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domingo, 6 de junio de 2010

Necrofilia Ideológica (sic)

Moisés Naím publica este domingo, en su sección "El Observador Global" de El País, un artículo que se titula así.

Define Moisés la necrofilia ideológica como el amor ciego por las ideologías muertas.

Hace ya varias décadas, Gonzalo Fernández de la Mora, diplomático y Ministro de Obras Públicas (franquista) en los 70' publicó un ensayo titulado "El Crepúsculo de las Ideologías". Recuerdo haberlo leído en su momento, pero, francamente, no recuerdo el detalle de sus tesis.

Creo que el tema no está tanto en la aplicación fallida o no de determinadas ideologías, para decretarlas muertas. El propio concepto de ideología creo que está muerto, en cuanto los pueblos, los individuos, los ciudadanos, abandonan la incultura y están suficientemente informados. Son seres avisados, que desconfían de forma natural de las ideologías.

Las ideologías (todas), son carros de enganche para que personas (especialmente jóvenes) sin muchas esperanzas de mejora en la vida se sientan socializados, pertenecientes a una cierta tribu, y por tanto vean reforzada su menguada autoestima. Desgraciadamente, también la mayoría de religiones que nos resultan próximas, utilizan el mismo tipo de mecanismo.

Personalmente, me repugna bastante renunciar a (casi) todas mis libertades para acoger un cuerpo doctrinal completo, además sometido a la interpretación de quien se arrogue el liderazgo, o al menos sea reconocido como tal.

De ello no debe deducirse en absoluto que sea más recomendable que los ciudadanos seamos seres apolíticos, porque ese sería un retroceso. Todos, en nuestro mejor saber y entender, tenemos ideas sobre cómo abordar los diferentes problemas a los que se enfrenta la sociedad. Cada una de ellas seguramente se alinea con una ideología al uso, pero su conjunto nos conforma como ciudadanos adultos, y bastante independientes.

El genial Josep Pla nos demostró que nadie es apolítico, con ocasión de una visita a su masía de Llofriu. Un amigo de la familia llevaba una bolsa de deporte con sus Obras Completas, con la idea de que se las autografiara. Creo recordar que consiguió su firma solamente para el primer volumen. Mi padre, a una pregunta del escritor, le respondió "yo soy apolítico". Josep Pla le preguntó por lo que había hecho durante la Guerra Civil (que pilló a mi padre en plena edad militar). Huyó de Catalunya al estallar la guerra, hacia la Cerdanya francesa. Las primeras nieves del Pirineo en Septiembre le empujaron hacia San Sebastián y pasó el resto de la guerra como mecánico en el ejército de Franco. Pla le respondió: "¿Lo ve? Nadie es apolítico...".

Creo que el tema con las ideologías no tiene tanto que ver con su aplicación más o menos desafortunada, sino que son construcciones fallidas desde su inicio. Sólo tienen sentido en las sociedades incultas y faltas de horizonte, y ahí sólo a mayor beneficio y ventaja de los líderes.

Las ideologías son referencias políticas (sociales, culturales) que tienen sentido cuando el ciudadano no identifica con claridad el Norte (su Norte), y necesita sentirse parte de una tribu para no caer en la desesperanza.

Como cita Moisés, ver que la ideología maoísta (por ejemplo) es hoy invocada por bandas de narcotraficantes, sólo refuerza esta aproximación.

Siempre he creído en el individuo, en la persona, como sujeto político. Pero como a menudo el individuo es esquivo y perezoso, por eso las ideologías tienden a intentar ocupar ese terreno cedido.

Me entiendo mejor con quien, razonando, llega a conclusiones opuestas a las mías, que con el que coincide conmigo en las conclusiones, pero ignora el camino.

JMBA

6 comentarios:

  1. Cuidado José María...que el siguiente paso es el "Fin de la Historía" y ya sabemos cómo ha acabado (en manos de los indivudualistas)

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  2. Fukuyama y su Fin de la Historia se basa en que ha terminado la lucha de las ideologías, y que sólo quedaría la llamada democracia liberal como única organización posible y/o viable de la sociedad. Esta es una visión economicista del individuo y de la sociedad, que ha llevado, efectivamente a los neocons y, de alguna forma, a la profundísima crisis actual.

    Mi posición es diferente, en el sentido de que no es que haya terminado la "lucha" de ideologías, sino que las propias ideologías como sistemas completos de principios y prácticas termina con la culturización y maduración del individuo. Que, en el fondo, las ideologías son la urdimbre que necesitan para sostenerse los débiles.

    A partir de ahí, por supuesto, el debate está servido.

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  3. Totalmente de acuerdo con los escrito, en cierto modo, las ideologías alienan al individuo, impidiéndoles pensar por uno mismo y sacar sus propias conclusiones. Pero pensando en esto, me pregunto, ¿estar en contra de las ideologías es tener ideología? ¿no creer en las ideologias es una ideología en si?

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  4. Bueno, la recursividad no tiene límites. Retomemos simplemente Mayo del 68: Prohibido Prohibir. También contradictorio en sí mismo.

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  5. Estoy en desacuerdo con tu tesis, J.M.
    Mi opinión es que las ideologías nacen, del substrato ético de cada individuo, bien de sus carencias y reclamos para lograr una situación personal manifiestamente mejorable y, por extensión, una sociedad mejor, o bien de forma defensiva, para conservar lo que se tiene y que es condiderado como bueno por el que lo detenta. Lo único que hacen los líderes es aunar y organizar un número "n" de disposiciones personales y engalanarlas con un modelo más o menos elaborado, que es lo que propiamente constituye el "núcleo" de la ideología y que pasará a ser estudiado en los cursos de historia o de economía. Además, para fortalecerse,los fundadores apelan a teorías filosóficas, véase Marx con Hegel o se valen de expertos para apuntalar las mismas, apoyándose hasta con algoritmos, como es el caso de los economistas de la escuela liberal. F.M.

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  6. Ilustre FM, veo que te has estudiado bien la lección. Sin embargo, desconfío profundamente de que ningún líder aglutine los intereses y deseos de n individuos. Mi aproximación es claramente top down, frente a la bottom up que sostienes. Me parece que las ideologías son más bien banderines de enganche, que puchero de inquietudes. En fin, veo que confías más en las personas que yo. Nunca lo hubiera pensado.

    JMBA

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