peor que lo que nos habían dicho. Una representación así sólo es posible en los primeros momentos del nuevo gobierno, y no han dejado pasar la ocasión.
Soraya habló de un déficit del 8% (frente al 6%, que es la cifra de la que se había venido hablando últimamente). Es imprescindible que clarifiquen el origen de este déficit y qué administraciones lo han provocado, y en qué cuantía. Porque muchos tenemos la sensación de que, mientras en la Administración General del Estado (la AGE) la contención (y supervisión) del gasto se lleva a rajatabla, en otras se sigue disparando con demasiada frecuencia pólvora de rey.
Se insistió en que se trata de una subida extraordinaria y temporal, limitada a los ejercicios de 2012 y 2013. Más adelante, Dios dirá, claro. Medidas extraordinarias para hacer frente a situaciones extraordinarias, repitió unas cuantas veces una vicepresidenta nerviosa durante la intervención pública posterior al Consejo de Ministros.
El Real Decreto-ley 20/2011 de 30 de Diciembre se ha publicado en el BOE del sábado 31 de Diciembre, y entra inmediatamente en vigor, a partir del 1º de Enero de 2012. Es un documento de 75 páginas, muy espeso en algunas partes, pero clarinete en otras muchas. En la práctica, prorroga los Presupuestos del 2011, con algunas matizaciones.
Por una parte, se decreta un recorte de gastos que afectará de modo muy especial a los funcionarios y a los pensionistas. Estos ven aumentados sus ingresos en el 1%, con una inflación reconocida del 2,9%. Aquellos ven congelados sus sueldos, a cambio de trabajar 2,5 horas más a la semana, hasta las 37,5. Francamente, no sé si esto es así en todas las Administraciones (lo de las 35 horas semanales en la actualidad).
En cuanto a la subida de impuestos, dos nos afectan a la gran mayoría. De una parte, se decreta un incremento del IBI (el Impuesto de los Bienes Inmuebles que pagamos cada cual a nuestro Ayuntamiento). La cuantía de este incremento depende del año en que cada Ayuntamiento haya realizado por última vez la revisión catastral. Si fue anterior al 2002, el incremento será del 10% y, además, el gravamen no podrá ser inferior al 0,5% en 2012 y al 0,6% en 2013. Para revisiones entre 2002 y 2004, el incremento será del 6% (con un gravamen mínimo del 0,5%). Si la última revisión se produjo entre 2005 y 2007, se entiende que, en plena burbuja inmobiliaria, los valores están hinchados, y el incremento será del 0%. Para las revisiones entre 2008 y 2011, el incremento durante 2012 y 2013 será del 4%.
Os voy a poner un ejemplo de Madrid, que es el municipio en el que resido, y donde tengo una vivienda (más plaza de garage y trastero) en propiedad. Hasta el IBI de 2011, el valor catastral de referencia ha sido el fijado en 2001. El incremento respecto al valor previo se ha venido repercutiendo parcialmente año a año, y 2011 ha sido el primer año en que la Base liquidable del impuesto ha sido exactamente el valor catastral fijado en 2001. Para que os hagáis una idea, el importe del IBI que he pagado en 2011 respecto al de 2001 representa un incremento del 217,56%. Es decir, en estos diez años, el importe del Impuesto se ha más que triplicado.
En 2011 se ha realizado una Revisión Catastral en el municipio de Madrid. En mi caso, esto representa un aumento del valor catastral de la vivienda en un 63,42%; de la plaza de garage en un 65,73%; y en el caso del trastero, curiosamente, una reducción del 14,82%.
Para el cálculo de la cuota del IBI con los nuevos valores catastrales (si es que han subido respecto a 2001), a la Base Imponible del impuesto se le va añadiendo cada año (empezando en 2012) un 10% del aumento total. De modo que existirá cierta reducción hasta el 2020, y el 2021 será el primero en el que se pague la totalidad del IBI en función del valor catastral de 2011. Suponiendo que no se modifique por el camino la tasa del gravamen (actualmente del 0,581% en el municipio de Madrid), esto supondrá que el IBI de 2021 respecto al de 2011 representará un incremento total del 59.61%.
Las cuotas para 2012 y 2013 se verán afectadas por este Real Decreto-ley, con un incremento, en este caso, del 4%. Todavía voy a resultar afortunado, porque con todo ello, el IBI 2012 respecto al del 2011 representará un incremento del 9,49%, y no del 10% como sería si se hubieran conservado los valores catastrales del 2001.
Otro impuesto que se revisa en este Real Decreto-ley es el IRPF (el famoso Impuesto de la Renta; técnicamente Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). Aquí también se aplicará un gravamen especial, tanto sobre las rentas del trabajo como sobre las rentas del ahorro, durante 2012 y 2013. La cuantía del gravamen tiene que ver con el importe de la BLG (Base Liquidable General, a la que se llega sumando los rendimientos del trabajo y restando los gastos deducibles y las deducciones por mínimo personal y familiar y demás). La cuota íntegra estatal aumentará en un 0,75% del importe de la BLG, para valores hasta los 17.707,20 euros. El porcentaje del gravamen aumenta con el valor de la BLG. Para una BLG de 53.407,20 Euros, representa el 1,97%, pero el marginal para lo que exceda de esa cifra ya será del 4%. En el límite definido, para una BLG de 300.000,20 Euros, el gravamen representa un 4,65%, pero el marginal de ahí en adelante será del 7%.
Hará falta ver si no hay más de una Comunidad Autónoma que se sume a esta ola, y decida aplicar un gravamen parecido a la cuota íntegra autonómica.
Por su parte, también se aplicará un gravamen a la Base Liquidable del Ahorro (BLA), es decir, a los ingresos procedentes de intereses de cuentas o depósitos, o bien de dividendos. En este caso, el gravamen será del 2% para los primeros 6.000 euros, del 4% para los siguientes 18.000, y del 6% para todo lo que exceda de los 24.000 euros.
Por supuesto, las correspondientes retenciones a cuenta, tanto para las rentas del trabajo como del capital se incrementarán convenientemente (ese es el procedimiento para que el Estado empiece a percibir los incrementos desde ya). En particular, esto significa que la retención sobre los intereses de cuentas, depósitos o dividendos será (durante 2012 y 2013) del 21% en lugar del 19%.
También hay algunas medidas relativas a la vivienda. Se mantiene (en principio durante 2012), el IVA reducido del 4% para la compra de vivienda, así como la deducción fiscal por adquisición de vivienda habitual. Una ayudita muy dirigida a que los Bancos (que son hoy los propietarios de un stock sobredimensionado de viviendas, procedente de impagos y embargos), puedan dar salida con más facilidad a sus activos dudosos.
Todo lo que os he contado hasta aquí es la parte más significativa del contenido de este Real Decreto-ley, que nos va a afectar a todos.
Partamos de la base de que parece irrefutable que el Estado necesita recaudar más dinero para poder hacer frente a los compromisos de reducción del déficit asumidos con la Unión Europea. Y ello sin perjuicio de que habrá que revisar muchas más cosas en lo que se refiere a cómo y en qué se gasta el dinero de todos, y a una reflexión sobre si podemos seguir permitiéndonos gastos suntuarios y exagerados, como los aeropuertos para personas y no para aviones o los palacios de congresos que han nacido como setas hasta en las pequeñas capitales de comarca, y de que hay que atajar sin misericordia cualquier asomo de corrupción.
Dicho esto, ¿es justo el reparto del esfuerzo?. Creo que no, porque todo el esfuerzo acaba recayendo sobre los de siempre (asalariados, funcionarios, pensionistas, pequeños ahorradores), que veremos reducida nuestra renta disponible y nuestro poder adquisitivo, de un modo parecido a lo que habríamos sufrido todos con una devaluación, por hacer referencia a los mecanismos previos a la implantación de la moneda única.
Pero ni siquiera se atisba la intención de atacar con firmeza a los grandes yacimientos de mayores ingresos para el Estado. Fuera de esos colectivos (los sufridores habituales) se desarrollan los grandes pastos de injusticia y fraude fiscal. Ni siquiera se insinúa la intención de implantar un Impuesto para las Grandes Fortunas, o una tasa a las transacciones financieras especulativas. Es decir, no se ve ni siquiera la intención de que paguen la crisis los que la provocaron y se han beneficiado (y se están beneficiando) de ella. Pero esta no es una crítica sólo para Rajoy, sino para el conjunto de la Unión Europea. Todos los eurofuncionarios y eurodirigentes se están mostrando indolentes, perezosos y reacios a promover con firmeza un cambio en el modelo fiscal, que produjera un reparto más justo de los costes derivados de mantener un Estado como el que hemos conseguido.
Que pague más quien más gana, sí, pero sólo si formas parte de la casta de los sufridores habituales.
JMBA
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